miércoles, 31 de enero de 2024

RUSALKA EN LES ARTS, UNA INCÓMODA TRASLACIÓN

Rusalka. Ópera de Antonín Dvorák, con libreto de Jaroslav Kvapil basado en Undine de Friedrich de la Motte Fouqué e inspirado en La sirenita de Hans Christian Andersen. Cornelius Meister, dirección musical. Christof Loy, dirección escénica. Johannes Leiacker, escenografía. Ursula Renzenbrink, vestuario. Bernd Purkrabek, iluminación. Klevis Elmazaj, coreografía. Orquesta de la Comunitat Valenciana. Coro de la Generalitat Valenciana (Francesc Perales, director). Con Olesya Golovneva, Adam Smith, Sinéad Campbell-Wallace, Maxim Kuzmin-Karavaev, Enkelejda Shkoza, Daniel Gallegos, Manel Esteve, Laura Orueta, Cristina Toledo, Laura Fleur y Alyona Abramova. Co-producción del Palau de Les Arts Reina Sofía, Teatro Real, Staatsoper Dresden y Gran Teatre del Liceu. Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia, martes 31 de enero de 2024


Con este extraordinario título arranca fuerte el nuevo año en Les Arts de Valencia, en una coproducción que se estrenó en el Teatro Real hace más de tres años. Se trata de un acontecimiento especial no sólo porque esta ópera no suele estar entre las más representadas, sino porque supone el debut en la ópera valenciana de dos atribulados artistas operísticos alemanes, el afamado director de escena Christof Loy y el cada vez más reconocido director de orquesta Cornelius Meister. Por todo ello el acontecimiento se prometía feliz e inolvidable, y sin embargo a nuestro juicio falló considerablemente. Lo hizo porque una vez más el capricho intelectual de su director artístico desvirtuó el concepto de la obra, más teniendo en cuenta que representándose tan poco habríamos celebrado disfrutarla en su concepción original. Y lo hizo también porque aunque sus principales intérpretes llegaban acreditados por sus exitosas carreras, la combinación no acabó de cuajar, poniéndose en evidencia ante un foso que apenas les dejó respirar.

Relacionada con La sirenita de Andersen y Ondina de Fouqué, su libretista, Jaroslav Kvapil, buscó compositor y le recomendaron Dvorák, que andaba buscando el éxito operístico que le consagrara definitivamente en el género. Al músico le proporcionó el vehículo idóneo para combinar todo tipo de técnicas y estilos hasta depurar una joya que se decantó por el impresionismo con tintes expresionistas y un elevado contenido popular. Pero en el espíritu de Dvorák anidaba el anhelo de construir una ópera netamente checa, que llegara al público y representara los valores más intrínsecamente populares. Para ello adoptó un estilo indisimuladamente wagneriano, inspirándose en la naturaleza, especialmente en el lago cerca de la villa bohemia en la que pasaba sus veranos. Esto hace que el paisaje, el agua y los bosques cobren especial relieve en el desarrollo dramático y emocional de la ópera, siendo la relación del hombre con la naturaleza su tema esencial, algo de lo que Loy ha decidido prescindir, de ahí la desvirtuación a la que hacíamos referencia. La decisión de ambientar su Rusalka en el vestíbulo de un teatro en decadencia, durante los tres actos, sólo sirve a esa dualidad de mundos opuestos que el cuento y su música desarrollan en el sentido de que por un lado parece que tengamos la ilusión y la fantasía del arte, y por otro la vulgaridad de la realidad. No pude evitar pensar en Candilejas de Charles Chaplin, con Rusalka caracterizada como bailarina de ballet perjudicada por una dolencia de tobillo que le impide moverse con naturalidad, y un Charlot desplazándose por la escena tanto en el primero como el tercer acto, aunque en el segundo y parte del tercero adopta la forma del pinche de cocina a quien da vida una esforzada y más que correcta Laura Orueta, alumna del centro de perfeccionamiento de Les Arts, a quien también vimos en Maria Estuarda el pasado diciembre.


Con un solo decorado y soluciones muy peregrinas en un segundo acto en el que se vislumbra el interior del teatro francamente mal pintado, y unas rocas en los actos extremos como único atrezzo superviviente del concepto original traicionado, sin aderezos multimedia ni una iluminación suficientemente sugerente, la producción nos acaba resultando bastante pobre, a lo que unimos un vestuario sin atisbo de creatividad alguno, muy funcional y de escaso atractivo. Con estos recursos se mueven en escena un considerable grupo de figurantes, bailarinas y danzantes repartidos entre los tres actos, con especial énfasis en un orgiástico segundo acto que si es así como Loy quiere representar la maldad y la miseria humana, estamos aviados. De nuevo confiando en el sexo la representación de las bajas pasiones y la miseria humana. En este contexto, la batuta de Meister consigue extraer de la hermosa partitura todo su poder de evocación y fuerza melancólica, pero tiende a tapar las voces, siempre a alto volumen y sin demasiado cuidado en el diálogo y la compenetración con ellas. Acertó en dotar de sensualidad y emotividad el conjunto, pero con esa tendencia al forte que no deja respirar unas voces que, por otro lado, apenas llegaron a entusiasmarnos.


Dicen que está muy curtida en el papel, y desde luego sus habilidades como bailarina le ayudaron a lucirse en esta particular versión de la ópera, pero lo cierto es que encontramos en Olesya Golovneva una voz pequeña, apurada en los graves, y sin embargo capaz en determinados momentos de agudos refulgentes. Su Canción de la luna resultó sosa y convencional en su extrema corrección, mientras sus mejores momentos los encontramos en el último acto, sobre todo en sus dúos con el príncipe, a quien Adam Smith prestó su porte, seguramente lo que más puertas le ha abierto a este tenor británico mimado por la prensa supuestamente especializada. No tiene mala voz, el timbre es bonito, pero no alcanza un volumen satisfactorio salvo en agudos extremos, tampoco consigue como actor el nivel que sí acaricia su compañera. La irlandesa Sinéad Campbell-Wallace se come a ambos en el segundo acto, interpretando a la princesa extranjera, en agilidad dramática y color de voz, mientras el ruso Maxim Kuzmin-Karavaev no logra la tesitura que demanda su papel de hombre de las aguas, aquí director del teatro, más barítono que bajo profundo, sin apenas personalidad ni planta para convencer en su rol, y una voz a menudo apagada. La de Enkelejda Shkoza (la bruja Jezibaba, transfigurada en taquillera del teatro) tuvo sus más y sus menos, a veces demasiado vibratada, otras veces rutilante y muy en estilo. Las tres ninfas protagonizaron un hermoso momento lleno de magia en el tercer acto, mientras el dúo cómico formado por Orueta y el eficaz Manel Esteve cumplió, como también lo hizo en su breve intervención vocal (su presencia en escena fue mucho más generosa), el mexicano Daniel Gallegos, cuya voz se nos antojó sedosa y a la vez profunda, además de perfectamente colocada. El coro, fuera de escena, cumplió con la profesionalidad que le caracteriza, aportando algo de magia a una función que la pide a borbotones pero que esta particular producción no supo satisfacer.

lunes, 29 de enero de 2024

POBRES CRIATURAS Extravagancia seudofeminista

Título original: Poor Things
Irlanda-Reino Unido-USA 2023 141 min.
Dirección
Yorgos Lanthimos Guion Tony McNamara, según la novela de Alasdair Gray Fotografía Robbie Ryan Música Jerskin Fendrix Intérpretes Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe, Ramy Youssef, Christopher Abbott, Jerrod Carmichael, Kathryn Hunter, Margaret Qualley, Hanna Schygulla, Vicky Pepperdine Estreno en Estados Unidos 22 diciembre 2023; en Irlanda y Reino Unido 12 enero 2024; en España 26 enero 2024


Ha ocurrido otras veces, la fascinación de Hollywood por supuestos creadores subversivos y polémicos. Ahora le ha pasado a la habitualmente simpática Emma Stone, que ha debido encontrar en Lanthimos su particular vehículo de lucimiento artístico, y después de protagonizar La favorita y el cortometraje Bleat, no duda en protagonizar y producir esta particular adaptación de una novela del también artista escocés Alasdair Gray, y próximamente la veremos en Kind of Kindness de nuevo a las órdenes del realizador griego. Atrás quedaron las sorpresas no siempre agradables de Canino, Attenberg y Alps. Desde Langosta sucumbió a la fama y la frivolidad norteamericana, vía islas británicas, y se embarcó en proyectos más ambiciosos como 
la mencionada Favorita y El sacrificio de un ciervo sagrado, para nosotros la más fascinante e inquietante de cuantas ha dirigido, a pesar de ser la menos reconocida.

Con Poor Things aprovecha la combinación de denuncia, ciencia ficción, imaginación artística y realismo que profesa la literatura del autor desaparecido, y nos ofrece un pastiche para muchos poco digerible y para otros seguramente genial, sobre una joven Prometea (si cabe atribuir el término a una fémina) en proceso de redención desde su rol inicial como mujer ninguneada y apaleada, que revive gracias a una especie de Dr. Moreau, con la mentalidad de una niña para, partiendo de la inocencia, reinventar su existencia y erigirse en dueña de sí misma, en cuerpo (literalmente) y alma. Una idea nada mala como partida, aunque bastante básica tras tanta parafernalia estética, por otro lado siguiendo las pautas que hace tanto tiempo instaurara Terry Gilliam sin tanto éxito ni reconocimiento como este mimado director heleno. Entre piruetas y desmadres, y una interpretación realmente comprometida tanto física como intelectualmente de Emma Stone, la cinta a muchos se nos revela artificiosa y desagradable, frecuentemente pasada de rosca y con mensajes tan paupérrimos como sobradamente superados.

La liberación de la mujer a través de la satisfacción sexual y el control de su cuerpo, prostitución incluida, se nos antoja ya un argumento rancio, salvo que fuera tomado con más respeto y devoción, con mayor seriedad y convicción. Lo demás es puro artificio arty del que sólo nos cabe destacar la rendición de una industria tan mojigata como la norteamericana a un producto en el que abundan los desnudos y las escenas sexuales. Cabe destacar la desquiciada música del debutante Jerskin Fendrix, un joven músico de la esfera underground londinense que ha conseguido con su primera banda sonora aproximarse con éxito y mucho reconocimiento al universo caprichoso y extravagante de la película. Pero nada de lo que a nosotros tanto nos ha desagradado ha impedido que lograra el León de Oro en Venecia y once nominaciones tanto a los Oscar como a los Bafta, además de dos Globos de Oro. Quizás nos estemos haciendo mayores y echemos en falta una gramática más sincera, sencilla y convenientemente convencional para atajar cuestiones tan serias y decisivas.

sábado, 27 de enero de 2024

UNA CONJUNTA TAN SENSIBLE COMO DESAFIANTE

3er concierto de la temporada XIII de la Orquesta Sinfónica Conjunta de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo. Rubén Alonso, oboe; Juan García Rodríguez, dirección. Programa: Largo Op. 33 y Andante doloroso Op. 56 nº 2, de Poul Schierbeck; Concierto en la menor para oboe y cuerdas, de Vaughan-Williams; Sinfonía nº 1 en Re mayor Hob. I, de Haydn. E.T.S. Arquitectura, viernes 26 de enero de 2024


Algo bueno, o muy bueno, deben estar haciendo los conservatorios, que hoy podemos sentirnos orgullosos del espléndido trabajo que realizan sus alumnados. Hace apenas unos días ha llegado a nuestras manos un CD grabado en 2017 por la Joven Orquesta Sinfónica de Granada y la Orquesta de la Universidad de Granada repasando algunos de los títulos más memorables de la filmografía de José Nieto. Pudimos comprobar el alto nivel obtenido por sus jóvenes intérpretes, corroborando el excelente estado de salud que desde hace tiempo disfrutan formaciones andaluzas integradas por gente joven, como la OJA, la Academia de Estudios Orquestales de la Fundación Barenboim-Saïd, la Joven Orquesta Barroca de Sevilla o ésta, la Conjunta, que nos deleita desde hace ya treces temporadas. No sabemos si será por la energía que desprenden, su sorprendente precisión técnica o los programas tan sumamente atractivos que para ellos y ellas prepara primorosamente Juan García, su director. Pero lo cierto es que la Sinfónica Conjunta nos encanta y no podemos disimular nuestra radiante admiración por todo lo que hacen.

Este primer programa del año, y tercero de la temporada, estuvo presidido por el carácter elegíaco y reflexivo de tres de las obras seleccionadas, coronadas con el ímpetu todavía juvenil, si veintisiete años nos pueden parecer tal, de un Haydn que se estrenaba en la sinfonía con toda la energía y la fuerza que era capaz de mostrar en sus empeños. Los muy cinéfilos podrán asociar el nombre del compositor danés Poul Schierbeck al cine de Carl. T. Dreyer, para quien compuso la banda sonora de Dies Irae, y algunas de cuyas obras fueron seleccionadas para ilustrar la magistral Ordet (La palabra). Otros lo conocerán por su ópera Fête galante. Su estilo musical casa perfectamente con el espíritu meditativo y místico del legendario cineasta, tal como se percibe en el Largo de reminiscencias mahlerianas con el que arrancó el concierto, y el solemne Andante doloroso que inauguró su segunda parte. La cuerda, reducida para lo que suele ser habitual en esta conjunto, supo adaptarse perfectamente a ese misticismo apuntado, con juegos armónicos exquisitos y una rica paleta de colores y dinámicas contrastadas que García cuidó hasta el mínimo detalle. En la segunda de las piezas, la flauta y la trompa protagonizaron momentos absolutamente sobrecogedores.


También en ese estilo elegíaco que le caracteriza, el Concierto para oboe de Vaughan-Williams se benefició de una cuerda tersa y aterciopelada. El compositor británico hace acopio también de ese espíritu místico y recogido que podemos apreciar en muchas de sus célebres bandas sonoras, como Scott en la Antártida o Los invasores, en este breve pero intenso concierto con el que parece invitarnos a un paseo por los grandes parajes británicos, en compañía de un oboe que serpentea a conciencia y ofrece virtuosos arabescos. En manos del catedrático y concertista Rubén Alonso, el instrumento destiló brillantez en perfecta comunión con la cuerda, siempre dialogante, sin sombras ni asfixias. Sin desfallecer, cuidando incluso no exagerar el ruido de las llaves, Alonso logró que la pieza sonara luminosa y ligera, a pesar de su evidente complejidad, llegando en el final a alcanzar una inusitada intensidad que fue respondida por el público con generosos aplausos.

A nada de esto fue ajena la batuta como siempre enérgica y dinámica de García, que en la Sinfonía nº 1 de Haydn alcanzó cotas muy altas de expresividad, siempre asentado en su carácter jovial y desenfadado, con un trabajo excelente de los oboes y los metales, una sincronía y un contrapunto preciso y elocuente entre la cuerda aguda y la grave, con especial mención al músculo alcanzado por los tres contrabajistas. Un resultado a la altura del nivel de exigencia que sin duda demanda García a estos jóvenes tan prestos a manifestar tanta fuerza y coraje.

jueves, 25 de enero de 2024

NIMONA Sorprendente cuento que destila educación en valores

USA 2023 102 min.
Dirección
Nick Bruno y Troy Quane Guion Robert L. Baird y Lloyd Taylor, según el cómic de N.D. Stevenson Música Christophe Beck Voces (en versión original) Chloë Grace Moretz, Riz Ahmed, Eugene Lee Yang, Frances Conroy, Lorraine Toussaint, Beck Bennet, RuPaul Charles, Indya Moore, Julio Torres Estreno en Estados Unidos 23 junio 2023; en España (Netflix) 30 junio 2023

Motivados por la reciente nominación al Oscar, recuperamos esta película estrenada en Netflix el pasado mes de junio. Y como ya nos ocurriera el pasado año con The Sea Beast, descubrimos una joya enriquecida por sus valores en libertades y derechos humanos. Sin renunciar a las sempiternas historias de lucha entre el bien y el mal y la salvaguarda de la inocencia frente a una acusación y trampa injusta, el cómic de Nate Stevenson aboga por defender y potenciar la diversidad, así como denunciar el recurso que desde antaño se hace al miedo como arma de control y manipulación, todavía vigente en nuestros días.

Su protagonista es un monstruo, vilipendiada desde siglos atrás, incomprendida y rebelde en su condición. El trazo y su definición nos la hacen simpática y divertida, una gamberra atrapada en cuerpo de adolescente que se transforma en cualquier tipo de animal, grande o pequeño. Su objetivo es ayudar a un guerrero sorprendentemente gay, con novio también aguerrido, despreciado primero por el pueblo por su condición de plebeyo (crítica también al sistema de clases y monarquías que todavía imperan en nuestro mundo), después admirado por su coraje e impecable sentido del esfuerzo, y finalmente odiado por su imputación en un horrible crimen que no ha cometido. No desvelamos nada, ya que todo esto ocurre nada más arrancar esta aventura colorista y simpática que echa mano parcialmente de la estética manga pero con personalidad propia, mucha luz y un diseño a la altura de unos postulados que quedan de esta manera fácil y decididamente establecidos, con el mismo trazo sincero y seguro que caracteriza a su ágil y desenfadada narrativa.

Este canto a la diversidad, al respeto y a superar miedos infundados y vencer así el control y el dominio de quienes quieren imponer su voluntad, se erige así en experiencia muy conveniente para el público más joven, y por extensión al público en general, que tanta educación parece seguir necesitando. Y lo mejor es que no resulta nada pretenciosa en sus cometidos y resoluciones. Su ropaje queer se trasluce también en las aportaciones estelares del drag RuPaul y la modelo y actriz Indya Moore (Pose), doblando a un reportero y una reportera de televisión. No nos sorprende que tras años de interés por parte de Disney, finalmente la rechazara y fueran otras productoras más pequeñas, Blue Sky y Annapurna, quienes la hicieran realidad, con el patrocinio decisivo de la todopoderosa Netflix.

SPIDER-MAN: CRUZANDO EL MULTIVERSO Un concepto muy barroco de la animación

Título original: Spider-Man: Across the Spider-Verse
USA 2023 140 min.
Dirección
Joaquim Do Santos, Kemp Powers y Justin Thompson Guion Phil Lord, Christopher Miller y Dave Callahan, según los personajes de Stan Lee Música Daniel Pemberton Voces (en versión original) Shameik Moore, Hailee Steinfeld, Brian Tyree Henry, Lauren Vélez, Jake Johnson, Oscar Isaac, Jason Schwartzman, Issa Rae, Daniel Kaluuya, Karan Soni, Shea Whigham, Greta Lee, Mahershala Ali Estreno en Estados Unidos y España España 2 junio 2023

Cuando los Daniels se coronaron como vencedores de los Oscar de 2022 con Todo a la vez en todas partes, el multiverso ya había sido explorado por las películas Marvel, especialmente las saga de Spiderman y del Doctor Strange. En ese mismo contexto, aún a riesgo de hartazgo, se desarrolla la secuela de Spider-Man: Un nuevo universo, cuyo título ya adelantaba esta creación en la que todo vale y todo se confunde.

Los incondicionales del cómic saldrían satisfechos de esta película estrenada el pasado verano, que ahora recuperamos por su reciente nominación al Oscar a la mejor cinta de animación. Y es que la película supera con creces lo que promete, ampliando sus recursos, giros y sorprendentes recreaciones visuales, que combina todo tipo de técnicas de animación y obliga al público a prestar la máxima atención para no perderse en su vorágine de datos, personajes, temas y traumas de diversa índole. Entre todos los Spider-Men & Women que propone, sigue destacando el personaje de Miles Morales, incurso ahora en problemas de mayor índole familiar que de salvar propiamente el mundo.

Le sigue muy de cerca una mujer araña, Gwen Stacey, tan traumatizada por sus relaciones paterno filiales como su compañero. El conjunto rebosa creatividad pero provoca igualmente cierta sensación de cansancio y confusión que quienes no comulgamos especialmente con la propuesta, acabamos traduciendo en aburrimiento no exento de la clásica animadversión por la violencia extrema.

domingo, 21 de enero de 2024

DIÁLOGOS CARGADOS DE EMOTIVIDAD

5º Concierto del XXXIV Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Alexa Farré Brandkamp y Pablo Flores Regidor, violines. Ariadna Boiso Reinoso, viola. Claudio R. Baraviera, violonchelo. Miguel Domínguez Infante, clarinete. Programa: Crisantemi, de Puccini; Movimiento de cuarteto de cuerda en Fa mayor B120, de Dvorák; Quinteto para clarinete y cuerdas Op. 115, de Brahms. Espacio Turina, domingo 21 de enero 2024

Foto: Marina Casanova

La quinta cita del ciclo de cámara de la ROSS de esta temporada estuvo marcada por el fallecimiento el último día del pasado año del excelente clarinetista de la orquesta Piotr Szymyslik. A él dedicó el concierto el también clarinetista y compañero Miguel Domínguez Infante, con palabras de gran sentimiento y sensibilidad que destacaron el carácter jovial y distendido del músico desaparecido, y nos invitó a recordarlo no a través del espíritu de la primera obra programada, sino más bien del carácter amable y relajado, además de puntualmente enérgico, de la última. Y es que en efecto, Crisantemi de Puccini es una obra que el compositor de Lucca compuso a la muerte de su amigo Amadeo de Saboya, que fue rey de España, breve y tan polémico que abdicó provocando la proclamación de la Primera República. Tras su regreso a su país, Italia, falleció de una neumonía en 1890. Puccini le dedicó inmediatamente esta pieza titulada así en referencia a la connotación fúnebre que los crisantemos tienen en Italia.

Aunque es más conocida en su versión para orquesta de cuerdas, y así la utilizó convenientemente adaptada Alex North para la película de John Huston El honor de los Prizzi, los solistas de la ROSS la interpretaron en su versión para cuarteto de cuerdas, todo un detalle y una oportunidad para disfrutarla en su concepción original. La respuesta del conjunto no pudo ser más emotiva y delicada, con Alexa Farré definiendo ya desde esta primera pieza su carácter dominante y exigente, y un seguimiento del resto elocuente y disciplinado, impecable desde el punto de vista técnico, fluido y emocionante desde el más puramente expresivo. El allegro vivace B120 de Dvorák se conservó en estado de manuscrito hasta que fue publicado en 1951, como primer movimiento de un cuarteto de cuerda que el compositor bohemio compuso en 1881 para el conjunto de su amigo Joseph Hellmesberger, y abandonó cuando sólo quedaba añadirle algunas precisiones para las partes del segundo violín y la viola. El espíritu solemne y apesadumbrado de la pieza de Puccini dio paso a otro más afable y desenfadado, cargado de emotividad, que los intérpretes resolvieron con sentido del diálogo y la transparencia.

Ambas piezas, sin menospreciar su belleza y oportunidad, sirvieron como aperitivo del Quinteto para clarinete en si menor de Brahms, plato fuerte del programa y crisol de las virtudes de cinco músicos entregados en cuerpo y alma a la delicada empresa. Este trabajo soberbio, lúcido y consumado logro de arquitectura musical, encontró en Domínguez Infante un traductor de lujo, siempre preciso no sólo en el virtuosismo técnico que demanda la pieza, sino también en su flujo emotivo sobrado de amabilidad y honda sensibilidad. Su atmósfera melódica quedó bien plasmada desde el allegretto inicial, con el clarinete suave y sus ideas fluyendo graciosamente en el acompañamiento de cuerda. El acento elegíaco de Crisantemi emergió de nuevo en el adagio del quinteto de Brahms, con el solista potenciando su carácter rapsódico y ornamentando de forma exquisita. El conjunto optó por imprimir al andantino un aire algo más áspero que el resto, pero siempre prestando especial atención al diálogo fluido y la compenetración más absoluta, algo que se hizo también patente en el con moto final, prodigio de agilidad, sin descuidar su envolvente aire festivo, hasta que en la cuarta variación y después de un elocuente silencio, todo vuelve al espíritu amable y relajado que define la pieza, con el que encontró oportunidades de lucimiento el primer violín, expresivo y profundo incluso al apianar, con respuestas tan efectivas como sensitivas de Flores Regidor al segundo violín y Boiso Reinoso a la muy sedosa viola. El violonchelo de Baraviera puso músculo a este inmenso nocturno de aires nostálgicos que es el Quinteto Op. 115, de final tan aparentemente espontáneo como despiadado en su formulación sombría y vacilante.

EL CORREO Cerdos ibéricos y diamantes

España-Bélgica 2023 101 min.
Dirección
Daniel Calparsoro Guion Patxi Amezcua y Alejo Flah Fotografía Tommie Ferreras Música Carlos Jean Intérpretes Arón Piper, María Pedraza, Luis Tosar, Laura Sepul, Nourdin Batan, José Manuel Poga, Luis Zahera, Manuel Gancedo, Antonio Buíl, Lukas Olszewski, Alberto Jo Lee, Stefan Weinert, Arantxa Aranguren Estreno 19 enero 2024


Fiel a su estética y su argumentaría, Calparsoro estrena su segunda película en apenas unos meses, tras ese Todos los nombres de Dios con el que nos mantuvo atados a la butaca. Y lo hace con esas historias de progreso a partir de la nada y a costa de la picaresca española que tanto le gustan y que entroncan dentro de su filmografía con títulos tan aseados como Hasta el cielo, y fuera de ella con directores de la transición hoy tan reivindicados como José Antonio de la Loma o Eloy de la Iglesia.

Pero los tiempos han cambiado y donde antes sólo habían callejeros condenados a finales trágicos, hoy abundan quienes se han aprovechado de las coyunturas que han hecho del país un lugar presuntamente más avanzado, aunque sea a costa de la clase trabajadora, la única que con su sudor y su vida semi esclavizada es capaz de mantener las mafias y corruptelas con las que ricos y políticos se hacen con el poder económico y social. En este contexto, Calparsoro ofrece otro thriller enérgico y exuberante, con medios holgados y una puesta en escena lujosa y suntuosa, que nos lleva de Madrid a Bruselas, de Ginebra a Marbella en coches deportivos descapotables y trajes de marca, mientras drogas, sexo y baile desenfrenado cortesía de una estupenda banda sonora de Carlos Jean, añaden atractivos a un espectáculo más entretenido que directamente denunciante de una realidad que nos duele y nos provoca rabia.

Un casting acertado contribuye también al éxito de una empresa en la que sólo nos desconcierta el trabajo de fotografía, que opta por filtros azulados algo vintage cuando le parece, sin que acertemos a entender por qué. Pero de lo que no cabe duda es que el director vasco ha aprendido el oficio, mantiene su mirada fija en la narrativa y gramática de Scorsese, aunque afortunadamente rebajada en violencia. Esa misma gramática le lleva a confiar en sus guionistas que su personaje protagonista, un carismático Arón Piper, se convierta en narrador de unos textos que su cultura y preparación no le permitirían entonar.  Entre los secundarios, destacamos a José Manuel Poga clavando ese personaje de político rastrero al que la mirada crítica de la cinta va encaminada.

LA ZONA DE INTERÉS Episodios banales junto al abismo

Título original: The Zone of Interest
Reino Unido-USA-Polonia 2023 106 min.
Guion y dirección
Jonathan Glazer, según la novela de Martin Amis Fotografía Lukasz Zal Música Mica Levi Intérpretes Sandra Hüller, Christian Friedel, Ralph Herforth, Freya Kreutzkam, Max Beck, Marie Rosa Tietjen, Ralph Zillmann, Imogen Kooge Estreno en el Festival de Cannes 19 mayo 2023; en Estados Unidos 15 diciembre 2023; en España 19 enero 2024

Jonathan Glazer estrena un largometraje cada diez años, pero entre medias dirige un puñado de cortometrajes, documentales también cortos y video-clips. La última película que estrenó fue la hipnótica y algo caprichosa Under the Skin, con Scarlett Johansson como protagonista, quizás su experiencia más marciana hasta el momento. Antes había llegado literalmente a fascinarnos con su misteriosa Reencarnación y una estupenda Nicole Kidman como protagonista. Con La zona de interés ha alcanzado el mayor reconocimiento de su carrera hasta la fecha. En ella adapta el penúltimo trabajo publicado del escritor británico Martin Amis, fallecido apenas unos días antes de la presentación de la película en Cannes, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado.

Obsesionado con retratar el mal con un estilo depurado y profundamente pesimista, en La zona de interés nos muestra una cara novedosa del horro nazi. Y sin embargo no hay prácticamente nada en el film que no sepamos ya y no hayamos percibido con anterioridad. El hecho de que en esta ocasión no nos asomemos al abismo del holocausto y sólo lo intuyamos desde la idílica y colorista mansión en la que habita la familia de Rudolf Höss, el comandante encargado del campo de concentración de Auschwitz, no significa que no conozcamos a estas alturas de sobra esa banalidad del crimen y la maldad más absoluta que denuncia el libro y la cinta, y no nos sorprenda la calma y la cotidianeidad con la que esta familia de proletarios venidos a más, beneficiados por un régimen de terror y aniquilación, viven el día a día con esa insufrible máquina del terror justo al lado, sonando y humeando. El film ofrece una serie de cuadros luminosos, tanto como esos telefilms de sobremesa alemanes que programa nuestra televisión pública desde hace años, donde el verano invita al sosiego, a combatir el aburrimiento con paseos y juegos sin apenas atractivo, propios de quienes se sienten desubicados y no se han acostumbrado a una posición social para la que no han sido educados.

Apenas alguna escapada, ya hacia el final de la cinta, a los suntuosos despachos y salones donde se deciden las nuevas y perversas atrocidades, nos permiten observar a un Höss aún más desubicado, frente a un proceso de genocidio que se asume como solución necesaria, sin prestar atención a sus consecuencias, las que hoy desafortunadamente y sin explicación alguna estamos sufriendo con los papeles invertidos y estupefactos por lo poco o nada que somos capaces de aprender como raza siempre fascinada por esa banalidad del mal que el film retrata y hasta analiza desde su esencia y la escritura más aseada posible. No somos capaces sin embargo de interpretar esos pasajes oníricos rodados en negativo que acompañan relatos infantiles también teñidos de esa perversidad lacerante que informa el conjunto. Quizás sólo sean licencias caprichosas de un director diferente y poco convencional, tanto como la inquietante, turbadora y escueta banda sonora de Mica Levi que contribuye al malsano espectáculo diseñado por Glazer a partir de Amis.

sábado, 20 de enero de 2024

SLOW Coreografía del amor asexual

Lituania-Suecia-España 2023 104 min.
Guion y dirección
Marija Kavtaradze Fotografía Layrinas Bareisa Música Irya Gmeyner y Martin Hederos Intérpretes Greta Grineviciute, Kestutis Cicenas, Pijus Ganusauskas, Laima Akstinaite, Vaiva Zimante, Mantas Barvicius, Rimante Valiukaite, Pau Cólera Estreno en el Festival de Sundance 21 enero 2023; en Lituania 22 septiembre 2023; en España 
19 enero 2024

A veces una buena idea no basta para engendrar una buena película. La directora lituana Marija Kavtaradze parte de una situación muy delicada y particular, una relación romántica incipiente en la que una de las partes sufre de asexualidad, para contarnos una bonita historia de amor en la que echamos de menos algo más de emoción. Pretende así diseccionar los componentes del amor, prestar una mayor atención a los sentimientos que a lo sencillamente físico y corporal. Pero la idea se va alargando sin esos giros de guion y fluctuaciones dramáticas que aporten novedad y provoquen debate.

La idea se enriquece con el hecho de que ella sea bailarina de danza contemporánea, con todo el erotismo, el componente estrictamente sexual y de atracción entre los cuerpos que ello conlleva. La directora se encarga de dejarlo claro con una serie de largas secuencias coreográficas que ayudan además a alargar la función hasta la duración estándar de un largometraje. No falta sensibilidad y delicadeza, además de considerable ternura, en esta crónica de enamorados, pero la tesis se diluye por falta de argumentos suficientes; ni siquiera la estrategia de que ella tenga una hermana monja y por lo tanto con voto de castidad, ayuda a analizar como debiera un problema que hoy encuentra además otras alternativas con los conceptos de poliamor y pareja abierta.

Sus protagonistas se entregan con todo ese potencial de sentimiento y sensibilidad a sus controvertidos personajes, incluso en unas secuencias muy recatadas y hasta ridículas de sexo, en un conjunto que quizás demandaba mayor explicitud aunque sin abandonar el buen gusto y la elegancia. Con todo, le valió a su directora el premio en la sección World Cinema del Festival de Sundance del pasado año, y se pudo ver en eso que llamaron Festival de Sevilla en su última edición.

viernes, 19 de enero de 2024

CUANDO ACECHA LA MALDAD De miedos y demonios

Argentina 2023 99 min.
Guion y dirección
Demián Rugna Fotografía Mariano Suárez Música Pablo Fuu Intérpretes Ezequiel Rodríguez, Demián Salomón, Luis Ziembrowski, Silvina Sabater, Marcelo Michinaux, Federico Liss, Emilio Vodanovich, Paula Rubinsztein, Virginia Garófalo Estreno en el Festival de Toronto 13 septiembre 2023; en Argentina 9 noviembre 2023; en España 19 enero 2024

Con títulos muy reconocidos en su país, como Aterrados o la comedia negra No sabes con quién estás hablando, no ha sido hasta ahora que una película del argentino Demián Rugna ha conocido una mayor proyección internacional. En nuestro país sólo Sitges vio el estreno de la primera de las películas mencionadas; gracias a la repercusión mediática que ha tenido en Estados Unidos, donde el director ya participó en una cinta de episodios titulada Satanic Hispanics, tampoco estrenada en España, por fin llega a nuestras pantallas una cinta suya.

Cuando acecha la maldad plantea la insostenible situación que se origina en una zona rural del país andino, marco ideal para dar al conjunto aspecto de western contemporáneo, tras el descubrimiento de un hombre contagiado de una rara enfermedad que resulta ser una posesión diabólica. Este embichado, como lo denominan en un lugar que parece familiarizado con los incidentes satánicos, contagia a diestro y siniestro convirtiendo a los habitantes del lugar en una suerte de ladrones de cuerpos devenidos en zombies a los que dos hermanos están empeñados en liquidar para salvar a sus seres queridos. No recurre Rugna para todo este entramado diabólico a fórmulas cómicas o gamberras, sino que se toma la empresa muy en serio y nos ofrece un producto bien resuelto, sin prisas ni aspavientos salvo en los momentos destacados de gran impacto entre vísceras, desmembramientos, pus, hachazos y otras lindezas no aptas para estómagos sensibles. Se prestan a todo ello unos actores y actrices carismáticos que evidencian todo un triunfo de casting, además de una puesta en escena tan esmerada como práctica.

Destila sin embargo la impresión de que todo lo que plantea lo hemos visto antes, no inventa nada a pesar de una evidente ambición de originalidad, limirtándose a combinar una serie de situaciones y lugares comunes que nos llevan de las cintas de John Carpenter a la mismísima ¿Quién puede matar a un niño? (los niños como seres por educar, catalizadores de ese mal que se aprovecha de los miedos ajenos) y todo un festival de películas sobre posesiones demoníacas. Se agradece sin embargo que no enfatice con fatuos sustos y música machacona las horripilantes situaciones que plantea, y promete un director que puede dar mucho juego en producciones venideras. En la última edición del Festival de Sitges logró el premio a la mejor película.

martes, 16 de enero de 2024

CALIDAD EN EL XIX CERTAMEN NUEVAS VOCES DE SEVILLA

Carmen Larios junto al pianista Dragan Babic

Con un alto poder de convocatoria, la ASAO reunió anoche a un numeroso público en la sala principal del Maestranza por cuarto año consecutivo, tras muchas ediciones celebradas en la sala Manuel García del coliseo sevillano. De las varias decenas de aspirantes a acariciar alguno de los numerosos premios que concede la asociación, sólo quedaron ocho para la gala final, cuatro de España y el resto repartidas entre el continente europeo y el americano. La participación fue excelente, con un alto nivel de calidad patente en la carrera incipiente que algunos y algunas de ellas ya atesoran y a quienes sin duda otro premio como éste dará un nuevo y decisivo impulso.

La joven soprano castellana Carmen Larios se alzó con el primer premio, que este año va acompañado de una importante aportación económica cortesía de la Real Maestranza de Caballería, además de protagonizar un recital en el Espacio Turina, cortesía del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla. Larios ganó además el premio concedido por la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que le permitirá participar en uno de sus conciertos, quizás como ya ha ocurrido a principios de este año, el de Año Nuevo, que tuvo en esa ocasión la participación de la ganadora del Certamen del 2022, Bryndís Dudjósndóttir. Se da la circunstancia de que la que anoche se celebró en el Maestranza fue la edición correspondiente al pasado año, que tuvo que posponerse por cuestiones de agenda y organización, por lo que previsiblemente antes de que finalice el recién estrenado año podríamos contar con una nueva edición. El acto contó con importantes personalidades culturales e institucionales de la ciudad, fue conducido con enorme profesionalidad y no faltó el imprescindible y necesario discurso del Presidente de la Asociación de Amigos de la Ópera, Ignacio Trujillo.

Una difícil elección

El jurado no lo tuvo precisamente fácil, dada la alta calidad de las voces participantes que quedaron finalistas. Como es habitual, cada participante tuvo ocasión para desplegar su talento en dos ocasiones, si bien este año se relajó la norma de elegir un aria de ópera y una romanza de zarzuela, particular que sólo tres de los convocados cumplieron, entre ellos y ellas la ganadora. Clara Barbier inauguró la muestra, haciendo gala de una voz perfectamente colocada y unos refulgentes agudos, si bien una línea de canto algo rutinaria y homogénea impidió que llegáramos al deseado entusiasmo. La carrera de la soprano francesa despegó hace años, pero necesita el empuje definitivo que puede propiciarle este tipo de galardones, de los que arañó dos. Eligió bien las arias para lucirse, el famoso Je marche sus touts les chemins de Manon de Massenet, al que faltó algo más de picardía, y la entrada de la Reina de la Noche en La flauta mágica de Mozart, autor más recurrente a lo largo de la noche. En O zittre nicht mantuvo su línea de canto generoso y fluido. La soprano rusa Elizaveta Shuvalova posee una presencia arrolladora, que junto al considerable cuerpo de su voz, tendente más al registro grave que al agudo natural de su tesitura, logró una Elena de La dama del lago (Tanti affeti in tal momento) de Rossini adecuada al talante impetuoso del personaje. Su personalidad se hizo patente también en la Electra de Idomeneo, con un O smanie, o furie! de gran calado emocional. La más sorprendente a nivel de coloratura, con trinos de todos los colores y agilidades monumentales, fue Paula Ramírez, una habitual de nuestros escenarios como integrante de la Compañía Sevillana de Zarzuela, a quien hemos visto recientemente en La corte de Faraón y Jenufa. Eligió bien para lucir sus agilidades, con el Air de la clochettes de Lakmé de Delibes, y ya más convencional y melódica con O luce di quest’anima de Linda di Chamounix de Donizetti.


De Rumanía, pero afincada artísticamente también en nuestro país, llegó Suzana Nadedje, con voz gruesa y aterciopelada muy próxima a la de mezzo aunque eligiera arias de soprano, Ecco il punto… Non più di fiori, aria de Vitellia en La clemenza di Tito, y la siempre emocionante Sì, mi chiamano Mimì de La Bohéme, que defendió con pasión y dulzura, aunque la voz le jugara un par de malas pasadas en los agudos, quebrándose puntualmente. Carmen Larios cautivó al jurado y parte del público por su forma relajada y dulce de cantar, tan natural y fluida que parecía no esforzarse para encandilar con el aria de Palmina de La flauta mágica, Ach, ich fühl’s, y mantener esa línea acompañada de una voz potente y ejemplarmente entonada en la polonesa de Elena, Me llaman la primorosa, de El barbero de Sevilla de Giménez y Nieto. En el apartado masculino, el rondeño Marcelo Solís hizo acopio de gallardía con el Largo al factotum, la más popular de las piezas elegidas por los concursantes, del otro Barbero de Sevilla, el de Rossini, pero debió cambiar en algunas ocasiones el tono para llegar a buen puerto. Lo mismo sucedió con la romanza Madrileña bonita de La del manojo de rosas de Sorozábal, que evidenció una voz de precioso timbre y generosa proyección.

Aunque argentino de nacimiento, Maximiliano Spósito también ha desarrollado parte de su incipiente carrera en nuestro país, como demuestra el premio Martín i Soler recientemente conseguido. Su voz llena de dulzura y matices convenció en Un’aura amorosa de Cosi fan tutte, y encandiló definitivamente en los nueve do sobreagudos de Ah mes amis quel jour de fête de La hija del regimiento, y que le valió uno de los reconocimientos del certamen. Para terminar, el zaragozano Pablo Puértolas, tampoco nuevo en esta plaza, acusó una voz bien colocada, acaso algo pequeña pero bien entonada y capaz de convincentes agudos aunque nunca del todo rematados. Sus elecciones fueron Percy de Anna Bolena (Vivi tu… Nel veder la tua costanza) y la romanza de Don Gil de Alcalá (Penella), ¡Tente! Detén tu alado paso, en las que sobresalió su talante profundamente romántico. Tan alto nivel de calidad y participación debió sin duda resultar un dilema para el jurado, que quizás con su elección impulse la carrera de la joven y dulce Carmen Larios como merece, uniéndose así a una nómina que aglutina a voces tan rutilantes como las de Leonor Bonilla, Natalia Labourdette, Berna Perlés o Damián del Castillo. Al piano las voces se beneficiaron del buen hacer del croata Dragan Babic y los italianos Luca Forlani y especialmente Romolo Saccomani, que evidenció una sensibilidad muy por encima de la media.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

domingo, 14 de enero de 2024

VALLE DE SOMBRAS En tierra hostil

España 2023 120 min.
Dirección
Salvador Calvo Guion Alejandro Hernández Fotografía Álex Catalán Música Roque Baños Intérpretes Miguel Herrán, Alexandra Masangkay, Susana Abaitua, Iván Renedo, Stanzin Gonbo, Morup Namgyal Estreno 12 enero 2024


Tras la decepcionante Los últimos de Filipinas y la más aseada Adú, Salvador Calvo vuelve a confiar en Alejandro Hernández, guionista habitual de Martín Cuenca y las últimas empresas de Amenábar, para contarnos una historia de supervivencia y superación del dolor que más bien parece un pretexto para rodar en condiciones muy duras en pleno Himalaya y salir airosos.

Tras un arranque prometedor y sinceramente desgarrador, la cinta se debate entre ser un manual espiritual o un thriller intenso, sin conseguir atrapar en ninguno de estos cometidos. Por el contrario no son pocas las veces que la trama se bloquea y no avanza, con episodios considerablemente previsibles y unas pesquisas harto convencionales sobre la tragedia que sufre su protagonista, un Miguel Herrán que se entrega en cuerpo y alma para darle vida.

Se trata sin duda de una producción ambiciosa, con un equipo técnico y artístico de primer orden dando lo máximo de sí, incluida una magnífica fotografía apoyada en suntuosos paisajes y la siempre eficaz música de Roque Baños, para todo lo cual se ha contado con la inestimable ayuda de un equipo local indio tan habituado a manejar presupuestos holgados cuando de hacer cine se trata. Pero Calvo no logra mantener la intriga ni la intensidad de lo que narra, y tampoco Hernández acierta con un libreto que atrape lo suficiente y satisfaga nuestro interés por resolver los asuntos criminales y espirituales que la cinta propone.

CHICAS MALAS Jungle School Musical

Título original: Mean Girls
USA 2024 112 min.
Dirección
Samantha Jayne y Arturo Perez jr. Guion Tina Fey, según su propia obra y el musical de Jeff Richmond y Nell Benjamin Fotografía Bill Kirstein Música Jeff Richmond Intérpretes Angourice Rice, Renée Rapp, Bebe Wood, Auli’i Cravalho, Jacquel Spivey, Avantika Vandanagu, Christopher Briney, Tina Fey, Tim Meadows, Jenne Fischer, Jon Hamm, Busy Philipps Estreno en España y Estados Unidos 12 enero 2024


Veinte años después de que Lindsay Lohan alcanzara el éxito con la versión original, llega el remake adaptado directamente del musical estrenado en Broadway hace apenas siete. Su comicidad sigue siendo la misma, añadiendo algo más de diversidad y una puesta en escena con mayores y más sofisticados medios.

Las canciones han sido arregladas de forma que han perdido afortunadamente el estilo disneyano que exhibían en el musical original, mientras los cameos de la propia Lohan y de Ashley Park, que en Broadway interpretó a una de las amigas de la mala del cuento, así como la intervención de su principal artífice, Tina Fey, añaden interés a una cinta que demuestra que no siempre tenemos la edad adecuada para enfrentarnos a cualquier empresa, y ésta desde luego demanda una edad física y mental muy por debajo de la que pretendemos tener.

Descaradamente enfocada a un público muy juvenil, esta combinación entre High School Musical y Jungle Fever en el que las chicas afortunadamente sólo simulan enfrentarse entre ellas por el hombre de sus sueños, contiene suficientes gags y situaciones moderadamente hilarantes, además de un puñado de bien articulados números musicales, como para no defraudar. Pero en serio, hay cosas que no necesitamos ver, y muchas formas distintas de volver a sentirnos jóvenes mejores que ésta.

VENUS Y ADONIS SEDUCIDOS POR ENSEMBLE MASQUES

Música Antigua en Turina. Ensemble Masques. Rachel Redmond, soprano. Andrew Santini, bajo. Natalie Pérez, mezzosoprano. Olivier Fortin, clave y dirección. Programa: Venus and Adonis (A Masque for the Entertainment of the King), de John Blow. Espacio Turina, sábado 13 de enero de 2024


Venus y Adonis
es el único trabajo para la escena, al margen de algunas canciones para el teatro, que compuso John Blow, amigo y profesor de Henry Purcell y cúspide de la música inglesa de la Restauración junto a su pupilo y Matthew Locke, una de cuyas suites fue interpretada por el Ensemble Masques como preludio de la pieza, en palabras de Olivier Fortin, para ir acostumbrándonos y entrando en materia. Trasciende al concepto de masque o mascarada, tan en boga en la Inglaterra isabelina, para adaptarse a las formas de la ópera francesa, muy cerca de Charpentier en el estilo, especialmente su Acteón. Así, estos entretenimientos que integraban música, danza y poesía, se convierten en manos de Blow en una pieza dramática que sienta las bases de la ópera barroca inglesa, cuyo mayor exponente es Dido y Eneas de Purcell, con la que la de Blow guarda muchas concomitancias. Estrenada en Oxford en otoño de 1681, donde por circunstancias políticas tuvo que trasladarse la corte de Carlos II, la protagonizó Mary Davis, actriz, cantante y amante del rey, mientras Cupido recayó en Mary Tudor, su hija ilegítima y quizás de la propia Davis. Durante mucho tiempo se creyó que su libretista podía ser James Allestry, alumno disoluto de la Iglesia de Cristo, pero hoy se acierta más a considerar a la cortesana Anne Finch como su autora, a partir de una adaptación libre de Las Metamorfosis de Ovidio. En Sevilla sólo la orquesta y coro de la Universidad Pablo de Olavide se ha aventurado a interpretarla, en verano de 2019 en el Antiquarium. Ahora, el prestigioso Ensemble Masques francés, a punto de cumplir los veinte años, ha recalado en el ambicioso Turina para ofrecernos una versión basada en la audacia armónica y el recogimiento más íntimo.

Las flautas, que en el incipiente barroco inglés simbolizan al amor erótico y sirven de homenaje a la Diosa del Amor, destacaron ya en la suite de Locke, presidida por una larga y reflexiva obertura y tres breves movimientos en los que los músicos de Fortin exhibieron virtuosismo y compromiso, con dinámicas muy limadas y acentos discretos y elegantes. Con amplios pasajes para el lucimiento instrumental, desde la obertura en estilo francés que preludia el amor y la caza como temas recurrentes de la época, el conjunto destiló sutileza para ambientarnos en esa Arcadia idealizada en la que Cupido lanza sus flechas y los amantes retozan despreocupadamente. La voz perfectamente entonada y expansiva de Natalie Perez como Cupido, dialogó con un coro disciplinado y sin aspavientos, siempre en estilo y en perfecta armonía con el conjunto instrumental. Las voces de los británicos Rachel Redmond y Andrew Santini afrontando los roles titulares, protagonizaron el erótico cortejo respaldado por el tono muy en estilo y tan bien proyectado, perfectamente fraseado de ella, quizás más convencional respecto a la voz contundente, de hermosísimo timbre y excelente modulación de Santini, exhibiendo tesitura de barítono. En el coro, al contratenor Gabriel Jublin le costó mantener el falsete, emergiendo de vez en cuando su voz natural para superar complicaciones.

Natalie Pérez y Rachel Redmond. Foto: Luis Ollero

En el segundo acto destacó el diálogo insolente entre Cupido y Venus, con los pequeños cupidos como testigos, a quienes las sopranos y el contratenor prestaron su comicidad para recrear en retahíla cada oveja con su pareja. Un error de cálculo precedió la subida de las Gracias a uno de los balcones laterales del escenario, desde donde entonaron su particular advertencia a Venus sobre el trágico devenir de su amor, siempre cuidando al detalle el carácter teatral de la función. Y tras ellas, nueva exhibición de gracia y responsabilidad por parte del conjunto instrumental en uno de los pasajes hilados más generosos de la pieza para el ensemble, con los violines marcando dominio y el continuo aportando volumen, aunque siempre desde una estética acaso demasiado contenida y en ocasiones hasta templada. En el tercer acto la música se torna trágica para reflejar el lamento por el infeliz desenlace, armonizando muerte y erotismo. El conmovedor final se benefició del trabajo contundente y locuaz del coro, estremecido por la transformación del idílico paisaje en un ensombrecido y abandonado bosquecillo.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

LA MEMORIA INFINITA Más cariño que compromiso

Chile 2023 85 min.
Guion y dirección
Maite Alberdi Fotografía Pablo Valdés Música José Miguel Tobar y Miguel Miranda Documental Estreno en el Festival de Sundance 21 enero 2023; en Chile 24 agosto 2024; en España 12 enero 2024

Hace un par de años la directora chilena Maite Alberdi saltó a la fama con su particular visión de la vida en un asilo combinando realidad y ficción con pericia y humor. El agente topo sintonizó con público y crítica y logró para su autora un enorme reconocimiento internacional. Ahora regresa con esa rara combinación, más cerca esta vez del documental que de la estricta ficción, pero con un sentimiento más hondo y cierta intención conmovedora a ultranza, para contarnos la historia de amor entre Paulina Urrutia y Augusto Góngora, este último aquejado por ese gran mal de nuestra época que es el alzheimer y que amenaza con borrar nuestra existencia y nuestra identidad antes incluso de que hayamos muerto.

Alberdi narra no sin cierta sensibilidad el día a día de la entrañable pareja en sus últimos días de convivencia, antes de que la enfermedad y el consiguiente deterioro emocional y físico acabaran con la vida del periodista hace escasamente unos meses. Resulta sin embargo recurrente que el drama se asiente una vez más sobre un ambiente burgués y acomodado, como si sólo en esa clase social los estragos fueran evidentes. En cine hemos atendido a los casos reales de Pasqual Maragall y pronto de Carme Elías en formato documental, y Julianne Moore o Norma Aleandro se han prestado a interpretar víctimas de esta enfermedad en galardonadas ficciones. Pero siempre desde ese ángulo de comodidad y bienestar que permite que los gestos de amor sean más fáciles, lo que sin duda resta mérito a esa presunta historia de amor imperecedero que la realizadora, apadrinada por Pablo Larraín en la producción, se empeñan en vendernos. Resulta que el perfil de sus protagonistas, periodista comprometido él, ministra de cultura de Bachelet ella, podría haber dado juego a la hora de dar al conjunto una dualidad que nos permitiera observar los estragos de una enfermedad que borra la memoria, y a la vez el borrado que tantos se empeñan en hacer de los horrores sufridos en el pasado, sea Pinochet en Chile o Franco en nuestro país, con el fin de seguir avanzando y progresando sin sufrir los tropiezos de antaño. Sin embargo, este particular sólo queda meramente apuntado en una cinta que prefiere quedarse en la anécdota sentimental y particular de la vida en pareja, por muchos cortes de documental y televisión que ofrezca para reflejar ese carácter público de los retratados. En este sentido acierta Alberdi al reivindicar las bondades de la imagen y el sonido archivados para protegernos del olvido.

El film queda así como un testimonio convencional del amor en pareja y los estragos de una enfermedad más temible que la propia muerte, por muchos galardones que haya recibido, el Premio del Jurado en Sundance o el Forqué a la mejor película latinoamericana incluidos, además de estar nominada al Goya a la mejor película iberoamericana y precandidata al Oscar a la mejor película internacional. Los paseos y postales sentimentales de la pareja son ilustrados a modo de videoclip con canciones de Silvio Rodríguez o Juan Luis Guerra y las voces de Pablo Collado o Ismael Serrano.

sábado, 13 de enero de 2024

ECOS BEETHOVENIANOS CON MANDELRING QUARTETT

Cuartetos de cuerda en Turina. Mandelring Quartett: Sebastian Schmidt y Nanette Schmidt, violines. Andreas Willwohl, viola. Bernhard Schmidt, violonchelo. Programa: Cuarteto nº 6 en Si bemol mayor Op. 18 nº 6, de Beethoven; Cuarteto nº 1 “Sonata a Kreutzer”, de Janácek; Cuarteto nº 3 en Re mayor Op. 44 nº 1, de Mendelssohn.
Espacio Turina, viernes 12 de enero de 2024


Poco después de reinar en Madrid como artistas residentes del Círculo de Bellas Artes y casi un año después de impresionar con su concierto en el Palacio Real, los hermanos Schmidt y Andreas Willwohl recalaron por primera vez en nuestra ciudad, abriendo la apabullante programación del Espacio Turina de este año recién estrenado, dejando claro su dominio y magisterio en el difícil ejercicio de la música de cámara y muy en particular de los cuartetos de cámara, buque insignia del género. Haciendo gala de una compenetración extrema, la que hace que la música suene como un todo compacto y a la vez seamos capaces de apreciar cada sonoridad y cada instrumento con una claridad y una transparencia inauditas, los cuatro intérpretes se entregaron en cuerpo y alma con un programa en el que los ecos de Beethoven se hicieron palpables en cada una de las tres obras convocadas, la primera por autoría estricta, la segunda por alusiones directas en su intrincada trama, y la tercera por la admiración profesada por un jovencísimo Mendelssohn que no disimula en hacer referencias continuas a los cuartetos del autor de la Novena Sinfonía.

El quinto de los seis cuartetos de orden desordenado (consta como el sexto) que Beethoven dedicó al príncipe Lobkovitz, sonó descomunal en las manos expertas de los Schmidt y Willwohl. Sus tres primeros movimientos, un tanto convencionales pero magistralmente construidos en un estilo que aún mira al pasado, se tradujeron en formas delicadas y preciosistas, atención precisa a los elocuentes silencios y carácter evocador, con el primer violín imprimiendo de espíritu indolente al adagio, y el segundo ejerciendo de perfecto contracanto, mientras viola y violonchelo aportaron gravedad al conjunto. Muy vivaces y dinámicos en el scherzo, los cuatro se entregaron a un movimiento final Melancolía de grandes contrates, desde el carácter eminentemente enigmático de Sebastian Schmidt, que aunque destiló puntualmente algunos desajustes logró una interpretación global sobresaliente y se vio complementado con la angustia y el acento dramático de Bernard Schmidt al violonchelo. El continuo contraste entre dolor y exaltado júbilo se tornó magia de exultante belleza.


En el Cuarteto nº 1, Sonata a Kreutzer, Janacek describe un drama de tintes operísticos en el que los celos dan paso al crimen, a partir de Tolstoi y el mismísimo Beethoven, cuyos ecos se hacen también evidentes en su trágica escritura, salpicada de continuas disonancias y acordes estridentes que dan al conjunto un carácter histérico del que el cuarteto se hizo perfectamente eco a través de una contundente interpretación en la que primaron un fraseo preciso, un diálogo fluido y una compenetración extraordinaria. En el primer movimiento destacaron las aportaciones compasivas y apesadumbradas de la viola, mientras el violín protagonizó en el segundo unos pasajes llenos de tensión. En el tercero destacó la inquietud y el desasosiego que da paso ya en el cuarto a un universo netamente beethoveniano que los intérpretes atacaron con vehemencia desgarradora. Todo lo que aquí fue trágico y descomunal, se tornó encanto y felicidad en el tercero de los cuartetos del siempre joven Mendelssohn, a partir de la herencia de su admirado Beethoven, y que el Mandelring atacó con precisión pero haciendo siempre más hincapié en su fuerza y músculo que en su evidente delicadeza, aspecto quizás más descuidado en su particular estética musical. Hubo mucho contraste y evidente nobleza, pasajes fugados intensos y una gramática más refulgente que moderada o apacible, pero en general primó la teatralidad y el apasionamiento por encima de esa ligereza generalmente asociada al autor, lo que no restó excelencia a la fastuosa gramática del veterano conjunto alemán.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

PERFECT DAYS Mapa de los retretes de Tokio

Japón-Alemania 2023 124 min.
Dirección
Wim Wenders Guion Takuma Takasaki y Wim Wenders Fotografía Franz Lustig Intérpretes Kôji Yakusho, Arisa Nakano, Tokio Emoto, Aoi Yamada, Yumi Asô, Sayuri Ishikawa, Tomokazu Miura Estreno en el Festival de Cannes 25 mayo 2023; en Japón y Alemania 21 diciembre 2023; en España 12 enero 2024

Aplaudida como el regreso del mejor Wim Wenders, sin que haya recibido mayores elogios desde Pina, la aventura japonesa del siempre viajero director alemán se erige en oda a la vida sencilla y los placeres cotidianos de la mano de un improbable encargado de la limpieza de los baños públicos de Tokio, lo que sirve para hacer una insólita excursión por estos cómodos y necesarios muebles urbanos que tanta falta hacen en otras ciudades que hace tiempo los despreciaron. De esta manera ha sido ese viaje por los creativos, artísticos, higiénicos, modernos y sofisticados incluso tecnológicamente servicios públicos de la ciudad, algo que por sí sólo ya hace merecer un viaje a las antípodas, lo que más nos ha llamado la atención de un film al que se le notan claramente sus bondadosas intenciones.

En un mundo dominado por la velocidad y el estrés, el desencanto personificado en la presunta secretaria que almuerza en un banco del parque, o los sempiternos problemas familiares que desembocan en decisiones individuales radicales, Wenders nos quiere convencer de que es posible una vida sencilla incluso en la gran urbe, donde los buenos modales convivan con la educación y la amabilidad, como la que profesan los hosteleros que ofrecen repetidamente esa bebida reconstituyente después de un duro día de trabajo. El principal cómplice de esta aventura es el actor Kôji Yakusho, una especie de Ricardo Darín nipón, lo que hace aún más difícil, unido a su por la lectura y la buena música rock de los setenta, identificar al personaje con una profesión con la que sin embargo el protagonista demuestra su carácter delicado y minucioso, mientras será en esa rutina jalonada de personajes, algunos pintorescos, lo que definirá su espíritu silencioso e introvertido

Pero no hay mucho más en esta cinta que acaba resultando repetitiva y alargada, a pesar de sus muchas bondades, entre las que destacamos la galería de buenos temas musicales, reproducidos siempre de una reivindicada forma analógica, que suenan en el vehículo de este peculiar encargado de la limpieza, que tanto nos recuerda a Lisbon Story y que aglutina éxitos de Lou Reed, The Animals, Otis Redding, Patti Smith, Van Morrison y el jazz optimista del Feeling Good de Nina Simone. Quienes se queden hasta el final comprobarán que lo que el protagonista intenta captar una y otra vez con su cámara es la luz del sol filtrada entre los árboles, la luz que se abre entre las sombras, lo que en japonés se llama komorebi.

viernes, 12 de enero de 2024

LA SÍLFIDE O ARQUEOLOGÍA DE LA DANZA CLÁSICA

La Sylphide. Ballet de Herman Severin Lovenskiold según coreografía de August Bournonville. Compañía Nacional de Danza. Petrusjka Broholm, puesta en escena. Daniel Capps, dirección musical. Elisa Sanz, escenografía. Tania Bakunova, vestuario. Nicolás Fischtel, iluminación. Con Yaman Kelemet, Yanier Gómez Noda, Daniella Oropesa, Irene Ureña, Jorge Palacios, Eva Pérez, Erez Illan, Juan José Carazo, Shani Peretz. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Teatro de la Maestranza, jueves 11 de enero de 2024


No hace mucho que la Compañía Nacional de Danza decidió tomar un camino alternativo a lo que acostumbraba a montar, que le permitiera abordar los grandes títulos del ballet clásico o bien llamado romántico, y desde entonces no ha hecho sino cosechar éxitos y situarse en una línea suficientemente solvente como para competir con compañías más habituadas al repertorio. Aquí en el Maestranza hemos podido comprobarlo con estupendas producciones de El cascanueces o Giselle en las que ha primado una primorosa puesta en escena, apoyada en unos postulados escenográficos y dramáticos lo suficientemente trabajados como para ofrecer buen teatro a la vez que un espectáculo de danza de primer orden. Es el camino que emprendió José Carlos Martínez y que su relevo Joaquín de Luz mantiene desde hace casi un lustro.

El ballet dejó de funcionar como mero entretenimiento operístico y de otras disciplinas cuando el coreógrafo Filippo Taglioni y su hija la bailarina Marie Taglioni presentaron en París su particular versión bailada del cuento de Charles Nodler adaptado por Adolphe Nourrit sobre una criatura del bosque enamorada de un joven a punto de casarse, que ve cómo su ilusión y con ella su vida fenecen por voluntad de una malvada bruja, ingredientes hoy afortunadamente trasnochados que siempre han acompañado a este tipo de fábulas perjudicando la imagen y el conveniente desarrollo de la personalidad de la mujer, pero que servían para plasmar el eterno conflicto entre lo material y lo espiritual y demostrar que toda existencia nunca es fácil ni armoniosa. Fue Taglioni el artífice del baile en puntillas o los tradicionales tutús, pero no fue la suya la coreografía que trascendió sino la que cuatro años más tarde estrenó en Copenague Auguste Bournonville, que quedó prendado de la función de Taglioni cuando asistió en París a una de sus representaciones junto a su alumna Lucile Grahn, que protagonizó esta versión que ahora podemos disfrutar en el Teatro de la Maestranza, sólo un mes después de estrenarse en la Zarzuela. Se da la circunstancia de que siendo una piedra angular en la cultura danesa, no suele representare mucho fuera de su país y sin embargo estos meses hemos podido atenderla en España en tres ocasiones, las dos del CND y la que de la mano del Ballet Nacional Checo ha ofrecido hace escasamente unos días Les Arts de Valencia. La original de Taglioni estuvo mucho tiempo olvidada, pero tras un arduo trabajo de reconstrucción ha ido ocupando posiciones en algunos de los teatros más prestigiosos del mundo.


Mientras esta primera versión tuvo música de Jean Schneitzhoeffer, Bournonville encargó para su particular Sílfide una nueva partitura al compositor noruego afincado en Dinamarca Herman Severin Lovenskiold, brillante pianista cuya carrera como tal quedó truncada por su condición de aristócrata, lo que propició que se dedicase más a la composición, siendo este ballet su trabajo más difundido. A pesar de que tanto la coreografía y la puesta en escena como la música de La sílfide parecen seguir las pautas logradas por los grandes ballets románticos de Adam, Minkus y hasta el mismísimo Chaikovski coreografiados por Petipa, no hay que olvidar que éste fue el primero y por consiguiente el que sentó las bases de toda esa tradición europea, por lo que hay que considerarlo pionero y su reposición un extraordinario trabajo de arqueología.

Los resultados de la mano de la Compañía Nacional de Danza no pudieron ser más felices. Su sencilla dramaturgia se sigue sin problema gracias a una perfecta planificación de los ingredientes dramáticos, desde los personajes, perfectamente definidos, a los escenarios pasando por la gracilidad de movimientos, tan expresivos como coherentes. Un vestuario luminoso y colorista y esa mágica ambientación que proporcionan los cuentos situados en tierras escocesas y que han inspirado incluso suntuosos musicales como Brigadoon de Lerner y Loewe, consiguieron ayer en su estreno sevillano maravillarnos y transportarnos a ese mundo de fábula e ilusión. Ciertamente se trata de un ballet breve, de apenas setenta minutos de duración divididos en dos partes, un detalle propiciado por su carácter embrionario, donde todavía están ausentes esos pasos a dos y danzas de lucimiento que rompen la trama y funcionan como gimnástica exhibición en los títulos más señeros del repertorio. Eso no es obstáculo para proporcionar a sus bailarines y bailarinas coreografías complicadas donde el equilibrio, a veces casi imposible de mantener, y los giros cobran especial relieve, y ahí encajaron con precisión Yanier Gómez y Jorge Palacios, cuyos brincos parecían hacerles volar con una agilidad y una fuerza extraordinarias, un particular que Bournenonville cuidó al detalle al protagonizar él mismo su primer James. En el otro extremo nos encandiló la ingravidez y belleza etérea de movimientos de Yaman Kelemet, perfectamente secundada por Daniella Oropesa, más humilde en sus cometidos, y la bruja encarnada con convicción por Ireñe Ureña. Un elenco de primer orden que dará paso hoy a otro distinto, y otro mañana cuando finalicen las representaciones del único ballet al año en Sevilla que cuenta con orquesta en el foso.

En este particular cabe mencionar el trabajo preciso y contenido del especialista en la materia Daniel Capps, si bien echamos en falta más músculo y nervio en la primera parte, resuelta con una dulzura algo empalagosa, mientras en la segunda llevó a la orquesta más cerca del límite de sus posibilidades, logrando mayor fuerza expresiva en relación inversa a la de la danza, rutilante en una primera parte que proporcionó momentos corales de enorme belleza y precisión, mientras la segunda quedó algo más desvaída y falta de carisma. La música escrita por el veinteañero Lovenskiold exhibe su inspiración en Kuhlau y en la soledad brumosa y melancólica de Weber, pero con momentos de enorme júbilo y rutilantes länder que dan a la coreografía una gran vistosidad y que la orquesta defendió con ahínco y responsabilidad. Desconocer la plantilla de la orquesta nos permite comentar sin prejuicios que el violín solista no estuvo tan inspirado como en otras ocasiones, sonando puntualmente raquítico, mientras las prestaciones del violonchelo fueron tan hermosas como atinadas, todo en un conjunto en el que como aseguraba el libreto de Edward Kleban para el musical de Marvin Hamlisch A Chorus Line, todo es belleza en el ballet.