Reino Unido 2016 110 min.
Dirección Mick Jackson Guión David Hare, según el libro “History of a Trial: My Day in Court with a Holocaust Denier” de Deborah Lipstadt Fotografía Haris Zambarloukos Música Howard Shore Intérpretes Rachel Weisz, Tom Wilkinson, Timothy Spall, Andrew Scott, Caren Pistorius, Alex Jennings, Harriet Walter, Jack Lowden Estreno en el Festival de Toronto 11 septiembre 2016; en Estados Unidos 21 octubre 2016; en España 12 abril 2017
Volcado en la televisión, hace mucho que no veíamos a Mick Jackson dirigiendo una película. Su discreta filmografía (El guardaespaldas, Volcano) tampoco nos hacía esperar mucho. Por el contrario, y también con una lista escueta de films a sus espaldas (Herida, Las horas, El lector), el guionista David Hare sí hacía insuflar ciertas esperanzas sobre este drama judicial con pretexto un poco perentorio y absurdo. El resultado de esta combinación es el apropiado, un film correcto, dramáticamente académico y bien articulado a partir de unas interpretaciones excelentes y un guión bien escrito. Basada en la historia real de la periodista estadounidense Deborah Lipstadt, abanderada de la causa judía y la memoria del holocausto nazi, cuando a finales del siglo pasado tuvo que enfrentarse a la demanda por difamación que le interpuso el presunto historiador británico David Irving, líder negacionista de los horrores del genocidio. Piensa uno que semejante causa no debía siquiera haber suscitado interés alguno por parte de jueces o tribunales, si bien cada vez son más las dudas que tenemos acerca de la veracidad de lo que nos cuentan, la información que se nos ofrece como válida y veraz, lo que de haber sido abordado con suficiente ingenio e inteligencia en esta cinta, podría haber generado un debate mucho más interesante del que propone. No cabe duda de que estas dudas sobre la manipulación a la que somos continuamente sometidos y sometidas, no es trasladable a algo tan deleznable y suficientemente demostrado como fue ese aberrante episodio, sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo de los alemanes por borrar cualquier vestigio sobre el asunto, y el reciente descubrimiento de nueva documentación aliada que reitera la veracidad de los acontecimientos, así como la implicación directa e indirecta de muchos países, entonces enemigos, en semejante vergüenza. Pero lejos de suscitar cuestiones tan apasionantes, Negación plantea un clásico drama judicial, entretenido y digno, que no va mucho más allá de ilustrar un episodio quizás no tan conocido como se presume, por su propia falta de enjundia. En su planteamiento narrativo el film no disimula ser consecuencia de la oscarizada Spotlight, de la que parece copiar maneras y ambientes, incluida una estética de thriller político setentero y la banda sonora de Howard Shore. En el apartado de las interpretaciones destacan el trío protagonista, mientras de la dirección podemos decir que es sobria y elegante, aunque más de un despiste de figuración estropee su acabado, como esas espectadoras en la sala de juicios tras el demandante, siempre con el mismo atrezzo, da igual el día que sea y el tiempo pasado.
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