jueves, 16 de enero de 2025

KNEECAP La lucha a través de la cultura popular

Irlanda-Reino Unido 2024 105 min.
Guion y dirección
Rich Peppiatt Fotografía Ryan Kernaghan Música Michael “Mikey” J Asante Intérpretes Móglaí Bap, Mo Chara, DJ Próvai, Josie Walker, Fionnuala Flaherty, Jessica Reynolds, Adam Best, Simone Kirby, Michael Fassbender Estreno en el Festival de Sundance 18 enero 2024; en Irlanda 8 agosto 2024; en España 20 septiembre 2024

Recuperamos este título tras la lluvia de nominaciones a los Premios Bafta que acaba de recibir, seis, algunos en apartados exclusivamente dedicados al cine británico. Lo despreciamos en su momento, y constatamos ahora nuestra falta de sintonía con este tipo de propuestas, frenéticas en su montaje, saturadas de efectos gráficos y recursos técnicos, y con una abierta exhibición de consumo de alcohol y estupefacientes que poco o nada conveniente nos parce de cara al público mayoritario, joven, al que va destinado. Afortunadamente no parece que este debut en el largometraje del irlandés Rich Peppiatt haya tenido mucha repercusión de público, aunque sí y unánime de crítica, en nuestro país. Se trata desde luego de una propuesta muy local, centrada en la eterna lucha de Irlanda del Norte por repeler la influencia e invasión británica, a través de una historia biográfica real. 
El trío de hip hop Kneecap, rótula en inglés, pero también disparo en la rodilla en referencia a la práctica inglesa para frenar protestas republicanas en la zona, surgió a finales de 2017 para posicionarse en un lugar destacado de la cultura pop. Pero lo más llamativo es que demuestran con sus temas cómo a través de la cultura popular y urbana se pueden conseguir objetivos que mediante la lucha protocolaria y las reivindicaciones legislativas tanto cuesta lograr.

Pone de manifiesto también la distancia generacional para afrontar un mismo problema, mediante la figura del padre ex terrorista de uno de los protagonistas, un error de casting para colocar una estrella en el cartel, Michael Fassbender. Un profesor de música y dos jóvenes, interpretándose a sí mismos, montan este conjunto y consiguen que la juventud de la zona se interese más por su lengua, el gaélico, posibilitando que el idioma se extienda y sea practicado por un mayor número de personas en toda Irlanda del Norte, lo que demuestra la importancia como patrimonio cultural del idioma propio como identidad y distinción de los pueblos, y cómo preservarla constituye una obligación inexcusable y una vía efectiva hacia la auto determinación.

Lástima que tan interesante tesis se diluya en una vorágine de situaciones, presuntamente cómicas y divertidas, y personajes extremos, empezando por la desquiciada inspectora de policía y terminando con los caricaturescos Republicanos Anti Droga, mientras la mencionada saturación de efectos y detalles acaban provocando algo parecido a la fatiga. Será interesante poderla mencionar cuando Rich Peppiatt empiece a acumular títulos tras la buena acogida que ha tenido su ópera prima, por mucho que en el fondo no se trate más que de una prolongación de aquel Danny Boyle de Trainspotting, después perdido entre tanta película definitivamente banal.

martes, 14 de enero de 2025

UN RECITAL LÍRICO PARA CERRAR LA RUTA TURINA

Ruta Turina. Aurora Galán, soprano; Javier Molina, piano. Programa: Joaquín Turina lírico: Cinco rimas de Bécquer, Plazoleta de Sevilla en la noche del Jueves Santo, Couplet de Margot y El triunfo de Afrodita, de Margot; Romanza de Dianuela, de Pregón de flores; Cántico del genio de la fuente, de Jardín de Oriente; Saeta en forma de Salve a la Virgen de la Esperanza; Cantares, de Poema en forma de canciones. Teatro Cajasol, lunes 13 de enero de 2025


Un día antes de cumplirse setenta y seis años desde el fallecimiento de Joaquín Turina, y por lo tanto al límite de la celebración del setenta y cinco aniversario de dicha efemérides, el ciclo más transversal de cuantos recordamos en Sevilla cerró con una cita oficialista y protocolaria, como debe ser. Unas palabras introductorias e ilustrativas del historiador y crítico musical Andrés Moreno Mengíbar como representante de una de las instituciones organizadoras del evento, la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, precedieron la actuación de la soprano sevillana Aurora Galán y el pianista jienense Javier Molina.

Galán participa habitualmente en los espectáculos líricos de la Compañía Sevillana de Zarzuela, otro de los entes organizadores de esta velada, que se completa con la Fundación Cajasol, en cuyo teatro tuvo lugar el acontecimiento. También hemos podido disfrutar de su canto en conciertos de la Sinfónica Conjunta y montajes de música contemporánea de la mano de Zahir Ensemble. Se trata por lo tanto de una voz muy polifacética que en esta ocasión se enfrentaba a un repertorio más cerca de la lírica típicamente española que del meramente experimental.

Con éste han sido tres los programas íntegramente dedicados al compositor sevillano durante los meses que ha durado esta original y oportuna Ruta Turina coordinada por Rafael Ruibérriz, el que concitó a diversos agentes culturales de la ciudad en torno a su música religiosa en el Templo del Salvador, el que el Cuarteto Isbilya dedicó a su reivindicable música de cámara, y el que anoche se centró en la creación lírica del autor de Danzas fantásticas.

Dos óperas, otra incompleta, un ciclo de canciones, una saeta y un poema que ya se pudieron escuchar en paradas anteriores de esta ruta, conformaron un ecléctico programa abordado sin embargo desde una estética bastante homogénea. Galán lució voz rotunda y poderosa, muy bien proyectada y capaz tanto de refulgentes agudos como de profundos graves siempre audibles.

Sin embargo acusó un estilo demasiado temperamental, lo que provocó cierta falta de sintonía con una gramática instrumental traducida en un piano delicado de tintes impresionistas y acordes llenos de sensibilidad, algo a lo que Molina se prestó con bastante acierto, no obstante el exceso de ambición que evidencian piezas como Plazoleta de Sevilla en la noche del Jueves Santo, más conocida como Marcha de Margot, y El triunfo de Afrodita, de la misma obra.


Una lástima fue también que las palabras se perdieran en una vocalización no suficientemente depurada, lo que impidió disfrutar más del talento de Bécquer -  Cinco rimas, la primera, Olas gigantes, atrevida en su intencionada modernidad, la tercera, Tu pupila es azul, de colores y tonos claramente impresionistas y delicados. Tampoco lucieron las letras de María Lejárraga, que firmaba bajo el nombre de su esposo Gregorio Martínez Sierra por razones fundamentalmente machistas, autora de los libretos de Margot y Jardín de Oriente, ni de los Hermanos Álvarez Quintero, responsables de la ópera inacabada Pregón de flores.

Donde más brilló la gracia y el talento de la soprano fue en el Couplet de Margot, repetido como bis, mientras se mantuvo recia y dolorosa en la Saeta en forma de Salve a la Virgen de la Esperanza, y muy en estilo en Cantares, de Poema en forma de canciones, siempre con el acompañamiento mayormente refinado de Molina.

La intención es que este recuerdo a la figura y el genio del compositor sevillano se perpetúe en el tiempo y la Ruta Turina se convierta en cita anual. Cabe mencionar que Turina siempre ha contado con el respeto y la admiración, en continua renovación, del público aficionado sevillano. El primer concierto de los fenecidos Encuentros de Música de Cine que se grabó fue una integral suya dirigida por Antón García Abril, mientras para recordar el cincuenta aniversario de su muerte, Margot se interpretó completa en versión de concierto en Sevilla y Córdoba. Tanto este título como Jardín de Oriente fueron recuperados por José Luis Turina, nieto del homenajeado y principal valedor de su patrimonio.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 13 de enero de 2025

BARRAGÁN Y WENDEBERG, MAESTROS VIRTUOSOS

Diálogos concertantes. Pablo Barragán, clarinete; Michael Wendeberg, piano. Programa: Sonata para clarinete y piano Op. 120 nº 2, de Brahms; Selección de 24 preludios para piano Op. 11 (nos. 1-4, 8, 10, 20, 21-24); Sonata para clarinete y piano Op. 1, de Bernstein; Sonata para clarinete y piano FP 184, de Poulenc. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, domingo 12 de enero de 2025


Este pasado fin de semana nos ha acompañado una buena oferta de música de cámara, con los integrantes del prestigioso Cuarteto Quiroga presentando en el Espacio Turina un recorrido por el género desde Haydn a Bartók pasando por Beethoven, y los solistas de la Sinfónica de Sevilla adhiriéndose a la Ruta Turina con obras de Mendelssohn, Beethoven y el homenajeado. El broche final lo puso una nueva propuesta del Teatro de la Maestranza en colaboración con la Fundación Barenboim-Saïd. Para la ocasión la Sala Manuel García lució una nueva pantalla acústica que mejora ligeramente la proyección del sonido.

Se trata de aprovechar la presencia en nuestra ciudad de destacados solistas adscritos al programa académico de la fundación, ejerciendo así no sólo como maestros de las nuevas promesas sino también deleitándonos con su propia voz en conciertos tan agradables como el ofrecido este domingo. La idea es poner en sintonía obras de distinto calado técnico y sentimental en los que confluya algún detalle o matiz que las una, llevando a cabo así un doble diálogo concertante, el manifestado entre los instrumentistas y el que pone en comunicación a las obras programadas.

Muy querido en nuestra tierra, el marchenero Pablo Barragán, profesor de clarinete en la Fundación Barenboim-Saïd de Sevilla, y el apreciado y comprometido pianista Michael Wendeberg, profesor de la fundación en Berlín, ofrecieron un programa ecléctico y muy adecuado para apreciar sus virtudes. Ambos demostraron una compenetración envidiable, sobre todo teniendo en cuenta que no forman pareja profesional, que su colaboración en este caso atiende a cuestiones puramente coyunturales.

Las primeras obras en sintonía fueron la Sonata para clarinete y piano de Brahms y una selección de los veinticuatro preludios op. 11 de Scriabin, ambas compuestas en la misma época, a pesar de tratarse de la última pieza de cámara del alemán y una de las primeras del ruso, lo que lleva a estimar que el segundo heredó la fuerza y compostura romántica del primero mientras se adentraba en nuevos derroteros y un lenguaje propio y particular.

En la sonata de Brahms, Wendeberg exhibió una incómoda tendencia a la vehemencia, golpeando las teclas con ímpetu y a veces ensañamiento, lo que perturbó el carácter generalmente sutil y austero de la obra, así como el lirismo consecuente. Algo que no escapó a su compañero, capaz de mantener un control absoluto de la respiración a la vez que una expresividad etérea y un profundo lirismo desde el allegro amabile. Especialmente notable fue la compenetración de ambos en las variaciones que conforman el andante con moto final. La abundancia de elementos decorativos en el clarinete no fue inconveniente para que el sevillano desplegara toda su sabiduría técnica y expresiva.


En solitario, Wendeberg despachó una selección de once piezas de las veinticuatro que integran el opus 11 de Scriabin, sin respetar la alternancia entre modos mayor y menor que caracteriza el conjunto, y demostrando que la vehemencia apuntada en la obra anterior no fue casual. La suya es una forma desenfrenada, rápida y vigorosa de interpretar, y de eso se perjudicaron algunas de estas breves y delicadas piezas, que el alemán tocó no obstante con seguridad y confianza, con evidente virtuosismo pero lastrado en el apartado puramente poético. Minucioso en el control de la melodía y haciendo alarde de una precisa armonía, Wendeberg recorrió parte de este sensacional cuerpo con prisas y sin misterio, como se pudo observar en el preludio nº 10 en do menor. Su agradecida simpatía se tradujo en unas esforzadas palabras en castellano.

En el bloque final, dos sonatas con un dedicatario común, el clarinetista de swing y jazz Benny Goodman, protagonizaron una escapada fluida y jovial presidida de nuevo por una sincera compenetración, y de nuevo una primera obra, la de Bernstein, frente a la penúltima del segundo, Poulenc, y con el estadounidense como encargado en los sesenta de estrenar la del francés. Un tono ligero y desenfadado preside a las dos piezas, hábilmente defendidas por los intérpretes, especialmente en los ritmos jazz y latinos de la obra de Bernstein, y el vigoroso final de la de Poulenc. Terminaron de nuevo en perfecta sintonía con una petite pièce de Debussy cargada de encanto y sensualidad.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

domingo, 12 de enero de 2025

LAS VIDAS DE SING SING La libertad a través del arte

Título original: Sing Sing
USA 2023 107 min.
Dirección
Greg Kwedar Guion Clint Bentley, Greg Kwedar y John H. Richardson, según la obra de Brent Buell a partir de la historia de Clarence Maclin y John Divine G Whitfield Fotografía Patrick Scola Música Bryce Dessner Intérpretes Colman Domingo, Clarence Maclin, Sean San Jose, Paul Raci, David Graudy, Patrick Griffin, Mosi Eagle, James Williams, Sean Dino Johnson, Dario Peña, Brent Buell Estreno en el Festival de Toronto 10 septiembre; en Estados Unidos 2 agosto 2024; en España 10 enero 2025

El teatro como método terapéutico para hombres y mujeres privadas de libertad en cárceles, se ha convertido en un recurso muy frecuente en los países de nuestro entorno. Lástima que no se profundice más en la importancia de la cultura a todos los niveles para solucionar problemas y desajustes que también se dan en la vida en libertad. Los Hermanos Taviani pusieron el acento hace una docena de años en este tema con su celebrada César debe morir. De forma tangencial lo hemos visto también en clave de humor en películas como Los productores, en cuyo original los protagonistas montaban un musical en la cárcel al ritmo de Prisoners of Love. Mel Brooks está involuntariamente también presente en este film del desconocido Greg Kwedar a través del montaje que pretende representar un grupo de presos de la famosa Sing Sing, una comedia con apuntes musicales en el que Hamlet de Shakespeare tiene una influencia decisiva… ¡Funny Boy en la versión musical de Los productores!

A partir de aquí, lo que encontramos en Sing Sing es la traducción al cine de esa política de acercamiento de los presidiarios al arte y la comunicación habitualmente practicada a través del teatro. De la mano de sus propios protagonistas – Colman Domingo es el único profesional que da vida a uno de sus verdaderos artífices, el dramaturgo una vez encarcelado John Divine G Whitfield que hace un cameo en el film como fan de su propio personaje – surge un drama en el que los sentimientos y las preocupaciones surgen de forma más o menos natural, a pesar de ese vicio recurrente de poner en boca de los más desfavorecidos palabras y reflexiones que nunca serían capaces de pronunciar en la vida real.

Entre citas a Shakespeare y camaraderías varias, fluye este film sin la intensidad necesaria y con cierta sensación de aburrimiento generalizado que provoca su rápido olvido, tan inconveniente cuando de un tema tan importante como la falta de oportunidades – la mayoría de los encerrados son negros o latinos – y la ausencia de libertad se trata. Bryce Dessner se encarga de poner música casi omnipresente y mayoritariamente innecesaria, con un toque místico y elegíaco, a la esforzada dramaturgia.

ROBOT SALVAJE Buenas intenciones lastradas por la violencia

Título original: The Wild Robot
USA 2024 98 min.
Guion y dirección
Chris Sanders, según el libro de Peter Brown Fotografía Chris Stover, animación Música Kris Bowers Intérpretes Lupita Nyong’o, Pedro Pascal, Kit Connor, Stephanie Hsu, Mark Hamill, Catherine O’Hara, Bill Nighy, Ving Rhames Estreno en el Festival de Toronto 27 septiembre 2024; en Estados Unidos 8 septiembre 2024; en España 11 octubre 2024


A estas alturas, si no fuera por la irrupción de esa maravilla técnica y emocional que es Flow, esta película sería saludada definitivamente como la mejor producción animada del año pasado. Así parecieron recibirla críticos de todo el mundo. Lamentablemente no podemos sumarnos a ese entusiasmo generalizado, aunque tampoco somos ajenos a sus logros y méritos. Con una técnica depuradísima, que combina texturas digitalizadas con otras que imitan razonablemente las tradicionales analógicas, a menudo inspiradas en la acuarela, Dreamworks suma este paradigmático robot femenino a personajes de su factoría ya tan familiares como Shrek, el gato con botas, los Croods o Hiccup y su dragón, logrando altas cotas de sentimentalismo pero sin renunciar a la molesta y recurrente violencia a la que apenas encontramos producciones hollywoodienses capaces de resistirse.

En Robot salvaje, última creación de Chris Sanders, responsable de personajes como los mencionados Croods o Lilo y Stitch, y director del western con Harrison Ford y perro también digitalizado La llamada de lo salvaje, asistimos a la inteligencia artificial al servicio de grandes gestas despreciadas por el ser humano, como la lucha anticlimática o la solidaridad como única arma para enfrentarse el enemigo común. Reconforta un arranque en el que los animales casi se comportan como tales, prescindiendo de la arcaica fábula que los convierte en variaciones humanoidesLuego se justifica el lenguaje verbal con un programa de traducción que lleva aparejado el singular robot, lo que no justifica su comportamiento humanizado. Y a partir de ahí seguimos las andanzas del personaje, su instinto maternal y su capacidad de conciliación y resiliencia frente al abuso del poder y la economía.

Pero todo acaba resultando excesivamente infantil y sentimentaloide, lo que hace que su recurrente violencia sea aún más peligrosa e inconveniente. Sus logros técnicos y sus buenas intenciones quedan así ensombrecidas por su inevitable recurso hacia la destrucción y el caos, por mucho que ésta sea su principal denuncia. Una descomunal banda sonora de Kris Bowers, asociado a trabajos más íntimos y recogidos, y un par de inspiradas canciones pop ilustran el conjunto con acierto y significación.

A REAL PAIN Un viaje para sanar el espíritu

USA-Polonia 2024 89 min.
Guion y dirección
Jesse Eisenberg Fotografía Michael Dymak Intérpretes Jesse Eisenberg, Kieran Culkin, Will Sharpe, Jennifer Grey, Kurt Egyawan, Daniel Oreskes, Liza Sadovy Estreno en el Festival de Sundance 20 enero 2024; en Estados Unidos 1 noviembre 2024; en España 10 enero 2025

Aunque el primer trabajo como guionista y realizador de Jesse Eisenbeerg, Cuando termines de salvar el mundo, apenas tuvo repercusión, ya mostró la particular visión de observador de la condición humana del protagonista de cintas como Ahora me ves, Café Society o La red social. Su revelación definitiva le ha llegado ahora con éste su segundo largometraje, donde brilla una escritura ágil y distendida, capaz de llegar al espectador tanto en sus aspectos sentimentales como puramente jocosos. A través de la comedia, pero sin renunciar a un tono melancólico y crepuscular que lo inunda todo, Eisenberg nos cuenta el viaje de reencuentro y descubrimiento de dos primos de muy diferente condición, con la excusa de visitar el lugar donde vivió su abuela, recientemente fallecida, antes de sobrevivir al Holocausto y fijar su residencia en Estados Unidos. Va por delante el respeto absoluto del todavía joven actor y director por la vieja Europa y sus gentes, paisajes y bagaje histórico y cultural, embarcándose ambos protagonistas en un tour para los muy privilegiados por el holocausto polaco, donde se dan cita una serie de pintorescos viajeros, desde la parcialmente despechada madre de familia abandonada, una Jennifer Grey de Dirty Dancing felizmente recuperada, a un africano convertido al judaísmo y ferviente practicante de sus tradiciones y dogmas, y una pareja madura integrada en su vida acomodada, que mira este singular y traumático pasado con distancia y mucha calma. 
Entre todos ellos, un académico guía de formas aseadas y distantes con una realidad tan dolorosa.

El director toma esta particularidad como mero pretexto para exponer los dolores morales y éticos que azotan a parte de la humanidad, especialmente a generaciones herederas de tanto horror, desesperanzadas ante un futuro incierto. Se suma Eisenberg a la denuncia reiterada de la gente de su religión, generalmente no practicada, sobre la barbarie nazi, mientras aún esperamos que alguno, quizás Spielberg, Allen o Streisand, alce su voz ante la que ahora protagoniza su pueblo frente al cada vez más fenecido palestino. Pero al menos él sólo utiliza esta denuncia de forma coyuntural, como paisaje de fondo para dolores más sicológicos, contemporáneos, y así, de forma tan sutil como delicada, sin calar hondo, hacerse eco de la vacuidad y la falta de ilusión de una generación que lleva ya un cuarto de siglo experimentando dolor y cambio traumático.

Supone el film el salto definitivo de Kieran Culkin, hermano de Macaulay, perdido entre series y personajes secundarios, que aquí hace un trabajo sensacional para meterse al público en el bolsillo con su papel de desvergonzado y aparentemente concienciado joven ya en los cuarenta, que ofrece tantos cambios de humor como desternillantes ocurrencias, y que el actor describe desde una aparente sobreactuación que en realidad esconde un estudio pormenorizado del personaje, auténtico protagonista de la función, por mucho Globo de Oro en la categoría de secundario que haya merecido. Y todo mecido por la bucólica música de Chopin, tan polaco como el aeropuerto que lleva su nombre. Una encantadora selección de nocturnos, valses, estudios y preludios de la mano del pianista canadiense-israelí Tzvi Erez, acertado en su mezcla de lirismo, virtuosismo y poética contención, ilustra este celebrado viaje lleno de ternura y compasión de dos primos llamados a entenderse.