jueves, 29 de mayo de 2025

GLORIA Y PELUCA: OTRA ATRACTIVA CITA CON LA ZARZUELA

Lamentando mucho no poder asistir a ninguna de las tres representaciones que tendrán lugar este fin de semana de la zarzuela
Gloria y peluca, por compromisos familiares, no nos podemos resistir a recomendar desde estas páginas su disfrute, teniendo en cuenta el cariño y la pasión que pone la Compañía Sevillana de Zarzuela en cada espectáculo que acomete, y muy especialmente su principal artífice, nuestro querido amigo y recién nombrado numerario de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, Javier Sánchez-Rivas.

Precisamente su discurso de ingreso en dicha entidad tuvo a la zarzuela y su relación con nuestra ciudad como protagonista, y ahora, justo un mes de tan feliz fecha, se dispone a afrontar el que será seguro otro feliz acontecimiento, el éxito que acompañará al estreno en el Espacio Turina de esta zarzuela poco divulgada. Apenas recordamos su puesta en escena en el Teatro de la Zarzuela hace catorce años, quizás entonces como recuperación de esta divertida pieza del maestro Francisco Asenjo Barbieri. Precisamente de él pudimos disfrutar hace años en el Maestranza de otra de sus zarzuelas recuperadas y poco transitadas, Los diamantes de la corona. La que ahora nos ocupa tiene la particularidad de trazar, junto a las piezas de Rafael Hernando, El duende y Colegialas y soldados, un antes y un después en el género denominado chico, independizándose en gran medida de la lírica de influencia italiana para tomar carta de naturaleza y añadir elementos autóctonos de nuestra cultura musical para engendrar así el género tal como lo conocemos.


Del catálogo de zarzuelas de Barbieri, con más de sesenta títulos, destaca especialmente El barberillo de Lavapiés, pero a buen seguro que esta Gloria y peluca gustará a quienes mañana a las ocho, o pasado en cualquiera de sus dos funciones, a las cinco de la tarde o a las ocho, se acerquen a comprobar sus cualidades. Para ello la Compañía Sevillana de Zarzuela prosigue su acuerdo con la Facultad de Bellas Artes para la realización de telones que sigan con cierta fidelidad aquellos que acompañaron al estreno, en este caso en el Teatro Variedades de Madrid en 1850. El telón para esta ocasión ha sido realizado por los alumnos Irene Ugolini y Agustín Muñoz García, y representa las estanterías de una tienda de pelucas, con más de ciento cincuenta cabezas y sus correspondientes pelucas adornándolas.


También merece especial atención el esmerado vestuario, fiel a la época representada, de un depurado estilo isabelino, que lucirán tanto la pareja protagonista, el barítono Andrés Merino y al soprano Marta García Morales, junto al resto de la compañía que dará voz al coro. Y es que esta zarzuela está estructurada en romanzas para cada uno y una de la pareja, María y Marcelo, con un singular acompañamiento de coro en ambos casos, y un par de dúos entre los que destacan unas seguidillas. El coro interactúa con los protagonistas a través de melodías sencillas y alegres, mientras un par de personajes cómicos se añaden a una inocente trama de celos y venganza por la afición de él a la composición de ópera. Seguro que con la adaptación de Alejandro Rull, siempre atento a las producciones de una compañía de la que nunca se ha desligado a pesar de su éxito en la escena del musical madrileño, se logrará quitar a la obra esa pátina de polvo que pudiera hacerla rancia a los ojos y oídos de un público actual e informado.

Fotos: Compañía Sevillana de Zarzuela

CAMINOS DEL VIENTO Y UNA FLAUTISTA SORPRENDENTE

Concierto #9 de la temporada XIV de la Orquesta Sinfónica Conjunta. Orquesta de Vientos. Aurora Reguera, flauta. Cristina Bayón, soprano. Camilo Irizo, dirección. Programa: Emblems, de Aaron Copland; Concierto para flauta y orquesta de viento, de Mike Mower; Stunde der Seele, de Sofiya Gubaidúlina. Teatro Central, miércoles 28 de mayo de 2025


Con una temporada que se ha ido desgranando concierto a concierto, sin un programa general que nos haya permitido organizar nuestra agenda con antelación, no sabemos si este concierto número nueve de la décimo cuarta temporada será o no el último de la misma. Eso pensamos del octavo, que convocó a Bartók y Satie en el salón de actos de Arquitectura, y sólo hace unos días supimos de la celebración de éste en el Teatro Central, espacio que ya pisaron los y las jóvenes de la Conjunta el año pasado en otra concentración sólo de vientos. Ahí se formaron también muchos de ellos y ellas, gracias a los créditos con los que la Universidad premiaba al alumnado que asistía a los ciclos de música contemporánea que se celebraban en ese recinto hace muchos años.

Precisamente con música contemporánea se despachó Camilo Irizo en un concierto que el conjunto celebró el día antes en el Auditorio de la Ciudad del Conocimiento de Dos Hermanas. El del Central, y a pesar del Betis, contó con un buen aforo, en su mayoría, hay que decirlo, familiares de los numerosos jóvenes convocados. Una generosa representación del alumnado de vientos del Conservatorio Manuel Castillo se dio cita en este concierto dirigido por el maestro, que es quien habitualmente se encarga de la faena cuando de maderas y metales se trata. El sabio e inteligente programa permitió a la formación demostrar su habilidad a la hora de afrontar tres formas diferentes de hacer música con metales, maderas y percusión. Copland representó la música para bandas militares, Mower el concepto de big band y Gubaidúlina el de música contemporánea en sentido estricto.

Del primero, una abundante Conjunta encaró Emblems, un encargo de la Asociación Nacional de Directores de Banda para acompañar su convención de 1964, convirtiéndose desde entonces en pieza angular del repertorio para bandas de música, y obra maestra en su género. En ella se puede observar el estilo expansivo y naturalista del autor, pero haciendo acopio del lenguaje avanzado que caracterizó su música en los sesenta. La Conjunta arrancó de forma imprecisa y atolondrada, pero poco a poco se fue haciendo con la atmósfera y el espíritu de la pieza, logrando una lectura disciplinada e incluso brillante en algunas secciones. Muy sensible resultó la recreación del popular y precisamente emblemático Amazing Grace, que el autor incorporó a la partitura tras comprobar que sus constantes armónicas coincidían con las que él había diseñado para los pasajes más relajados de la espectacular pieza.


La obra del británico Mike Mower, clarinetista, teclista, saxofonista, bajista, pero fundamentalmente flautista, nos lleva a una estética muy diferente pero una época similar, los sesenta del siglo pasado. Aunque se trata de una composición de 2004, sus formas, su manera de afrontar contrapunto y armonía nos retrotraen a estilos identificados con la sofisticación, por ejemplo, de una comedia romántica estadounidense, al estilo de un Mancini o un Hefti, con incorporación de ritmos latinos tan del gusto de la época, como la bossa nova, el mambo e incluso un breve pasaje de rock. Todo un reto para la orquesta, que acompañó primorosamente a una sorprendente Aurora Reguera, sensacional a la flauta como acertada en su concepción de la música como arte total que requiere también una puesta en escena estudiada y tan singular como lo fue la suya, además de atrevida y desprejuiciada, traducido en su ritmo danzante y su espectacular indumentaria influida por la estética del cómic y el cine fantástico. En lo técnico, la joven flautista derrocha talento y habilidad, con ornamentaciones extremadamente complicadas, y un sonido depurado que en cierto modo nos recordó al de James Galway, no en vano colaborador de Mower en un par de trabajos discográficos. A destacar también el magnífico trabajo del conjunto de percusión, batería incluida.

La segunda parte, mucho más seria y exigente para el oyente, estuvo monopolizada por la pieza de Sofiya Gubaidúlina Stunde der Seele, algo así como La hora del alma. La música de esta importante compositora rusa afincada en Alemania, que falleció hace apenas un par de meses, sonó casualmente hace sólo unas semanas en los atriles de la ROSS, y volvió ahora con fuerza y rotundidad en los de esta joven y admirable orquesta. Buena parte de la obra recorre todo tipo de sonoridades y efectos que llegan a provocar un profundo desasosiego en el oyente, siempre que sus intérpretes estén a la altura para comunicar esta sensación de ansiedad, como fue el caso. Hacia el final se incorpora la voz de una mezzo, en este caso soprano, para cantar en estilo declamatorio los textos, oscuros y misteriosos, de Marina Tsvetaeva, tan poco afín al régimen stalinista, lo que se demustra en su tono pesimista. La muy querida entre nosotros Cristina Bayón abandonó para la ocasión su afinidad con el repertorio barroco para sumergirse en una vorágine llena de fuerza y expresividad, buscando los registros más graves de su tesitura. Juntos, orquesta, director y voz, lograron una interpretación bastante depurada y acertada de esta sintomática pieza que, como todas las del programa, se concibió directamente para la formación elegida, sin transcripciones ni adaptaciones de ningún tipo.

martes, 27 de mayo de 2025

UNA FUNCIÓN INESPERADA Road movie por la integración

Título original: Erza
USA 2023 101 min.
Dirección Tony Goldwyn Guion Tony Spiridakis Fotografía Daniel Molder Música Carlos Rafael Rivera Intérpretes Bobby Cannavale, William Fitzgerald, Robert de Niro, Rose Byrne, Vera Farmiga, Rainn Wilson, Whoopi Goldberg, Jimmy Kimmel Estreno en el Festival de Toronto 9 septiembre 2023; en Estados Unidos 31 mayo 2024; en España 23 mayo 2025


Nieto del famoso productor del Hollywood clásico Samuel Goldwyn y del responsable de la adaptación cinematográfica de Lo que el viento se llevó, Sidney Howard, Tony Goldwyn se dio a conocer cuando interpretó al sospechoso amigo de Patrick Swayze en Ghost. Como actor no ha pasado de interpretar personajes secundarios, los más recientes en El método Williams y Oppenheimer. Paralelamente ha llevado a cabo una carrera como director, primero con comedias románticas (La tentación, Siempre a tu lado, El último beso) y en 2010 con su mejor trabajo hasta fecha, el drama judicial protagonizado por Hilary Swank, Betty Anne Waters. Trece años después nos presenta esta comedia agridulce sobre un padre rebelde y exagerado que vela como mejor entiende, a su manera, con un hijo autista, al que da vida con notable esfuerzo y sentido de la responsabilidad el joven William Fitzgerald, actor como se dice del espectro. 
Todo para analizar y quizás poner en entredicho el sistema público de tratamiento de la diferencia, siempre obrando desde un punto de vista paternalista y quizás poco o nada efectivo a la hora de buscar la integración.

Bobby Cannavale, el cuñado macarra de Cate Blanchett en Blue Jasmine, pone toda la carne en el asador para dar vida a este abnegado padre, comediante de profesión, que no duda en emprender una huida por todo el país para preservar el bienestar y la felicidad del niño. El film se articula entonces como una road movie en la que padre e hijo son perseguidos por la policía y los agentes sociales, pero sobre todo por su ex mujer y madre del niño, la siempre eficiente Rose Byrne, y el abuelo y padre del protagonista, Robert de NiroDentro de una histeria general a menudo chirriante, intervienen también en personajes muy secundarios Whoopi Goldberg y el propio director de la película, mientras en los títulos finales se reserva un cameo el popular presentador de televisión Jimmy Kimmel.

Habiéndose estrenado en nuestro país justo un año después de hacerlo en Estados Unidos, coincide en la cartelera española con Wolfgang, que trata también en clave de relación paternofilial la variante del síndrome de Asperger. Pero es consciente de una problemática mayor y menos condescendiente que la que plantea el film de Javier Ruiz Caldera. Como consecuencia, resulta más difícil de digerir, aunque en el camino nos vayamos encariñando con los personajes y acabemos sucumbiendo a su sentimental resolución. Una amable y distendida banda sonora del californiano Carlos Rafael Rivera ameniza la función.

domingo, 25 de mayo de 2025

CUERDA Y VIENTO PARA DESPEDIR TEMPORADA

Concierto nº 12 del ciclo de música de cámara de la ROSS 2024-25. Alexa Farré Brandkamp y Uta Kerner, violines; Alberto García Pérez, viola; Ivana Radakovich Radovanovich, violonchelo; Matthew James Gibbon Whillies, contrabajo; José Luis Fernández Sánchez, clarinete; Ramiro García Martín, fagot; Joaquín Morillo Rico, trompa. Programa: Octeto en Fa mayor D803, de Schubert. Espacio Turina, domingo 25 de mayo de 2025


Hace diez temporadas, el ciclo de música de cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla arrancaba precisamente con esta obra, ideal para combinar talentos de diversas familias orquestales, cuerda, viento madera y viento metal. Esta vez cierra la presente temporada como preámbulo de la que viene, donde se ha destacado la presencia de un mayor número de piezas que combinan cuerda y viento. La única intérprete que coincidió en esta ocasión y la del 2014 es la violinista Ute Kerner, pero de nuevo atisbamos los mismos inconvenientes, relacionados con la dificultad de diálogo que se presenta entre ambas familias instrumentales.

Matthew Gibbon apenas esbozó unas tímidas aunque simpáticas palabras en torno a una obra cuya complejidad y alcance merece una introducción más ilustrada. Apuntar que tocar en inglés se traduce por jugar para destacar el carácter juguetón de la pieza, es quedarse corto frente a la cantidad de matices que ofrece una obra magistral que poco o nada refleja la tortuosa vida por la que en esos momentos atravesaba Schubert, a poco de morir, arruinado económicamente, frustrado sentimentalmente y decepcionado a nivel artístico. Y sin embargo, capaz de escribir una pieza gozosa y llena de luz y esperanza como este octeto a imagen y semejanza del Septimino de Beethoven, tal como se lo solicitó quien le encargó el trabajo, el conde Ferdinand Troyer, clarinetista aficionado que buscaba una pieza para tocar en sus veladas musicales, de ahí la importancia del instrumento en prácticamente cada uno de sus seis movimientos.


Una obra de carácter intimista, a pesar de su aspecto a gran escala, lírica y gozosa, rica en melodía y color. Algo debió fallar sin embargo en esta nueva incursión de los y las músicos de la ROSS para que todo este gozo y encanto no llegara a transmitirse en su totalidad, llegando a convertirse en una larga secuencia de superposiciones tímbricas, algún que otro desencuentro, un trabajo más depurado en dinámicas y aislados apuntes de virtuosismo técnico que no llegaron a lo que de verdad importa, emocionar y contagiar con su optimista encanto.

Apenas fuimos capaces, a pesar del magisterio indiscutible de cada uno y una de sus ocho intérpretes, de apreciar el clima discretamente alterado, casi angustiado, de su primer movimiento, ni esa coda ensoñadora y poética que lo culmina. El adagio fue desarrollado con flexibilidad y pulcritud, pero sin atisbo de sincera emoción, ni ese efecto dramático que se le supone, a pesar del buen trabajo desarrollado por el clarinetista, José Luis Fernández Sánchez. Mejor el allegro vivace, dinámico y jovial, con otro buen trabajo en nómina, esta vez la violonchelista Ivana Radovanovich en el trío. Mucho mejor el tema y variaciones, extraído de un dúo de su ópera Los amigos de Salamanca, con protagonismo bien resuelto de cada una de las voces convocadas, especialmente el encanto desplegado por el clarinetista y el violín de Alexa Farré.

Poca melancolía nos provocó el minueto, donde destacó el buen oficio de Joaquín Morillo a la siempre difícil y comprometida trompa. Y, finalmente, inmejorable transición de la tormentosa introducción al alegre y desenfadado allegro final, potenciando el carácter de divertimento de una obra cuya creciente intensidad emocional no tuvo respuesta adecuada en una plantilla disciplinada pero escasamente motivada a tenor de los tibios y desiguales resultados.

Fotos: Marina Casanova

MISIÓN IMPOSIBLE: SENTENCIA FINAL Magnífico punto final

Título original: Mission Impossible. Final Reckoning
USA 2025 169 min.
Dirección
Christopher McQuarrie Guion Christopher McQuarrie y Erik Jendressen, a partir de la serie de televisión creada por Bruce Geller Fotografía Fraser Taggart Música Max Aruj y Alfie Godfrey Intérpretes Tom Cruise, Hayley Atwell, Simon Pegg, Esai Morales, Pom Klementieff, Ving Rhames, Angela Bassett, Henry Czerny, Holt McCallany, Janet McTeer, Hannah Waddington, Tramell Tillman, Shea Whigham, Greg Tarzan Davis, Nick Offerman, Rolf Saxon, Lucy Tulugarjuk, Cary Elwes, Katy O’Brian, Paul Bullion, Tomás Paredes Estreno en el Festival de Cannes 14 mayo 2025; en Estados Unidos y España 23 mayo 2025


Aunque traicione el título originalmente asignado como segunda parte de Sentencia mortal por Sentencia final, no deja de ser la continuación de la misión más difícil, compleja e imposible de Ethan Hunt hasta el momento, si dentro de unos años no resurge la saga con el clásico e inevitable reboot. Una misión que le lleva a él y su mutable equipo a luchar contra el peor de los enemigos, una amenaza real para el mundo que conocemos, la inteligencia artificial. La llave que puede desarticular la Entidad se convierte así en la principal herramienta con la que el agente que vive y muere en las sombras puede salvar a la humanidad, mientras impedir que caiga en las peligrosas manos de quien busca el control de ese artilugio artificial por encima del bien y el mal, se convierte en reto fundamental que da pie a las mil y una peripecias a las que se enfrenta Tom Cruise en la piel del personaje en el que ha depositado más energía y entusiasmo a lo largo de su dilatada carrera.

Con un guion complejo, repleto de guiños, matices y datos que hacen difícil su completa digestión, aunque al servicio de una trama tan simple y sencilla que no hace naufragar la carísima empresa, Christopher McQuarrie se pone tras la cámara por cuarta vez en la saga, lo que le convierte en responsable de la mitad de ella. Lo hace como consecuencia de la profunda amistad que le une al actor, desde que coincidieran juntos en Valquiria, a las órdenes entonces de Bryan Singer, que brindó a McQuarrie su Oscar al mejor guion por Sospechosos habituales. Un director y guionista con la categoría y la pericia suficiente como para llevar a tan buen puerto este final del recorrido, que logra conectar con anteriores entregas, especialmente con la que hace casi treinta años dirigiera con tanto sentido de la elegancia y la espectacularidad Brian de Palma. Esa misma elegancia se disfruta también en esta última y crepuscular entrega, donde las magníficas secuencias de acción, muchas de ellas perfectamente coreografiadas para lucimiento de Cruise y cuantos y cuantas se ven involucradas en su lucha, se alternan con abundantes diálogos a menudo susurrados, alejándose así de la habitual abundancia de ruido y caos con que se despacha el cine de acción en la actualidad. Lo de Misión imposible es otra cosa, tiene otra categoría, otra dignidad y, repetimos, otra elegancia.

Consciente de la caducidad de nuestro cuerpo, Cruise aprovecha para lucir más que nunca físico, envidiable a sus más de sesenta años, mientras el resto del numeroso elenco logra dar entidad propia a sus personajes, de forma que nadie es un mero adorno y contribuye a dar forma a una apasionante y entretenidísima trama a la que ni siquiera pesan sus casi tres horas de duración. Dos extraordinarias escenas de acción se suman a la larga lista de increíbles proezas que el personaje ha llevado a cabo a lo largo de sus ocho entregas, con la participación directa del actor hasta donde la prudencia permite; lo demás son impecables efectos visuales. El resultado de todo esto es una sensacional película de acción, el logro de situar en el firmamento fílmico un agente estadounidense capaz de hacerle sombra a James Bond, y una emoción lograda gracias al factor humano, el imprescindible componente de comedia y la apuesta por los sentimientos como motor que nos acerque a la aventura y la justicia, tan lejos del modelo al que nos han acostumbrado otros héroes musculados del cine, o esos superhéroes de Marvel que nos tienen tan hastiados.

Apeado del proyecto Lorne Balfe, que se hizo cargo de la música en la anterior entrega, los menos conocidos Max Aruj y Alfie Godfrey respetan el carácter y los temas originales de su predecesor, a la vez que someten a nuevas variaciones los temas que Lalo Schifrin compuso para la serie de televisión, que tan unidos están a su universo y sin los que no cabe entender la saga, combinando acción matemática con las necesarias dosis de glamour

sábado, 24 de mayo de 2025

LA OPORTUNIDAD DE UN FESTIVAL DE ÓPERA EN SEVILLA


No cabe duda de que tratándose de la ciudad en la que se han inspirado, directa o indirectamente, más de ciento cincuenta óperas, Sevilla merece un Festival de Ópera. Sin embargo varias son las razones que nos hacen recelar del recién presentado proyecto, justo ayer en uno de los espacios que lo albergarán, la Fábrica de Artillería de la avenida Eduardo Dato, poco a poco, muy tímidamente y después de varios años de reforma, abriéndose al público sevillano.

Toda propuesta cultural que se presente merecerá sin duda nuestro aplauso. Sólo el arte y la cultura pueden generar esperanza de amor y estrechamiento de lazos entre los pueblos. Al contrario que el dinero, la ambición y el poder, que sólo genera miseria y dolor. También cuando esto último, a través de una política podrida y miserable, invade la noble causa de la cultura, como hemos comprobado recientemente. Hace tiempo que el catedrático de repertorio vocal del Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo de Sevilla, Francisco Soriano, viene realizando en la ciudad una impagable labor de agitación musical que le ha llevado a recuperar repertorio de los García, fundamentalmente de Pauline Viardot, y recrear esas soirées musicales decimonónicas con sus conciertos de canto y piano en el Real Círculo de Labradores. Aunque sólo fuera por eso, no podemos sino desear con todo nuestro cariño y sinceridad, mucha suerte y ánimo en esta nueva aventura a la que, a pesar de las consideraciones que a continuación desgranaremos, auguramos el éxito que merece.

Sin embargo, a tenor de la programación ayer presentada, encontramos más de una consideración que hacerle, a la vez que lamentamos que no se haya todavía aprovechado la oportunidad de lucir el emblema de Sevilla, Ciudad de Ópera, para lograr que programaciones a menudo despreciadas como la del Maestranza o la Sinfónica, llegaran a mejor puerto. Ni nuestro coliseo ni la orquesta se han molestado lo suficiente en generar reclamo turístico y cultural para la ciudad, logrando así que melómanos de otros países llenen los huecos tan frecuentes que observamos en los aforos del Maestranza o el Espacio Turina, nuestros dos principales escenarios musicales.

Igual que nosotros aprovechamos la ocasión cuando viajamos de asistir a óperas y conciertos, debe haber mucho público extranjero interesado en aprovechar en Sevilla su oferta, para lo que los agentes culturales deberían haber trabajado hace ya mucho tiempo, generando vías de comunicación y márketing que logre sintonizar con ese público en potencia. Sólo entonces, una vez cosechado público de fuera interesado en nuestras propuestas, lo que a su vez generaría una mejora considerable de esas mismas propuestas, sería aconsejable crear un festival como el que ahora se ha presentado.

Si la Sinfónica, como algunas voces autorizadas de la ciudad reclaman, tuviera su propio auditorio, y afortunadamente Sevilla es generosa en esa estrategia, el Maestranza podría, como hacen otros teatros europeos, alternar su temporada de estrenos con otra de repertorio con músicos y voces locales y producciones almacenadas, ofreciendo para turistas esos títulos emblemáticos de la ciudad, desde El barbero de Sevilla a Carmen pasando por Las bodas de Fígaro, Fidelio, La favorita o Don Giovanni, de la misma forma que se les invita a tablaos y otros espectáculos flamencos.

Pero además, este festival se presenta en formato transversal, por cuanto aprovecha la programación previamente diseñada por espacios y conjuntos de la ciudad, como el propio Maestranza, el Turina o Zahir Ensemble, para incluirlos en su propia agenda, lo que no suma a la oferta musical de la ciudad, y parece seguir siendo un reclamo sólo para público local. Así, Don Giovanni de Mozart en el Maestranza, Don Juan no existe de Helena Cánovas en Artillería pero dentro de la programación del Maestranza, los recitales de Franco Fagioli en el mismo teatro o de Vivica Genaux en el Turina, así como la presentación en primicia en la ciudad de la ópera-ballet de Philip Glass Les enfants terribles, a cargo de Juan García y Zahir Ensemble, parecen citas pre-programadas, por mucho que el propio festival se erija en productor de este último.

Entre el resto destacan dos óperas de Manuel García, conmemorando así el doscientos cincuenta aniversario de su nacimiento. Una en formato convencional, Il Califfo di Bagdad, con la ROSS dirigida por Alessandro d'Agostini, y las voces de Leonor Bonilla, Juan de Dios Mateos y Alicia Naranjo, si bien su ubicación en el Patio de la Montería del Alcázar hace dudar de la grandeza de esta producción del propio festival. La otra, la ópera de cámara Quien porfía mucho alcanza, con representación tres días consecutivos en distintos espacios, el Palacio de Dueñas, la Casa Salinas y el Hospital de la Caridad. Otras propuestas son una selección de Carmen en clave de jazz por el quinteto del sevillano Daahoud Salim, la ópera de Monteverdi Il combattimento di Tancredi e Clorinda en Artillería, a cargo de la Barroca de Sevilla y la producción del Festival de Peralada, y el espectáculo de Accademia del Piacere en torno a la música teatral española e italiana del seicento, con las voces de Juan Sancho y Lucía Martín-Cantón, que dan buena muestra del carácter eminentemente local de la propuesta, dando cabida a muchos de los agentes musicales de la ciudad, como si el todo se hubiera diseñado para ellos y ellas.

Por otro lado, el festival recupera Es lo contrario, la ópera a ciegas de César Camarero que pudimos "ver" en el Maestranza hace justo cuatro años, a cargo de nuevo de Zahir Ensemble, ahora en Artillería. Un recital con la mezzo Carol García, la soprano Elena Sancho Pereg y la pianista Teodora Oprisor, ofrecerá un recorrido por las conexiones hispano-francesas en torno a Carmen en el Espacio Turina, y otro de Nerea Berraondo, la mezzosoprano navarra que tan buena impresión nos causó con Socrate de Satie en el último concierto de la Conjunta, y Anna Malek al piano, que ya ofrecieron un aperitivo en forma de Habanera de Carmen en el acto de presentación de la programación y el cartel de la artista jerezana Ana Barriga, en el que desgranarán música centroeuropea y eslava de inspiración española en la era de Carmen, en el salón de Tapices del Alcázar, completan una oferta que dista considerablemente de lo que entenderíamos por un festival de ópera en la ciudad que tantas inspiró, si bien podría asegurar la presencia cada temporada de una del insigne conjunto de grandes.

LOS TORTUGA Perdidas y desenfocadas

España 2024 109 min.
Dirección
Belén Funes Guion Belén Funes y Marçal Cebrian Fotografía Diego Cabezas Música Paloma Peñarrubia Intérpretes Antonia Zegers, Elvira Lara, Mamen Camacho, Sebastián Haro, Guillermo Barbosa, Lorena Aceituno, Jordi Pérez Estreno en el Festival de Toronto 5 septiembre 2024; en salas 23 mayo 2025


Cinco años han pasado desde La hija de un ladrón, el celebrado debut en la dirección de largometrajes de la realizadora catalana Belén Funes, y casi nueve meses desde que esta su segunda película se estrenase en ese escaparate de temporada mundial que es el Festival de Toronto. Entre medias participó en la prescindible serie de televisión La ruta, ambientada en las discotecas del Levante durante la década de los noventa del pasado siglo, y ha cosechado tres importantes premios en la última edición del Festival de Málaga, el Especial del Jurado y los de mejor dirección y guion. Y con ese importante palmarés ha desembarcado por fin en la cartelera del país, logrando de nuevo el beneplácito de prácticamente la totalidad de la crítica española. Un parecer que no logramos compartir una vez comprobado que nos irrita tanto como lo hizo su ópera prima, por cuanto no encontramos la forma de empatizar con sus personajes y no vemos cuál pueda ser el objetivo y la determinación de su artífice a la hora de plantearnos la aparentemente difícil relación entre una madre y una hija que propone el film.

Para empezar, el título, referido a quienes desde ese sur al que el régimen sumió en la pobreza más absoluta para beneficiar a quienes más difícil ponían la continuidad de la dictadura, emigraban al norte o a Europa en busca de oportunidades con toda la casa a cuesta, como las tortugas, queda traicionado en una película que no trata directamente de ellos y ellas, sino de una ausencia que determina el bienestar, el futuro y la esperanza de estas dos mujeres. Funes de esta forma vuelve a incidir en la dependencia de sus mujeres en el referente masculino, poniendo el acento y el énfasis en el duelo que madre e hija experimentan, cada una a su manera, pero siempre de forma irritante y desvariada, frente al hombre que desaparece. Y en ese contexto retrata el campo del sur, la importancia ahí de la familia, pero también de las supersticiones y la superchería, cerrándonos la puerta a esa modernización de la que con justicia tan a menudo hacemos gala. También retrata, con más sentido del tópico que de otra cosa, la deshumanización urbana, donde tiene cabida la especulación y el desahucio, pero donde la camaradería entre compañeras de oficio, puede sustituir la falta del cariño familiar… otro tópico.

Pero la directora tiene buen oficio y sabe enganchar, a pesar de estas dificultades de sintonía y razón, llegando a involucrarnos en la peripecia emocional de estas dos mujeres, estupendamente interpretadas por la veterana actriz chilena Antonia Zegers y la verdadera revelación de la película, la joven Elvira Lara, pero cuyos personajes tan a menudo están sometidos a reacciones absurdas y chirriantes, siempre con esa ausencia como justificación, lastrando cualquier posibilidad de enaltecimiento del género, una vez más voluble y al borde del abismo sentimental, como si siguiéramos anclados en pleno siglo diecinueve. Mención aparte merece el enorme desagrado que nos merece ver tanto personaje, femenino siempre, fumando como hacía tiempo no veíamos en pantalla. Quizás una forma, como el alcohol, de huir de sus aparentemente mieserables vidas... más tópicos. Así las cosas, lo que más nos ha cautivado es la capacidad de mostrar varios tipos de vida a través de su generoso catálogo de personajes, las de quienes lo tienen todo por delante, las bloqueadas, las gastadas y las que han perdido toda esperanza.

viernes, 23 de mayo de 2025

HAENDEL COMO CÉSAR MANDA

Concierto VI de la temporada 2024/2025 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Maite Beaumont, mezzosoprano. Stefano Barneschi, violín y dirección. Programa: Concerti Grossi Op. 6 no. 5 en Re mayor HWV 323 y no. 7 en Si bemol mayor HWV 325, Larghetto y allegro de la Sonata para violín Op. 1 no. 6 en sol menor HWV 364a, Obertura y arias de Giulio Cesare in Egitto, y arias de Amadigi di Gaula y Ariodante, de Haendel. Espacio Turina, jueves 22 de mayo de 2025


Pocos aguanten un monográfico de su obra tan bien como lo hace Haendel, sin que resulte monótono ni aburrido. Eso es lo que hicieron los y las integrantes de la generosa plantilla con la que la Barroca celebró ayer el final de su temporada, seis conciertos a los que se unieron sus intervenciones en otros proyectos y viajes. Ante el pleno absoluto con el que suelen rubricar sus conciertos en el Turina, la Barroca desplegó toda esa alegría, entusiasmo, complicidad y energía que tanto nos contagia y que constituye una de las señas de identidad del conjunto hispalense.

La convocatoria vino precedida de una breve y prescindible representación de una escena de teatro clásico, en el más puro sentido del término, a partir de textos de Farsalia de Lucano, sobre la guerra civil entre Julio César y Pompeyo Magno, con los que las tres jóvenes voces convocadas desplegaron sus habilidades con el latín, convenientemente traducido para seguir diciendo nada ante tanto público expectante de lo que verdaderamente importaba, la música. Se trataba de representar así a uno de los personajes más asociados al imaginario haendeliano, a partir del título operístico con mayor presencia en el programa diseñado, Giulio Cesare in Egitto.


Arrancó después una entusiasmada interpretación del quinto de los conciertos grosso agrupados bajo el opus 6 del catálogo del compositor, dechado de energía y fuerza dramática en la que tanto brillaron los furiosos pero siempre matizados allegri, como el centelleante presto que precedió a un largo resuelto con altas dosis de lirismo y sentimiento, hasta el elegante minueto final que dio paso a la primera de las intervenciones de la mezzo navarra Maite Beaumont.

Familiarizada con el público sevillano, ante el que ha actuado en una versión de concierto de Rinaldo junto a Harry Bicket y The English Concert y en la Alcina que pudimos ver y oír en el Maestranza la pasada temporada, esta vez con la Orquesta Barroca de Sevilla en el foso, Beaumont demostró una vez más por qué su voz resulta ideal para abordar este atractivo repertorio. Cálida y comprometida, triunfó en Cara speme, dando voz al atormentado Sesto con el solo acompañamiento de Mercedes Ruiz al violonchelo y Alejandro Casal al clave, tan precisos y llenos de encanto como suele ser habitual. Sin salirse del personaje, lució en su siguiente intervención, L’angue offeso, generosas agilidades y dominio absoluto de la expresividad y la coloratura, brillando también por la naturalidad de su emisión y la flexibilidad en los frecuentes cambios de registro.


Lástima que en Pena tiranna, ese emotivo lamento de Dardano, amante frustrado en Amadigi di Gaula, sus aptitudes y la belleza de su timbre quedaran soslayadas por la intervención en primera línea del oboísta Pedro Castro y el fagotista Eyal Streett, no porque sus participaciones deslucieran, destacando el control de la respiración del segundo en su intervención obligado, sino porque faltó un mejor ensamblaje de las voces, a lo que se unió esa misma falta por parte de la cuerda dirigida por el especialista Stefano Barneschi, también ampliamente familiarizado con el conjunto sevillano. De esta forma, sonó algo caótico, sin la cohesión necesaria. Mucho mejor el famoso Dopo notte de Ariodante, donde Baumont volvió a desplegar amplias facultades para las agilidades y el bel canto, al igual que en la propina, que nos devolvió al Ruggiero con el que participó en la Alcina maestrante del año pasado, logrando un Mi lusinga il dolce affetto en el que destacó su capacidad para expresar afecto y compasión.

La participación de la orquesta, además de arropar con candor y lucidez a la mezzo, se completó con dos movimientos de la Sonata para violín Op. 1 no. 6 en la que Barneschi lució sus habilidades también en el fraseo y el ritmo, además de evidenciar un sonido aterciopelado y homogéneo. También sonó la Obertura de Giulio Cesare y otro Concerto grosso, el no. 7 del mismo cuerpo, con exactas aptitudes y capacidad inventiva.

Fotos: Luis Ollero

miércoles, 21 de mayo de 2025

ESTOCOLMO 1520. EL REY TIRANO Guerreras, coronas y malvados

Título original: Stockholm Bloodbath
Suecia-Dinamarca 2023 145 min.
Dirección
Mikael Hafström Guion Nora Landsrod y Erlend Loe Fotografía Pär M. Ekberg Música Steffen Thum Intérpretes Sophie Cookson, Claes Bang, Alba August, Emily Beecham, Mikkel Boe Folsgaard, Jakob Oftebro, Ulrich Thomsen, Thomas Chaanhing, Wilf Scolding, Adam Pálsson, Kate Ashfield Estreno en Suecia y Dinamarca 18 enero 2024; en España 16 mayo 2025


Mikael Hafström
alterna sus películas suecas con las estadounidenses. Antes de realizar esta película, su producción más ambiciosa hasta el momento, trabajó con Clive Owen y Jennifer Aniston en Sin control, con John Cusack en 1408 y Shanghai, con Anthony Hopkins en El rito y con Stallone y Schwarzenegger en Plan de escape. Sorprende las malas críticas que ha cosechado este fresco histórico sui generis, realizado a la manera de Guy Ritchie pero con más gracia y mucho más desparpajo. Es como si nos enseñaran Historia de forma muy amena y divertida. Ya desde el principio, con unos rótulos que evidencian su voluntad rompedora y contemporánea, se avisa que la mayoría de lo narrado es real, luego cabe introducir personajes y licencias variadas, como el hecho de que sus protagonistas sean mujeres aguerridas, fuertes y decididas, ya sean las dos hermanas que buscan venganza, o la reina que lucha por su país, a quien presta físico una divertida y sarcástica Emily Beecham, presente también en la siguiente película de Hafström, de nuevo en Hollywood, Destino: Titán.

Rodada en inglés, con intérpretes británicos y daneses en su mayoría, la película narra en dos horas y media (reducida a dos en su estreno español) el sangriento episodio protagonizado por el Rey Cristián el Tirano de Dinamarca en el asedio a la capital sueca en su afán de reunificar los países escandinavos. Un episodio que el director sueco convierte en una enérgica y movidita cinta de acción y aventuras con un toque de comedia, imprescindible para que toda la violencia y la sangre derramada resulte menos perturbadora y más digerible. También hay hueco para los momentos de tensión tratados con sentido del drama y la intriga.

Una puesta en escena suntuosa, estupendos efectos visuales, una esmerada banda sonora y un elenco a la altura de la precisión que exhibe el conjunto, logran que la cinta se disfrute a un nivel al menos superficial. Si embargo, cabe también hacerle una lectura política, sobre cómo la historia nos hace olvidar antiguas rencillas, cómo las religiones nacieron para controlarnos y se siguen justificando guerras y atrocidades en nombre de un supuesto Dios, el que sea. También sobre cómo el ansia de poder, la ambición desmedida y el deseo de ocupar territorios sigue siendo hoy, seiscientos años después, una motivación frecuente para quienes desprecian la Historia y la humanidad y el planeta en general.

martes, 20 de mayo de 2025

UNA ROSS Y UN MAESTRANZA QUE ILUSIONAN

Hace aproximadamente una semana se presentó en los Jardines de la Caridad, junto al Teatro de la Maestranza, la programación de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla para la temporada de 2025 y 2026, mientras la del propio coliseo lo hizo ayer. Si el año pasado exhibíamos nuestro entusiasmo por la recuperación del teatro gracias a una programación ya sí acorde a su importancia, tras tantos años bloqueados con la justificación de una crisis arrastrada, éste nuestro nivel de satisfacción se incrementa con el aumento de citas imprescindibles y títulos operísticos.

Por su parte, la decepción que nos provocó la excesivamente conservadora programación de la ROSS para la presente temporada, si bien su desarrollo nos está sorprendiendo y convenciendo por sus bondades, la de la próxima temporada se prevé más interesante a priori, si bien seguimos echando de menos una pizca más de valentía a la hora de atreverse con repertorios menos trillados y más contemporáneos.

Lucas Macías se estrena como director titular de la ROSS

Tras una temporada sin director titular, tras la marcha de Marc Soustrot, que tanta afinidad tuvo con la orquesta y tantas satisfacciones nos dio a la afición, la próxima se estrena su nuevo titular, también ampliamente familiarizado con el conjunto hispalense. Lucas Macías dirigirá hasta seis conciertos del ciclo Gran Sinfónico, auténtica piedra angular de la programación de la orquesta.

Lucas Macías

Él será el máximo responsable de que llegue a buen puerto la imponente gesta de poner en pie la monumental Sinfonía nº 2 de Mahler, Resurrección. Será el 11 de septiembre, recién vueltos de las vacaciones. Aunque antes, como aperitivo, el día 4 Irene Delgado-Jiménez a la batuta y la voz de la mezzo Alicia Naranjo, premio de la orquesta en el último Certamen de Nuevas Voces de Sevilla, ofrecerán un especial centrado en obras de Mahler. Otro especial, éste de tintes muy folclóricos, convocará al famoso guitarrista Pablo Sáinz-Villegas, tras el frustrado recital que debía haber ofrecido en noviembre por indisposición de su compañera de cartel y ahora premiada Marina Monzó. Lástima que disfrutar del extraordinario guitarrista nos lleve a piezas tan trilladas como el Concierto de Aranjuez, el Capricho español de Rimsy-Korsakov y el Bolero de Ravel, en un concierto especial que se celebrará en el Patio de la Montería del Alcázar.

Entre las citas más sobresalientes del Gran Sinfónico, destacamos en octubre la suite de El caballero de la rosa de Strauss, Dafne y Cloé de Ravel y Harold en Italia de Berlioz. Ese mismo mes se celebrará el ya habitual concierto en colaboración con Juventudes Musicales y sus prometedores solistas. En noviembre, coincidiendo con el Festival de Cine de Sevilla, Nacho de Paz dirigirá la música de Tobias Schwencke para Carmen de Lubitsch, con proyección de la película, mientras Macías ofrecerá en noviembre un concierto de música de cine español en el Auditorio de la Cartuja, después de que en el Maestranza vuelva a lucir El mar de Debussy, y disfrutemos con el Concierto para dos pianos de Poulenc.

Leonor Bonilla acompañará a la orquesta en diciembre entonando arias de concierto de Mozart, mientras la poco oportuna soprano israelí Chen Reiss, artista residente, se estrenará en enero con el Concierto de Navidad y los Cuatro últimos lieder de Strauss. Y tras el éxito de El señor de los anillos la presente temporada, la próxima se repetirá la fórmula en Fibes con Jurassic Park de John Williams.

Wayne Marshall

Juan Pérez Floristán
culminará su ciclo de conciertos para piano de Bartók con el segundo en febrero, mientras Alexander da Costa regresará a la orquesta en la que tanto tiempo ejerció como concertino para dirigir 
en Cartuja Center el programa Reza Sevilla, centrado en la Semana Santa. En marzo un pianista de lujo, Wayne Marshall, interpretará la Rapsodia en Blue de Gershwin en un concierto que también contará con la Suite de Jazz de Shostakovich. El Concierto nº 3 de Rachmaninov volverá a sonar en abril, mientras ese mes la música de Ravel, Fauré e Ibert contará con una insólita coreografía de Antonio Ruz.

La Sexta de Mahler será la única pieza destacada y no trillada de mayo, mientras tendremos que esperar a julio para reencontrarnos con la Sinfónica en estado puro, con la única novedad de El castillo de Almodóvar de Turina, junto a las muy transitadas El amor brujo y El sombrero de tres picos de Falla. La temporada terminará ese mismo mes con otro concierto participativo como el que cierra la temporada actual, aunque todavía no se ha desvelado la obra. Cuatro serán las batutas femeninas que se enfrentarán a la Sinfónica la próxima temporada, la de Shi-Yeon Sung por partida doble, que se unirán entre otras a las de Michel Plasson, Gyorgy Rath y Marc Albrecht.

El Maestranza cumple nuestro sueño

Hace tiempo que anhelábamos una temporada a la altura de la cuarta capital española, y la pasada el equipo dirigido por Javier Menéndez cumplió nuestro sueño, ahora potenciado con otra temporada de ensueño, quizás incluso más. A las cuatro óperas en formato tradicional y con varias funciones, se une una quinta que ocupa el lugar de la tradicional zarzuela, Marina de Emilio Arrieta. Las otras son Don Giovanni de Mozart, cumpliendo la intención de ofrecer cada temporada un título de los más importantes relacionados con la ciudad, Lucrezia Borgia de Donizetti, por primera vez en Sevilla, El sueño de una noche de verano de Britten, una deuda imprescindible con el autor, tan poco presente en nuestras programaciones, y la popular Aida cerrando la temporada en verano.

Cecilia Bartoli

Pero a éstas hay que añadir todo un ilusionante conjunto de óperas en concierto, con Les Arts Florissants encargándose de La reina de las hadas, de Purcell, la prestidigitadora Cecilia Bartoli protagonizando Orfeo y Eurídice de Gluck, la Orquesta de Granada ofreciendo El barbero de Sevilla de Paisiello, estreno en nuestra ciudad, y Einstein on the Beach de Philip Glass según el conjunto Ictus Ensemble. Sin duda citas ineludibles que enriquecen sobremanera esta temporada lírica. La ópera de cámara estará representada por dos mujeres, la joven catalana Helena Cánovas y su Don Juan no existe en la Fábrica de Artillería, y Cabildo de la estadounidense de primera mitad del siglo XX Amy Beach en la Sala Manuel García. Y si todo esto fuera poco, tendremos la oportunidad nada más y nada menos de disfrutar de recitales del contratenor argentino Franco Fagioli, el joven tenor vasco Xabier Anduaga, y el regreso del popular tenor peruano Juan Diego Flórez, el sorprendente contratenor polaco Jakub Jozef Orlinski y la soprano granadina Mariola Cantarero.

Jakub Jozef Orlinski

Aun así esperamos anhelantes que en un futuro muy próximo aumenten los títulos en formato tradicional y el número de funciones. Como también lo esperamos de la danza clásica con escenografía y orquesta en el foso, esta vez con el Ballet de la Ópera del Capitolio de Toulouse y Coppelia al son de la ROSS. Los recitales de piano se reducen a uno, con el inmenso Arcadi Volodos interpretando obras de Bach, Chopin y Schubert. Tendremos ocasión de disfrutar de buena música de cámara en la Sala Manuel García con los ciclos Diálogos concertantes en colaboración con la Fundación Barenboim-Saïd, y Alternativas de cámara, de la mano de Juventudes Musicales. En el primero destaca la participación de Michael Barenboim, Joaquín Riquelme y Miquel Colom, y en el segundo la de la soprano onubense Soraya Méncid.

Otro de los platos fuertes de la temporada es la visita de grandes orquestas, como la Orchestre des Champs-Elysées bajo la dirección de Philippe Herreweghe, la Chamber Orchestra of Europe con la lujosa participación de la joven violinista granadina María Dueñas y la dirección no menos lujosa del veterano Antonio Pappano. Nombres de oro que tanta falta hacían en nuestra ciudad, y que se completan con Charles Dutoit y la menos propensa a cancelar cuando no actúa sola Martha Argerich, junto a la ROSS, Josep Pons junto a la Orquesta y Coro Nacionales de España ofreciendo el Réquiem Alemán de Brahms, el regreso de Teodor Currentzis con MusicAeterna y Giovanni Antonini con Il Giardino Armonico, así como el debut del violonchelista y clavecinista Jonathan Coen al frente de su conjunto Arcangelo ofreciendo La pasión según San Mateo en colaboración con el Femás. Pero si duda el papel se agotará tan pronto se ponga a la venta cuando actúe la Sinfónica de Londres bajo la dirección de Gianandrea Noseda, con el reconocido pianista surcoreano Seong- Jin Cho interpretando el segundo de Chopin.

María Dueñas

Entre el resto de convocatorias, incluidas las de danza y flamenco, destacamos por curiosas y atractivas las del musical ¡Mamma Mia! y el concierto de Pasión Vega dedicado a las canciones que suenan en las películas de Almodóvar. Sin duda un sinfín de motivos para seguir soñando despiertos, con todo nuestro agradecimiento al equipo artístico del Maestranza por tanto esfuerzo, entusiasmo y emoción puestos en el empeño.

BONHOEFFER, EL ESPÍA Resistencia clerical

Título original: Bonhoeffer: Pastor, Spy, Assassin
Irlanda-Bélgica-USA 2024 132 min.
Guion y dirección
Todd Komarnicki Fotografía John Mathieson Música Antonio Pinto y Gabriel Ferreira Intérpretes Jonas Dessler, August Diehl, Flula Borg, Moritz Bleibtreu, Nadine Heidenreich, David Jonsson, Phileas Heyblom, James Flynn Estreno en Estados Unidos 22 noviembre 2024; en Irlanda 6 diciembre 2024; en España 16 mayo 2025


El cine rescata con frecuencia personajes notables de la Historia, especialmente de cara a quienes no cultivamos ciertas disciplinas, como la teología o el ideario pacifista luterano, como es el caso. Dietrich Bonhoeffer fue un destacado teólogo y sacerdote, que dejó un generoso legado en torno a su particular ideario religioso y político, y que ejerció una fuerte y extremadamente valiente oposición la nazismo antes y durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente en relación a la deportación y aniquilación sistemática de judíos. Todd Komarnicki apenas se destaca como guionista de Sully de Clint Eastwood. Otros trabajos suyos son Seduciendo a un extraño, con Halle Berry y Bruce Willis, y Entre la razón y la locura, con Mel Gibson y Sean Penn, mientras sólo hace veinte años con Resistencia, ambientada en la Segunda Guerra Mundial y protagonizada por Julia Ormond y Bill Paxton, y ahora, se ha encargado de la dirección. Su estilo es aseado y academicista, casi más propio de un trabajo para la televisión. Tampoco es que haya contado con un presupuesto demasiado holgado para llevar a cabo el periplo existencial de este héroe de la Resistencia.

Echando mano del flashback, la narración arranca cuando es un niño repelente y algo fantasioso, se salta su formación en Berlín y Barcelona, y pasa directamente a su experiencia en Nueva York, donde entra por primera vez en contacto con un pueblo marginado, el de los afroamericanos, y ocupa el grueso en su lucha contra el nazismo desde postulados eminentemente pacifistas, actuando incluso como espía al servicio del Reino Unido. Por eso, lo del asesino del título original no encaja, por cuanto el único crimen que podría achacársele, y si podemos considerarlo así, es haber participado en la Operación Valquiria, con la que se intentó matar a Hitler, si bien esto no está demostrado.

Con una caligrafía sencilla y una galería de personajes bastante amplia, el film se estrena en un momento muy oportuno, justo cuando nos han torpedeado durante días con la muerte y sucesión del Papa Francisco, y el empeño generalizado de considerarlo progresista y fuertemente implicado en causas sociales. Quizás para demostrar que la Iglesia, aunque en este caso sea la protestante, también se preocupa por los marginados y avasallados, llega esta película que casi podríamos encajarla en esa ola de cintas dedicadas a santos y gestas religiosas que tanto proliferan desde hace ya un buen puñado de años, otro síntoma del auge reaccionario y extremista que nos invade y que se traduce en episodios tan dramáticos como la reciente participación y casi triunfo de un Estado genocida como Israel en Eurovisión. Precisamente, en los títulos finales del film se hace hincapié en la oleada de antisemitismo que asola el Mundo, quizás confundiendo ese sentimiento con una reacción sana y necesaria ante la barbarie que el país está llevando a cabo sobre el indefenso pueblo palestino, con el único fin de expandir territorio y genera mayor riqueza propia.

Y lo hacen justamente quienes sufrieron el genocidio nazi, y sin que nadie de la misma religión o condición de la comunidad internacional con capacidad de influencia exhiba su opinión al respecto, refiriéndonos en el campo estrictamente cinematográfico a los Spielberg, Streisand o Allen que tanto nos han hecho disfrutar y tanto nos decepcionan ahora en términos humanitarios y sentimentales. Aunque la mayoría de los intérpretes son alemanes, se expresan en inglés con un fuerte acento nativo, una práctica muy frecuente en las coproducciones en las que participa Estados Unidos. Como curiosidad para quienes amamos la Música, Bonhoeffer tuvo mucha relación con grandes clásicos, desde Liszt y Clara Schumann, que fueron profesores de piano de su abuela, hasta el compositor Erno y el director Christoph von Dohnányi, padre e hijo respectivamente de Hans Dohnányi, amigo y colaborador en estas gestas anti hitlerianas, y esposo de Christine, una de las hermanas del biografiado, y por extensión madre del famoso director de orquesta.

lunes, 19 de mayo de 2025

EL INSTINTO ¿Thriller animalista?

España 2024 92 min.
Guion y dirección
Juan Albarracín Fotografía Iván Émery Música Pablo Serrano Intérpretes Javier Pereira, Fernando Cayo, Eva Llorach y la voz de José María del Río Estreno en salas 16 mayo 2025


La nómina de realizadores y realizadoras noveles en nuestro país no tiene límites, y el jovencísimo director lorquiano Juan Albarracín es uno de los últimos en incorporarse. Después de alzarse con un premio al mejor cortometraje por Un pinar salvaje en Cinema Jove, y cosechar un puñado de reconocimientos en festivales de segunda y tercera categoría a lo largo y ancho del planeta con este su debut en el largometraje, El instinto ha tenido que esperar nueve meses desde que se pudo ver por primera vez para su estreno en salas comerciales. Supone un prometedor primer trabajo con el que Albarracín demuestra cierta pericia a la hora de plantear conflictos y mover la cámara con el fin de provocar un perturbador desasosiego.

La trama combina un vehemente duelo interpretativo, físico y psicológico entre dos únicos personajes, completados con un tercer vértice que funciona como catalizador de emociones y lazo de unión entre las dos fuertes personalidades que se enzarzan en una guerra sin cuartel y en un único escenario, a la manera de La huella o La trampa de la muerte, pero sin tregua para el humor ni al distensión, marcado sólo por el mal rollo y la truculencia sadomasoquista. No está naturalmente a la altura de estos forzados referentes, pero está tratada con tal ambigüedad que a lo largo de su hora y media escueta de duración, nuestra percepción del sentido y la razón de ser del conjunto va cambiando paulatinamente, aunque nos quedamos con una lectura animalista en la que se exhibe la tortura a la que tantos perros son sometidos para adiestrarlos con fines serviles, especialmente cuando de cazar se trata.

Pero a lo largo de la función percibimos que nos falta información, que algunos detalles de guion resultan forzados y que las motivaciones de cada uno de los personajes, uno para justificar su agorafobia y el otro su particular instinto, quedan muy difuminadas. Con todo, y como primer largometraje, cabe dar la enhorabuena a su director, y desearle una interesante carrera si tiene cabida entre tanto y tanta debutante expectante. Conviene aplaudir también el excelente trabajo del dúo protagonista, incluyendo la recuperación de un sufriente Javier Pereira, protagonista de los primeros largometrajes de Rodrigo Sorogoyen en solitario, Stockholm y Que Dios nos perdone, y un tanto perdido entre cortos y series, ausente de la gran pantalla durante largos años.

domingo, 18 de mayo de 2025

TRAS EL VERANO Conflictos afectivos

España 2025 94 min.
Dirección
Yolanda Centeno Guion Yolanda Centeno y Jesús Luque Fotografía José Luis Bernal Ibáñez Música Pablo Cervantes Intérpretes Alexandra Jiménez, Juan Diego Botto, Álex Infantes, Ruth Gabriel, Stéphanie Magnin, Alicia Moruno, Edu Rejón Estreno en el Festival de Málaga 20 amrzo 2025; en salas 16 mayo 2025

Como muchos otros y otras realizadoras debutantes en el largometraje, Yolanda Centeno tira de un cortometraje previo para desarrollarlo, con el añadido de basarse además en algún tipo de experiencia propia. En este caso, la directora echa mano de Imposible decirte adiós, de 2021, donde su protagonista, también Alexandra Jiménez, afronta la separación de su pequeño hijastro como consecuencia del fracaso sentimental con su pareja, en aquel trabajo Fele Martínez, ahora Juan Diego Botto. Se muestra así cómo la legislación, tan a menudo por detrás de las necesidades políticas y sociales, no da respuestas a nuevas sensibilidades. En este caso, un nuevo modelo de familia, alejado del convencional y tradicional modelo nuclear, no encuentra soluciones prácticas al conflicto de afectos que se genera entre una madrastra, el niño al que ha criado durante años, su ex pareja, la madre biológica y la nueva pareja de la protagonista, en este caso una mujer a la que da vida Ruth Gabriel, también presente en el mencionado cortometraje.

Pero la cinta no se centra en ningún tipo de batalla legal, aunque la mencione, sino en el conflicto de sentimientos que esta situación genera, especialmente de cara a la incomprensión, la frustración y la falta de respuestas que provoca en el más inocente de los personajes conjugados, el pequeño, magistralmente interpretado sin impostaciones ni afectaciones, con frescura y naturalidad, por Álex Infantes. El film se articula en torno a esta galería de personajes, pero sobre todo de la tierna y cómplice relación que se entabla entre la madrastra y el niño, sin énfasis en el sentimentalismo, aunque la delicadeza de la grácil situación pueda llegar a emocionarnos en una justa medida.

Con producción andaluza y rodaje en Málaga, Huelva y fundamentalmente Sevilla, se trata de una hermosa película que pone sobre la mesa un problema delicado con necesidad de respuestas acuciantes por parte de una legislación que en buenas manos deberá siempre perseguir la felicidad en el más amplio abanico de sus posibilidades, algo que las políticas conservadoras siempre serán reacias a cumplir. Con ellas nunca se avanza, aunque siempre acaben aprovechándose después, cuando las políticas progresistas dan respuesta a las nuevas necesidades.

sábado, 17 de mayo de 2025

MODERNISMO Y UNA ATREVIDA CONJUNTA

Concierto nº 8 de la temporada XIV de la Orquesta Sinfónica Conjunta de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo. Antonio David Moreno, viola. Andrea Ramírez, soprano. Nerea Barraondo, mezzosoprano. Juan García Rodríguez, director. Programa: Concierto para viola, de Bartók (versión de Michael Thomas); Socrate, de Satie. Auditorio de la ETS de Arquitectura, viernes 16 de mayo de 2025


La capacidad de sorprender de Juan García al frente de la Conjunta no tiene límites, y así lo demuestra otro de sus muy atractivos programas, con piezas que difícilmente tendríamos oportunidad de escuchar aquí si no fuera por su inagotable imaginación y creatividad. Desde hace ya catorce años, García cuenta con un proyecto fértil e ilusionante con el que dar rienda suelta a sus inquietudes puramente sinfónicas, compaginándolo con una fructífera e impagable labor al frente de Zahir Ensemble y ese favor que le hace a la ciudad de enfrentarse a la música de nuestro tiempo y no anquilosarse en la de otras épocas y otros repertorios tan trillados de los que tanto tiran otras instituciones más arraigadas y apoyadas de la urbe.

No es el salón de actos de Arquitectura el que mejor se acomoda a las intenciones y prestaciones de esta orquesta de jóvenes en prácticas. Echamos de menos el cada vez menos utilizado Auditorio de Ingenieros que con el tiempo se convirtió en sede principal de la mutante formación. El calor reinante y una acústica demasiado seca no favorecen el disfrute de la música, pero el esfuerzo merece cuando en los atriles se posan partituras tan insólitas como las que anoche acompañó este octavo encuentro de la temporada con tan estimulante orquesta.


El joven Antonio David Moreno demostró su aplicado conocimiento de todos los resortes de la viola enfrentándose a una obra tan complicada como el Concierto (inacabado) para viola de Bela Bartók. Una obra que apenas dejó esbozada antes de morir, pero que con las indicaciones que tuvo tiempo de dar a su amigo Tibor Serly, éste fue capaz de orquestarla a requerimiento de los herederos del compositor. Como obra inacabada que es, muchas han sido las sensibilidades que se han atrevido a completarla, la última podríamos decir que es la de Michael Thomas, siempre tan activo y entusiasta, que con tanto esfuerzo tira de formaciones de nuestra comunidad como la Bética de Cámara o la Orquesta de Almería.

Podríamos aseverar que Thomas ha logrado recrear el espíritu enrarecido, intrigante y misterioso que tanto se acomoda a la estética de Bartók, y que en manos de Serly quedó bastante difuminado. Su versión mantiene la actitud rapsódica del solista y la complejidad de su gramática, a la vez que potencia el trabajo de la orquesta y una exuberante combinación tímbrica, especialmente visible en el trabajo de los metales. De todo esto se hizo eco la batuta siempre inquieta y enérgica de García, si bien percibimos en la plantilla cierto desequilibrio y algún que otro molesto desencuentro entre secciones, que destiñó el buen resultado que esperábamos anotar de tan rutilante interpretación.

El trabajo de Moreno fue sin embargo impecable, atento y esmerado, sin estridencias, con un sonido diáfano y homogéneo sometido con acierto y flexibilidad a sus continuos cambios de color y registro, coronando una más que aceptable versión de la pieza, al margen de esas puntuales irregularidades, que bien podrían por otro lado deberse a la literatura inquietante y enrarecida de Thomas al respecto, tan acostumbrados que estamos a la más preciosista y retraida de Serly.

¿Quién mejor que García para ofrecernos una página tan insólita y atrevida como Socrate, y sumergirnos así en las claves más evidentes del modernismo musical? Esta obra concebida para voz y pequeña orquesta a partir de un original para piano y voz, fue encargo de la Princesa de Polignac para acompañar el recitado en voz alta de diversos extractos de los diálogos de Platón referidos a Sócrates, y que Satie pareció aceptar a regañadientes. Siguiendo la traducción de Victor Cousin, y con la feliz y acertada idea de proyectar los textos con elegante caligrafía para que pudiésemos seguir su conceptual trama, la versión definitiva respetó el encargo de que fueran solo voces femeninas las intervinientes, a pesar de que dieran voz a personajes masculinos, pero añadiendo orquesta que proporcionara una base dramática, aunque repetitiva, a la propuesta.

Alcibiades, Sócrates, Fedro y Fedón encontraron en las muy bien entonadas voces solistas la vía de comunicación con un público que asistimos atentos y curiosos a tan insólita propuesta. Los resultados, como suele ocurrir cuando se pone tanto empeño e ilusión en la empresa, fueron sobresalientes, ahora sí con una orquesta harto disciplinada, una cuerda tersa y un perfecto equilibrio entre todas las voces. La ocasión nos permitió además disfrutar de la voz estremecedora, poderosa y muy implicada dramáticamente de la joven mezzo navarra Nerea Barraondo, que cargó con el mayor peso de la función. Junto a ella, las aportaciones de la soprano Andrea Ramírez brillaron lo justo, aportando variedad y elegancia a un conjunto que convenció de principio a fin para disfrute de todos y todas las asistentes.