USA 2017 103 min.
Dirección Daniel Espinosa Guión Rhett Reese y Paul Wernick Fotografía Seamus McGarvey Música Jon Ekstrand Intérpretes Jake Gyllenhaal, Rebecca Ferguson, Ryan Reynolds, Hiroyuki Sanada, Ariyon Bakare, Olga Dihovichnaya Estreno en Estados Unidos 24 marzo 2017; en España 7 abril 2017
Aunque su nombre llame a engaño, el director sueco Daniel Espinosa se dio a conocer internacionalmente con Dinero fácil, y de ahí saltó a Hollywood con El invitado, protagonizada por Denzel Washington y Ryan Reynolds, y El niño 44, con Tom Hardy y su compatriota Noomi Rapace en los papeles principales. Ahora aborda su primer largometraje de ciencia ficción y terror, con reminiscencias inequívocas y nada disimuladas de Alien, aunque con la particularidad de ambientarse en un futuro casi presente, de forma que la vida en la nave no es como la veíamos en el universo de la sargento Ripley, sino más rudimentaria y sujeta permanentemente a los dictados de la gravedad cero. Por lo demás Espinosa y sus guionistas sólo parecen aspirar a generar inquietud, puede que incluso terror, a través de un ente extraterrestre, marciano para más señas, que recogido del espacio exterior de forma poco ortodoxa y científicamente nada plausible, engendra el caos y el terror entre los seis tripulantes de la nave, bastante cortitos para tratarse de mentes avanzadas, lo que facilita unos giros narrativos facilones, y que como si de Diez negritos se tratara, van cayendo uno tras otro merced precisamente a ese comportamiento algo básico. No obstante algunas secuencias, a pesar de su sutileza, pueden generar escalofrío, mientras otras ofrecen un más de lo mismo del que resulta casi imposible escapar si no se es directamente un genio. Espinosa ciertamente no lo es, pero ofrece un espectáculo digno y bien articulado en lo que son sus discretas aspiraciones. Un atractivo reparto, que entre sollozos y angustias rebaja mucho su talento interpretativo, añaden posibilidades a un material que se recibe con condescendencia, a pesar de sus incoherencias y faltas de rigor, propias de un trabajo poco informado a nivel científico. A destacar el diseño del ente, de nuevo un octópodo, lo que teniendo en cuenta La llegada parece estar convirtiéndose en una tendencia.
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