domingo, 30 de septiembre de 2012

EL ARTISTA Y LA MODELO Supuestamente sencilla y poética

España 2012 104 min.
Dirección Fernando Trueba Guión Fernando Trueba y Jean-Claude Carrière
Fotografía Daniel Vilar Intérpretes Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale, Chus Lampreave, Götz Otto, Christian Sinniger, Martin Gamet, Mateo Deluz
Estreno 28 septiembre 2012

Tan alejado de su estilo que casi no parece una película de Trueba, la película que le ha valido su único premio, hasta el momento, en San Sebastián al mejor director, se nos antoja mucho menos humilde y poética de lo que realmente es, lo que la convierte precisamente en todo lo contrario, un trabajo pretencioso por querer ser justamente lo primero. Rodada en blanco y negro y en su habitual formato panorámico, la historia nos cuenta la relación que se entabla entre un anciano artista francés y la joven española refugiada que, en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial, le sirve de musa e inspiración para unos últimos alientos artísticos. Se supone que el escultor, notable observador de la naturaleza y su entorno, encuentra en esta joven salvaje la esperanza y la alegría dentro de un orden universal que sólo le ha traído desconcierto y decepción. Y se supone que las visitas de un maqui y un oficial alemán amante del arte ponen el contrapunto realista e históricamente coyuntural a una también supuesta relación idílica que se entabla entre los dos personajes principales que dan título a la película. Pero todo es suposición porque ni la relación da para mucho, ni los sentimientos emergen con claridad, por mucha sutileza que se haya querido poner en el empeño, ni el mundo alrededor del anciano justifica tal desengaño ni mucho menos un desenlace como el que se nos propone. Su ritmo extremada e intencionadamente lento tampoco ayuda a empatizar con una historia que se presume muy sensible y emotiva, pero que sobre el papel, de la mano del veterano y prestigioso escritor Jean-Claude Carrière (El discreto encanto de la burguesía, Valmont, Cyrano de Bergerac), tampoco está suficiente y convincentemente desarrollada. Solo el tiempo demostrará si se ha sobrevalorado este experimento espejo del cine pasado de moda que se realizaba en nuestro continente hace varias décadas, o si por el contrario somos nosotros quienes la estamos infravalorando.

SALVAJES Guerra de narcos en la frontera

Título original: Savages
USA 2012 131 min.
Dirección Oliver Stone Guión Shane Salerno, Don Winslow y Oliver Stone, según la novela de Don Winslow Fotografía Dan Mindel Música Adam Peters Intérpretes Taylor Kitsch, Aaron Johnson, Blake Lively, Benicio del Toro, Salma Hayek, John Travolta, Demián Bichir, Emile Hirsch, Diego Cataño, Joaquín Cosío
Estreno en España 28 septiembre 2012

Droga sanadora y tráfico legal de estupefacientes parecen ser las únicas reivindicaciones de un Oliver Stone que antaño solía hacer muchas y que ahora parece haberse acomodado en una posición de cineasta más preocupado por entretener y emplear sus conocimientos en la materia para crear espectáculo de fácil consumo, que en llamar la atención, seria y documentada, sobre cuestiones trascendentales que preocupan a él y a su país. De esta manera la violencia infernal ejercida por los cárteles mexicanos se convierte en puro pretexto para una crónica violenta, pero más inofensiva de lo que en principio parece, sobre el crimen que genera el tráfico de drogas, para acabar convirtiéndose en una cinta de suspense y auténtica descarga de adrenalina que su realizador estructura y articula con acierto, merced a la experiencia acumulada durante cinco décadas de escritura y dirección. Se permite incluso la licencia de terminar la historia a su manera, de forma cínica e insensata, sin por eso traicionar el desenlace de la novela original de Don Winslow en la que se basa, gracias a una operación que algunos ya se han apresurado a tildar de tramposa. Con un reparto sumamente atractivo, encabezado por un trío de hermosos jóvenes y completado con auténticas estrellas del celuloide, a cada uno de los cuales Stone les regala su momento con absoluta generosidad, demostrando cada cual por qué han llegado a ser grandes de la interpretación, la película nos ofrece espectáculo, sin decaer en ritmo ni interés, con magníficas localizaciones y un estupendo acabado en el que se evidencian dos de los puntos fuertes del cine del director de JFK, un frenético montaje y una magnífica fotografía en la que asoman de vez en cuando diversas texturas.

sábado, 29 de septiembre de 2012

BLANCANIEVES y los 6 enanos toreros 6

España-Francia 2012 90 min.
Guión y dirección Pablo Berger, inspirado en el cuento de los Hermanos Grimm Fotografía Kiko de la Rica Música Alfonso de Vilallonga Intérpretes Maribel Verdú, Macarena García, Sofía Oria, Daniel Giménez Cacho, Ángela Molina, Inma Cuesta, Pere Ponce, José María Pou, Ramón Barea, Emilio Gavira, Oriol Vila, Ignacio Mateos, Pere Vall, Carmen Segarra, Sergio Dorado Estreno 28 septiembre 2012

La buena acogida que ha tenido en el Festival de San Sebastián y la rendición que le ha mostrado la prensa nacional ha debido consolar bastante al realizador de Torremolinos 73, seguramente muy contrariado por el hecho de que tras varios años gestando este proyecto, los franceses se le adelantaran con la muy encantadora y multipremiada The Artist, con la que comparte la originalidad de estar rodada en blanco y negro, muda e imitando el estilo de los pioneros del cine. Más contrariado aún al coincidir en el año de estreno con otras dos versiones del mismo cuento de los Hermanos Grimm, con las que comparte una saludable puesta al día del relato que transforma a la anticuada heroína, sumisa y dependiente, en mujer moderna, decidida e independiente, adecuada a los tiempos modernos. Aunque ambienta la trama en la España cañí de principios del siglo XX y particularmente en un mundo habitado por toreros y folclóricas, con la consiguiente acumulación de tópicos rancios, resulta de las tres adaptaciones la más fiel al original en cuanto a trama y estructura, si bien prescinde de todo elemento fantástico para adecuarse a una propuesta más realista. Lo más destacable de la película es su vocación inevitable de producto visual, algo bastante insólito en una cinematografía como la nuestra que tanto depende de la palabra. En este sentido hay que reconocer que se ha apostado por un producto de impecable factura, sin escatimar medios, reconstruyendo digitalmente incluso la Plaza de Toros Monumental de Sevilla, aquí bautizada como la Colosal. Discutible son algunas de sus soluciones fotográficas, impensables en una época en la que la cámara tenía escasa movilidad, si bien por otro lado aplaudimos otras soluciones estéticas que dan al conjunto un aspecto de cine expresionista y adecuadamente tenebroso, contribuyendo junto a la muy elaborada y expresiva música de Alfonso de Vilallonga, grabada por cierto por la misma orquesta que interpretó la banda sonora de Ludovic Bource para el film de Michel Hazanavicious, a dar al proyecto el cariz indiscutible de drama gótico que su realizador persigue. Sin embargo las comparaciones con The Artist son inevitables, y lo que allí era puro encanto y ligereza, adaptándose perfectamente al estilo retro hollywoodiense que pretendía, las intenciones de dotar a este drama perverso, taurino y grotesco de esa misma estética se hacen más difusas e incomprensibles, apuntando al mero oportunismo y haciendo que el producto se resienta de exceso de artificio, sin que en lo básico la emoción esté suficientemente trabajada, hasta el punto de que no consigue que el espectador empatice con personajes ni situaciones. En el álbum de los disparates de nuestra Academia del Cine quedará haber seleccionado para representar a España en el Oscar a la mejor película de habla no inglesa a una película muda.

SI DE VERDAD QUIERES... Una terapia pudorosa

Título original: Hope Springs
USA 2012 100 min.
Dirección David Frankel Guión Vanesa Taylor Fotografía Florian Ballhaus Música Theodore Shapiro Intérpretes Meryl Streep, Tommy Lee Jones, Steve Carell, Elisabeth Shue, Mimi Rogers, Jean Smart, Ben Rappaport, Marin Ireland, Match Danagh
Estreno en España 28 septiembre 2012

Si Meryl Streep está en una película lo primero que pensamos es que no debe estar mal, aunque pueda parecernos un engendro a tenor de su trama, sus formas, sus perspectivas y su horroroso e injustificado título español (el original, Hope Springs, se refiere al idílico pueblo de Maine donde se desarrolla la trama, y se puede traducir como Brotes de esperanza). La actriz tiene fuerza suficiente como para abrir en nosotros precisamente eso, un brote de esperanza. Lo del título español parece apuntar a una serie de títulos de comedia de gramática parecida, como Cuando menos te lo esperas, ¿Cómo sabes si? o Si la cosa funciona, aunque a decir verdad, salvo el caso de la de Woody Allen, las otras no son precisamente comedias modelo. Si además a la Streep la dirige quien tan buenos resultados obtuvo de ella en El diablo viste de Prada, la cosa aún promete un poquito más, aunque otros títulos de Frankel, como la reciente El gran año, no hayan obtenido un gran reconocimiento. Pero resulta que aunque nos congratulemos de que no se trate de la típica comedia histérica y sobreactuada, la nueva cinta de Meryl Streep, acompañada de otro actor muy querido como es Tommy Lee Jones, no está a la altura, y ofrece además la peor imagen física de la actriz nos atreveríamos a decir de toda su carrera; parece que se hubiera peleado con su peluquero y su dietista, o quizás sea una estrategia de la propia actriz, que tanto se empeña en cada papel que interpreta, de aparecer como ama de casa no demasiado agraciada y justificar así una vida matrimonial abandonada de cualquier atisbo de deseo. Ya se pueden imaginar, un manual de autoayuda (bueno, en realidad asistida de un sexólogo que parece involucrarse poco y ofrecer soluciones convencionales y nada ingeniosas) para recuperar una vida sexual sana cuando se han cumplido los 60. Pero si esto se trata con tanto pudor, tan poca chispa y casi nada de picardía, el resultado es una cinta anodina, sosa y absolutamente prescindible. Seguro que a cualquiera se le ocurren mejores consejos para recuperar dicha vida sexual que los que ha urdido la muy mediocre guionista de este aburrido film, que ni es comedia abierta ni drama ni nada que se le parezca. Las populares actrices de los 80 Elisabeth Shue y Mimi Rogers actúan también como reclamo, aunque sus contribuciones al film son minúsculas.

viernes, 28 de septiembre de 2012

CONCIERTO INFORMAL CON PRETEXTO DE CINE

Concierto extraordinario de Música de Cine de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Pedro Halffter, director. Programa: De los clásicos a las galaxias (Cabalgata de las valquirias de Wagner; Adagio para cuerdas de Barber; 2º movimiento del Concierto para clarinete K622 de Mozart; Adagietto de la Sinfonía nº 5 de Mahler; Suite de La guerra de las galaxias de Williams). Teatro de la Maestranza, jueves 27 de septiembre de 2012

Los últimos acordes que sonaron hace exactamente siete años en los extintos Encuentros Internacionales de Música de Cine, también entonces de la mano de Halffter y la Sinfónica, fueron el plato estrella con el que se presentó este programa extraordinario fuera de abono en la presente temporada de la ROSS. Gracias a la Suite de la música compuesta por John Williams para la primera película de la saga de las galaxias, el Teatro de la Maestranza rebosaba de gente joven, dispuesta a dejarse embelesar por la música sinfónica de gran formato. El resto de partituras elegidas para la ocasión suponían un mero acompañamiento, seleccionadas según los parámetros más trillados de esa convencional relación entre cine y música clásica que existe desde los propios inicios de esta disciplina artística, cuando los pianistas echaban mano de los clásicos para ilustrar las imágenes mudas.

Queda fuera de toda discusión la evocación que La cabalgata de las valquirias hace de Apocalipsis Now. Lo sorprendente es que después de acometer la ópera completa de Wagner el año pasado con éxito, en esta ocasión los metales sonasen tan desequilibrados, o en el caso de las trompetas, ni siquiera sonasen. Tampoco vamos a discutir que el Adagio de Samuel Barber nos traiga a la memoria escenas de Platoon, El hombre elefante o, en versión coral, La letra escarlata, ni que el Adagietto de Mahler haya quedado indefectiblemente asociado a la Muerte en Venecia de Visconti, aunque en la cinta sufriese la interpretación nada memorable de Franco Mannino frente a la Academia de Santa Cecilia; e incluso que muchos sigan creyendo que la música de Memorias de África es de Mozart y no de John Barry, simplemente porque en la película de Pollack suena el Adagio de su Concierto para clarinete. Un bloque nada original ni arriesgado que la ROSS entonó sin fuerza ni entusiasmo, más bien de forma rutinaria y con resultados tan desinflados como insulsos, con la excepción del cándido solo de clarinete de Miguel Domínguez Infante.

Pero el público concentrado esperaba más bien la música de Williams y en esto Halffter y el conjunto no decepcionaron. Sonó incluso mejor que en aquel 2005 evocado, con más brío pero sin excesos decibélicos y desproporcionados, salvo en algún momento aislado, tempi más acertados, como ese Little People abordado con mayor velocidad que en la partitura original pero sin perder la esencia genuina de su autor, constituyendo quizás lo más logrado de la noche. Lástima que el tijeretazo efectuado en esa excelente marcha de pompa y circunstancia que es The Throne Room and End Title empañara los resultados de una brillante suite. El homenaje a quien este año ha cumplido 80 años se completó con dos significativas propinas, el tema de En busca del arca perdida y la magnífica marcha de Superman. Ovación asegurada, especialmente por esta segunda parte en la que la orquesta volvió a demostrar que está especialmente preparada para este repertorio y que podría programar verdadera música de cine con más frecuencia y sin ningún tipo de complejos. Recuerdo cuando en 1994 Elmer Bernstein, invitado a los Encuentros de Música de Cine, se interesó por la Sinfónica de Sevilla para un proyecto de recuperación de bandas sonoras clásicas. Se lo pusieron difícil y se decantó por un conjunto escocés. Y es que por los motivos que sean, la nuestra se promociona poco y no graba prácticamente nada.

lunes, 24 de septiembre de 2012

EL NOMBRE Un ángel exterminador e histérico

Título original: Le prénom
Francia-Bélgica 2012 109 min.
Dirección Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patelliére Guión Matthieu Delaporte, según su propia obra Fotografía David Ungaro Música Jérôme Rebotier Intérpretes Patrick Bruel, Valérie Benguigui, Charles Berling, Judith El Zein, Guillaume de Tonquedec, Françoise Fabian Estreno en España 14 septiembre 2012

Hace ochenta años, en Cena a las ocho, George Cukor sentaba a la mesa a un grupo de amigos y familiares. No todos se tenían aprecio, pero en ningún caso se faltaban al respeto, y desde luego primaban en todo momento los buenos modales. Treinta años después Buñuel sentaba también a la mesa y con idénticas intenciones culinarias a un variopinto grupo de decadentes burgueses en El ángel exterminador; éstos sí perdían en algún momento la compostura, pero la inexplicable imposibilidad de salir del salón lo demandaba, y desde luego los desmanes raramente se traducían en excesos injustificados y deplorables. Delaporte encierra cinco personajes en otro salón también para cenar, y les impide salir de él, de nuevo inexplicablemente ante la atmósfera irrespirable y los reproches indiscriminados que a todo pulmón se gritan unos a otros de manera reiterada. Y la fórmula resulta que divierte a muchos, mientras a otros nos espanta. La fórmula, eminentemente teatral, recuerda inevitablemente a aquel Dios salvaje de Yasmina Reza, aunque con menos impostura pero con el agravante de que los personajes son familia y amigos de toda la vida. Y uno se pregunta, ¿es posible en estos términos que esas relaciones hayan perdurado? Histeria, exceso, malos modales, es lo que ofrece esta comedia de salón presuntamente ingeniosa, que aunque apunta algunos detalles afortunados, en especial en lo que se refiere a las mujeres y a la diferencia, se nos antoja en general una insufrible sucesión de mal rollo, mala educación y mal gusto. Hay quien piensa que es fácil identificarse con estos personajes y situaciones, y otros nos sentimos afortunados por situarnos a años luz de este lamentable estado de cosas, y sentimos que se generalice y se dogmatice con situaciones que no son universales y que desde luego deberían evitarse. Empeño estéril de denunciar a la clase intelectual, aprovechando así para explotar un subgénero, el de la comedia de aspavientos y gritos, que tan buenos resultados ha dado por ejemplo en nuestra televisión, vía bodrios descomunales como Aquí no hay quien viva.

domingo, 23 de septiembre de 2012

MÁTALOS SUAVEMENTE El negocio americano

Título original: Killing Them Softly
USA 2012 97 min.
Guión y dirección Andrew Dominik, según la novela de George V. Higgins
Fotografía Greig Fraser Intérpretes Brad Pitt, Richard Jenkins, James Gandolfini,
Ray Liotta, Scoot McNairy, Ben Mendelshon, Vincent Curatola, Sam Shepard
Estreno en España 21 septiembre 2012

De vez en cuando el cine americano recuerda que una vez hizo grandes películas enmarcadas en grandes géneros. El cine negro fue uno de ellos y la nueva película de Andrew Dominik confirma que todavía se pueden ofrecer buenas cintas en ese género. Si con El asesinato de Jesse James llegamos a irritarnos, con la nueva película de su realizador, cuyo título parafrasea la célebre canción de Roberta Flack, confesamos haber atisbado momentos de muy buen cine dentro de un conjunto no del todo conseguido. Con las voces de Obama y Bush en dura contienda hace cuatro años, bien en la radio o la televisión, como telón de fondo, volvemos a sumergirnos en una historia de criminales y mafiosos a los que la hipocresía de la clase política parece ser ajena, cuando ya Coppola nos contaba hace cuarenta años, a propósito de su saga de El padrino, que América y su milagrosa economía están edificadas sobre el crimen, la extorsión, la corrupción y la sangre. Los políticos prometiendo fórmulas para salir de la crisis, apostando por la unidad del pueblo, e implorando confianza para resolver todos los problemas; y mientras la verdadera sociedad se balancea y el negocio de genera a través de crímenes (allí) y chapuzas (aquí), moviendo dinero y recursos siempre por debajo y con el consentimiento de todos, políticos y sociedad. La ciudadanía como víctima y a la vez procreadora de tanta miseria y corrupción. Lástima que esta contextualización, aunque pueda ayudar en un futuro a entender el momento histórico que estamos atravesando, juegue en contra de la cinta como obra artística e intemporal. Eso y el empeño de dotar de sentimientos a algunos de sus personajes, especialmente el estupendamente recreado por James Gandolfini, con el fin de personificar la ciudadanía media y sus problemas generalmente de índole sentimental, malogran un film que por otro lado cumple magistralmente las reglas clásicas de la narración y la creación de tensión, a veces irrespirable. Un estupendo plantel de actores, una magnífica fotografía y una excelente selección musical ornamentan un film en el que los peores y más implacables tiburones siguen siendo los que llevan traje y corbata y no dejan fumar en sus coches, porque de ellos es el negocio y ellos se reparten el pastel. A los demás que nos den… o que nos maten suavemente.

A ROMA CON AMOR Muchas monedas en la fuente

Título original: To Rome With Love
España-USA-Italia 2012 112 min.
Guión y dirección Woody Allen Fotografía Darius Khondji Intérpretes Woody Allen, Alec Baldwin, Roberto Benigni, Penélope Cruz, Judy Davis, Jesse Eisenberg, Greta Gerwig, Ellen Page, Flavio Parenti, Alessandra Mastronardi, Fabio Armiliato, Alison Pill, Alessandro Tiberi, Antonio Albanese, Ornella Muti, Riccardo Scarmacio, Roberto Della Casa, Ariella Reggio, Gustavo Frigerio, Simona Casparini, Sergio Solli
Estreno en España 21 septiembre 2012

Por decepcionante que pueda resultar una película de Woody Allen, su marca cuenta ya con incondicionales y admiradores y es una garantía de calidad y prestigio que hace que hasta la menor de sus películas resulte considerablemente mejor que muchas de las cintas del género (la comedia, se entiende) que nos llegan actualmente de la meca del cine, tan denostado y devaluado ante tanta proliferación de mal gusto y zafiedad. Allen se hace mayor, y bien se vuelve cada vez más huraño y pesimista ante la vida o, como afortunadamente ha ocurrido, su visión deja de ser tan cínica como nos había acostumbrado para tornarse cada vez más amable y condescendiente. Quizás esta nueva película, que ante el éxito de taquilla de la anterior, Medianoche en París, casi coincide en cartelera con ella, sea la prueba evidente de lo que estamos diciendo. Nunca antes creímos ver un Woody Allen más amable e inocente que el que asoma en este homenaje (su carrera está llena de ellos) a la ciudad eterna y sus moradores, hasta el punto de intentar mimetizar el estilo tópico e histriónico de la comedia puramente italiana. Porque aunque en el punto de partida de dos de las historias que cuenta en esta cinta de vidas alternadas se encuentre Fellini (La dolce vita en la peripecia vivida por Benigni, y El jeque blanco en la de la parejita de provincias perdidos en la moral de la gran ciudad), su estilo se asemeja más al de Monicelli o Steno, por poner algún caso. Antonio Albanese como prototipo de galán italiano… no se lo creen ni los italianos, que admiran más en él su carácter bufónico; y esas signore típicamente italianas, vulgares y si cabe con cuchillo en mano… O las hermosísimas diosas de la belleza, de cuerpos milagrosamente esculturales… Allen no es tonto y si a los españoles no nos retrató con tópicos en Vicky Cristina Barcelona, tampoco lo hubiera hecho con los italianos si no fuera de propósito. Pero qué cuenta en esta crónica de viajes románticos al estilo de aquellas viejas comedias románticas de los 50 como Creemos en el amor, Vacaciones en Roma, Tres amores o Una cara con ángel, que idealizaban ciudades como París o la que nos toca para ilustrar folletines amorosos. Pues una serie de historias, ninguna muy afortunada ni siquiera muy orientada, pero con destellos de genio que las salpican; porque ese tenor (Fabio Armiliato, cuya presencia hemos disfrutado en Sevilla junto a su esposa Daniela Dessi en Turandot y La fanciulla del West) que canta siempre bajo la ducha, da mucho juego surrealista, aunque el supuesto empresario vanguardista y provocador al que da vida el propio Allen opte por una puesta en escena tan conservadora para I pagliacci. O evidenciar con su particular homenaje a los paparazzi de La dolce vita que el famoseo de hoy comparado con el de ayer ha tocado fondo, y que hoy los famosos son de pacotilla y de vida muy efímera. Pero no hay mucho más; su discurso se alarga sin apenas interés, ni siquiera la voz de la conciencia, y del propio Allen se entiende, al que interpreta Alec Baldwin, cobra mucho significado. La enorme galería de personajes que propone está interpretada en general con sobreactuación y demasiada gesticulación, hasta el punto de que es el personaje incorporado por Penélope Cruz, que en su condición de prostituta habría dado mucho juego para el exceso, el más comedido y más convincente; se ve que la actriz se lo ha tomado con mucha seriedad y responsabilidad. Definitivamente un Allen menor, pero con encanto y, ante el triste panorama que en cuanto a la comedia nos inunda desde hace años, un alivio. Con una película al año tampoco se le puede exigir más.

sábado, 22 de septiembre de 2012

SIGNIFICATIVO Y MEMORABLE ARRANQUE DE TEMPORADA DE LA ROSS

1º concierto de abono de la XXIII temporada de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Pedro Halffter, director. Luba Orgonásová, soprano. Daniela Barcellona, mezzosoprano. Jorge de León, tenor. Egils Silins, bajo. Coros de la A.A. del Teatro de la Maestranza y de la Ópera de Málaga. Programa: Misa de Réquiem de Verdi.
Teatro de la Maestranza, viernes 21 de septiembre de 2012

Daniela Barcellona
Comenzó este fin de semana la que de momento se promete como la temporada más delicada de la Sinfónica de Sevilla, merced a la dichosa crisis que todo lo corrompe, especialmente en lo relacionado con la cultura. Para el arranque se ha optado por una muy significativa partitura,  una de las más célebres misas de difuntos jamás compuestas; sorprendente elección para iniciar los actos conmemorativos del doscientos cumpleaños de Verdi. Una pieza gestada en un momento histórico muy singular, de alguna manera entroncado con el que estamos viviendo en la actualidad; una época en la que con Garibaldi al frente Italia apostaba por un modelo de estado único y homogéneo en el que pueblos de ideologías y culturas similares convergiesen en una misma y conjunta sociedad. Un ideal popular al que el autor de Nabucco no fue ajeno, apoyando a que la gente de la calle se hiciera con el poder y la justicia tras siglos de ostracismo y opresión por parte de las oligarquías que monopolizaban el poder. Pero también una hazaña de la burguesía, reconvertida hoy en clamor popular para no perder lo conseguido en términos lamentablemente económicos, pues solo a través del bienestar material se entiende en la actualidad el mantenimiento de un equilibrio social y político justo.

Jorge de León
Una página que Verdi articuló en torno a la más profunda de las admiraciones, la que profesaba al autor de I promessi sposi, obra a la que un pueblo como el italiano, tan afín al nuestro, ha convertido con el paso del tiempo en todo un símbolo de identificación cultural y nacional. Porque si bien el germen de esta monumental obra maestra musical estuvo en un proyecto conjunto para honrar a Rossini, finalmente fue en Alessandro Manzani en quien Verdi depositó su inspiración para dedicarle este lamento por la pérdida irrecuperable de un amigo tan apreciado. Lástima que la muy desafortunada definición del director de orquesta Hans von Bülow de esta composición como una “ópera con ropajes eclésiásticos” haya trascendido tanto en el tiempo, a pesar de su pública disculpa años después, hasta el punto de que todavía hoy se discute sobre tan latosa y cacareada identificación. Cierto es que no se trata de un réquiem al uso, aunque siga, si bien no en el orden canónico, los textos litúrgicos, sino más bien de una cantata a caballo entre lo profano y lo místico en el que coro, orquesta y solistas dialogan en términos tan dramáticos como piadosos, rara vez apocalípticos y a menudo nostálgicos. No es el canto ante el castigo divino de la misa antigua, ni el literalmente romántico de la esperanza en un más allá, sino otro bien distinto y personal de quien siendo agnóstico siente la necesidad de llorar por la pérdida de un ser querido.

Luba Orgonásová
Y así debió entenderlo Halffter y la orquesta, a la que parece haberle sentado muy bien el descanso estival, aunque algunos de sus integrantes no hayan parado este verano, por ejemplo en las noches del Alcázar, a juzgar por el inmejorable estado ofrecido en este reencuentro con el público sevillano. Porque la suya fue una interpretación delicada y piadosa de la partitura, sin por ello restar espectacularidad al impactante Dies irae o la magnífica rendición (sí, ya sé que es un anglicismo, pero enriquece el idioma evitando reiterar hasta la extenuación el vocablo “interpretación”, sin siquiera afectar a la economía del lenguaje) de la sección de metales en el Tuba mirum, esta vez emplazados de forma menos teatral que en la versión ofrecida en el 2006. Siempre atenta al detalle y a las texturas, la batuta de Halffter coordinó y orientó todos y cada uno de los grupos instrumentales con aplomo y exigencia para lograr unos resultados tan impecables técnicamente como afinados en armonía y emotividad.

Egils Silins
No fueron ajenas a estas directrices las voces solistas, un cuarteto seleccionado con tanto acierto que apenas puede hacérsele reproche ni al conjunto ni a cada uno por separado. El letón todo terreno Egils Silins, cuya tesitura se mueve entre la de bajo y la de barítono, demostró su familiaridad con la parte, dotándola de una teatralidad impactante y una potencia arrolladora. Satisfactoria como de costumbre la aportación de la mezzo italiana Daniela Barcellona, cuya tradición belcantista ayuda considerablemente a que su voz autoritaria pero aterciopelada lleve a buen puerto la difícil tarea que en la obra se le asigna. La voz del canario Jorge de León mantiene todavía su notable juventud y frescura, nada afectada, extremadamente personal hasta el punto de resultar incomparable ni en estilo ni en temperamento, atisbando si acaso únicamente cierta inseguridad por tratarse de la primera vez que afronta esta página verdiana. Pero quien más nos emocionó particularmente fue la veterana soprano eslovaca Luba Orgonásová; su menguado volumen de voz, que en los dúos con Barcellona parecía actuar como su eco, no fue óbice para encarar su trabajo, especialmente en el final Libera me, con extrema delicadeza, extraordinaria técnica de coloratura y sobrecogedor sentido dramático que llegó a emocionarnos considerablemente. La combinación de coros, con el de la Ópera de Málaga acompañando al del Maestranza, logró un alto nivel de espectacularidad sin estridencias y sin afectar a los momentos más delicados, como el pianissimo con el que arranca la pieza o el jubiloso Sanctus, logrando a capella en sintonía con Orgonásová una sobrecogedora y apabullante zona central del Libera me.

lunes, 10 de septiembre de 2012

DREDD Ataque al bloque

Reino Unido 2012 98 min.
Dirección Pete Travis Guión Alex Garland, según los personajes creados por Carlos Ezquerra y John Wagner Fotografía Anthony Dod Mantle Música Paul Leonard-Morgan Intérpretes Karl Urban, Lena Headey, Olivia Thirlby, Wood Harris, Langley Kirkwood, Junior Singo, Luke Tyler, Jason Cope, Domhnall Gleeson, Warrick Grier
Estreno en España 7 septiembre 2012

Tras un brillante arranque de casi veinte minutos en el que diseño de producción, montaje, fotografía, banda sonora (es curioso cómo un trabajo tan desagradable si se escucha aislado en su edición discográfica puede resultar tan estimulante y adecuado al acompañar las imágenes), y realización se combinan a la perfección, el encierro de los personajes, los malos y los no tanto, en un bloque de viviendas blindado deviene en un ejercicio vacuo, escasamente original y hasta aburrido. El realizador de la muy interesante producción televisiva sobre el atentado del IRA en Omagh, escrito y producido por Paul Greengrass, y de la más convencional En el punto de mira, que se rodó hace cuatro años en Salamanca, exhibe especialmente en ese espectacular arranque pericia para manejarse en una producción de acción y extrema violencia; una crónica del caos que cobra más sentido hoy en el que nuestra sociedad y cultura se miran en un profundo e inabarcable pozo oscuro, que cuando Stallone se entregó a una, dicen, risible adaptación del cómic creado por un zaragozano. Se apuntan asuntos interesantes, como la creación de ese cuerpo de policías, guardianes y jueces fruto de la extrema derecha más absoluta, o la caída definitiva al abismo de nuestra civilización, deviniendo en una suerte de ciudad infinita (Mega City One) dominada por el caos, la miseria y la violencia. Pero son temas que ya se encuentran en el referente literario, mientras la trama propuesta en esta película se nos antoja mil veces vista y tratada, demasiado convencional y sin tensión alguna merced a un desenlace que se acaricia de forma más que evidente. Sin embargo el espectáculo merece por esa combinación técnica perfecta, un uso del sonido espectacular y unos excelentes efectos tridimensionales, con hallazgos estéticos sorprendentes como los efectos de la droga slo-mo, que justifican por una vez en el cine la ralentización de la imagen. Karl Urban (Star Trek, Pathfinder) apenas tiene que mostrar un par de registros interpretativos, ya que no se quita la máscara en ningún momento, mientras Lena Headey parece disfrutar con su papel de mala y drogadicta, y la joven Olivia Thirlby se revela con un papel al que logra dotar de la ambigüedad, la timidez y el pánico necesarios sin excesos ni sobreactuación.

domingo, 9 de septiembre de 2012

THE DEEP BLUE SEA Fuego en la sombra

Reino Unido 2011 98 min.
Guión y dirección Terence Davies, según la obra de Terence Rattigan Fotografía Florian Hoffmeister Intérpretes Rachel Weisz, Tom Hiddleston, Simon Russell Beale, Barbara Jefford Estreno en España 7 septiembre 2012

Posiblemente Terence Rattigan sea el autor teatral inglés contemporáneo más veces adaptado a la pantalla, tanto de cine como de televisión y en distintos idiomas. Mesas separadas o El príncipe y la corista se cuentan entre las más célebres; algunas han sido adaptadas en varias ocasiones, como El caso Winslow o La versión Browning. Él mismo ha sido autor de guiones para films de David Lean (La barrera del sonido) y Anthony Asquith (Hotel Internacional), entre otros, así como de la adaptación al musical de Adiós, Mr. Chips de Herbert Ross. Terence Davies por su parte se prodiga poco en el cine, centrando más su trabajo en la televisión; prácticamente sólo ha dirigido una película por década desde hace cinco, entre las que se encuentran Voces distantes, El largo día acaba y La casa de la alegría. El año pasado se presentaba en el Festival de San Sebastián ésta que ahora se estrena una vez despreciando la traducción del título original, algo así como El profundo mar azul. No es la primera adaptación al cine que conoce esta preciosa y delicada obra intimista de cámara; en 1955 Anatole Litvak dirigió una con Vivien Leigh y Kenneth Moore. Davies se ha fijado ahora en ella para plasmar con notable inteligencia y sensibilidad la dramática experiencia de una mujer fuertemente apasionada en la Inglaterra post Segunda Guerra Mundial, atrapada entre dos hombres incapaces de ofrecerle lo que ella demanda, en un mundo en el que la mujer no parece tener derecho a exigir y sólo puede quedar a expensas de lo que de ella demanden los hombres. Algo así como pasión fogosa a la sombra de la terrible flema británica. Como en otras películas de Davies, la música cobra una relevancia extrema, hasta el punto de que sus diez primeros minutos están estructurados y narrados en torno al 2º movimiento del Concierto para violín de Samuel Barber, a su ritmo y bajo sus exigencias dramáticas. No faltan tampoco, como suele ser habitual en las cintas de este veterano director inglés, las secuencias músico corales, en las que figurantes en un bar o en el metro entonan canciones populares de la época, como el You Belong to Me de Jo Stafford o el tradicional irlándés Molly Malone. Todo ayuda a crear una atmósfera entre bucólica y de ensoñación en la que una mujer desorientada e insatisfecha deambula sin entender cuál debe ser su destino ni el de los hombres que la rodean, ya se trate de su bondadoso e inoportunamente compasivo esposo, o de su joven y atolondrado amante, incapaz de asumir el compromiso y sólo disponible para la pasión que ella demanda en momentos concretos y puntuales. Todo genera un proceso de hundimiento moral y sentimental de una mujer vulnerable que sólo al final comprende que en la vida las posibilidades para superarse y seguir adelante son infinitas; un alivio fugaz rápidamente enturbiado por el recuerdo de las bombas que años atrás enturbiaron el juego de unos niños. Quizás por eso, porque el personaje brillantemente interpretado por Rachel Weisz se va desmoralizando y desmoronando paulatinamente, la fotografía se antoje turbia y nebulosa, mientras el violín de Hilary Hahn sigue dando gritos de socorro, eso sí tan elegantes, sutiles y exquisitos como la película que alrededor de esta ejemplar tesis sobre el amor y la pasión ha erigido Terence Davies.

viernes, 7 de septiembre de 2012

AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO Amar inocentemente en tiempos difíciles

Título original: Shan zha shu zhi lian
China 2010 121 min.
Dirección Zhang Yimou Guión Yin Lichuan y Gu Xiaobai, según la novela de Ai Mi Fotografía Zhao Xiaoding Música Chen Qigang Intérpretes Zhou Dongyu, Shawn Dou, Xi Meijuan, Li Xuejian, Chen Taisheng, Sa Rina Estreno en España 31 agosto 2012

Con su penúltima película estrenada hasta el momento – la última, Flores de guerra, protagonizada por Christian Bale, aún espera estreno entre nosotros – el gran cineasta chino Zhang Yimou abandona, al menos provisionalmente, el estilo épico, fantástico y aventurero que había abordado en sus anteriores títulos, especialmente en Hero, La casa de las dagas voladoras y La maldición de la flor dorada. Se decanta ahora por un estilo mucho más sencillo e intimista que nos retrotrae a los tiempos de El camino a casa, algo alejado también del que acuñó a principios de su carrera con películas como Sorgo rojo y La linterna roja, donde combinaba precisamente ese estilo intimista con la épica histórica. No renuncia sin embargo a un contexto histórico concreto, en este caso la Revolución Cultural de Mao Tse Tung, para ilustrar y motivar esta dramática y muy emotiva historia de amor adolescente, casi infantil, y desde luego extremadamente inocente. Su ritmo lento y sosegado se inspira posiblemente en el proceso de floración del árbol de referencia, bajo cuyas influencias dos jóvenes de distinta condición van a vivir una historia de amor imposible. La generosidad y la jovialidad expresadas por él contrasta con la timidez y la preocupación que ella exhibe frente a lo desconocido y lo ignorado, en un ejercicio de sutileza por parte de guionistas y realizador que han conseguido que haya pasado desapercibida para la censura una cinta que en el fondo denuncia todo tipo de castración cultural, social, política y, en definitiva, anímica; porque de lo que se nos está hablando es de un amor imposible por desarrollarse bajo un clima de hostilidad política y social. Heredera de la excelsa planificación estética y formal adquirida en sus películas épicas, fotografía y música contribuyen de forma poderosa a crear ese ambiente bucólico en el que se desarrolla esta trama en la que brillan por derecho propio las muy frescas, espontáneas y nada afectadas interpretaciones de la pareja protagonista. Con todo, puede que su ritmo moroso y ese exceso de ingenuidad que adorna el conjunto venza sobre el interés que sin duda debiera suscitar su compleja propuesta.

martes, 4 de septiembre de 2012

PROGRAMAS DE PANTALLA SONORA EMITIDOS EN RADIOPOLIS - SEPTIEMBRE 2012

4-9-2012 Este verano se han cumplido cincuenta años de aquel fatídico 5 de agosto de 1962 en el que apareció muerta en Los Angeles. Nosotros queremos recordar su mito y su voz repasando algunos de sus títulos más emblemáticos, como Cómo casarse con un millonario, Niágara, Eva al desnudo, Los caballeros las prefieren rubias, Río sin retorno, Luces de candilejas, La tentación vive arriba, Con faldas y a lo loco, Vidas rebeldes y El millonario.


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11-9-2012 El pasado 6 de agosto falleció a los 68 años en Los Angeles el compositor Marvin Hamlisch, célebre por ser el único hasta la fecha en acaparar en una sola edición, la de 1973, los tres Oscar musicales: Mejor canción y banda sonora original por Tal como éramos y mejor banda sonora adaptada por El golpe. Escuchamos además música de películas como Bananas, La espía que me amó, La decisión de Sophie, A Chorus Line (cuya partitura original para el espectáculo de Broadway logró en 1975 el Tony y el Pullitzer), El amor tiene dos caras y El soplón.


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18-9-2012 Agosto ha sido un mes trágico para el cine español; en tan solo tres días se fueron Aurora Bautista, Carlos Larrañaga y el compositor Bernardo Bonezzi. A la protagonista de La tía Tula la recordamos a través de la música de Juan Quintero para sus dos primeros grandes éxitos, Locura de amor y Pequeñeces, mientras que a Carlos Larrañaga le rendimos un pequeño homenaje escuchando la sintonía de la serie de TV Farmacia de guardia, de cuyo autor, Bernardo Bonezzi, escuchamos sus colaboraciones con Almodóvar, Díaz Yanes y Gómez Pereira.


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18-9-2012 La repentina muerte de Tony Scott el pasado 19 de agosto ha inspirado este último programa del mes, en el que le rendimos homenaje escuchando música de Hans Zimmer y Harry Gregson-Williams fundamentalmente, para películas como Top Gun, Días de trueno, Amor a quemarropa, Marea roja, Enemigo público, Juego de espías, El juego de la venganza, Asalto al tren Pelhalm 123 e Imparable.


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lunes, 3 de septiembre de 2012

JOHN WILLIAMS EN RADIÓPOLIS (y 3)

Anteriores programas:  http://pantallasonora.blogspot.com.es/2012/07/john-williams-en-radiopolis-1.html
http://pantallasonora.blogspot.com.es/2012/08/john-williams-en-radiopolis-2.html


2-9-2012 Comenzamos nuestro tercer mes dedicado a repasar las bandas sonoras de John Williams con la música que compuso para el drama épico de Jean-Jacques Annaud Siete años en el Tíbet, a la que siguen dos nuevas colaboraciones con Spielberg, Amistad y Salvar al soldado Ryan. Después escuchamos Quédate a mi lado de Chris Columbus, Las cenizas de Ángela de Alan Parker, La amenaza fantasma (primer episodio de La guerra de las galaxias) de George Lucas, y El patriota de Roland Emmerich.



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9-9-2012 En el undécimo programa dedicado a la música de cine de John Williams, escuchamos temas y selecciones de películas como Inteligencia Artificial, Minority Report y Atrápame si puedes, las tres dirigidas por Spielberg; las dos primeras entregas de las aventuras de Harry Potter, La piedra filosofal y La cámara secreta; y el segundo capítulo de Star Wars de George Lucas, El ataque de los clones.


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16-9-2012 Acercándonos ya al final de este exhaustivo repaso que estamos haciendo a la filmografía de John Williams, en el año de su 80 cumpleaños, le toca el turno a la tercera y última de sus aportaciones al universo de Harry Potter, El prisionero de Azkabán. También escuchamos música de los films de Spielberg La terminal y La guerra de los mundos, además de la tercera entrega de la saga de las galaxias, La venganza de los Sith y de la adaptación del éxito de ventas de Arthur Golden Memorias de una geisha.


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23-9-2012 En este penúltimo programa repasamos sus últimas bandas sonoras, a falta de que nos llegue la de Lincoln, su último trabajo de nuevo a las órdenes de Spielberg, director del que ofrecemos en esta ocasión música de Munich, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio, y Caballo de batalla. Completamos esta emisión con música compuesta para los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City de 2002 y los de Verano de Atlanta de 1996.


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30-9-2012 Dedicamos el décimo cuarto y último de los programas que hemos dedicado a John Williams durante todo el verano a escuchar algunas de sus composiciones para salas de concierto. En concreto prestamos atención a su Concierto para violín, el primer movimiento de su Concierto para fagot "The Five Sacred Trees", el movimiento final de An American Journey y su Canción para la paz mundial (Song for World Peace), esperando que todos estos especiales hayan sido de su agrado.


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MANOLETE Mucho drama y poca pasión

España-Reino Unido-Francia-USA 2008 92 min.
Guión y dirección Menno Meyjes Fotografía Robert Yeoman Música Dan Jones y Javier Limón Intérpretes Adrien Brody, Penélope Cruz, Santiago Segura, Juan Echanove, Ann Mitchell, Nacho Aldeguer Estreno en España 24 agosto 2012

Seis años han tenido que esperar los responsables de esta coproducción comandada por el veterano Andrés Vicente Gómez para ver su trabajo por fin en pantalla. Habrá quien piense que debería haberse quedado en el limbo de las películas que nunca llegan a estrenarse, pero si lo pensamos bien muchas cosas peores han llegado a ver la luz. El guión de Menno Meyjes, autor de la adaptación de El color púrpura y de los guiones de Indiana Jones y la última cruzada y El sueño del mono loco, se centra solo en un aspecto de la vida del famoso Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, por eso su título inglés parece más apropiado, A Matador’s Mistress (La querida del matador), pues es precisamente en su relación con la espectacular Lupe Sino en lo que se basa esta película, como ya lo hiciera tan solo un año después de la muerte de Manolete, en 1948, una producción de Florián Rey que se tituló Brindis a Manolete, donde Paquita Rico lucía un parecido más razonable con la “querida” que el que luce Penélope Cruz. Quien sí se parece muchísimo al homenajeado es Adrien Brody, cuya interpretación no resulta tan esforzada como la de su compañera de reparto, más involucrada en este drama pasional bien rodado pero escaso de emoción. Meyjes acusa un cariño especial por los figurantes, a los que da un protagonismo inusual en este tipo de producciones, mientras descuida los aspectos netamente taurinos de la función, relegados a un segundo plano, así como la relación del diestro con su madre, dominante y castradora, o su carrera y quienes la hicieron posible, presentes pero sin relieve alguno. Cuidada en su ambientación y colorido, hasta el punto de imitar ocasionalmente el estilo Almodóvar (también la música de Dan Jones se parece a veces sospechosamente a la de Alberto Iglesias), el trabajo no levanta sin embargo el vuelo, acusando los problemas artísticos y burocráticos que han retrasado su puesta de largo. Un intento fallido de acercarnos a la figura de un personaje histórico en un momento de España que apenas queda esbozado, si bien hay que agradecerle que dignifique nuestro país y sus habitantes, huyendo de miserias, folclorismos y tópicos mil veces trillados.

EL AMIGO DE MI HERMANA Tres personajes en busca de autor

Título original: My Sister’s Sister
USA 2012 90 min.
Guión y dirección Lynn Shelton Fotografía Benjamin Kasulke Música Vince Smith Intérpretes Emily Blunt, Mark Duplas, Rosemarie DeWitt
Estreno en España 31 agosto 2012

Haciendo otra de los suyas, los distribuidores españoles han convertido en protagonista de la trama al personaje masculino, mientras el original inglés (La hermana de tu hermana) hace alusión indistintamente a cualquiera de los dos femeninos. Y es que nos encontramos ante una tragicomedia de cámara, con solo tres personajes tras un prólogo algo más nutrido, y una leve trama con la que se pretende hacer un retrato generacional. Lo malo es que la generación retratada parezca tener un coeficiente intelectual bajo mínimos, y que encima la autora del guión, quien a la sazón también lo dirige, parezca dejar en mano de los intérpretes unas pautas argumentales para que sean ellos quienes improvisen los diálogos. Solo así se comprenderían unas conversaciones tan anodinas e irritantes, apoyadas en el ya cansino método americano de la gesticulación y la sobreactuación. La siempre agradable y digna Emily Blunt se erige en vértice de un triángulo que completan la atractiva Rosemarie DeWitt (La boda de Raquel, Company Men o la próxima a estrenarse La extraña vida de Timothy Green) y Mark Duplass, que ya aparecía en el anterior trabajo de Lynn Shelton, Humpday, que también contenía aspectos de homosexualidad, así como en la última e incomprendida comedia de Lawrence Kasdan de horrendo título castellano, ¡Al fin solos!. Con un ojo en el caduco cine indie americano y otro en las inteligentes fábulas de Eric Rohmer, sin olvidar esa constante tendencia a imitar aunque sea veladamente a Woody Allen, el film de Shelton se erige en un producto estéril, anodino y aburrido, y encima pretencioso porque va de intelectual a pesar de que su único mérito es el de proponer un atisbo de familia moderna y alternativa.

ABRAHAM LINCOLN: CAZADOR DE VAMPIROS Una propuesta visual diferente

Título original: Abraham Lincoln: Vampire Hunter
USA 2012 105 min.
Dirección Timur Bekmambetov Guión Seth Grahame-Smith, según su propia novela Fotografía Caleb Deschanel Música Henry Jackman Intérpretes Benjamin Walker, Mary Elizabeth Winstead, Rufus Sewell, Dominic Cooper, Marton Csokas, Anthony Mackie, Erin Wasson, Jimmi Simpson Estreno en España 31 agosto 2012

Muchos han sido a lo largo de la historia del cine los acercamientos a Lincoln, desde D.W. Griffith (Abraham Lincoln, 1930) a Steven Spielberg (Lincoln, 2012), pasando por John Ford (El joven Lincoln, 1939), John Cromwell (Lincoln en Illinois, 1940) y Robert Redford (La conspiración, 2011). Evidentemente con una propuesta como ésta, cien por cien perteneciente al género fantástico, no vamos a aprender nada de historia, pero puede ser un vehículo idóneo para que el público al que va dirigida, predominantemente adolescente, tan enganchado a las nuevas tecnologías, pueda acariciar cierta curiosidad por el personaje al que retrata, el decimosexto presidente de los Estados Unidos. Un disparate así, de principio a fin, solo se entiende y se justifica en una época como ésta, tan proclive al disparate… y si no que se lo digan a nuestro presidente y su gestión de gobierno a fuerza de decretos impensables hace unos meses. Por eso esta fantasía producida por Tim Burton y dirigida por el realizador ruso responsable de Guardianes de la noche y Wanted, resulta digerible a pesar de sus muchos excesos. Lo primero que llama la atención es su preciosista fotografía, capaz de recrear en movimiento postales de la época, mitad del siglo XIX. Su aspecto visual es sorprendente y novedoso, absolutamente inverosímil, en la línea de toda su propuesta argumental. Sin embargo consigue establecer un claro paralelismo entre la imaginaria labor como cazavampiros del emblemático presidente y su vida real, personajes de su entorno social y familiar incluidos, como su esposa Mary Todd o su amigo Joshua Fry Speed (dicen que más que amigo, porque sobre la más que probada homosexualidad de Lincoln de nuevo nada se apunta), llegándose incluso a identificar sureños con vampiros, quizás en una perversa pero efectiva denuncia del ultraderechismo amenazante en el país frente a la moderación del negro Obama. Escenas como la de la estampida de caballos o el puente con tren en llamas son delirantes en su propio concepto, cuanto más en su brillante pero muy diferente resolución formal. A pesar de todo no ha dejado de irritar al palco, más condescendiente con propuestas convencionales en las que los efectos visuales ayuden más a recrear la realidad, que con éstas tan alejadas de ella. Curiosamente este mismo año ha habido otro film, mucho más modesto, que enfrenta a Lincoln con personajes monstruosos; se trata de Abraham Lincoln vs. Zombies de Richard Schenkman; y a la espera está la adaptación de otro de los disparates de Seth Grahame-Smith, mezclando la iconografía de Jane Austen precisamente con zombies.