domingo, 28 de septiembre de 2025

VIVICA GENAUX, LA VOZ AL SERVICIO DEL ALMA

Festival de Ópera de Sevilla. Vivica Genaux, mezzosoprano. Carles Blanch, archilaúd. Rami Alqhai, viola da gamba. Egon Mihajlovic, clave. Programa: Cantatas de cámara y sonatas de Domenico Scarlatti. Espacio Turina, domingo 28 de septiembre de 2025


Disfrutamos de su candor juvenil en aquel ya lejano Alahor en Granada de Donizetti, junto a Anne Hallenberg, Diego Fasolis y la Barroca de Sevilla en enero del 2018 de nuevo en el Maestranza, y posteriormente en un par de ocasiones en el Espacio Turina, donde este domingo en sesión matinal volvió a deslumbrarnos con su buen hacer, su falta de divismo y esa inmediatez en la conexión con el público que le caracteriza.

Nos referimos a la mezzosoprano Vivica Genaux, una autoridad tanto en el canto barroco como en el bel canto, o en la combinación de ambos, como en esta ocasión, y cuanto se proponga. Su voz ha ido ganando peso, aunque puede que en algunos aspectos se note el paso del tiempo, especialmente en algunos cambios bruscos de registro y puntuales pérdidas de control de la respiración. Pero en cualquier caso se trata de apuntes extraídos con el único fin de no caer en el elogio absoluto y la admiración exacerbada.

Nos gusta Vivica Genaux y lo corroboramos tras este aseado y elocuente recital en el que se alternaron piezas instrumentales y cantatas de Domenico Scarlatti, tan vinculado a España como lo estuvo su padre Alessandro, que nació en Nápoles cuando pertenecía al imperio español. Pero aún más, porque Domenico trabajó directamente en plazas españolas como Sevilla o la Corte de Felipe V en Madrid. Y a esa etapa pertenece fundamentalmente este escaparate del compositor enmarcado en el Festival de Ópera de Sevilla.

Una voz cálida y un acompañamiento formidable

La voz de Alaska estuvo magníficamente acompañada por un trío de ases, que además interpretaron las sonatas que abrieron cada una de las dos partes del programa, la primera con la viola da gamba de Rami Alqhai como protagonista, la segunda con la cuerda pulsada de Carles Blanch como solista. El resto fueron sonatas y un fandango para clave solo que el especialista esloveno Egon Mihajlovic recreó con delicadeza y riqueza de matices.

Genaux acertó en el aire melancólico que extrajo de la primera de las arias de la cantata No, non fuggir o Nice, mientras exhibió un palpable talento para la coloratura en la segunda, más dinámica. Pero sería en Fille giá più non parlo y sus aires de fandango con elocuentes pausas, donde despertó la primera ovación del público, cerrando con satisfacción la primera parte del programa.


Di Fille vendicarmi vorrei, que como el resto de piezas vocales estuvo concebida para castrato, sin que la mezzo pretendiera plegarse a esas exigencias tímbricas, manteniendo su propia personalidad y frescura, permitió mantener las características precedentes, con especial hincapié en un control absoluto de las inflexiones y los melismas de su voz. Todo esto se potenció en la última de las cantatas programadas, Qual pensier, con un final en el que fue aún más perceptible su talante español, y en el que la alternancia entre pasajes relajados y otros agitados sirvió para demostrar su magistral virtuosismo.

Lástima que las traducciones empleadas en los sobre títulos resultaran tan literales que apenas mostraran alguna coherencia, mientras aplaudimos el excelente acento español y dominio de la lengua de la cantante cuando se dirige con tanto respeto y educación al público, extensible al atuendo, ligeramente inspirado en los mantones sevillanos.

Mihajlovic demostró ser un clavecinista consumado, atento y preciso en cada una de las cuatro sonatas programadas, y el fandango en modo dórico que abordó con total virtuosismo aunque algo atropellado como para provocar la emoción perseguida. Logró, no obstante, ser tan afectivo en la Sonata K.213 como elegante en la 238, ágil y dinámico en las 239 y 555. Por su parte, además de como obligado, Alqhai exhibió tanta ternura en la Sonata K.81 como Blanch resultó preciso, detallista y delicado a la guitarra barroca en la 89.

Fotos: Agustín Pacheco (Archivo fotográfico del Festival de Ópera de Sevilla)
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

MASPALOMAS Una condición más emocional que sexual

España 2025 115 min.
Dirección
José Mari Goenaga y Aitor Arregi Guion José Mari Goenaga Fotografía Javier Agirre Erauso Música Aránzazu Calleja Intérpretes José Ramón Soroiz, Nagore Aranburu, Kandido Uranga, Zorion Eguileor, Kepa Errasti, Cristina Yélamos Estreno en el Festival de San Sebastián 20 septiembre 2025; en salas 26 septiembre 2025


Tras la académica serie sobre Balenciaga protagonizada por Alberto San Juan y la inquietante Marco sobre un falso superviviente español del holocausto nazi, los Moriarty, es decir Aitor Arregi y José Mari Goenaga, se embarcan en un proyecto posiblemente más afín a la estética del segundo que del primero. Y lo hacen como se dieron a conocer en 2014 con Loreak, en eusquera y confiando uno de los papeles protagonistas a la estupenda Nagore Aranburu, que tanto nos conmovió en la también serie Querer, de la recién ganadora de la Concha de oro Alauda Ruiz de Azúa. Un idioma original que demuestra la riqueza cultural y patrimonial de este país, tan digna de respetarse y protegerse como nuestros monumentos, gastronomía o literatura, por poner algunos ejemplos que cuentan con mayor consenso en este país siempre tan dividido y presto a la polémica.

Aplaudimos también que Goenaga haya prestado su atención a los homosexuales de la tercera edad, en un mundo dominado por cuerpos danone y mucha juventud. Allí, en la célebre playa de Gran Canaria que da título a la cinta, disfruta de su vejez el protagonista, un espléndido y matizado José Ramón Soroiz, justo ganador del premio a la mejor interpretación protagonista también en este Festival de San Sebastián. Desarmarizado de forma más relativa que real, al desarrollar su vida cotidiana en espacios presididos por el gueto gay, acabará armarizado de nuevo cuando se ve obligado por las circunstancias a regresar a Donosti e internarse en una residencia poco antes de desatarse un metafórico coronavirus.

El film muestra hasta donde la prudencia le exige, esa fiesta homoerótica al que se abandona Vicente, el personaje, mientras su desarrollo posterior deja algunas cuestiones al debate y la convicción o no de cada uno, según se aprecie. Pero todo va encajando, y nos vamos quedando con la evolución del personaje, adquiriendo nuevas habilidades sociales y, sobre todo, superando esa homofobia que tantos homosexuales practican sobre sí mismos. En el camino, la ternura en forma de amistad imprevisible, se va convirtiendo en principal eje de emoción, además de ejercicio de comprensión y respeto hacia quien piensa diferente, erigiéndose en lo mejor y más conseguido del film, gracias en gran parte a un excelente trabajo de Kandido Uranga que, esperemos, no pase desapercibido en las próximas quinielas de premios. Aunque ningún premio es tan estimulante y liberador como un buen baño desnudo en el inmenso mar.

UNA BATALLA TRAS OTRA Carretera a la nada

Título original: One Battle After Another
USA 2025 161 min.
Guion y dirección
Paul Thomas Anderson, según la novela “Vineland” de Thomas Pynchon Fotografía Michael Bauman Música Jonny Greenwood Intérpretes Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Chase Infiniti, Benicio del Toro, Teyana Taylor, Ragina Hall, Tony Goldwyn, John Hoogenakker Estreno en Estados Unidos y España 26 septiembre 2025


Es increíble cómo el cine de Paul Thomas Anderson nos ha interesado tanto como puntualmente decepcionado. De la sorprendente Boogie Nights y la fascinante Magnolia, pasamos a la que muchos consideran su obra maestra, Pozos de ambición. Después llegó la discutible por irritante El maestro y la por muchos tan reconocida Puro vicio, tras la que nos volvió a sorprender con la elegante El hilo invisible, y más recientemente con la simpática pero un punto intrascendente Licorice Pizza. Ahora vuelve a acaparar elogios con otro ejercicio de megalomanía, evidente una vez más en un desmesurado metraje, innecesario como tantas otras veces para contar lo que cuenta.

Nos gustaría creer que en Estados Unidos hay grupos que luchan contra el sistema impuesto por unos cuantos y que tanto daño hace a muchos. Que ayudan a los inmigrantes y los desfavorecidos por racismo, homofobia y otras discriminaciones inaceptables. Que desenmascaran a los poderosos y descubren sus sucias artimañas. Sería como legitimar a los terroristas cuando no queda otro camino para construir un mundo mejor y más justo. Podría ser, son tantas las realidades que no encuentran eco en los noticiarios porque sencillamente no interesan. Sin embargo, todo indica que lo de Thomas Anderson es una ficción basada en una novela que narra los movimientos radicales de los sesenta, de los que sí tenemos constancia, para trasladarlos a esta época ignominiosa en la que nos encontramos. Este primer cuarto de siglo que apenas nos ha dado respiro y sólo disgustos.

Hasta aquí el principal atractivo de la nueva película de DiCaprio, todo un reclamo para la taquilla, más que el propio director. Porque el resto es un puro despropósito en clave casi de comedia, o es que simplemente la nuevas generaciones le ríen la gracia a este tipo de argumentos, porque nosotros no se la encontramos. Cabe apreciar ritmo y agilidad en la cinta, pero al servicio de otro vehículo violento y desmadrado en el que cada uno campa a sus anchas, con DiCaprio atacado y Penn abandonado a su libre albedrío y esculpido a fuerza de estimulantes químicos.

Al final exhibe lo que critica, armas, violencia, ansias… Dejando como mera anécdota esa amenazante y ridícula mafia en forma de "club de amantes de las Navidades" que pretende limpiar esa América que algunos sueñan con volver a hacer más grande. Todo acaba resultando tan desértico como la interminable carretera de morfología caprichosa para el encuentro y el desencuentro en la que se desarrolla el tramo final de la película, mientras la banda sonora de Jonny Greenwood se nos antoja más convencional que en otras ocasiones y desde luego innecesariamente omnipresente.

sábado, 27 de septiembre de 2025

ACERTADA ADAPTACIÓN DE UN TÍTULO A REIVINDICAR

Il Califfo di Bagdad. Música de Manuel García. Libreto de Andrea Totola. Alessandro D’Agostini, dirección musical. Guillermo Amaya, dirección escénica. Juan Ruesga, escenografía. Nino Bautí, vestuario. Adolfo Carmona, iluminación. Con Leonor Bonilla, Juan de Dios Mateos, Nerea Berraondo, Pepe Hannan, Alicia Naranjo, Eugenio Maria Degiacomi. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Joven Coro de Andalucía. Producción del Festival de Ópera de Sevilla y Ayuntamiento de Sevilla. Patio de la Montería del Real Alcázar de Sevilla, viernes 26 de septiembre de 2025

Leonor Bonilla y Alicia Naranjo

Por segunda noche consecutiva, al Festival de Ópera, todavía en posición de salida, consigue un magnífico resultado, esta vez de la mano de uno de los títulos más reconocidos y reivindicables del catálogo de Manuel García, autor sevillano por el que cada vez se apuesta más y más se programan, no sólo en su tierra, sus obras. De hecho, El califa de Bagdad se pudo ver y escuchar hace tiempo en Granada y en Madrid antes de recalar, ya por fin completa y no en forma de obertura y arias sueltas, en la ciudad que vio nacer a su cosmopolita compositor.

Aquí se ha presentado en una producción del propio festival que, con los trabajos de adaptación convenientes para saltar a un gran escenario, tiene todos los ingredientes para triunfar en salas y auditorios acondicionados para un espectáculo lírico. Y es que al aire libre, en el Patio de la Montería del Alcázar, debió enfrentarse a imprevistos como el de una fiesta en una terraza aledaña cuya música invadió agresivamente el disfrute del público que llenó el suntuoso patio del palacio sevillano. Afortunadamente, la intervención de la organización evitó que el inconveniente se extendiera en exceso.

Tampoco la imprescindible amplificación estuvo del todo atinada en la primera de las dos partes en que se divide el largo espectáculo, casi tres horas de duración. Aceptable fue que se decidiera no amplificar a la orquesta, mientras las voces lo fueron de forma harto discreta cuando cantaban y con más potencia en los diálogos, lo que unido a la excelente dicción de todos y todas las intérpretes, hizo innecesaria la proyección de sobretítulos cuando hablaban. Sí hubiera sido conveniente traducirlos al inglés, y hacer lo propio con las partes cantadas, en sustitución del innecesario original en italiano. Y es que público internacional, como la noche anterior, sí que hubo.

Sin embargo, esa amplificación jugó malas pasadas en la primera parte, con acoples, fallos de sonido y exceso de volumen en algunas partes cantadas. Todo lo cual se corrigió en una segunda parte impecable a nivel técnico, y más disfrutable por extensión. Lo que nos hace augurar que la función de esta noche, segunda de las tres programadas, resultará aún más feliz.

Un reparto brillante y divertido

Volvemos a celebrar, sin ánimo de resultar machacones, el excelente nivel musical que disfrutamos en esta ciudad desde hace ya tiempo, y que se extiende también a lo vocal, con Leonor Bonilla como estrella rutilante, capaz de embelesarnos al máximo con su control y dominio absoluto de todos los resortes imaginables del bel canto, algo de lo que García demuestra haber sido un conocedor absoluto y un alumno inmejorable, capaz de poner literalmente en un brete a cualquier voz que se atreviese a entonar sus complejas y alambicadas partituras.

Juan de Dios Mateos

La sensacional voz de la soprano sevillana brilló como nunca, con peajes inolvidables como esa larga exhibición de idiomas y costumbres que mereció el encendido aplauso del público. Naturalidad, fluidez y seguridad fueron algunos de los atributos de una voz de precioso y diamantino timbre que se vio perfectamente arropada por el resto del elenco.

Y eso que el también andaluz, el almeriense Juan de Dios Mateos, que tanto nos hizo disfrutar la pasada temporada en el Femás con El poeta calculista, también de García, empezó con no demasiado buen pie, flojo en las coloraturas, áspero y un punto nasal en la voz. E igual que fue mejorando paulatinamente, reencontrándonos con ese buen tenor que de seguro es, volvió a deslucirse hacia el final. No le retiramos ni muchísimo menos la confianza por eso, y destacamos su portentosa vena cómica y su perfecta adecuación a los papeles de galán irresistible, desnudo obligado incluido, como se viene observando recientemente en el mundo de la lírica.

Del resto destacamos ese valor en alza, de fulgurante y rápido ascenso, que es Alicia Naranjo, después de deleitarnos con los Lieder eines fahrenden Gesellen en el primer concierto de la ROSS de la temporada, y que aquí derrocha comicidad, demuestra ser una excelente actriz y, sobre todo, dominar todos los resortes de su voz para cumplir con creces las exigencias de su rol, exhibiendo rotundidad, fluidez y seguridad a raudales.

Quien más problemas tuvo con la técnica fue la también espléndida mezzosoprano navarra Nerea Berraondo, que se enfrentará el próximo 12 de octubre, último día del festival, a un recital en torno al mito de Carmen. Los apuntados problemas de megafonía enturbiaron su trabajo en esa primera parte, a pesar de lo cual exhibió también buenas dotes para el bel canto, y se lució con brillantez en esos cuplés en los que ensalza su genio y figura antes de convertirse en la madre de la protagonista. Tanto el tenor Pepe Hannan como el barítono Eugenio Maria Degiacomi apuntaron buenas maneras y correctas facultades, mientras el entusiasmo de los y las miembros del Joven Coro de Andalucía, suplió sus posibles carencias, achacables a falta de experiencia y rigor ajustado a sus edades.

Nerea Berraondo, Pepe Hannan y Alicia Naranjo

Capítulo aparte merece la excelente adaptación integral de Guillermo Maya, responsable también de una dinámica dirección escénica, ágil y desenfadada a pesar de la estrechez obligada del escenario, hábilmente diseñado de nuevo por Juan Ruesga, y con vestuario también de Nino Bautí, que nos llevaron a los setenta del siglo pasado con sus colores chillones y sus pantalones de campana. Amaya no se conformó con trasladar la ambientación del orientalismo de moda en el siglo XIX a esta época reciente, sino que se atrevió acertadamente a incluir en los textos e incluso en las letras, referencias explícitas que convencieran de la operación sin los habituales anacronismos ni ridiculeces que acechan a estas traslaciones.

No podemos terminar esta reseña sin aplaudir el trabajo acertado, tan en estilo, de la Sinfónica bajo la dirección de Alessandro D’Agostini, que demostró buen oficio y ser gran conocedor de las formas clasicistas, lo que se tradujo en una interpretación ágil y concentrada, nada avibratada, tampoco seca ni áspera, y desde luego muy respetuosa con las voces; claro que ahí entra también la acertada decisión apuntada sobre la amplificación. Una interpretación que dejó entrever además que la habilidad de García para la instrumentación, tantas veces puesta en cuestión, fue también un punto fuerte en su esmerada y atenta educación.

Fotos: Agustín Pacheco (Archivo fotográfico del Festival de Ópera de Sevilla)
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 26 de septiembre de 2025

LOS SUEÑOS DE COCTEAU Y GLASS ALIMENTAN EL FESTIVAL DE ÓPERA DE SEVILLA

Les enfants terribles. Música de Philip Glass. Libreto de Philip Glass y Susan Marshall¸ según la novela de Jean Cocteau. Juan García Rodríguez, dirección musical. Susana Gómez, dirección escénica. Juan Ruesga, escenografía. Nino Bauti, vestuario. Laura Iturralde, iluminación. Florencia Oz, coreografía. Con Clara Barbier, Lydia Vinyes-Curtis, Samy Camps y Dietrich Henschel. Óscar Martín, Patricia Arauzo y Julio Moguer, pianos. Florencia e Isidora Oz, bailarinas. Producción del Festival de Ópera de Sevilla y Ayuntamiento de Sevilla. Nave de la Fundición de la Real Fábrica de Artillería, jueves 25 de septiembre de 2025


Al margen de que este nuevo Festival de Ópera se haya presentado en varias ocasiones al público a través de la prensa y el protocolo, el público físicamente presente en el arranque definitivo ayer en la Fábrica de Artillería, merecía la pertinente introducción por parte de la organización del festival. Un saludo de bienvenida, un agradecimiento por la asistencia y un deseo de prosperidad ayudan a destacar la ocasión por encima de la celebración de un espectáculo convencional. Nada de eso hubo en este frío arranque de un festival sobre cuya andadura aún mantenemos reservas.

Hay que celebrar, sin embargo, que el evento con el que inició su periplo resultara tan digno y acertado, gracias una vez más al esfuerzo denostado de un equipo que cree en lo que hace y pone todo su empeño en que la empresa salga todo lo mejor posible, aunque los recursos sean limitados. Todo lució al nivel exigible, en lo musical y en lo escénico, con especial hincapié en su acertada dramaturgia, que facilitó el seguimiento de un relato plagado de simbolismos y cuestiones surrealistas que tanto empañan su comprensión.


Philip Glass completo en 1996 su particular trilogía sobre Jean Cocteau con este título que se aparta de los otros dos, Orfeo y La bella y la bestia, en su aspecto conceptual. Mientras las otras dos se apoyan en las imágenes de las películas que el propio Cocteau filmó sobre sus obras, esta tercera se desmarca fusionándose más bien con la danza, quizás porque su adaptación cinematográfica corrió a cargo de otro célebre cineasta francés, Jean-Pierre Melville. En Sevilla pudimos disfrutar de La bella y la bestia a principios de la última década del siglo pasado, con el propio compositor al frente, mientras el Teatro Arriaga de Bilbao protagonizó el estreno en nuestro país de éste que ahora nos ocupa.

Talento local y voces muy implicadas

La producción que para la ocasión ha desarrollado el propio Ayuntamiento de Sevilla bajo la marca del festival que dirige Francisco Soriano, resulta todo lo eficaz imaginable, gracias a una inteligente escenografía de Juan Ruesga que convierte la habitación en la que sus protagonistas andan un tanto perdidos, en todo un universo emocional de cuyos suelos emergen utensilios, secretos y sueños. A partir de ahí, Susana Gómez logra que sus personajes se deslicen con fluidez y vitalidad por el simbólico escenario, iluminado de forma brillante e imaginativa con efectos que potencian una sensación onírica global.

Del vestuario cabe destacar los bellísimos figurines creados por Nino Bauti para que los luzcan las dos protagonistas femeninas, inspirados en la misma década, los cincuenta del siglo XX, que alumbró el film de Melville, en lugar de los veinte en los que se concibió la novela de Cocteau. Lástima que las fotografías no se hayan hecho eco de esos trajes.


Todo esto, junto a la delicada y elegante coreografía de Florencia Oz, perfectamente escenificada y sincronizada junto a su hermana Isidora, especialmente en el episodio del sonámbulo y el interludio terrible, contribuyó a recrear ese mundo imaginario en el que se desenvuelven estos eternos adolescentes que animan los mismos sentimientos perversos que tan a menudo albergan los todavía ineducados infantes.

A estos cuatro personajes enmarañados en intrigas románticas y antiguos rencores, les ponen voz otras tantas figuras de talento demostrado, destacando la fluidez y la potencia de Clara Barbier como la maquinadora Elisabeth, el sonido compacto y templado de la mezzo Lydia Vinyes-Curtis, el atractivo timbre de Samy Camps, que como Gérard se adjudica también el papel de narrador, y la voz sobria y profunda del barítono Dietrich Henschel.

En el apartado estrictamente instrumental cabe destacar el trabajo compenetrado, preciso y puntualmente intenso del trío de pianistas convocados, talento local al frente de una pieza en la que se pudo distinguir a la perfección el estilo punzante y armónico del autor de Einstein on the Beach o la banda sonora de Las horas. Juan García logró una vez más triunfar como director con su particular y vibrante recreación de una partitura contemporánea. Lástima que todo esto se diluyera un poco en la acústica reverberante y algo dispersa del escenario elegido, la Nave de la Fundición de la Fábrica de Artillería, lo que jugó también a la contra en el equilibrio entre música y voces.

Fotos: Agustín Pacheco (Archivo fotográfico del Festival de Ópera de Sevilla)
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 25 de septiembre de 2025

ON FALLING Una actitud incomprensible

Reino Unido-Portugal 2024 104 min.
Guion y dirección
Laura Carreira Fotografía Karl Kürten Intérpretes Joana Santos, Inés Vaz, Piotr Sikora, Neil Leiper, Jake McGarry, Itxaso Moreno, Leah MacRae, Billy Mack Estreno en el Festival de Toronto 6 septiembre 2024; en Portugal 27 marzo 2025; en España 19 septiembre 2025

Premiada el año pasado en San Sebastián con la
Cocha de Plata a la mejor directora, el debut de la portuguesa Laura Carreira, bajo bandera fundamentalmente inglesa, fija su atención en una joven como ella que sobrevive con un trabajo precario y rutinario en una localidad de las islas británicas, mientras observa a su alrededor un entorno en el que no se ve capaz de encajar. Una mirada diferente al cine de carácter social, donde lo importante no es tanto contar una historia que nos conmueva y agite nuestra conciencia, sino acercarnos en modo crónica al día a día de una persona que carece de habilidades sociales.

Ahí es donde radica fundamentalmente el problema de la cinta, en insistir en un modelo de persona con carácter lo más parecido a una autista, con comportamientos que hacen su caso muy particular y aislado, en todos los sentidos. Mientras, a su alrededor vibra la vida, lo que no parece estar indicándonos que esa idéntica precariedad y el esclavismo universal al que, no lo olvidemos, estamos todos y todas condenadas, precisamente por aceptar un sistema que interesa sólo a unos cuantos, no afecta a toda persona por igual.

El enganche generalizado al móvil o a series de televisión de fácil consumo no parece tampoco potenciar esa sensación de aislamiento y falta de ternura que padece una protagonista incapaz de escapar de esa realidad aburrida, monótona y carente de interés en el que se siente sumergida, y para la que todos los recursos puestos a su disposición son sistemáticamente desaprovechados por su incomprensible actitud. Todo lo cual, rodado con el habitual feísmo que caracteriza este tipo de producciones, hace que el film se nos antoje poco agraciado y menos convincente. Hay muchas formas de rebelarse contra el sistema, y falta hace enfrentarse a él, pero la actitud de nuestra protagonista, en este sentido bien interpretada por Joana Santos, nos parece incomprensible.

MI AMIGA EVA Redescubrir una emoción

España 2025 100 min.
Dirección
Cesc Gay Guion Cesc Gay y Eduard Sola Fotografía Andreu Rebés Música Arnau Bataller Intérpretes Nora Navas, Rodrigo de la Serna, Juan Diego Botto, Ágata Roca, Francesco Carril, Fernanda Orazi, Marián Álvarez, Miki Esparbé, Lluís Villanueva, Mercedes Sampietro, Annick Weerts Estreno 19 septiembre 2025

La fórmula funciona, y Gay la ha explotado muchas veces. Nos referimos a los ambientes urbanitas y aburguesados, en espacios de diseño, con trabajos creativos y amistades intelectuales. Pero si el guion engancha y empatizamos con la historia, perdonamos esas constantes que tanto nos trasladan al universo de Woody Allen y su Nueva York transmutada en Barcelona. Al margen de eso, Nora Navas compone en esta decidida comedia romántica ese clásico personaje de mujer madura, casada y con hijos, a punto de cumplir los cincuenta, su verdadera edad, que en un viaje de negocios en la Ciudad Eterna y como consecuencia de un encuentro fortuito, redescubre la emoción de enamorarse y la pone en práctica.

Puede que la actriz catalana exagere su gesto de permanente desconcierto e inseguridad, a pesar de lo cual convence, como lo hace esta historia con guion preciso co escrito por Eduard Sola, autor de la aclamada Casa en llamas. Su inteligente guion huye del manual de autoayuda, aunque se refugie más de la cuenta en los lugares comunes. Pero el resultado se digiere con facilidad y su discreto sentimentalismo no resulta empalagoso, pudiendo calar en función de la disponibilidad que cada uno y cada una tenga para entender el amor y dejarse arrastrar tanto por sus delicias como por sus sufrimientos, siendo conscientes en cualquier caso de que no tiene cura, como reza la canción de Leonard Cohen que en cierto modo le sirve de leit motiv.

Después de ese ligero entretenimiento que fue Historias para no contar y del éxito logrado con Sentimental, seguramente la película española que cuenta con más versiones en otros países, seguida muy de cerca por Campeones, el director de En la ciudad consigue conectar con nosotros cuando se muestra tan sencillo y gramaticalmente correcto como en esta película. Contribuye a todo esto un reparto de secundarios y secundarias que aportan lo mejor de sí mismos, incluida una veterana Mercedes Sampietro que con su escueta participación añade dignidad a un producto en el que quizás resulte incluso divertido descubrir algunos fallos de rácord.

sábado, 13 de septiembre de 2025

EL CAUTIVO Las mil y una noches de Cervantes

España-Italia 2025 133 min.
Música y dirección
Alejandro Amenábar Guion Alejandro Amenábar y Alejandro Hernández Fotografía Álex Catalán Intérpretes Julio Peña Fernández, Alessandro Borghi, Miguel Rellán, Fernando Tejero, José Manuel Poga, Luis Callejo, Roberto Álamo, Albert Salazar, Luna Berroa, César Sarachu, Jorge Asín, Mohamed Said, Juanma Muniagurria Estreno en el Festival de Toronto 7 septiembre 2025; en salas 12 septiembre 2025


Seis años después de
Mientras dure la guerra y tras el paréntesis televisivo de La fortuna, Amenábar nos presenta un proyecto que se antoja tremendamente personal, por cuanto construye alrededor de hechos extraídos de la vida de Cervantes, una fantasía y un delirio homoerótico, no obstante basado en indicios bastante plausibles del periplo del autor de El Quijote en tierras argelinas. El relato se circunscribe a los casi cinco años que Cervantes pasó en una cárcel de Argel, bajo la atenta e interesada mirada del Bajá o gobernador de la ciudad. Su pasado como condenado por un duelo ilegal, su exilio en Italia y su apresamiento por corsarios árabes, son episodios de su vida que surgen a través de pautas de guion bien integradas en la narración, y que el propio escritor documentó en relatos como El licenciado Vidriera, El trato de Argel o La Galatea. A partir de ahí asistimos a su cautiverio, sus intentos de fuga y la fascinación que ejerce sobre su carcelero, el Bajá. Una atracción que no parece descabellada a juzgar por las veces que éste pasó por alto su autoría de los intentos de fuga perpetrados junto a varios de sus compañeros de encierro.

La libertad imperante en una cultura, la árabe, que con el paso de los siglos ha ido evidenciando gigantescos pasos atrás, da pie a una exagerada galería de personajes y conductas homosexuales a lo largo y ancho de la ciudad mediterránea. Mientras, Cervantes se antoja como una suerte de Sherezade que se gana la confianza y la compasión de su señor a fuerza de relatos e ingenio, ganando tiempo para él y los suyos, entre quienes se encuentran el sacerdote Antonio de Sosa, quien cuenta esta historia en primera persona, y a quien da vida un entregado Miguel Rellán, así como otro sacerdote de inclinaciones más perversas, Juan Blanco de Paz, interpretado por Fernando Tejero. La película goza de un primer tercio en el que Amenábar acierta a plasmar con emoción y respeto el arte de contar historias, ya sea a través de la literatura, el teatro o el cine, y la necesidad que tenemos de oírlas o vivirlas, por mucho que nuestras experiencias también puedan ser extraordinarias. Sin embargo, continúa por derroteros más convencionales, como si faltase imaginación y todo transcurriera con trazo grueso y gramática impostada, especialmente cuando se descubre que lo que de verdad interesa a su atribulado director es la historia de amor que imagina entre Cervantes y el Bajá, rodada eso sí con delicadeza y suma elegancia.

No nos cabe duda de que el director de Los otros sabe contar historias y enganchar al público, incluso cuando emergen decepciones como las apuntadas. Pero el intenso trabajo de investigación, y cómo ha integrado episodios que dan buena cuenta de la biografía completa del homenajeado hasta regresar a España y antes de escribir su obra maestra, no da los frutos deseados, no resulta convincente y malogra lo que podría haber sido una mejor semblanza de Cervantes antes de que cambiara su segundo apellido, Cortinas, por Saavedra, quizás por cómo lo llamaba la gente de Argel, shaibedraa, traducido como tullido por su condición de manco. Hay además a lo largo de la cinta, secuencias que rozan el ridículo, si no lo pasan directamente, potenciados por una banda sonora que aunque inspirada y en estilo, del propio Amenábar, a veces resulta ampulosa. Con todo, sorpende comprobar cómo hasta los episodios más reales pueden parecer a veces completamente ficticios

viernes, 12 de septiembre de 2025

ESFUERZO TITÁNICO PARA LA RESURRECCIÓN DE MAHLER

Concierto nº 1 del Ciclo Sinfónico de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Emöke Baráth, soprano; Emily D’Angelo, mezzosoprano; Coro Teatro de la Maestranza; Joven Coro de Andalucía; Marco García de Paz, director de coro; Lucas Macías, dirección. Programa: Sinfonía nº 2 en Do menor, de Mahler. Teatro de la Maestranza, jueves 11 de septiembre de 2025

Lucas Macías al frente de la Real Sinfónica de Sevilla

Intensa, dramática, hermosa, variada… son algunos de los adjetivos que encajan en la que muchos consideran la más inspirada de las páginas sinfónicas de Gustav Mahler, con perdón de la novena y sin menosprecio de la descomunal número ocho o Sinfonía de los Mil, todavía inédita en los atriles de la Sinfónica de Sevilla. A esos adjetivos se ciñó en la medida de sus posibilidades la dirección atenta, responsable y extremadamente disciplinada del director y oboísta onubense Lucas Macías.

Se trata de la Sinfonía nº 2, también conocida como Resurrección, la elegida por el nuevo director titular de la orquesta para inaugurar ese ciclo sinfónico que constituye la columna vertebral de la programación del conjunto hispalense. Una obra concebida como un duelo entre la muerte y la esperanza en forma de vida eterna, entendida en términos litúrgicos o celestiales, no como pretenden en la actualidad algunos de los mandatarios más impresentables del orbe mundial.

Por ello se inicia con una suerte de marcha fúnebre en la que ya se atisban las características que habrán de imperar en el resto de la descomunal pieza, y a las que la batuta intentó plegarse con absoluta fidelidad. Cierto que los tempi se relajaron en cierta medida, llegando a superar versiones antológicas como la de Klemperer de 1961, más rápida y enérgica, pero sin llegar a la más premiosa de un, por ejemplo, Leonard Bernstein. Tampoco alcanzó Macías la tensión y la gravedad de los citados, y con todo logró construir una versión más que aceptable, impecable a nivel técnico y bastante lograda a nivel expresivo.

Un verdadero trabajo de equipo

Perfecta para arrancar la temporada, la Segunda de Mahler pone a prueba eso que denominamos trabajo en equipo, llegando a exigir de cada familia orquestal una conjunción de esfuerzos e intenciones que logre que tantas voces suenen al unísono, con toda la fuerza y la compenetración que sea posible. Esto lo extrajo perfectamente Macías del numeroso personal convocado, a quienes se unieron las voces perfectamente ensambladas de solistas y coro, dos para más señas, con las dificultades añadidas que eso entraña, logrando ese efecto de equipo bien avenido que en una pieza como ésta es más meritorio conseguir.

Macías estuvo atento a cada uno de los contrastes que abundan en una página que alterna los pasajes más bellos con los más violentos y turbulentos, presentes desde los primeros acordes. Faltó una mayor dosis de belleza en el idílico andante moderato, y no llegó a exprimir todo el fuego presente en el infernal tercer movimiento, donde sin embargo sí dominó su marcado ritmo y frecuentes disonancias.

Emily D'Angelo

Nos sorprendió gratamente la voz gruesa y aterciopelada de la mezzo canadiense Emily D’Angelo, una presencia portentosa que acarició con su voz, a pesar de exhibir un leve vibrato, el lied Urlicht que transita entre el tercer movimiento y al apoteósico final.

Un quinto movimiento que se presenta como toda una sinfonía independiente estructurada en diversos episodios, de nuevo presididos por continuos contrastes y un trabajo muy exigente en los metales y la percusión, un ir y venir de trompas fuera y dentro del escenario, causando un fuerte impacto sensorial. Echamos en falta, sin embargo, un mayor calado emocional y más énfasis en la belleza de sus pasajes más arrebatados.

No cabe duda, sin embargo, de que el descomunal cuarto de hora final se salvó muy positivamente. La intervención impecable de la soprano húngara Emöke Baráth y de Emily D’Angelo potenció el carácter místico de la pieza, gracias a unas aportaciones muy en estilo, tan espirituales. La del coro fue directamente una aportación celestial, mientras el progresivo apasionamiento de la orquesta logró una conclusión épica, tan del gusto de un público deseando aplaudir a rabiar.

Fotos: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

fOTOS

EDDINGTON Covid y crisis como caldo de cultivo para la extrema derecha

USA 2023 145 min.
Guion y dirección
Ari Aster Fotografía Darius Khondji Música Bobby Krlic y Daniel Pemberton Intérpretes Joaquin Phoenix, Pedro Pascal, Deirdre O’Connell, Luke Grimes, Michael Ward, Emma Stone, Austin Butler, Amélie Hoeferle, Clifton Collins jr., William Belleau, Cameron Mann, Matt Gómez Hidaka Estreno en el Festival de Cannes 16 mayo 2025; en Estados Unidos 18 julio 2025; en España 12 septiembre 2025

De la estrella luminosa y llena de esperanza que atisbamos en las excelentes Hereditary y Midsommar, pasamos al desconcierto con Beau tiene miedo, agudizado ahora con este último trabajo de Ari Aster, tan difícil de encasillar como de digerir. Parece presentarse como una comedia negra, pero cuesta reírse de la avalancha de espejismos dolorosos que plantea, toda una acumulación de males a los que nos hemos acostumbrado en el cuarto que llevamos de siglo. La pandemia surge aquí como caldo de cultivo para espantos como 
el MAGA (Make American Great Again), tratado en forma de sátira sobre, a lo que se une una crónica de todo aquello que venimos sufriendo la humanidad, de las guerras genocidas a los bulos mediáticos, pasando por ataques con drones, crímenes policiales de carácter racista o el negacionismo sistemático a tantas cuestiones que nos acucian y degradan.

Cuesta trabajo tomarse a risa cada una de las barbaridades de este nuevo western contemporáneo en el que se ilustran temas como la anti-inmigración o esas recomendaciones gubernamentales relativas a males endémicos como la pandemia, fenómeno reciente en el que se ambienta esta cinta que vira progresivamente hacia la inevitable violencia a la que no parece querer renunciar el cine estadounidense. Con todo, cabe apreciar personalidad e intencionalidad en un cineasta a quien nos resistimos retirar nuestra confianza.

El tono épico que ha sabido impregnar a esta terrible historia de poder, incompetencia y violencia, en parte logrado por un descomunal reparto, especialmente el extraordinario trabajo de Joaquin Phoenix, protagonista indiscutible frente al resto de un elenco que casi le sirve de comparsa. Si a esto añadimos un cuidado trabajo de dirección artística y la maldad sibilina que sabe impregnar Aster al conjunto, queda probado el talento de un director a quien no parece pesarle su fama de renovador, aunque con sus dos últimos films está consolidando la incómoda etiqueta de pretencioso. No ayuda a disfrutar más y mejor con su propuesta su excesivo metraje, mientras su presunto mensaje crítico y deslegitimador se nos antoja algo más indefinido de lo conveniente.

martes, 9 de septiembre de 2025

MAGAZINE DREAMS Un cuerpo incómodo

USA 2023 124 min.
Guion y dirección
Elijah Bynum Fotografía Adam Arkapaw Música Jason Hill Intérpretes Jonathan Majors, Haley Bennett, Taylour Paige, Michael O’Hearn, Harrison Page, Harriet Sansom Harris, Bradley Stryker, Craig Cackowski Estreno en el Festival de Sundance 20 enero 2023; en Estados Unidos 21 marzo 2025; en España (no en Sevilla) 5 septiembre 2025


Premio Especial del Jurado en Sundance en 2023, Magazine Dreams no conoció su estreno comercial hasta hace unos meses, debido a los problemas con la justicia de Jonathan Majors, su protagonista, cuando fue condenado por maltrato a su pareja. Desde entonces no ha vuelto a trabajar. Antes, había protagonizado películas como The Last Black Man in San Francisco, el western Más dura será la caída, el drama bélico Devotion: Una historia de héroes o la tercera entrega de Creed, el relevo de Rocky. También llegó a formar parte del universo Marvel, gracias a su participación en la serie de televisión Loki. Por su parte, el director afroamericano Elijah Bynum dirigió a Timothée Chalamet en Noches de verano, justo antes de que se convirtiera en un actor cotizado gracias a su papel en Call Me by Your Name.

Entre los créditos de Bynum figura haber coescrito el guion de La liberación, película de terror dirigida por Lee Daniels (Precious). Con estas credenciales, Magazine Dreams se presenta ahora, dos años después de su estreno festivalero, como una incómoda película acerca del culturismo y los sacrificios a menudo malsanos que hay que atravesar para convertirse en portada de revista, como sueña su protagonista. Majors da vida a un joven con graves trastornos mentales causados en su mayoría por la ingesta incontrolada de sustancias químicas con las que potenciar su vigorexia. Trastornos que se traducen en una notable incapacidad para relacionarse con otros seres humanos, una violencia descontrolada cuando sufre algún contratiempo, y una obsesión inusitada por su ídolo, un Michael O’Hearn que presta su exagerado físico incluso para llevarle a comportamientos que le generan un ambiguo despertar a la sexualidad.

El acierto de Majors y Bynum consiste en poner en escena una serie de secuencias que no hacen sino incomodar al espectador, fundamentalmente al carácter controvertido, un punto autista, del protagonista. A partir de ahí, juntos logran construir un particular alegato contra el uso indiscriminado de drogas y dietas, logrando así la efectividad que a buen seguro persigue la cinta. Más impresentable en la vida real que en su otro cinematográfico, a pesar incluso de sentar las bases para un posible asesino de masas de esos que tanto proliferan en Estados Unidos, Majors exhibe un físico rotundo en este film repetimos ciertamente incómodo y soterradamente violento.

lunes, 8 de septiembre de 2025

EL TALENTO Virtuosa de clase alta

USA 2025 103 min.
Dirección
Polo Menárguez Guion Fernando León de Aranoa y Polo Menárguez, según la novela “La señorita Else” de Arthur Schnitzer Fotografía José Martín Rosete Música Carla F. Benedicto Intérpretes Ester Expósito, Pedro Casablanc, Mirela Balic, Juan Pablo Fuentes, Rocío Muñoz Cobo, Sonia Almarcha, Marta Aledo, Clara Sans, Carlos Suárez, Itziar Manero, Diego Niski Estreno 5 septiembre 2
025

El escritor vienés Arthur Schnitzer empeñó a fondo su propio talento para atacar y diseccionar la decadente clase alta de la sociedad que le tocó vivir, allá por finales del siglo XIX y principios del XX. Sus reflexiones recibieron acertadas adaptaciones por parte de directores tan reputados como Stanley Kubrick (Eyes Wide Shut) o Max Ophuls (La ronda). En otras ocasiones, sus novelas sufrieron adaptaciones tan pobres y superficiales como las que realizaron directores como, por ejemplo, Roger Vadim. La que Fernando León de Aranoa y el director de El plan han llevado a cabo se queda en medio, aunque aprovechando más para criticar cuestiones de actualidad como la resistencia de la mujer a considerarse como un objeto sexual, que la decadencia de las clases altas, en cuyo seno también se ambienta esta especie de parábola (no en vano se cita la del sacrificio de Isaac a manos de su padre Abraham).

Realizada con cierto toque de elegancia, cuenta con la ayuda de unas buenas interpretaciones, en especial del siempre eficiente Pedro Casablanc y la joven Ester Expósito como talentosa y prometedora virtuosa del violonchelo, liberada ya de la etiqueta Élite, tras protagonizar Venus y El llanto, aunque aquí le acompañe otra de las protagonistas de aquella serie, Mirela Balic, en modo Cameron Diaz. Lástima que el suculento material de arranque vaya desdibujándose conforme avanza el film, con personajes tan estereotipados como los niñatos de la fiesta que sirve de escenario a casi toda la función, y otros directamente indefinidos y a la postre desaprovechados, como el de la omnipresente camarera de piso.

Sin embargo, la cinta cobra fuerza hacia el final, aunque con cierto sabor a guion forzado que lastra su discreto poder de atracción. Entre las torpezas del libreto destaca la visita del personaje de Casablanc a la piscina, totalmente inoportuna y fuera de lugar. En el camino se queda, por lo tanto, su presunto análisis de la degeneración y desgaste de esa clase que nada con toda su fuerza para hacerse valer y volver a disfrutar de los privilegios de antaño. Supone, a pesar de todo, un salto cualitativo del director frente a su anterior trabajo de ficción, ese Plan que se nos antojaba flojito y de poquito interés.

DEL CIELO AL INFIERNO El ritmo de Nueva York

Título original: Highest 2 Lowest
USA 2025 133 min.
Dirección
Spike Lee Guion Alan Fox, según la novela “King’s Ransom: An 87th Precinct Mystery” de Evan Hunter Fotografía Matthew Libatique Música Howard Drossin Intérpretes Denzel Washington, Jeffrey Wright, Ilfenesh Hadera, A$AP Rocky, Dean Winters, Michael Potts, Aubrey Joseph, Elijah Wright, Rick Fox, Allison Worrell Estreno en el Festival de Cannes 19 mayo 2025; en Estados Unidos 15 agosto 2025; en Apple TV+ 5 septiembre 2025


Sería injusto reducir la nueva película de Spike Lee a un remake desventajado del clásico de Akira Kurosawa El infierno del odio. En realidad se trata de una nueva adaptación de una novela de Evan Hunter titulada King’s Ransom: An 87th Precinct Mystery, que fue llevada a la televisión en 1962, tres años después de su publicación, en 1963 sirvió al genio japonés para hacer un policiaco ligeramente inspirado en el original, y aún conocería en 2023 una nueva adaptación, esta vez como serie de televisión dirigida por Steven Soderbergh. Hunter ha conocido más de una veintena de adaptaciones de sus novelas, desde Semilla de maldad de Richard Brooks a Laberinto mortal de Claude Chabrol, pasando por Los jóvenes salvajes de John Frankenheimer, Un extraño en mi vida de Richard Quine o La mujer sin rostro de Delbert Mann, sin olvidar que adaptó Los pájaros de Daphne Du Maurier para Hitchcock.

Podríamos intuir que esta nueva versión, presentada fuera de concurso en Cannes y estrenada en una plataforma digital, con producción entre otros de A24, con lo que poco a poco va ampliando su esfera de actuación desde el terror original, sirve al director de Infiltrado en el KKKlan para llevar a cabo también su particular y libre adaptación, centrándose en dos homenajes muy específicos, a la ciudad de Nueva York, su luz, sus calles, su diversidad racial y cultural y su vibrante vida. Por otro lado, sirve también como rendido homenaje a la música soul, al jazz, el funky, el rap y todas las corrientes que han hecho grande a la música negra, de James Brown a Stevie Wonder, pasando por Aretha Franklin, aunque no todos los citados suenen en su portentosa banda sonora, aderezada con la majestuosa música original de Howard Drossin, las rítmicas improvisaciones de Fergus McCreadie, el rap de A$AP Rocky y el son latino de Eddie Palmieri, estrella invitada en el film poco antes de dejarnos el pasado mes de agosto.

La ciudad, el ritmo y la luz sirven como telón de fondo para una trepidante historia de secuestros y persecuciones, algunas antológicas, más cerca del cine de los setenta, lo que garantiza un mayor realismo frente a las increíbles acrobacias generadas que se generan por ordenador. Y en la base también una reflexión sobre el poder y el dinero, pero sobre todo sobre la dignidad, la generosidad y la responsabilidad, quizás no tan profunda como se quisiera, pero de cualquier forma suficientemente clara y efectiva. Al fin y al cabo se trata de un entretenimiento épico, vibrante y espectacular, y nada de eso se le puede negar, como tampoco que Denzel Washington hace una de sus interpretaciones antológicas y el resto del elenco le acompaña con gracia y acierto.

domingo, 7 de septiembre de 2025

ROMERÍA Un mar de silencios

España-Alemania 2025 115 min.
Guion y dirección
Carla Simón Fotografía Hélène Louvart Música Ernest Pipó Intérpretes Llúcia García, Mitch, Tristán Ulloa, Celine Tyll, Myriam Gallego, Janet Novás, José Ángel Egido, Sara Casanovas, Marina Troncoso, Alberto García Estreno en el Festival de Cannes 21 mayo 2025; en salas 5 septiembre 2025


Hay muchos y muchas realizadoras que cuando abordan su primer largometraje, fijan su atención en episodios íntimos y autobiográficos. El caso de Carla Simón va más allá, porque lleva tres películas analizando sus propias experiencias, y no le ha ido nada mal. Su infancia a través de aquel Verano 1993 que le valió un alto reconocimiento en los Goyas de 2017; en Alcarrás nos llevó al campo de su familia materna, y la gesta le valió el Oso de Oro en Berlín; y ahora, con Romería, ilustra su peregrinaje desde Cataluña a Galicia para conocer y reivindicar a su familia paterna, desvelando en el camino secretos del pasado y fantasmas de la incomprensión, lo que le ha permitido entrar en la sección oficial de Cannes.


Romería
ofrece una galería de personajes como pocas veces hemos disfrutado en nuestro cine, recordando en cierta medida a aquella impecable En la ciudad sin límites de principios de siglo. Pero Simón opta por esa estética premeditadamente descuidada que identifica al cine de carácter independiente, frente al depurado academicismo que mostraba Antonio Hernández. Quizás de haber aprovechado los generosos recursos que una corta pero tan estimulante filmografía a buen seguro le habrá reportado, nos encontraríamos frente a una cinta más lograda, un mejor trabajo de sonido que no lastrase algunos de sus diálogos, y un acabado más aseado en cuestiones tan fundamentales como la banda sonora o la propia imagen, a pesar de esos elocuentes injertos de grabación doméstica.

Con todo, la excelente interpretación de todos los personajes de la cinta, especialmente la joven debutante Llúcia García, cuyo desdoblamiento constituye la única y muy lograda apuesta técnica de la función, la réplica que le da esa suerte de Pancho que es Mitch, y el magnífico trabajo de Simón tanto al guion, convenientemente estructurado a dos tiempos, como a la realización, precisa y con los objetivos muy controlados, logran un trabajo que nos va progresivamente enganchando. Queda ahí, estupendamente plasmada, la hipocresía de una clase alta proclive al silencio y a tapar supuestas vergüenzas, cuando la mayor desvergüenza consiste en negar lazos familiares y comprar con dinero lo que el pudor y el sentimiento no es capaz de enmendar.

Pero Romería no es sólo un ajuste de cuentas con aquellos episodios oscuros de nuestro pasado, con esa transición también ennegrecida por la época, sus vicios y virtudes, sino que exhibe una hermosa historia de amor a dos bandas, en un pasado próximo y otro remoto, que genera una secuencia casi onírica en la que la imaginación se desborda para ofrecer una película dentro de la película tan atractiva como estimulante. Y dentro de ella una sorpresa en forma de número musical que escenifica lo que durante aquella década de los ochenta fue una tragedia a todos los niveles, y que a la postre sirve como mcguffin en una película a la que de verdad lo que interesa es la familia, el descubrimiento y la fuerza de una joven de dieciocho años con ideas mucho más claras, una personalidad más definida y una conciencia de género mucho más asentada de la que pudiera presumir su progenitora en aquella década presuntamente prodigiosa. Y todo ello frente a los prodigiosos paisajes de la Ría de Vigo.

sábado, 6 de septiembre de 2025

EXPEDIENTE WARREN: EL ÚLTIMO RITO Pero no el último grito

Título original: The Conjuring: Last Rites
USA-Canadá 2025 135 min.
Dirección
Michael Chaves Guion Ian Goldberg, Richard Naing y David Johnson Fotografía Eli Born Música Benjamin Wallfisch Intérpretes Patrick Wilson, Vera Farmiga, Mia Tomlinson, Ben Hardy, Steve Coulter, Elliot Cowan, Rebecca Calder, Kila Lord Cassidy, Beau Gadsdon, Madison Lawlor, Orion Smith Estreno en Estados Unidos y España 5 septiembre 2025

Este último rito ha sido vendido como el final de la saga, aunque sus spin-off y secuelas, Annabelle, La monja, La llorona, aseguran la continuación de las andanzas del matrimonio formado por Lorraine y Ed Warren, sin obviar que el más de un millar de casos que dicen sus protagonistas haber resuelto permitirá en un futuro quizás nada lejano retomar la saga. Lo cierto es que esta cuarta entrega de El conjuro, aquí traducido como Expediente Warren, mantiene las constantes de sus predecesoras, apenas superadas por la anterior entrega, Obligado por el demonio. Su director, consagrado exclusivamente a estos títulos desde que debutara con La llorona, apenas logra mantener el ritmo o la tensión. Algo debe fallar definitivamente si la escena que más nos atrapa es de carácter sentimental, cuando el novio de la hija de los Warren les solicita consentimiento para pedirle matrimonio. Por lo demás, demasiada religión nos provoca también tedio.

Quizás resulte demasiado ingenuo pretender seguir provocando miedo con demonios y espíritus malignos, cuando el verdadero terror acecha ahí fuera de la mano de mandatarios elegidos democráticamente, exhibiendo un total y absoluto desprecio por la vida ajena, en nombre de una ambición desmedida que choca frontalmente con lo efímero de nuestra existencia, aunque algunos ya propugnen la vida eterna o, al menos, ciento cincuenta años de media. ¡Eso sí que da miedo! Lo demás, risa. Pero esta franquicia se lo toma tan en serio que insiste en emular aquel cine de terror elegante que represntaran cintas como La profecía, El exorcista o Historia macabra. Eran otros tiempos, y la humanidad, un poco más inocente. Este presunto último capítulo se alarga en exceso, a pesar de no tener mucho que contar. Y lo hace a fuerza de episodios supuestamente creativos, algo inconexos y nada consecuentes con la posible realidad de los hechos narrados, que si lo fueron, seguro que se manifestaron de forma más dudosa y humilde.

Un episodio de juventud de la pareja, justo cuando iba a nacer una hija de la que no recordamos tener constancia en los capítulos anteriores, se conecta por arte de magia con el horror que sufre una familia de clase humilde en el hogar que no se pueden permitir abandonar, aunque sus salvadores sí se permitan destruir. En aquel episodio extraña ver que se haya prescindido del rejuvenecimiento artificial, y se haya optado por otros intérpretes de parecido más o menos razonable. En definitiva, persiste la buena dirección artística, una atmósfera identitaria y el empeño de sus protagonistas, pero para contar poca cosa, hacerlo en un excesivo metraje, y aburrir sin sorprender. Relevando a Joseph Bishara, el más interesante Benjamin Wallfisch aporta un hermoso tema musical al personaje de Judy, la hija de los Warren.

viernes, 5 de septiembre de 2025

IRENE DELGADO DERROCHA SENSIBILIDAD CON MAHLER

Mahler y la belleza. Concierto Feeling ROSS de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Alicia Naranjo, mezzosoprano; Irene Delgado Jiménez, dirección. Programa: Blumine, Lieder eines fahrenden Gesellen; Urlicht, de la Sinfonía nº 2; Adagietto y Rondo-Finale, de la Sinfonía nº 5, de Mahler. Teatro de la Maestranza, jueves 4 de septiembre de 2025


Desde su entrada en la plantilla de la ROSS como gerente, Jordi Tort ha desplegado un gran esfuerzo en acercar la orquesta a la ciudadanía, proponiendo programas al margen de la temporada de abono que diversifiquen la oferta y la hagan más popular, algo así en la línea de lo que hacen muchas orquestas estadounidenses, que tienen su vertiente pop aunque en realidad se trate de la misma plantilla.

Este empeño ha fructificado este año en un ciclo de conciertos denominado Feeling ROSS, en el que tendrán cabida el que el guitarrista Pablo Sainz-Villegas ofrecerá en el Alcázar, y que ya adelantó a principios del verano en Valencina, el habitual concierto en colaboración con Juventudes Musicales, dos de contenido cinematográfico ligados al Festival de Cine, otro acompañando las imágenes de Parque Jurásico al son de la música de John Williams, los tradicionales conciertos de Navidad, Año Nuevo y Cuaresma, el participativo y un homenaje a Camilo Sesto protagonizado por Daniel Diges.

El de ayer, un arranque prematuro de temporada, fue el primero de estos conciertos. Considerando que Mahler tendrá cierto protagonismo en la misma, interpretándose tres de sus grandes sinfonías, la directora algecireña Irene Delgado Jiménez se encargó de presentar un monográfico dedicado al autor austríaco. Una elección sin duda acertada, considerando el respeto que ha cosechado la joven directora tanto en Alemania como en Austria, donde trabaja habitualmente, adaptándose con éxito a la sensibilidad reinante en aquellos países, cuyo exclusivismo demuestra el talento derrochado por la directora andaluza.

Además, desplegó un encanto natural y distendido a la hora de explicar las piezas con el fin de que la audiencia comprendiera mejor su significado y disfrutara más con la propuesta. Una oferta que incluyó dos piezas originales y otras tres que sirvieron como adelanto a la programación del ciclo Sinfónico. Blumine es un descarte de la Sinfonía nº 1, redescubierto en 1966 por el biógrafo de Mahler, Donald Mitchell, y cuya hermosa contención poética encontró eco en la dirección mimosa y recogida de Delgado. A destacar la intervención de José Forte a la trompeta.

Una voz con personalidad

Haber ganado el premio ROSS en la última edición del Certamen Nuevas Voces de Sevilla, organizado por la Asociación de Amigos y Amigas de la Ópera, permitió a la mezzo malagueña Alicia Naranjo intervenir en este concierto de apertura interpretando el ciclo Canciones de un compañero de viaje, haciendo gala de una voz bien colocada, generosa proyección y considerable potencia, además de un agradable timbre y un estilo personal bastante acentuado.


Bien conocida de la afición hispalense, gracias al Coro del Maestranza y la Compañía Sevillana de Zarzuela a los que pertenece, Naranjo demostró una gran versatilidad al abandonar el estilo eminentemente lírico al que está acostumbrada para enfrentarse al más específico liederista, acentuando expresividad y carácter poético en cada una de estas canciones al desamor que Delgado acompañó con sentido de la mesura y una habilidad para clarificar texturas y planos sonoros que se repitió en las tres piezas que conformaron la segunda parte del programa.

Del repertorio sinfónico de Mahler, Delgado escogió algunas de sus páginas más hermosas y estremecedoras, como ese Urlicht o Luz original que, asilado del movimiento precedente de la Sinfonía nº 2, pierde parte de su fuerza y capacidad de contraste. No obstante, Naranjo lo acometió con mucha sensibilidad, especialmente en el arranque en pianissimo, exhibiendo las constantes ya apuntadas.

Toda la sección final de la popular Sinfonía nº 5, el imprescindible Adagietto y el Rondo, protagonizaron la última etapa del concierto, con la directora logrando una interpretación estremecedora pero nada amanerada del famoso movimiento lento, mientras en el último desplegó fuerza y majestuosidad a raudales, llegando a causar un fuerte impacto en el público. Merece destacarse la atinada intervención de la concertino invitada, Heidi Hatch, actual concertino de la Orquesta de Extremadura.

Fotos: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía