lunes, 25 de febrero de 2019

¿PODRÁS PERDONARME ALGÚN DÍA? Sobrevivir creando ilusiones

Título original: Can You Ever Forgive Me?
USA 2018 107 min.
Dirección Marielle Heller Guión Nicole Holofcener y Jeff Whitty, según las memorias de Lee Israel Fotografía Brandon Frost Música Nate Heller Intérpretes Melissa McCarthy, Richard E. Grant, Jane Curtin, Dolly Wells, Ben Falcone, Gregory Korostishevsky, Stephen Spinella, Christian Navarro Estreno en el Festival de Toronto 8 septiembre 2018; en Estados Unidos 19 octubre 2018; en España 22 febrero 2019

Después de realizar un par de trabajos para televisión, la joven Marielle Heller debutó con éxito en la gran pantalla gracias a The Diary of a Tenneage Girl, que ella misma escribió. Ahora, tres años después, revalida su talento con esta original y sórdida historia real, por muy ficticia que parezca. Ambientada a principios de la última década del siglo pasado, cuenta la historia de Lee Israel, según sus propias memorias; una brillante escritora especializada en biografías de famosos que, viendo cómo el mercado le va dando la espalda y su alcoholismo le va pasando factura, inventa una peligrosa y sorprendente manera de ganarse la vida echando mano de su creatividad y abundantes conocimientos. La realizadora aprovecha tan suculento material dramático para definir una pareja de personajes, la protagonista y el único amigo que aparecerá en su vida para echarle una mano, que hacen de la sordidez, la soledad y la desesperanza una forma de vida y un compañero inseparable de viaje. La condición sexual y cierta dificultad para socializar, especialmente ella, marcarán un trágico destino que la realizadora e intérpretes se encargan de no marcar para no resultar demasiado áspera. Nominada este año al Razzie a la peor actriz de 2018 por su papel en ¿Quién está matando a los moñecos? (parece que se esté especializando en películas con título en pregunta), y redimida en los mismos premios por su interpretación en la película que nos ocupa, Melissa McCarthy encuentra con este papel una oportunidad para lucir unas dotes interpretativas que quedan sobradamente demostradas con un trabajo sólido y contenido, emotivo y sensible a pesar de las asperezas de su personaje, que le ha valido una merecida nominación al Oscar. Lo mismo podemos decir de su compañero, un Richard E. Grant que pone al servicio de la historia su porte elegante de caballero inglés condenado a la marginación, amanerado e irónico, con más de un punto de conexión con la desdichada protagonista, aunque algo más pícaro y aprovechado que ella. Una dramaturgia sobria, académica y elegante hacen el resto, acompañada de una rica banda sonora jazzística en la que abundan las voces femeninas legendarias de Blossom Dearie, Dinah Washington, Peggy Lee, Patti Page y el travesti Justin Vivian Blond, que con su actuación en un cabaret colabora a dotar al conjunto de ese sabor a whisky y tristeza dominante. Por cierto, como epílogo podemos escuchar a Dearie entonando un oportuno Charada de Henry Mancini que nos sirve para recordar a Stanley Donen ahora que lo hemos perdido.

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