viernes, 29 de abril de 2022

DELICIAS CON ARCOBATUTA

4º concierto del ciclo Solistas y Maestros de la Temporada nº 31 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Enrico Dindo, violonchelo y dirección. Programa: Romanza para violonchelo y orquesta en Fa mayor TrV 118, de Strauss; Chant du ménestrel Op.71, de Glazunov; Rondó para violonchelo y orquesta en Sol menor Op.94, de Dvorák; Sinfonía nº 4 en Si bemol mayor Op.60, de Beethoven. Teatro de la Maestranza, jueves 28 de abril de 2022


La progresiva disminución de público que están sufriendo muchos de los espectáculos programados en el Maestranza, entre ellos gran parte de los conciertos sinfónicos de la ROSS, no solo se debe a las continuas crisis que desde hace ya más de una década sacude el orbe. Aunque es cierto que el coliseo sevillano lleva muchos años cultivando un público fiel, también lo es que en este mismo período de tiempo la oferta musical en Sevilla se ha disparado considerable y afortunadamente, pero por lo visto no hay afición suficiente para atenderla como es debido. Habrá que trabajar más, con iniciativas y proyectos que ayuden a forjar un mayor interés de la ciudadanía por este bálsamo espiritual que es la música en todas sus vertientes. Uno de los colectivos en los que este trabajo puede lograr mejores frutos es el del paradójicamente cada vez mayor alumnado de los conservatorios. Estas instituciones tienen el deber de fomentar e incluso obligar a su alumnado a asistir frecuentemente a conciertos, especialmente a los que estén relacionados con su especialidad. Por eso resultó muy estimulante que el escueto aforo de este concierto de la Sinfónica se viera aliviado con una generosa representación de niños y niñas que cursan estudios de violonchelo. Pero los conservatorios no deberían esperar a recibir invitaciones del ente público, sino ellos mismos fomentar desde dentro la actividad, echando mano para ello del ingenio, la inventiva y el poder negociador.

Esa afluencia de estudiantes de violonchelo se debía a la participación en este programa del reconocido violonchelista italiano Enrico Dindo, en su doble faceta de solista y desde hace ya un buen puñado de años también director de orquesta, dentro de este singular ciclo con el que el maestro Soustrot está acercándonos a autoridades de la música en distintos campos. El de Dindo no es un sonido poderoso ni autoritario, sino más bien instalado en atmósferas de ensoñación, hermosas y aterciopeladas. Una estética que encajó muy bien con las tres obras programadas para lucimiento del instrumento, y que así juntas bien podrían representar los tres movimientos de un mismo concierto, tal es el espíritu similar que les informa. La Romanza de Strauss ha conocido algo más de popularidad y divulgación en su versión reducida para piano y chelo. Se trata de una pieza de juventud que todavía no encierra el sello personal de su autor, ni sus ricas y gruesas texturas; muy al contrario cuenta con un modesto acompañamiento de orquesta que el director no tuvo problema en controlar desde una posición en la que el arco hizo igualmente de batuta. El breve Canto del menestril es una obra menor de Alexander Glazunov, de escasa enjundia pero con un sabor romántico de carácter muy melancólico que da mucho juego al solista y que Dindo aprovechó para acentuar su marcado lirismo. De las tres la más lograda es el Rondó en Sol menor de Dvorák, original para trío con piano, perfecto remate de tintes festivos y distendidos que constituye un vehículo perfecto para lucir habilidades, un exuberante virtuosismo y controlado lirismo, de todo lo cual se hizo eco la contribución del solista, mientras la orquesta respondió con buen oficio y un cálido arropamiento. Como propina, Dindo se acercó al universo bachiano como se hacía hace años, atacando una allemande sin rigor ni limitaciones, con un alto grado de flexibilidad y una articulación libre y ampulosa.

Ya en la segunda parte, el violonchelista ofreció desde al podio y ahora sin batuta ni arco que la sustituyese, una Cuarta de Beethoven en la que destacó la enorme y gesticulante expresividad del director por encima de unos resultados que no sobrepasaron lo correcto. Bien construida, con mucha atención a los planos sonoros, matices y claridad, dio la sensación sin embargo de estar todo tan en su sitio, sin ambición alguna ni una visión suficientemente estimulante de la pieza, que no dejó huella. Faltó magia y misterio ya desde el arranque, y se conformó con un perfil homogéneo, sin contrastes entre la introspección y el júbilo que debe suscitar su compleja gramática. Especialmente decepcionante fue al adagio, demasiado rápido y poco paladeado, falto de una mayor voluptuosidad. El final fue suficientemente vertiginoso para dejar claro que la orquesta sigue viviendo un momento óptimo.

Foto: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 28 de abril de 2022

JUPITER Y LEA DESANDRE: ALGO DIFERENTE

Canciones de pasión. Jupiter. Lea Desandre, mezzosoprano. Louise Ayrton y Ruiqi Ren, violines. Jérôme van Waerbeke, viola. Myriam Rignol, viola da gamba. Douglas Balliett, contrabajo. Arnaud de Pasquale, clave y órgano. Thomas Dunford, dirección artística y laúd. Programa: Canciones, arias y piezas instrumentales de John Dowland y Henry Purcell. Espacio Turina, miércoles 27 de abril de 2022


La interpretación de música antigua, y muy particularmente la barroca, ha conocido en los últimos tiempos una eclosión extraordinaria, en Sevilla lo sabemos muy bien, a menudo rozando la excelencia. La competencia es por lo tanto muy alta y conviene hacerse destacar con propuestas novedosas y fuera de lo común que ayuden a hacerse notar, siempre desde el respeto y el talento para decir cosas nuevas y conectar con el público. Es lo que desde hace algunos años hace el conjunto liderado por Thomas Dunford, Jupiter, radicado en Francia pero con componentes relacionados con otras partes del globo, desde Holanda a China pasando por Estados Unidos. Junto a ellos una de las voces más completas y rutilantes del panorama lírico internacional, la joven mezzosoprano Lea Desandre, de origen franco italiano y con una ya fructífera carrera a sus espaldas. Juntos han trabajado en muchas ocasiones y grabado más de un registro, el último dedicado a las amazonas en la ópera barroca. Son sin duda unos fuera de serie y lo demostraron anoche en el Espacio Turina, que suma así otro de sus muchos logros, haber incluido Sevilla en la limitada agenda que estos jóvenes talentos, por media de edad y porque llevan poco tempo en el mercado, han diseñado en nuestro país.

El programa, como tantas veces se ha hecho, hermana a los dos más grandes compositores de música barroca inglesa previa a Haendel, John Dowland y Henry Purcell, así por orden cronológico y haciendo hincapié con dos partes muy bien diferenciadas de sus particulares universos. Aprovechando el carácter fresco e improvisado que el primer barroco permite a la interpretación, con el primero conjunto y voz echaron mano de frescura y mucha naturalidad para abordar las preciosas y bien conocidas canciones de un compositor que en palabras de un dicharachero y divertido Thomas Dunford (se le nota su ascendencia norteamericana en su absoluta falta de complejos y su facilidad para la elocuencia) sufrió una vida desdichada en parte por su conversión al catolicismo en la anglicana Inglaterra. Arrancaron con una de sus piezas más transitadas, Come again!, con Desandre exprimiendo su registro más grave, permitiéndose ciertas licencias de estilo que corroboraron ese carácter libre e improvisado con el que atacaron esta primera parte, y una emotiva sorpresa, el conjunto haciendo los coros junto a la mezzo al final de la pieza, ahondando más en la armonía que en el contraste, como mantendrían todo el recital. A partir de ahí una estructura original y estimulante, con versiones instrumentales, a veces como preludio o intersección de la versión vocal de una misma pieza, como en la muy melancólica Sorrow, stay, y otras separadas por otras piezas del programa, como hicieron con Lachrimae antiquae y la célebre Flow, my tears. En gallardas y otros instrumentales, exhibieron gran dinamismo y una delicadeza exquisita, utilizando en general un estilo no siempre ortodoxo, acercando sus interpretaciones a sensibilidades actuales, permitiéndose algunos giros incluso veladamente pop o jazzísticos, y en definitiva encandilando a un público al que no costó nada entrar en su propuesta y dejarse seducir por ella. Desandre se instaló en un registro profundo y grave, mientras sus compañeros y compañeras se entregaron al placer de la compenetración y el disfrute tal como se insiste continuamente en esos talent shows que inundan las televisiones.

Entre la comedia y el drama musical

La segunda parte tuvo un carácter obligadamente más dramático y teatral, con Purcell en los atriles y Desandre cambiando a un registro más agudo, casi de soprano, demostrando que eso que alaban del amplio rango de su tesitura es cierto. De nuevo el conjunto arrancó con una larga introducción instrumental del precioso If love’s a sweet passion de La reina de las hadas, que Desandre entonó a continuación con muy buen gusto, más alardes de ornamentación que en la primera parte, un fraseo exquisito y natural, una emisión extraordinaria aun en los pasajes más recogidos, atacados en pianissimo, y una perfecta dicción. Dunford, que al laúd se muestra como un intérprete extremadamente refinado y comunicador, volvió a ilustrar la sección con amplio sentido de la elocuencia y el desenfado, destacando las múltiples criaturas mitológicas que habrían de evocar las páginas seleccionadas de hadas y leyendas. La jovencísima violinista holandesa Louise Ayrton acompañó a Desandre, con un dominio perfecto de la armonía y la articulación, en uno de los dos célebres lamentos de similar inspiración que compuso Purcell, O let me weep del Orpheus Britannicus; el otro, el de Dido, When I am laid in earth, sirvió para terminar el programa.

Lógicamente con un final tan triste no podía faltar la propina, que llegó en forma ya totalmente desprejuiciada, como los títulos de crédito de un gran musical teatral, con la muy oportuna repetición de Now, o now, I needs must part, seguida de una jam session que Dunford bautizó Cerveza, de tonos amables y agradecidos, celebrando la amistad, el amor, la música y la felicidad. La extrema compenetración exhibida durante todo el recital se hizo patente en la permanente sonrisa y carácter deliberadamente cómico de la violagambista Myriam Rignol, o en la hábil alternancia de órgano y clave, una vez más gentilmente cedidos por Alejandro Casal, que con tanta delicadeza llevó a cabo Arnaud de Pasquale. Por cierto, será por despiste o por ángulo, pero hasta ahora no nos habíamos percatado de la extraordinaria filigrana pictórica, basada en un conocido grabado de la Sevilla del siglo XVII, que decora desde hace unos meses el interior de la magnífica tapa del clave del músico sevillano.

Foto: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 25 de abril de 2022

DOG. UN VIAJE SALVAJE Traumas postbélicos

Título original: Dog
USA 2022 101min.
Dirección
Reid Carolin y Channing Tatum Guion Reid Carolin, Channing Tatum y Brett Rodríguez Fotografía Newton Thomas Sigel Música Thomas Newman Intérpretes Channing Tatum, Luke Forbes, Emmy Raver-Lampman, Nicole LaLiberte, Kevin Walsh, Jane Adams, Aqueela Zoll, Ethan Suplee Estreno en Estados Unidos 18 febrero 2022; en España 22 abril 2022

Channing Tatum y Reid Carolin deben ser muy buenos amigos
para lograr una ópera prima tan apañada. El segundo ha producido títulos protagonizados por el primero, como Infiltrados en la universidad o Asalto al poder, y ha escrito también Magic Mike, uno de los proyectos más personales del protagonista de La ciudad perdida. Carolin produjo además hace unos años el documental Perros de guerra, que parece estar en el origen de esta bonita road movie sobre un ex ranger que pretende ser readmitido en el ejército encargándose del complicado transporte de una perra malinois belga, que tras años de servicio en el ejército ha sufrido también un trauma psicológico que la ha convertido en un animal peligroso e irascible. El destino es el funeral de su dueño, compañero de armas y fatigas del hombre herido al que da vida Tatum.

A pesar de que su desenlace se adivina desde el minuto cero, el viaje a través de la costa del Pacífico, jalonado de peripecias, aventuras y encuentros con los más variopintos personajes, es lo suficientemente amable y distendido como para provocar las simpatías del público. Puede ser que a sus directores les falte pericia y les sobre la ingenuidad de un primer trabajo, sin embargo se las avían bien para insuflar a su trabajo de sensibilidad y encanto, ayudado por la agradable presencia de sus secundarios, una velada crítica al ejército que abandona a sus combatientes cuando ya no les sirve, y un estimulante paseo por la espléndida naturaleza americana y sus sencillos moradores.

Quizás una dosis mayor de dolor la hubiese hecho más verosímil, no obstante se deja sentir la sensación de abandono de este hombre y su animal, entre quienes naturalmente se irá forjando una convincente relación de amistad y camaradería, mientras Tatum aprovecha para demostrar que detrás de sus músculos y su indudable vena cómica también se esconde un corazón con conciencia e inmejorables intenciones. Por cierto, si aún no lo es, el country debería ser patrimonio inmaterial de la humanidad.

VENECIAFRENIA Gran guiñol de terror veneciano

España 2021 100 min.
Dirección
Álex de la Iglesia Guion Jorge Guerricaechevarría y Álex de la Iglesia Fotografía Pablo Rosso Música Roque Baños Intérpretes Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Nicolás Illoro, Alberto Bang, Cosimo Fusco, Enrico Lo Verso, Caterina Murino, Nico Romero Estreno en el Festival de Sitges 9 octubre 2021; en salas 22 abril 2022

No es justo que nuestra crítica utilice una distinta vara de medir para productos norteamericanos de esta índole y los que nos atrevemos a realizar en España, partiendo siempre de mayores limitaciones y recursos a menudo más precarios. La última película de Álex de la Iglesia, tras más de cuatro años de ausencia en la gran pantalla, y con el éxito reciente de 30 monedas en la televisión de la pandemia, mejora con creces la calidad de los productos que con iguales intenciones pero mucho menos ingenio, y machacando estructuras archivistas, nos llegan del otro lado del Atlántico.

Es inútil pretender que con su sencilla premisa de partida el director vasco quiera postular sobre un tema particularmente trascendental como es la inasumible invasión de turistas en ciudades históricas como Venecia o, sin ir más lejos, Sevilla, donde el centro histórico se ha convertido en un parque temático plagado de bares, restaurantes, hoteles de lujo y pisos turísticos. La llegada masiva de viajeros y viajeras en cruceros está naturalmente mermando la calidad medioambiental y poniendo en peligro el patrimonio de ciudades como estas, pero para de la Iglesia no es más que un punto de arranque para uno de sus queridos teatros de guiñol, nunca mejor que ahora ambientado en una ciudad tan anclada a la comedia del arte, el disfraz y la decoración recargada. Ahí llegan unos ruidosos turistas españoles, tanto que casi deseamos que los aniquilen; pero no nos engañemos, así somos los turistas españoles, víctimas de la prepotencia y la mala educación. A partir de ahí se suceden las desapariciones y los asesinatos, y serán las mujeres quienes tomen la iniciativa para resolverlos y recuperar a sus amistades con vida. Ellos se muestran egoístas y cobardes.

Por lo demás solo nos cabe dejarnos seducir por el ambiente ingenuamente malsano que propone, sus continuos momentos de inquietud y su particular homenaje al giallo ya desde unos títulos de crédito que emulan por igual a Mario Bava y Dario Argento. Si encima se esmera en su puesta en escena y nos ofrece una adecuadísima banda sonora del siempre eficiente Roque Baños, esta vez apoyado en ese diabólico violín que suele acompañar la mirada grotesca del mal, tampoco hace falta pedirle más.

domingo, 24 de abril de 2022

ROMÁNTICOS COMPENETRADOS Y EN DIÁLOGO

9º Concierto del XXXII Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Nazar Yasnytskyy, violín. Francesco Tosco, viola. Ivana Radakovich, violonchelo. Vera Anosova, piano. Programa: Cuarteto para piano nº 1 en do menor Op. 15, de Fauré; Cuarteto para piano en mi bemol mayor Op. 47, de Schumann. Espacio Turina, domingo 24 de abril de 2022


Dos maestros y una maestra de la orquesta ejerciendo de solistas, y una colaboración muy especial de la profesora y pianista residente en Sevilla Vera Anosova, se pusieron en el noveno concierto de cámara de la ROSS al servicio de dos grandes cuartetos para piano, auténticos referentes en el repertorio. Se trata del que compuso Fauré entre los años 1876 y 1879, y el de Schumann escrito unos treinta años antes. Dos obras de singular belleza, gran relieve, marcados acentos y vital importancia que los y las cuatro intérpretes se afanaron en poner en pie con tanto esmero como sentido de la responsabilidad. Quizás debiera haberse respetado el orden original, primero Schumann y después Fauré, no solo por motivos cronológicos sino por la influencia que el primero ejerció sobre el segundo, a través de la figura trascendental de Brahms, que actuó como puente estilístico y estético entre ambos.

El Cuarteto Op. 15 de Fauré es contemporáneo del muy célebre Quinteto de Franck, de quien pudimos escuchar su famosa Sinfonía el pasado programa de abono de la orquesta. Llama la atención por la belleza de sus temas, quizás entre los más memorables del autor. Esto se hizo patente ya desde un allegro inicial vigoroso aunque contenido, a veces incluso vaporoso, de suntuosas líneas ondulantes y amplio desarrollo que dejó entrever el esforzado trabajo de compenetración realizado por sus intérpretes, al nivel de los conjuntos que se dedican a esto de forma habitual. También al piano pudimos disfrutar de una prodigiosa flexibilidad, que continuó en el scherzo, muy vitalista y entusiasta, si bien en el adagio echamos en falta algo más de angustia y una mayor dosis de lirismo, además de atisbarse algún desliz sin importancia al teclado. Sí acertaron en el tono lúgubre de la propuesta, mientras atacaron con más músculo y decisión el luminoso finale, en perfecto equilibrio y diálogo, especialmente entre la cuerda grave y el piano.

El de Schumann rezuma aires frescos y juveniles, pero su carácter eminentemente deslumbrante quedó algo deslucido en los atriles de los cuatro intérpretes convocados. En general faltaron unas dosis mayores de sentimiento, incluso en el piano, y también añoramos un poco más de meditación en una página que abunda en ello y que sin embargo se deslizó con aires bastante despreocupados. Destacó la vibrante agilidad desplegada en el mendelssohniano scherzo, y el dulce canto melódico del violonchelo en el sublime andante, donde también acertaron con sus poéticas disonancias y su amplio sentido del contrapunto y la armonía. Un conveniente diálogo alternado en el vivace final desembocó en la radiante y majestuosa coda en forma de canon que corona la pieza.

Foto: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

DOS VOCES MUY BIEN ACOMPAÑADAS

Temporada 2021-2022 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Solistas de la Orquesta Barroca de Sevilla. Julia Doyle, soprano. Cecilia Bernardini, violín. Mercedes Ruiz, violonchelo. Alejandro Casal, clave y órgano. Programa: Cantata Lungi dal vago volto RV 680, de Vivaldi; Sonata Op. 1 nº 12 en Fa mayor HWV 370, Süsse Stille, sanfte Quelle HWV 205, In den angenehmen Büschen HWV 209 y Cantata Un’alma innamorata HWV 173, de Haendel; Jesus soll mein erstes Wort BWV 171, Auch mit gedämpften BWV 36 y Sonata para violín y continuo en Sol mayor BWV 1021, de Bach. Espacio Turina, sábado 23 de abril de 2022


Mercedes Ruiz agradeció sorprendida la generosa asistencia de público al concierto de anoche en el Turina, a pesar de la Copa del Rey. Claro que no a todos ni todas interesa el fútbol, y que quien sí lo haga sabía que podía enlazar la belleza de la música con el espectáculo del balón, tiempo había para ello. No era cuestión de perderse una nueva intervención de la soprano inglesa Julia Doyle en nuestra ciudad, y mucho menos cuando venía acompañada de toda una autoridad en el violín como es Cecilia Bernardini, de quien ya pudimos disfrutar hace cinco años en el Lope de Vega junto a The King’s Consort. A Cecilia la volveremos a ver en apenas un mes junto a su padre, el célebre director y oboísta Alfredo Bernardini en un nuevo programa de la Barroca. Acompañando a estas voces de soprano y violín estuvieron dos de los más reputados solistas de la orquesta, Ruiz al violonchelo y el siempre versátil y elegante Alejandro Casal alternando clave y órgano según la pieza.

Con una estructura prácticamente simétrica, perfectamente cerrada además con la propina, el recorrido comenzó con una lucida cantata de Vivaldi, Lungi dal vago volto, con Doyle sin tiempo si quiera para calentar la voz, ya que arranca in forte, desesperada y enérgica, para ir templándose en un recitativo que deriva en un aria de estilo andante y sofocado que la voz de Doyle, siempre instalada en el extremo agudo de su tesitura, condujo por senderos de fragancias insondables. En la segunda aria, Mi stringerai sí, todo se vuelve fogosidad y gozo, perfectamente expresado en una voz siempre atenta a matices, proyectada con generosidad, controlando el legato y haciendo gala de un fraseo bien definido y articulado. Esos fueron los derroteros por los que deambularon las gozosas aptitudes de Doyle, que encontró su punto álgido en el aria Auch mit gedämpften, schwachen Stimmen de Bach, acompañada con nervio fulgurante por Bernardini. También en la propina, el célebre Nulla in mondo pax sincera de Vivaldi, Doyle evidenció un férreo control de los recursos, aunque con ese tono discretamente estridente que caracteriza su rutilante voz.

Por su parte, Bernardini se mantuvo durante todo el concierto al pie del cañón, sin desfallecer en ningún momento, dejando claro su magisterio en la Sonata Op. 1 nº 12 de Haendel, que atacó con delicadeza y mucha ternura en el adagio y el largo y con energía y mucho fuego en los breves allegros, sin cambios evidentes de color, manteniendo siempre el tono justo y un sonido envolvente, generalmente sedoso y cristalino, muy trabajado a nivel expresivo, superando así toda posible dificultad que entrañan las cuerdas históricamente informadas. Tanto esta sonata como la de Bach debían en un principio enmarcar dos arias sueltas de cada autor formando un bloque, pero aplausos y afinación malograron el efecto. La falta por otro lado de indicaciones en el programa sobre la estructura de cada cantata propició además despistes en el público traducidos en inoportunos aplausos. El incontestable genio y nervio de la violinista italo-holandesa se vio perfectamente acompañado por Mercedes Ruiz y Alejandro Casal, que protagonizaron un bajo continuo de auténtico lujo, lográndose entre los cuatro un excelente póker de ases.

Foto: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

UN PEQUEÑO PLAN... COMO SALVAR EL PLANETA Un ejército de Gretas Thunbergs

Título original: La croisade
Francia 2021 67 min.
Dirección
Louis Garrel Guion Jean-Claude Carrière y Louis Garrel Fotografía Julien Paupard Música Grégoire Hetzel Intérpretes Laetitia Casta, Joseph Engel, Louis Garrel, Ilinka Lony, Julia Boème, Lionel Dray, Clémence Jeanguillaume, Lazare Minoungou Estreno en el Festival de Cannes 12 julio 2021; en Francia 22 diciembre 2021; en España 22 abril 2022


El guion póstumo del legendario Jean-Claude Carrière (El discreto encanto de la burguesía, Ese oscuro objeto del deseo, La insoportable levedad del ser) y Louis Garrel, hijo del no menos mítico director francés Philippe Garrel, cuenta una curiosa y original historia sobre una organización de niños destinada a salvar el planeta mediante la reforestación del desierto sahariano.

Con apenas hora y cuarto de duración, Garrel, de quien hemos visto cintas como Dos amigos y Un hombre fiel, y al que hemos visto en Soñadores de Bertolucci y la última adaptación de Mujercitas, pierde el rumbo a la media hora, cuando se centra en los problemas sentimentales con su pareja, su esposa en la vida real, Laetitia Casta, y los primeros amores de su hijo adolescente, quizás como complemento a esa ilusión que define a los jóvenes frente a la desilusión de los adultos, que les resta empeño para mejorar nuestra calidad de vida.

Lo cierto es que la simpatía y la comicidad de ese primer tercio se pierde cuando se adentra en terrenos amorosos, aprovechando después la pandemia para rodar su momento Abre los ojos en las calles vacías de París en denuncia de la polución, y finalmente resolviendo de un plumazo esta historia tan necesaria y constructiva que prometía más cuando de un ejército de Gretas Thunbergs parecía tratarse. En cuanto al título que le han puesto en nuestro país, para qué nos vamos a extender.

ARDE NOTRE-DAME Lo humano y lo divino

Título original: Notre-Dame brûle
Francia-Italia 2022 110 min.
Dirección
Jean-Jacques Annaud Guion Jean-Jacques Annaud y Thomas Bidegain Fotografía Jean-Marie Dreujou Música Simon Franglen Intérpretes Samuel Labarthe, Jean-Paul Bordes, Mickaël Chirinian, Jules Sadoughi, Jérémie Laheurte, Perre Lottin, Chloé Jouannet, Vassili Schneider, Ava Baya, Nathan Gruffy, Sébastien Lalanne, Maximilien Seweryn, Ludivine de Chartenet Estreno en Francia 16 marzo 2022; en España 22 abril 2022

Hace justo tres años ardía la catedral más famosa y visitada de la cristiandad, un hecho que conmocionó al mundo. El director Jean-Jacques Annaud no ha vuelto a repetir el éxito cosechado con El nombre de la rosa, aunque se ha acercado con títulos como El oso o El amante. Más lejos del triunfo quedaron Siete años en el Tibet, Enemigo a las puertas y Oro negro, y en los últimos tiempos ha dedicado su esfuerzo a producciones más discretas como Dos hermanos o El último lobo. Tampoco creemos que esta minuciosa reconstrucción del terrible suceso que casi destruyó la Catedral de Notre-Dame le devuelva la fama de aquellos tiempos, pero no deja de ser un valioso documento y una esforzada crónica del trágico acontecimiento.

Lástima que en su desarrollo haya preferido ceñirse a la cronología de los hechos, obviando cualquier incursión en la vida y anécdotas de sus múltiples y variados protagonistas, de manera que no hay otro hilo conductor en la cinta que el incendio en sí, sin aportaciones dramáticas ficticias que ayuden a digerir el conjunto con un sentido narrativo y estético más cinematográfico. Con todo la película hace acopio de situaciones y personajes y logra tener alma suficiente, ayudada por un sentido de la épica considerable. Se nota especialmente en los momentos de mayor tensión, como la odisea de los bomberos para abrirse camino entre las abarrotadas calles de París, las vigilias de los sorprendidos transeúntes, y el ingenio heroico de quienes lograron finalmente reducir las llamas y evitar la destrucción total. Entre tanto Annaud apunta varios posibles causantes de la tragedia, y se debate entre el fervor religioso, personificado en el empeño por salvar la corona de espinas de Jesucristo o el de la niña que no ceja en ponerle una vela a la virgen, y la intervención humana para salvar vidas y patrimonio, esa otra cara de la moneda de lo que desgraciadamente estamos viviendo estos días de barbarie y desolación en nuestro continente.

Nos encontramos ante un trabajo semidocumental, en el que las imágenes reales se intercalan con las recreaciones, procurando guardar una homogeneidad estética considerable, a veces utilizando la pantalla partida para mostrar imagen real y recreación simultánea; y así mismo un trabajo en el que lo divino interactúa con lo humano, las oraciones y las velas apelan a un milagro que solo al alcance del hombre, que solo él es capaz de materializar. En este sentido la película resulta un himno al cuerpo de bomberos y bomberas, de la misma manera que lo era World Trade Center de Oliver Stone, y entre tanta imagen de archivo se cuela un cameo ex profeso para la película de la alcaldesa de París, la gaditana Anne Hidalgo. En el guion, junto a Annaud, colabora Thomas Bidegain, habitual de las películas de Jacques Audiard, él mismo director de la interesante Mi hija, mi hermana (Les cowboys), y uno de los autores del guion de La familia Bélier, de la que la recientemente oscarizada CODA es un remake.

sábado, 23 de abril de 2022

75 DÍAS Una crónica literal sin suficiente enjundia

España 2020 119 min.
Guion y dirección
Marc Romero Fotografía Amando Crespo Música Víctor Tarín y Luis López Pinto Intérpretes Ana Fernández, Javier Albalá, Antonia San Juan, Eulalia Ramón, Alfredo Carbajo Villa, Carlos Reyes, Javier Ruiz Bobillo, Jonás Torres, Ion Manresa, Yohana Cobo, Paloma Paso Jardiel, Macarena Gómez, Álex Viciano, Andrea Pereira, Luz Carrera, Carla Martín, Raquel Cubillo Estreno en el Festival de Málaga 29 agosto 2020; en salas 22 abril 2022

Casi dos años lleva esperando estreno esta película tras su paso por el Festival de Málaga, y parece que en el camino haya perdido unos diez minutos de metraje. El debutante Marc Romero refleja una notable inquietud y empeño en contar la trágica historia que todos y todas conocemos de las niñas de Alcácer o Alcàsser, asesinadas brutalmente en 1992 por Antonio Anglés, todavía en paradero desconocido, y Miguel Ricart, liberado de la cárcel por su implicación en el crimen hace ya casi una década. Romero acusa la ingenuidad propia de alguien con una precaria experiencia, y se limita a ofrecer con gramática pulcritud pero falta de un contundente desarrollo dramático, la consabida crónica de unos hechos nunca suficientemente esclarecidos.

Su película no llega más allá de lo que conocimos en su momento por unos boletines informativos que en esta ocasión adoptan un formato tan caricaturesco, casi grotesco, que no acertamos a entender qué sentido tienen dentro de un drama tan contundente como el que cuenta la película. Centrada en tres vertientes fundamentales, el dolor de las familias, el recorrido de los verdugos y la investigación criminal, de lejos lo más flojo y convencional de la cinta, Romero no consigue insuflar a su proyecto de la suficiente entidad dramática e intensidad emocional como para provocar al menos un moderado entusiasmo. Sin embargo tiene el acierto de evitar caer en la tentación de lo escabroso y ahorrarnos momentos insufribles, quizás por respeto a las familias. La brutalidad del emblemático asesino se centra en un episodio anterior protagonizado por Macarena Gómez, mientras su perfil complejo se traza de manera harto innecesaria en una secuencia sexual dentro de la cárcel.

La empresa podría haber sido más decepcionante si el director se la hubiera tomado más a la ligera y no hubiera puesto a su servicio todos los recursos a su alcance. Puede que algunas de sus interpretaciones sean demasiado forzadas, y que en el desarrollo su guion deje muchos flecos sin resolver, incluso que sobre tanta música enfatizando un drama que no necesita más florituras, pero en general puede verse como crónica de un suceso que conmocionó a todo un país y sentó las bases de la cobertura informativa y sensacionalista que a partir de entonces sufrirían este tipo de aberrantes crímenes. Quizás de haber ido por ahí los derroteros, o haber hecho más hincapié en la posible conspiración que pudiese rodear al suceso, con un más depurado trabajo de documentación, habría provocado un mayor interés en público y cronistas.

ARTHUR RAMBO La ética de las redes

Francia 2021 87 min.
Dirección
Laurent Cantet Guion Fanny Burdino, Laurent Cantet y Samuel Doux Fotografía Pierre Milon Música Chloé Thévenin Intérpretes Rabah Nait Oufella, Antoine Reinartz, Sofian Khammes, Bilel Chegrani, Sarah Henochsberg, Malika Zerrouki, Anne Alvaro, Anaël Snoek, Grace Seri Estreno en el Festival de Toronto 11 septiembre 2021; en Francia 2 febrero 2022; en España 22 abril 2022

Tras su paso por los festivales de Toronto y San Sebastián, llega a las pantallas lo nuevo de Laurent Cantet, especializado en cine de denuncia social sin ribetes panfletarios, que triunfó hace ya un buen puñado de años con La clase, y aunque no repitió ni mucho menos tal éxito con El taller de escritura, mantuvo una dignidad bastante considerable con aquella también controvertida cinta.

El complejo mundo de las redes sociales en sus múltiples versiones ha sido ya objeto de contundentes reflexiones en el cine (La red social, Hombres, mujeres y niños) y sirve ahora a Cantet para trazar la semblanza de un escritor novel de enorme éxito cuya carrera no ha hecho más que despegar y sin embargo amenaza con venirse literalmente abajo a causa de unos antiguos tuits vertidos bajo el seudónimo que da título a la película cuando no era más que un aspirante a cómico provocador en las susodichas redes. Algo así como una radiografía de la fuerza que hoy tiene todo lo que vemos y oímos a través de la pantalla de nuestros móviles, y cómo puede afectar a nuestro estado de ánimo y hasta nuestra propia dignidad como seres humanos. En este sentido una de las mejores secuencias de la película transcurre en un vagón del metro donde la atención generalizada de los viajeros y viajeras en sus pantallas provoca la paranoia del protagonista. Lástima que en su periplo Cantet se apoye en un actor con cierta falta de carisma y expresión limitada, además de carecer de definición emocional suficiente para justificar ese cambio de actitud como inmigrante musulmán en una Francia donde las huestes de Marine Le Pen amenazan con volcar todo el orden establecido.

Quizás una mayor explicación sobre el enigmático personaje interpretado por la veterana Anne Alvaro hubiera propiciado una mayor empatía y comprensión de la atmósfera y el universo retratado por Cantet en esta, por otro lado, interesante aunque no suficientemente inquietante película. Más relieve obtiene así la conversación que el protagonista mantiene con su hermano adolescente, donde queda más marcado el carácter embaucador de las redes y el éxito que se puede cosechar con ellas, da igual la ética y la moral que se desprenda de las mismas. Pero nada de esto resulta suficiente para dar una mayor consistencia a un discurso que demanda una mayor implicación reflexiva y emocional.

EL HOMBRE DEL NORTE Shakespeare después de Tolkien

Título original: The Northman
USA 2022 136 min.
Dirección
Robert Egglers Guion Robert Egglers y Sjón Fotografía Jarin Blaschke Música Robin Carolan y Sebastian Gainsborough Intérpretes Alexander Skarsgard, Nicole Kidman, Anya Taylor-Joy, Claes Bang, Ethan Hawke, Willem Dafoe, Björk, Gustav Lindh, Elliott Rose, Phil Martin, Eldar Skar, Olwen Fouéré Estreno en Estados Unidos y España 22 abril 2022


Podríamos pensar que nos encontramos ante el resurgimiento de las películas de vikingos, género que no ha dado muchos frutos pero algunos sí suculentos. Sin embargo la nueva película del director de La bruja y El faro entronca más con el universo creado por la ya mitológica serie de televisión Juego de tronos, que a su vez es consecuencia del éxito de Peter Jackson y El señor de los anillos, y todo ello se enmarca dentro de la mitología nórdica tan emparentada con la ópera wagneriana.

Un poco de todo eso hay en este cóctel que además, en su ambicioso devenir, echa mano de la tragedia típicamente shakesperiana en sus cuidados diálogos y sus perversos juegos de venganza familiar, poder y ambigüedad moral. Todo esto se distingue en una película que de esta forma trasciende la mera aventura medieval con aspecto sucio y musculado, para provocar en el espectador sensaciones de carácter hipnótico y reflexivo que le dan cierta distinción dentro de su vorágine de barro, violencia y sangre.

Para ello Egglers ha cuidado todos los detalles y así, además del depurado guion con giros muy llamativos y estimulantes, asistimos a unas convincentes interpretaciones, con la siempre espléndida Nicole Kidman protagonizando la secuencia dramáticamente más intensa, y valores nórdicos asentados en Hollywood (Skarsgard) o no (Bang), así como apariciones estelares (Hawke, Dafoe, Björk), todo dentro de un conjunto que entretiene y puede llegar incluso a fascinar. Acierta además al cuestionar los centros de poder, la perversión de los afectos y hasta la existencia de un Valhalla o Reino de los cielos que nunca parece llegar a materializarse del todo a pesar del componente manifiestamente fantástico que tiene la propuesta.

viernes, 22 de abril de 2022

ÉXITO DE ALEXANDRA CONUNOVA Y LA SINFONÍA DE FRANCK

8º concierto de abono del ciclo Gran Sinfónico de la Temporada nº 31 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Alexandra Conunova, violín. Marc Soustrot, dirección. Programa: Alen, de Eduardo Soutullo; Concierto para violín y orquesta nº 3 en Si menor Op. 61, de Saint-Saëns; Sinfonía en Re menor, de César Franck. Teatro de la Maestranza, jueves 21 de abril de 2022


El octavo concierto del ciclo Gran Sinfónico de la ROSS está dedicado a las enfermeras de Sevilla por su entrega y servicio, por lo que el aforo del Maestranza registró un anhelado lleno, aunque ya se sabe, público nuevo, anticlimáticos aplausos entre movimientos. El concierto tuvo así un marcado carácter emotivo que estuvo precedido por unas oportunas palabras de Víctor Bohórquez, presidente del Colegio de Enfermería. Quizás se hubiera debido prescindir en esta ocasión de la locución que habitualmente acompaña a la orquesta dedicando el concierto a las víctimas de la guerra, pues restó parte del protagonismo que merecen las enfermeras convocadas.

Eduardo Soutullo presentó como arranque del concierto la obra con la que obtuvo el Premio de Composición AEOS-Fundación BBVA en su edición de 2019. Muchas veces destacamos la influencia que la música de cine ejerce sobre una buena cantidad de compositores actuales, pero pocas esta influencia se traduce en reescritura de una partitura concreta como en esta ocasión. Soutullo convirtió el Alén o Allende, esa puerta al Más Allá a la que va dedicada su pieza, en la Torre del Diablo de la película Encuentros en la tercera fase, a juzgar por el incontestable parecido que su obra tiene con la música de John Williams para la famosa cinta. Tanto debió impactarle esta banda sonora que prácticamente la suya es una suite con los momentos más inquietantes de una música que hunde gran parte de sus raíces en el universo de Ligeti aunque sin perder esa personalidad en el caso de Williams que sí pierde el compositor gallego. Eso sí, su pieza obtuvo de Soustrot y la Sinfónica una lectura impactante, matizada y brillante, especialmente palpable en el espléndido trabajo de los metales.

Una violinista poderosa y controlada

Tras lo mucho que nos gustó la violinista moldava Alexandra Conunova cuando hace cuatro años interpretó junto a John Axelrod y la ROSS el concierto de Brahms, esta vez volvió a convencernos con un sonido tan controlado que puede resultar áspero y aterciopelado según qué pasaje, transmitiendo siempre tal confianza que no nos cabe duda que se trata de decisiones muy meditadas y personales. No importa que esta vez estuviera al servicio del Concierto nº 3 de Saint-Saëns, que aun siendo el más popular y programado de los suyos, no deja de ser una obra de segunda fila. No obstante sirve para valorar la técnica de la solista y su pureza de emisión, y a pesar de su exuberante orquestación, Conunova no perdió ni un instante el liderazgo, mostrando en el andantino un sonido seductor y amable, dando en el movimiento final rienda suelta a su proverbial virtuosismo, lleno de fuerza y energía, y exhibiendo en todo momento musicalidad y habilidad para definir su carácter melodioso, sin grandilocuencias ni estridencias. A todo ello se plegó la batuta siempre elegante y cálida de Soustrot.


Como en el concierto, la orquesta desplegó todo su potencial en la que quizás fuera la mejor de las interpretaciones que haya hecho de la recurrente Sinfonía de César Franck. Soustrot hizo patria de nuevo programando estas piezas netamente francesas, aunque en esta ocasión manejaran ciertas licencias de estilo germánico, logrando una interpretación magistral, muy reflexiva y técnicamente apabullante de esta conocida pieza sinfónica. Atacada como de un solo impulso, sin fragmentación alguna, el director de la ROSS atrapó con su batuta la poética melancolía, el luminoso color, la energía y el vigor que encierra la partitura. Con intervenciones esplendorosas del corno inglés y aportaciones precisas de todas las familias instrumentales, Soustrot logró un equilibrio formal entre el peso sinfónico y la gracilidad gala que derivó en un final apoteósico y una interpretación para el recuerdo.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 19 de abril de 2022

RED Una insólita llamada a la rebeldía

Título original: Turning Red
USA 2022 100 min.
Dirección
Domee Shi Guion Domee Shi, Julia Cho y Sarah Streicher Fotografía Mayar Abousaeedi y Jonathan Pytko Música Ludwig Goransson, Billie Eilish y Finneas O’Connell Voces (en versión original) Rosalie Ching, Sandra Oh, Ava Morse, Hyein Park, Maitreyi Ramakrishnan, Orion Lee, Wai Ching Ho Estreno en internet 11 marzo 2022

Estrenada solo en plataformas digitales, nos encontramos ante uno de los títulos más desconcertantes y ambiguos de Pixar, ni que decir tiene de Disney. Y es que su protagonista es una adolescente que se debate entre ser la buena hija, respetuosa y obediente, que se espera de ella, o afrontar los cambios relevantes que se producen en su físico y psicología con una mayor dosis de libertad y con el derecho a sentirse auténtica, con sus virtudes y defectos.

En principio nos encontramos por lo tanto ante toda una llamada a la rebeldía, a aceptar y afrontar con respeto pero sin demasiada humildad esa individualidad, diferencia y herencia genética que portamos desde el nacimiento. Para ello se ha echado mano de cierta iconografía asiática, con peajes en el cine de animación nipona, al menos en lo que a fantasía y animales un tanto mitológicos se refiere, ya que en el resto se repiten esquemas muy trillados en el cine de género americano.

Aunque no se llega a explicar por qué se ambienta en Toronto en el año 2002, parece servir a la creación de una de esas típicas boys bands de la época, la que desata la locura fanática entre Miei Lee, la niña protagonista, y su pandilla de acólitas algo frikis, para la que el oscarizado tándem de hermanos Bille Eilish y Finneas O’Connell ha compuesto tres nuevas y pegadizas canciones. El resto, mucho color, unas buenas dosis de fantasía y un frenético y divertido desarrollo, agradeciéndose que en su transcurso la niña vaya suavizando su repelente carácter inicial.

LA OJA DA RELIEVE A LA SÉPTIMA DE BRUCKNER

Cita en Maestranza. Concierto de Pascua de la Orquesta Joven de Andalucía. Carlos Domínguez-Nieto, dirección. Programa: Sinfonía nº 7 en Mi mayor, de Bruckner. Teatro de la Maestranza, lunes 18 de abril de 2022


Resulta desalentador que después de treinta años de esfuerzos ímprobos por parte de gestores e instituciones, el Maestranza ofrezca un aforo tan decepcionante como el que concitó anoche a la cada vez más escuálida afición sevillana. No es que el teatro estuviera vacío, pero puede que solo alcanzara poco más que la mitad de su aforo, y eso, tratándose de una cita que debiera ser ineludible por dos motivos fundamentales, tratarse de un concierto de nuestra estupenda orquesta joven y darnos la oportunidad de disfrutar con uno de los sinfonistas más ilustres de la historia, es sencillamente imperdonable. Es cierto que desde la crisis del 2008, y con todo lo que ha venido después, no se ha logrado levantar el ánimo y mucha de la afición que se había conseguido gestar desapareció como el humo, pero no podemos seguir justificándonos con esa desgracia para aceptar esta paulatina derrota de la cultura en una ciudad tan arraigada en ella.

El cuerpo sinfónico de Bruckner no está al alcance de cualquiera; son pocas las batutas que consiguen grandes resultados con su mastodóntico y complejo universo, ya sea desde un punto de vista técnico como expresivo. Más difícil lo tiene una orquesta todavía poco experimentada y de plantilla tan cambiante como la Joven de Andalucía, aunque al frente se ponga un director tan acreditado, con un currículo tan solvente como el de Domínguez-Nieto. Y sin embargo los resultados no pudieron ser más satisfactorios. La Séptima de Bruckner exige una extrema claridad en su arquitectura y una plenitud irradiante en la exposición de sus múltiples temas. Es importante además que su interpretación acierte a recrear ese espíritu wagneriano que la informa. De todo eso hizo buen acopio la extensa plantilla con que la OJA regresó este año al Maestranza, después de que la pandemia le obligara a celebrar su cita del pasado año en el Central.

Una página profunda y hermosa


Ya en el arranque del concierto, con un homenaje a las víctimas de la guerra, especialmente a las personas refugiadas de Ucrania con las que los y las jóvenes de la orquesta coincidieron en su retiro de Pilas, en forma del muy recurrente para estos menesteres Adagio para cuerdas de Barber, Domínguez-Nieto hizo una estupenda demostración de relieve y músculo, con dinámicas muy controladas y contrastes muy medidos. De todo eso se hizo eco también su versión de la sinfonía bruckneriana, que atacó con un encomiable sentido del equilibrio, logrando tanto comprensión formal como fluidez y agilidad en el fraseo y riqueza en las texturas. La suya no fue una Séptima colmada de sutilezas, pero tampoco resultó estridente ni apelmazada. Logró extraer de la joven plantilla un sonido homogéneo, imbuido de fuerza y energía, algo áspero en la cuerda aguda pero jamás desentonada ni fuera de estilo. Así arrancó la cuerda tremolante en un primer movimiento de admirable plasticidad y atmósfera etérea que acabó con un gran y apoteósico calderón en la mejor tradición del anillo wagneriano. Continuó luego con un adagio solemne y muy reflexivo, con más intensidad dramática quizás que pura desolación, un efectivo desarrollo contrapuntístico y un espléndido trabajo en los metales, coronado por ese polémico golpe de platillos muy bien controlado, y un apabullante crescendo final que sin embargo no malogró la trasparencia y el relieve del conjunto.

El scherzo se resolvió con ritmo precipitado e inusitada energía, un desarrollo tumultuoso y un logrado contraste con el apacible trío central, derivando a un finale de firme y férrea arquitectura, un sensacional trabajo en las trompas y una adecuada atmósfera cálida que culminó con el último y apabullante crescendo sin caer nunca en la estridencia ni el mal gusto. Una vez más quedó demostrada la disciplina y enorme capacidad de esfuerzo y trabajo desplegado por estos jóvenes músicos. Que gran parte del público aplaudiera tras cada movimiento demuestra una búsqueda incesante de nuevo público capaz de sustituir al que tanto echamos en falta en estas citas ineludibles. Como viene siendo habitual al final de sus conciertos, la plantilla se lanzó a una anticlimática pero muy elocuente fiesta, ya sin batuta, con el pasodoble Amparito Roca.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 18 de abril de 2022

AMBULANCE. PLAN DE HUIDA Política del exceso

Título original: Ambulance
USA 2022 136 min.
Dirección
Michael Bay Guion Chris Fedak, según el guion de Laurits Munch-Petersen y Lars Andreas Pedersen Fotografía Roberto De Angelis Música Lorne Balfe Intérpretes Jake Gyllenhaal, Yahya Abdul-Mateen II, Eiza Gonzalez, Moses Ingram, Keir O’Donnell, Jackson White, Colin Woodell, A Martinez Estreno en Estados Unidos 8 abril 2022; en España 13 abril 2022

El cine de Michel Bay (La roca, Armageddon, Pearl Harbor y la saga Transformers) se caracteriza por el exceso, y su última película no es precisamente la excepción. Tomando como base el guion de una película danesa de hace diecisiete años, Bay nos cuenta la historia de un atraco a un banco que sale mal, y a partir de ahí todo se centra en una persecución interminable por las calles de Los Angeles, protagonizada por la ambulancia del título y la rocambolesca y a la larga absurda e improbable insistencia por mantener a un policía herido vivo, teniendo en cuenta que en el transcurso son innumerables los agentes de la autoridad que perecen en esta huida sin cuartel.

Bay no se toma apenas tiempo en los preparativos de esta tragedia violenta, ni en los argumentos que uno de sus protagonistas utiliza para convencer al otro, el personaje honrado, responsable y descreído ante el sistema, que es también quien personifica a ese colectivo étnico que generalmente sale tan mal parado en los dramas policiales de la vida real. El megalómano director se encarga de añadir todavía más adrenalina a fuerza de drones arriba y abajo que recorren calles y edificios sin piedad.

Mientras la cinta danesa necesitaba algo menos de hora y media para resolver esta persecución implacable por las calles de Copenhague, Bay se explaya dos horas y cuarto para poner en escena sus espectaculares persecuciones, explosiones y tiroteos, en todo un alarde de violencia a la que no falta si quiera algún detalle gore aprovechando que estamos en ambientes sanitarios. Para que no decaiga el ritmo, su guionista se encarga de que los diálogos sean igualmente incesantes, aunque no tengan nada que aportar a la trama. Con todo, no se le puede negar estar realizada con pericia, sentido del entretenimiento y la espectacularidad y un reparto solvente que añade atractivo al frenético y fatigante conjunto.

LA CIUDAD PERDIDA Entretenimiento con estrellas

Título original: The Lost City
USA 2022 120 min.
Dirección
Aaron y Adam Nee Guion Dana Fox, Oren Uziel, Adam Nee, Aaron Nee y Seth Gordon Fotografía Jonathan Sela Música Pinar Toprak Intérpretes Sandra Bullock, Channing Tatum, Daniel Radcliffe, Brad Pitt, Da’Vine Joy Randolph, Oscar Nuñez, Patti Harrison, Bowen Yang Estreno en Estados Unidos 25 marzo 2022; en España 13 abril 2022

Muchas veces nos preguntamos
por qué engendros como este necesitan tantos guionistas, y esta vez hemos llegado definitivamente a la conclusión de que la única respuesta posible es que acaban discutiendo tanto que el resultado acaba siendo tan lamentable, al menos en lo que a diálogos se refiere, como el que nos ofrecen los hermanos directores Aaron y Adam Nee. Lo curioso es que esta pareja de realizadores ha pasado de dirigir películas casi inexistentes a esta tan enmarcada en el sistema hollywoodiense, y ahora incluso preparan el lanzamiento de una nueva versión de Masters del Universo.

La ciudad perdida es un nuevo intento de recuperación del cine de aventuras que tanto éxito tuvo sobre todo en la década de los ochenta del pasado siglo, pero más cerca del ideario romántico, cómico y venturero de Tras el corazón verde que de las spielberianas aventuras de Indiana Jones, que para eso ya tuvimos ración el pasado verano con la mucho más estimable Jungle Cruise. Aquí la baza fundamental del entretenimiento lo constituye su lujoso reparto, pues en lo que a dirección artística y efectos visuales se refiere, la cosa se queda muy cortita. Si en el título de Robert Zemeckis una escritora de novela romántica, Kathleen Turner en plan patito feo destinada a convertirse en cisne, se veía involucrada en la búsqueda de un tesoro en el Amazonas junto a un aventurero Michael Douglas, ahora es una desmotivada autora de novela de aventuras exóticas y románticas quien se verá obligada a tal búsqueda por orden de un villano millonario al que da vida con poca convicción Daniel Radcliffe, mientras el hombre duro en cuestión lo personifica un Brad Pitt que protagoniza el giro argumental más traumático de la historia, después del cual la cinta va paulatinamente naufragando cas sin remedio.

Uno de sus productores, junto a la protagonista Sandra Bullock, es el divertido y desinhibido Channing Tatum, que se reserva el papel de hombre objeto que hará todo lo posible por superar sus limitaciones para proteger a la creadora de su mito. Pero ni los chistes son especialmente ingeniosos, ni las situaciones suficientemente originales, siendo el carisma de sus intérpretes, cuyos fans acumulan cuatro generaciones, y el ritmo y la amabilidad de sus propuestas los que salvan el guiso y lo hacen aconsejable para quienes solo busquen un entretenimiento sin compromisos ni exigencias.

miércoles, 13 de abril de 2022

CONTANDO OVEJAS Trastornos del sueño

España-Argentina 2022 110 min.
Guion y dirección
José Corral Llorente Fotografía Sara Gallego Música Damián Schwartz Intérpretes Eneko Sagardoy, Juan Grandnett, Natalia de Molina, Consuelo Trujillo, Mará Fernanda Valera, Alfonso Lara y las voces de Manolo Solo, Julián Villagrán y José Luis García Pérez Estreno 13 abril 2022

Para su debut en el largometraje, José Corral combina la animación stop motion que generó sus dos cortometrajes anteriores, El desván y Un cuento familiar, con la imagen real, en un cuento amargo y perverso que se desarrolla en su totalidad entre las paredes de un desvencijado edificio en el centro de una gran ciudad. Corral juega sus cartas procurando sorprender a cada giro y con una especial inquietud por ofrecer una estética depurada y novedosa.

No le falta ingenio y originalidad a la hora de plantear su rocambolesca trama, si bien yerra al definir a todos sus protagonistas como seres inmundos y caóticos con los que resulta difícil empatizar. Bizarra y grotesca, hará las delicias de aficionados y aficionadas al terror perverso con un punto gore, mientras el resto podrá sentirse puntualmente atraído por su propuesta entre diferente y sorprendente. Partimos de un problema de insomnio provocado por unos vecinos desconsiderados y maleducados, que celebran fiestas hasta altas horas de la madrugada sin tener en cuenta el descanso de los demás. La falta de sueño genera monstruos con la forma de esas ovejas que tradicionalmente se cuentan para relajar el estrés, y que en este caso están llamadas a que el extraño protagonista supere complejos  y miedos. Estos seres cuentan con las voces de tres actores andaluces, Solo, Villagrán y García Pérez.

A partir de ahí lo mejor es descubrir esta insólita propuesta, siempre que se tenga estómago suficiente para sobrellevarla. Es cierto que en el conjunto falta más mordacidad y una mayor dosis de tensión, pero como ópera prima se merece esperar de su joven realizador próximos trabajos más depurados también en sentido puramente narrativo y dramático, con algunas nociones básicas de cine mejor aprendidas.

Estreno en salas de GAGARINE

 Reseña de la película, estrenada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla de 2020

COMPARTIMENTO Nº 6 Extraños en un tren helado

Título original: Hytti nro 6
Finlandia-Alemania-Estonia-Rusia 2021 107 min.
Dirección
Juho Kuosmanen Guion Andris feldmanis, Juho Kuosmanen y Livia Ulman, según la novela de Rosa Liksom Fotografía Jani-Petteri Passi Intérpretes Seidi Haaria, Yuriyi Borisov, Dinara Drukarova, Vladimir Lysenko, Galina Petrova, Yuliya Aug, Valeriy Nikolaev Estreno en el Festival de Cannes 10 julio 2021; en Finlandia 29 octubre 2021; en España 13 abril 2022

El director finés Juho Kuosman llamó la atención hace unos años con su particular biografía de un célebre púgil finlandés de los años sesenta, El día más feliz en la vida de Olli Mäki. Ahora regresa con la adaptación de una novela seudo romántica en el que dos personajes en principio absolutamente antagónicos se conocen en un tren y acaban sellando una amistad presuntamente inquebrantable, especialmente cuando llegan a su destino, un yacimiento de petroglifos en Mürmansk, el gélido Ártico ruso que concita gran parte del contenido metafórico que persigue el film.

La empresa cobra ahora mayor relieve político que cuando empezó a cosechar premios en Cannes y Valladolid, y nominaciones en los Globos de Oro, los Premios del Cine Europeo y los César. Ni siquiera cuando se estrenó en el Festival de Sevilla se sospechaba pudiera admitir la lectura que ahora más se nos antoja. Y es que ambientada en los noventa del pasado siglo, con la antigua URSS recientemente desmembrada, aunque nada se dice al respecto y solo lo adivinamos por la música, los cassettes, los automóviles y ese desvencijado tren donde nacen los afectos que impulsan su leve trama, todo apunta al canto melancólico que entona el rudo personaje masculino, Joha, que no duda en celebrar la grandeza de Rusia, frente a una recién independizada Finlandia, cuna de la desorientada Laura, lista para buscar un nuevo horizonte y una renovada ilusión, la que en estos aciagos tiempos parece volver a perderse.

En este viaje iniciático los personajes se abandonan a un casi inverosímil juego de aproximación que lima caracteres de forma harto convencional para derivar en una especie de relación platónica que no deja entrever apenas solución ni alivio a unas vidas que se antojan anodinas y faltas de motivación. No parece mucho ni demasiado atractivo, ni siquiera provoca esa ternura que tantos y tantas cronistas anuncian; a algunos simplemente nos parece tan gélida como los abruptos paisajes que muestra.

LAS CARTAS DE AMOR NO EXISTEN Un híbrido romántico y desenfocado

Título original: Chère Léa
Francia 2021 89 min.
Guion y dirección
Jérôme Bonnell Fotografía Pascal Lagriffoul Música David Sztanke Intérpretes Grégory Montel, Grégory Gadebois, Anaïs Demoustier, Nadage Beausson-Diagne, Léa Drucker, Pablo Pauly, Charlotte Clamens, Gaëtan Peau Estreno en Francia 15 diciembre 2021; en España 8 abril 2022

Hace casi una década el realizador francés Jérôme Bonnell estrenó El tiempo de los amantes, un melodrama romántico protagonizado por Gabriel Byrne y Emmanuelle Devos que cosechó cierto éxito y algún puñado de premios. Tras un largo periplo en la televisión, Bonnell regresa ahora con otra historia presuntamente romántica, pero en clave híbrido que coquetea con el drama y la comedia sin posicionarse en ningún género y dejando al espectador o espectadora en el más absoluto desconcierto ante las supuestas intenciones de su director y guionista.

Un insufrible empresario que cuando menos te lo esperas se mete en situaciones más propias del inspector Clouseau que de un romántico empedernido, escribe una larga carta de amor a la joven con la que parece haber roto no hace mucho, y que vive enfrente del bar que le sirve de oficina improvisada a tal efecto. Su título original, Querida Léa, ha sido traducido internacionalmente por el más explícito La carta de amor, pero aquí hemos ido más lejos y le hemos añadido que las cartas de amor no existen, no se sabe muy bien con qué intención, seguramente comercial, puede que un título así suene más ambicioso y atractivo.

Lo cierto es que en la película de Bonnell abundan situaciones ridículas, personajes estrambóticos y cierta pesadez que hace que su apenas hora y media de duración se haga eterna. Por si fuera poco apesta considerablemente a machismo, el que practica su obsesivo personaje principal y algunos de los que le rodean. Hay poco que recomendar de este insulso título y mucho que ahorrarse evitándolo.

martes, 12 de abril de 2022

LAS NIÑAS DE CRISTAL Linares acierta con un drama de intriga y danza

España 2022 138 min.
Dirección
Jota Linares Guion Jota Linares y Jorge Naranjo Fotografía Gris Jordana Música Ivan Palomares Intérpretes María Pedraza, Paula Losada, Marta Hazas, Paula Losada, Mona Martínez, Marta Hazas, Ana Wagener, Fernando Delgado-Hierro, Olivia Baglivi, Ángel Ro, Juanjo Almeida, Iria del Río, Javier Lago, Silvia Kal Estreno en el Festival de Málaga 25 marzo 2022; en internet 8 abril 2022

Haber cambiado de colaborador en el guion parece haberle sentado bien al director gaditano Jota Linares. Su última película supera por fin la decepción que provocaron sus anteriores trabajos, Animales sin collar y ¿A quién te llevarías a una isla desierta? Aplaudimos de entrada que se haya atrevido con un género poco o nada cultivado en nuestra cinematografía, el de la danza clásica, y que lo haya resuelto con tanta elegancia y buenos recursos técnicos y artísticos, aunque su acabado definitivo nos lleve más cerca de la mini serie de televisión que del cine propiamente dicho. Quizás también por eso sea capaz de sintonizar mejor con nuestro interés, que apenas decae durante sus casi dos horas y media de duración, en las que nos sumerge en una interesante trama de suspense y sensualidad ambientada en los entresijos de una producción de la Compañía Nacional de Danza.

Giselle de Adolphe Adam, sirve de plataforma sobre la que se asiente esta crónica sobre el esfuerzo, el sacrificio y al incomprensión que sobrellevan las bailarinas de una compañía seria de baile clásico. Un ballet blanco para el que se prescinde de las coreografías tradicionales de Petipa, Perrot o Fokine para sumergirnos en un híbrido entre la danza clásica y la contemporánea que sus dos jóvenes protagonistas defienden con una extraordinaria profesionalidad. A Pedraza la descubrimos en Amar y El verano que vivimos, y ya trabajó a las órdenes de Linares en su anterior largometraje. Losada, como ella, proviene también de la danza y construye un personaje en el que la ambigüedad y los complejos definen una extravagante personalidad. Resulta inevitable recordar otros títulos señeros relacionados con el tema, como Paso decisivo o Cisne negro. De la primera destacamos el intenso duelo que emprenden Mona Martínez y Ana Wagener en el último tercio de la película, y de la segunda esa rivalidad a menudo malsana que se produce entre las bailarinas de una compañía de danza, tantas veces más en el subconsciente de los personajes que en la propia realidad. Llama también la atención que los personajes masculinos apenas tengan relieve, sino para importunar (el padre castrante, el pretendiente fanfarrón, el compañero poco fiable o el sempiterno coreógrafo), mientras todo el peso de la función recae sobre los femeninos, con un amplio abanico de estéticas y perfiles que posibilitan una al menos inquietante radiografía de un mundo que sigue siendo un gran desconocido.

Al margen de los fragmentos del título de Adam, y otras intervenciones de ballets de Minkus o Fauré, Ivan Palomares vuelve a demostrar lo buen músico que es, ilustrando este complejo universo con una hermosa y a la vez inquietante partitura, mientras los técnicos de efectos visuales se esmeran en recrear esos mundos oníricos que hacen más amable el estrés continuo al que están sometidas sus dos inseparables y aguerridas protagonistas, algo como lo que sucedía en la ya clásica Criaturas celestiales de Peter Jackson. Por todo ello, y aun teniendo en cuenta sus múltiples irregularidades, sobre todo de caídas de ritmo y tensión, celebramos este título insólito y tan bien acabado del cine español. Sorprende que a pesar de todas estas virtudes no arañara ningún premio en el reciente Festival de Málaga.

domingo, 10 de abril de 2022

TON KOOPMAN ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA

39 Femás. Concierto de clausura. Misa en si menor de Bach. Amsterdam Baroque Orchestra & Choir. Ilse Eerens, soprano; Clint van der Linde, alto; Tilman Lichdi, tenor; Klaus Mertens, bajo. Ton Koopman, dirección. Teatro de la Maestranza, sábado 9 de abril de 2022

Koopman al frente de la Barroca de Ámsterdam. Foto: Javier Santos

En Sevilla, donde cada año se agolpan multitudes para sobrecogerse con los pasos de Semana Santa, sabemos muy bien que no hace falta creer ni comulgar para admirar las suntuosas catedrales que nos ha dejado la Cristiandad, no solo de ladrillo, también esas otras que inspiran y miman nuestros oídos, como la maravillosa Misa en si menor que Johann Sebastian Bach edificó entre 1733, año en el que culminó el Kyrie y el Gloria que abarcan la primera parte, y 1748, cuando a partir de piezas originales y otras prestadas de su propio catálogo, la mayoría de las veces siguiendo la técnica de la parodia, culminó esta incomparable e irrepetible obra maestra hoy considerada Patrimonio de la Humanidad. Hasta aquí se desplazaron los y las integrantes de la Barroca de Ámsterdam, fundada por Ton Koopman hace cuarenta y cuatro años, y el coro que le acompaña desde 1992, con su flamante y legendario director al frente, para poner en pie con buenos recursos y mejores intenciones esta sobrecogedora partitura, llena de subyugantes melodías, grandes pasajes instrumentales, extraordinarias arias y dúos, y sobre todo magníficas partes corales, lo que la convierten en un prodigio de creatividad, belleza y variedad. Fue como se suele decir el broche de oro de un excelente Femás.

Ilse Eerens
Aunque a la vista se nos ofreció un Koopman pletórico de vitalidad y energía, el director holandés optó por una lectura más bien intimista y recogida de la suntuosa partitura, lo que no impidió lucir en sus pasajes más vitalistas la espectacularidad que demanda la pieza, aunque en este caso fuera algo más discreta. El trabajo del coro no pudo ser más esmerado, ya desde un Kyrie inicial que vislumbró la estética que habría de seguir el resto del programa, con voces alternándose y completándose progresivamente, con una claridad y una transparencia que dejó traslucir a la perfección el incomparable arte de la fuga cultivado por el autor, y que logró ya desde el arranque conmover a más de uno y una. Siguió un Christe protagonizado por la belleza tímbrica de la soprano belga Ilse Eerens y la voz acaso demasiado oscura de Clint van der Linde, aunque más próximo así a la tesitura de una mezzo con la que habitualmente se encomendaba la misión en aquellas suntuosas versiones atacadas desde parámetros románticos que se disfrutaban antaño. Majestuosos timbales y trompetas hicieron su aparición en el Gloria in excelsis Deo, con el apoyo musculoso de la cuerda grave, en la que se inmiscuyó con notable acierto el violonchelo de Mercedes Ruiz sustituyendo con gracia y profesionalidad a una baja de la plantilla inicial, todo un orgullo para el ambiente musical de la ciudad, que dicho sea de paso abarrotó por una vez el aforo casi completo del Maestranza.

Klaus Mertens
Menos acertada estuvo la concertino Catherine Manson acompañando a Eerens en Laudamus te, fuera de estilo y con un sonido áspero y estridente, todo lo contrario que la flauta solista en Domine Deus, que aunque evidenció una voz pequeñita, logró armonizarse a la perfección con las voces y ornamentaciones de la soprano y el sonriente tenor Tilman Lichdi. Con la misma estética intimista y relajada atacó el magnífico coro Qui tollis peccata mundi; más tarde hizo su primera aparición el veterano bajo alemán Klaus Mertens, aunque con un arranque algo deslavazado del continuo en colaboración con una trompa natural bastante deslucida. Mertens, como el resto de sus compañeros y compañera, está plenamente curtido en la música de Bach, aunque en él la veteranía es un grado y le ha permitido codearse con los mejores directores en la materia. Su voz baritonil conserva su esencia y mantiene un timbre precioso y un tono bien regulado, aunque inevitablemente hiciesen aparición los tan temidos temblores habituales de la edad. Con un mesurado júbilo en Cum Sanctu Spirito culminó el coro la primera parte.

Con el Credo, más atento a la expresividad, entre piadosa y sentimental, inició Koopman la segunda parte, ahora con el coro dispuesto de forma distinta pero manteniendo la simetría y claridad que les caracteriza, y momentos tan brillantes como ese Et incarnatus est precedente mozartiano que el coro encaró con una considerable carga dramática, siempre dentro de parámetros donde la discreción y la contención fueron los protagonistas. Tras un Sanctus abordado con un gran sentido de la solemnidad, el bloque final fue resuelto con idéntica carga expresiva, menor atención a los acentos que al color, destacando el carácter piadoso con que Lichi abordó el Benedictus, y el considerable sentimiento que van der Linde aportó al inconmensurable Agnus Dei, acaso el aria más famoso de la obra, y que gozó de sensacionales pianissimi por parte del contratenor sudafricano. Un jubiloso Dona nobis pacem culminó esta estremecedora experiencia, y vaya si es verdad que pudimos ir en paz, que falta nos hace.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía