martes, 29 de junio de 2021

FOGOSA CLAUSURA DE LA CONJUNTA Y EL VIOLISTA ALBERTO GARCÍA

Concierto Extraordinario de Clausura del Curso de la Universidad de Sevilla. Orquesta Sinfónica Conjunta. Alberto García Pérez, viola. Juan García Rodríguez, dirección. Programa: Concierto para viola de Walton; Sinfonía nº 3 en Mi bemol mayor Op. 97 “Renana”, de Schumann. Teatro de la Maestranza, lunes 28 de junio de 2021


La Orquesta Sinfónica Conjunta y su director, Juan García Rodríguez, no actuaban en el Teatro de la Maestranza desde marzo de 2013, cuando acompañaron la recuperación de la zarzuela de Sorozábal Entre Triana y Sevilla. Pero entonces fue en el foso, nunca hasta ahora habían subido a su escenario. Y lo hacen justo cuando culminan diez temporadas completas - o casi, ya saben la pandemia – desde aquel primer concierto en diciembre de 2011 con una Quinta de Beethoven que nos dejó literalmente boquiabiertos y sorprendidos. Por fin ahora la Universidad le encarga el concierto de clausura de su año académico, tomando el relevo de la ROSS.

No estamos ante una orquesta joven formada con los mejores de cada conservatorio del país o la comunidad, sino del alumnado de un conservatorio, el Manuel Castillo de Sevilla, del que la batuta de Juan García se ha encargado todos estos años de sacar el máximo partido y, con mucho esfuerzo y dedicación, lograr que suene como una orquesta profesional, con las justas irregularidades técnicas inevitables en un conjunto de estas características. Eso sin olvidar que gracias al trabajo de director y orquesta hemos podido disfrutar en la ciudad de páginas extraordinarias, gracias al diseño por parte de García de programas apasionantes en los que lo contemporáneo se da la mano con lo clásico y popular, procurando siempre el máximo rendimiento académico de los y las jóvenes convocadas.

Sensacional pareja de Garcías

Todos estos años han supuesto también la oportunidad de solistas de nuevo cuño para debutar frente a una orquesta sinfónica, como el violista Alberto García, que aquel fatídico 13 de marzo de 2020 cuando su debut se suspendió por el estado de alarma, vio frustrada una oportunidad que ahora recupera felizmente. La suya fue una interpretación del concierto de William Walton sorprendentemente madura y equilibrada para su edad y experiencia. El autor de un buen puñado de bandas sonoras, incluidas las de las películas que dirigió Laurence Olivier basadas en Shakespeare, compuso este concierto en un registro patético y dramático destacado, con recursos y sonoridades más propias del violonchelo, algo de lo que el solista se hizo perfecto eco con texturas gruesas y aterciopeladas. García viola se mostró sentimental y convenientemente lánguido en su primer movimiento, virtuoso y danzarín en el scherzo, y vivaz y enérgico en el final, siempre con la complicidad de García batuta, que imprimió a la página ese tono dinámico con ínfulas populares y ligeramente jazzísticas que resaltan su mordacidad e ingenio, destacando sus aires folclóricos combinados con registros disonantes, ásperos y tempestuosos. La respuesta de la orquesta al virtuosismo y la expresividad del violista fue sencillamente ejemplar.

De la Sinfonía Renana de Schumann Juan García ofreció una versión fogosa y brillante, potenciada por la excelente acústica del Maestranza (¡qué ganas teníamos de escuchar esta orquesta en el templo sevillano de la música!). Hubo desde luego menos evocación bucólica y ensoñadora de paisajes y leyendas en esta interpretación, y más fuerza, más coraje e ímpetu fogoso, a pesar de que el arranque pudo resultar algo desangelado. Pero solo fueron unos primerísimos acordes que rápidamente derivaron en pura fuerza expresiva, un torrente de sensaciones para el que todos y todas se emplearon a fondo, desde la vibrante y nerviosa dirección hasta unas trompas majestuosas, todas chicas, que lograron en conjunto una Renana sensacional. Un rápido y danzarín scherzo y un sobrio y misterioso andante dieron paso a un grandioso maestoso y un contrastante, lleno de ritmo y pasión, vivace final, bullente y trepidante. Parece mentira que el talento de Juan García Rodríguez, al margen de su exitoso y comprometido Zahir Ensemble, siga atrapado en esta ciudad, sin que ni siquiera nuestra Sinfónica, que inexplicablemente solo le ha confiado un concierto de abono en toda su historia, se percate de ello.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 28 de junio de 2021

SUK SUK Una poética reflexión sobre el amor homosexual maduro

Hong-Kong 2019 91 min.
Guion y dirección
Ray Yeung Fotografía Leung Ming-Kai Música Veronica Lee Intérpretes Tai Bo, Ben Yuen, Patra Au, Lo Chin Yip, Kong To, Lam Yiu-Sing, Hiu Yee Wong, Lau Ting Kwan, Chu Wai-Keung Estreno en el Festival de Berlín 26 febrero 2020; en Hong Kong 12 mayo 2020; en España (solo Madrid) 25 junio 2021


Ya es difícil hacer visible cualquier tipo de relación que no esté admitida de forma oficial o convencional, sobre todo en países donde la homofobia sigue muy vigente y sus ordenamientos hacen poco o nada por evitarlo. Aún más si cabe lo es plasmar un romance entre personas de edad muy avanzada, como es el caso de esta emotiva, tierna y sensible película condenada a circuitos especializados en temática gay. 
Después de recorrer varios de estos certámenes, incluido Andalesgai en Sevilla, se ha estrenado solo en la capital de España esta cinta que merece ser disfrutada por toda clase de gente, y desde luego llegar a quienes más tienen que aprender.

Ray Yeung nos ofrece una mirada desprovista de cualquier tipo de juicio ni dictamen a dos hombres maduros y con familias respectivas a los que un encuentro fortuito en un parque les abre las puertas de la ilusión y la esperanza para enmendar una existencia vivida si no erróneamente sí con resignación y mucha represión. Más activista uno que el otro, la cinta introduce también un tema muy interesante, el de la retirada de nuestros mayores con una condición sexual diversa a residencias donde no tengan que seguir ocultando su condición y viviendo una mentira con pretexto de brindar a los demás el respeto que ellos no obtienen de la sociedad. En este contexto, y siempre con el entorno dormido, mirando hacia otro lado para que el estado de las cosas se mantenga y no moleste, Yeung somete a sus dos protagonistas a una envolvente y conmovedora historia de amor y complicidad en el que la contención, las caricias, las miradas y la tristeza solo mitigada por puntuales momentos de felicidad, agarran al espectador y lo sumergen en una experiencia llena de vida, delicadeza y emoción.

Aunque pueda parecer lo contrario, siempre queda alguna esperanza, no importa si este caso adopta forma de creencia religiosa, de que habrá una oportunidad en otra vida y otro lugar para vivir sinceramente, sin hacerse daño ni hacérselo a los demás. ¿Pero no sería mejor zanjar del todo la cuestión para no tener que esperar a nuevas vidas ni oportunidades, sin regresión, sin marchas atrás, con comprensión y humanidad? Estos dos hombres sentados junto al río mirando al infinito bien valen una reflexión y una emoción; ver esta poética película no tiene precio.

LA SOMBRA Sin recursos ni talento

España 2021 112 min.
Guion y dirección
Juan Antonio Chavero Briones Fotografía Rafael Armada y Adrián Ortiz Música Antonio Leal y Corion Intérpretes Rafa Blanes, Silvia Navarro, Carla Córdoba Romero, Iván Ojeda, Victoria Castillo, Ana Ruiz de Santa Quiteria Blanco, Eduardo M. Clavería, Luis Eduardo Sandoval, Andrés R. Santiago Estreno 25 junio 2021

Una ristra de premios en festivales de cine independiente que ni sabíamos existían y una cita de Lorca sobre la pérdida de la paciencia, que más bien parece una advertencia al sufrido espectador o espectadora, preceden a esta inclasificable e interminable película. Cuando apenas se tienen cuatro euros para hacer una película no se puede pretender contar una historia más propia de cine de gran presupuesto, a no ser que se tenga mucho talento y un ingenio desbordante, que no es el caso. 
Con tan bajo presupuesto se hace imprescindible contar historias diferentes y originales que se adapten a los recursos, en lugar de fijar la atención en video juegos de gran calado, como ese The Last of Us en el que parece inspirarse este bodrio absoluto, capaz de superar en despropósito a las películas de nuestro colega el especialista Joaquín Ortega.

Dos horas necesita el cordobés Juan Antonio Chavero Briones para contarnos la huida a ninguna parte de un hombre y una mujer de pasados inciertos y trauma post apocalíptico, entre zombies y sectas antropófagas. Con abuso de primeros planos y fueras de campo pretende disimular la falta de recursos, mientras para recrear el paisaje presuntamente desolado se aprovechan derribos y ruinas esparcidas por el campo cordobés. Unas interpretaciones de vergüenza ajena, unos diálogos infumables y un sinfín de momentos muertos acaban con la paciencia de cualquiera.

Si alguien es capaz de explicar el porqué del título, por favor que lo haga. No dudamos del interés y el cariño que habrán puesto sus responsables en la película, pero eso no basta para justificar su inexplicable estreno. Quienes hemos conseguido llegar hasta el final sí que merecemos un buen premio, o quizás mejor una reprimenda.

domingo, 27 de junio de 2021

EXPEDIENTE WARREN: OBLIGADO POR EL DEMONIO Brujas e iconografía religiosa

Título original: The Conjuring: The Devil Made Me Do It
USA 2021 112 min.
Dirección
Michael Chaves Guion David Johnson y James Wan Fotografía Michael Burgess Música Joseph Bishara Intérpretes Vera Farmiga, Patrick Wilson, Ruairi O’Connor, Sarah Catherine Hook, Julian Hilliard, John Noble, Eugenie Bondurant, Shannon Kook, Ronnie Gene Blevins, Keith Arthur Bolden, Steve Coulter, Vince Pisani Estreno en Estados Unidos y España 4 junio 2021

Los casos del excéntrico matrimonio Warren, la muñeca Annabelle, la Monja y la Llorona amenazan con alargarse hasta el infinito, formando todas una franquicia ideada por el joven cineasta James Wan con más fines meramente comerciales que puramente cinematográficos, es decir con más intención de hacer caja que de renovar el género. Al menos esta tercera entrega de Expediente Warren, que es como aquí alguien decidió rebautizar lo que en su versión original es El conjuro, se aparta de sus dos entregas predecesoras, pretende ser más original, aunque más en el fondo que en la forma.

Arranca poderosamente con un escalofriante exorcismo, y sigue prometiendo al fijar su atención en un caso judicial que conmocionó a América, cuando en 1981 un joven fue juzgado por asesinato y se consideró la posible atenuante de posesión diabólica para reducirle la condena. De probar semejante condicionante se encargaron por supuesto los amantes esposo y esposa espiritistas. Lástima que el guion del propio Wan y otro colega desperdicien semejante material dramático y nos guíen por caminos ultra recorridos, con profusión de maquillaje y efectos visuales encaminados a ilustrar las continuas visiones de Lorraine Warren y los delirios de los múltiples poseídos de la función. Hubiera sido preferible el trillado drama judicial salpicado de fenómenos paranormales, un poco más comedidos y plausibles para convencernos de la probabilidad de la existencia del Maligno entre nosotros.

Hoy que el cine religioso prácticamente ha desaparecido, dejando aparte ese catecumenal de nulo interés artístico, se insiste en la Biblia y el Catolicismo para ofrecernos ahora la versión del reverso, la del Diablo, y con brujerías, maldiciones y supercherías, seguir estigmatizando a la mujer y queriéndonos convencer de que Dios existe, y prueba de ello es que su antagonista insiste en arrebatarle el poder. En la forma este Obligado por el demonio sigue las pautas de sus anteriores, para lo que cuenta con Michael Chaves, que debutó con La Llorona, encargándose de conjugar sus elementos, sin que falte de nada, ni los recurrentes sótanos. La cadavérica Eugenie Bondurant sustituye en esta entrega al ultraflexible Javier Botet para darnos los consabidos sustitos, a los que también contribuye la habitual saturación decibélica.

LUCAS Cambio de rumbo, pérdida de interés

España 2021 98 min.
Dirección
Álex Montoya Guion Álex Montoya y Sergio Barrejón Fotografía Jon D. Domínguez Música Siddartha Barnhoorn Intérpretes Jorge Motos, Sergio Cabrera, Jordi Aguilar, Irene Anula, Álvaro Ferrandis, Sergi Martínez, Ainhoa Ortuño, Máximo Pastor, Ana Revert Cinezona Este (sábado 26)

El director valenciano Álex Montoya adapta en este su segundo largometraje un mediometraje que realizó en 2012 en el que un joven es reclutado por un hombre mayor para hacerse unas fotos con fines poco éticos. Montoya traza así el retrato psicológico de este joven atrapado en una familia desestructurada como consecuencia de una tragedia en la que él tuvo un papel protagonista.

En su primera mitad la película acierta en plasmar el difícil mundo en el que se mueve el joven, así como la relación casi paternofilial que entabla con el misterioso hombre. Pero todo esto se evapora cuando a partir de cierto momento personaje y espectador se pierden en un rumbo torcido y demasiadas lagunas narrativas que encubren datos y motivaciones hasta derivar en una trama diferente y un destino incierto. Un guion más pulido y unas formas menos toscas podrían haber dado como resultado un film más estimable, y hasta apasionante en su tratamiento y postulados. Tampoco saca demasiado provecho su realizador del paisaje en el que ambienta parte de su trama, la Albufera valenciana, mientras son sus protagonistas quienes hacen el mejor trabajo del conjunto, especialmente el joven Jorge Motos, que acierta a dar a su personaje el toque de vulnerabilidad y timidez que necesita.

Cuando el film cambia de rumbo y se transforma en una intriga criminal de hechuras poco elaboradas, pierde fuelle e interés, rematado con una resolución apresurada y solo parcialmente afortunada. Pero aunque por el camino de estos dos sufrientes y marginados personajes son muchas las informaciones que se nos escatima, será su frescura y cierta sensibilidad lo que le hizo merecer en el Festival de Málaga los premios a mejor película española, actor y el del público en la sección Zonacine.

sábado, 26 de junio de 2021

LA VIDA DE LOS DEMÁS Ensayo sobre la objeción de conciencia

Título original: Sheytan vojud nadarad
Irán-Alemania-Rep. Checa 2020 150 min.
Guion y dirección
Mohammad Rasoulof Fotografía Ashkan Ashkani Música Amir Molookpour Intérpretes Ahsan Mirhosseini, Shaghayegh Shoorian, Kaveh Ahangar, Darya Moghbeli, Mohammad Valizadegan, Mahtab Servati, Mohammad Seddighimehr, Baran Rasoulof, Zhila Shani Estreno en el Festival de Berlín 28 febrero 2020; en España 25 junio 2021

Hubo un tiempo, no hace mucho, en que la miseria, la falta de libertad, la maldad absoluta y el autoritarismo estuvo presente en nuestro país, y durante muchos años. Lo justificaron las leyes, que aunque amparadas ahora en la democracia siguen marcando gran parte de las más inflexibles opiniones de la actualidad, como está demostrando la sinrazón política de quienes se cubren de honor y dignidad con el supuesto respeto a la ley y la Constitución. De algunas de aquellas atrocidades se hicieron eco también algunos de nuestros mejores cineastas, como Buñuel o Berlanga, de quien justamente ahora se celebra el centenario. A través de la comedia, que ayuda a pasar más desapercibido ante la censura, el director de La escopeta nacional nos habló con precisión y contundencia del oficio que aquí sirve a Mohammad Rasoulof para levantar su particular protesta y reivindicación frente al régimen totalitario iraní.

En cuatro episodios y una duración generosa de dos horas y media, el realizador en espera de sentencia por su sinceridad y valentía, nos cuenta la vida rutinaria de un hombre tranquilo y bondadoso que nos oculta una demoledora verdad. Después cambia de registro y pasa de la observación a la acción a través de la peripecia heroica de un joven que cumple el servicio militar obligatorio, para de ahí contarnos una historia de amor imposible marcada por la crueldad del régimen, y termina con una tragedia familiar en la que surge otro de los protagonistas habituales en estos paisajes pervertidos por la maldad autoritaria, el topo. La objeción de conciencia, prohibida y masacrada como tantos derechos y libertades, se erige así en leit motiv de este mosaico de aspereza e incomprensión que ha adoptado el título internacional de La maldad no existe (There Is No Evil), aunque aquí hayamos optado por el más oportunista La vida de los demás, quizás para atraer a los más incautos que guardan en el recuerdo la estimulante película de Florian Henckel von Donnersmarck de 2006.

En su camino de denuncia de la depravación más devastadora, no solo en el tema explícito que toca sino en cualquier otro ámbito que hace que un país que podría estar a la vanguardia de los de su zona, se mantenga en tan primitivo estado intelectual y humanitario, Rasoulof no desprecia unas impecables formas puramente cinematográficas, contando para ello con un atractivísimo elenco, una fotografía preciosista en el encuadre y las texturas, e incluso una hermosa e inspiradísima banda sonora, dando así forma amable y perfectamente digerible a tan demoledor aunque necesario espectáculo. Premiada en Berlín con el Oso de Oro y en Valladolid con el Premio Especial del Jurado, ha tardado varios meses en llegar a nuestras pantallas, quizás por la pandemia.

viernes, 25 de junio de 2021

OPERACIÓN CAMARÓN Simplemente lo que promete

España 2021 105 min.
Dirección
Carlos Therón Guion Josep Gatell y Manuel Burque según la película “Song é Napule” de Giampaolo Morelli Fotografía Sergi Gallardo Música Riki Rivera Intérpretes Julián López, Natalia de Molina, Carlos Librado (Nene), Miren Ibarguren, Alberto López, Antonio Dechent, Canco Rodríguez, Julián Villagrán, Adelfa Calvo, Juanlu González, Xisco González, Manuel Burque, Paco Tous Estreno en el Festival de Málaga 4 junio 2021; en salas 24 junio 2021

Otra de las películas que se quedaron en la trastienda tras el decreto de estado de alarma y el confinamiento general de marzo del pasado año. Ahora Mediaset despliega toda su fuerza propagandística para convertirla en el taquillazo español del verano y quizás de toda la temporada, arrastrando consigo a su pegadiza canción, candidata según su publicidad a canción del verano 2021. Lo cierto es que este nuevo film del director de Es por tu bien y Lo dejo cuando quiera, triunfando también en la televisión con Los reyes de la noche, da lo que promete. Y si su primera mitad nos puede resultar falta de ritmo, con situaciones y diálogos de relleno, llegando incluso a entumecer nuestro ya de por sí escaso interés, en su segunda remonta y logra en su combinación de humor blanco, puntualmente zafio, música e intriga policial con cierto ingenio, despertarnos y alegrar nuestro espíritu.

Se trata de una adaptación más de un éxito europeo (Padre no hay más que uno o Perfectos desconocidos, por citar dos ejemplos), esta vez italiano, una película de 2013 titulada Song é Napule en la que un policía infiltrado en una banda de música intenta dar caza al capo de la camorra en la boda de la hija de su mano derecha. La acción se traslada ahora a la bahía de Cádiz y San Fernando, con exteriores rodados también en Sevilla y pueblos como Alcalá o Lebrija, y el grupo hace trap con toques de flamenco. Lo lidera Carlos Librado, alias Nene para los futboleros, que demuestra tras la trilogía del Baztán su vis cómica, aunque quien más merece nuestra admiración es la ecléctica Natalia de Molina, en un registro nuevo y fresco en su carrera. Ella deposita los pocos valores que tiene la película, feminismo y respeto a la ley y el orden por el camino, mientras Julián López hace lo que mejor sabe hacer desde que lo descubrimos en Muchachada Nui, poner cara de pasmao y metamorfosearse con gracia y desenvoltura.

Las escenas de acción y los momentos musicales están tratados con evidente descuido a pesar de tratarse de una producción desahogada, pero en general la cinta entretiene y hace reír con su desparpajo y habitual ristre de tópicos canallas y andaluces al más puro estilo sainete, incluida una mujer policía muy pegona que podría suscitar más de una suspicacia entre el cuerpo y la gente políticamente correcta, pero que es ideal para desquitarse de tanto machismo imperante, aunque sea pagando con la misma moneda.

LOLA En busca de reconciliación

Título original: Lola vers la mer
Bélgica-Francia 2019 87 min.
Guion y dirección
Laurent Micheli Fotografía Olivier Boonjing Música Raf Keunen Intérpretes Mya Bollaers, Benoît Magimel, Els Deceukelier, Sami Outalbali, Jérémy Zagba, Anemone Valcke Estreno en Francia 11 diciembre 2019; en España 18 junio 2021


Aunque no se ha estrenado en Sevilla y sí en otras capitales españolas, se pudo ver el pasado mes de mayo en el festival Andalesgai de la capital andaluza. Se trata de una nueva incursión en el cine sobre transgénero con varias novedades. Por un lado la chica no es la típica princesita en la que fijan su atención los medios y productos audiovisuales cuando tratan el tema, sino más bien una joven algo masculina que no cuida tanto su imagen y se traslada en monopatín, lo que no impide que su sueño y objetivo sea convertirse en mujer.

Por otro lado la difícil relación que se entabla entre ella y su padre no está llamada exactamente a la reconciliación, como suele ocurrir en este tipo de películas, aunque en el fondo subyace cierta intención de entendimiento tratada con mucha naturalidad y convicción. Su formato en pantalla reducida también llama la atención, tanto como el realismo mágico que hace su presencia en forma de impactante tormenta mientras sus protagonistas recorren las carreteras de Bélgica, y en las cenizas de la madre que transportan hacia la costa del título original, que en cierta manera adoptan la forma humana que convierte a la progenitora en tercera protagonista en liza de esta road movie esclarecedora y generacional. Por último refleja la escasa empatía y alarmante incomprensión que el asunto parece tener en Flandes, la región flamenca de Bélgica, revelado en un par de secuencias fundamentales.

Todo ello y el respeto con el que está tratado el tema, una narrativa eficiente y unas estupendas interpretaciones de la joven Mya Bollaers y el veterano Benoît Magimel (La pianista, La pasión del rey) logran un film atractivo e interesante, reconocido con una nominación al César a la mejor película extranjera en su edición de 2019.

jueves, 24 de junio de 2021

JAMES CONLON Y UNA RADIANTE JONDE BRILLAN EN SEVILLA

Concierto de la Joven Orquesta Nacional de España. James Conlon, director. Programa: Sinfonía nº 4 en re menor Op. 120, de Schumann; Sinfonía nº 4 en mi menor Op. 98, de Brahms. Teatro de la Maestranza, miércoles 23 de junio de 2021

Foto: Guillermo Mendo
Hacía tiempo que no disfrutábamos en Sevilla del que muchos consideran uno de los mejores conjuntos sinfónicos de nuestro país, y eso que está integrado solo por jóvenes que cubren así la última etapa de su aprendizaje antes de enfrentarse a la vida profesional. Aprovechando la gira emprendida por el Auditorio Nacional, el Festival de Granada y el cierre de temporada del Maestranza, pudimos por fin quitarnos la espinita. Los apagados comentarios recibidos de su incursión en Granada no hacían presagiar un concierto de tan estimulantes resultados, pero las manos expertas del director norteamericano James Conlon con este tipo de formaciones que tantas veces ha dirigido en su país, lograron que la JONDE brillara no solo como otras veces sino incluso más, en un programa que enfrentaba dos cuartas románticas, la de Schumann y la de Brahms.

Aunque sus grabaciones, especialmente junto a la Gürzenich Orchester de Colonia, son fáciles de encontrar, y su reputación se remonta a la década de los setenta del siglo pasado, habiéndose asentado como director musical de la Ópera de Los Angeles desde hace ya un buen puñado de años, algunos de los cuales ha coincidido con Plácido Domingo como director general, hemos de confesar que apenas conocíamos a Conlon más que por una magnífica regrabación fechada en 1999 de la banda sonora completa de Bernard Herrmann para Vértigo, distribuida en un disco que acompañaba un libro de Douglas Gordon sobre el film de Hitchcock y una exposición conmemorativa en París, donde el director era entonces el responsable de la Ópera Nacional. Su vinculación con Sevilla se limita a ser uno de los pocos que ha grabado la ópera de John Corigliano Los fantasmas de Versalles, donde se retoman los personajes de Fígaro y Rosina allí donde los dejaron Mozart y Rossini. Su presencia ahora en el escenario del Maestranza se antojaba así todo un acontecimiento.

Una orquesta en perfecta forma física y mental

Septiembre de 2010, frente a la Ópera de Los Angeles, en el Dorothy Chandler Pavillion,
durante muchos años sede de la ceremonia de los Oscar
Originalmente considerada una fantasía sinfónica, de ahí que se deba tocar de continuo, sin pausas entre movimientos como hizo Conlon, lo que le da una unidad tan atractiva como trascendental, la Sinfonía nº 4 de Schumann fue abordada por la JONDE con una vitalidad y un ímpetu desbordado. El director prefirió el trabajo de equipo, que sonara como un todo, un bloque sólido y espeso, mejor que destacar matices y detalles, y lo cierto es que acertó en su decisión. Desde el lento arranque hasta la fogosa heroicidad final, pasando por la delicada expresividad de la romanza, con un sensacional solo de violín, y el pujante scherzo, defendido con aplomo y contundencia, la orquesta exhibió una calidad técnica extraordinaria, incluso en los temibles metales, deslizándose entre las sinuosas oscilaciones del allegro inicial, y el radiante final, abundando las texturas espesas y el carácter solemne y dramático de la pieza, a lo que la batuta se plegó con desenvoltura y sentido del espectáculo.

La Joven Orquesta Nacional de España ayer en el Maestranza
Foto: Guillermo Mendo
También la Cuarta de Brahms se benefició de estas cualidades. Esta expresión máxima de la tragedia épica y el lirismo melódico encontró en los jóvenes intérpretes un magnífico espejo, lográndose que esta mezcla y enfrentamiento entre lo arcaico y la pasión romántica sonara con una brillantez inusual para instrumentistas todavía con poca experiencia, lo que evidencia que detrás hubo un trabajo extenuante entre batuta y orquesta, además de una química tan buena que se evidenció en los signos de admiración que sus integrantes brindaron al veterano director al final de la representación. Aquí todo sonó atormentado y a la vez fogoso, con imperiales toques de metal y un trabajo excelente de las maderas, especialmente en el contenido y cálido andante, siempre con un acompañamiento preciso de la cuerda, destacando el brío y corporeidad de la grave. Al carácter desenvuelto y jocoso del scherzo siguió un contundente y meditado allegro final siguiendo el modelo de la chacona bachiana con mucho respeto y seriedad, y una creciente intensidad emocional. El resultado fue tan inspirado como estimulante, capaz de suscitar un aplauso interminable que no derivó sin embargo en la tan anhelada propina.

Si el día anterior fueron dos jóvenes solistas y un joven director quienes recibieron el respaldo de una formación veterana, esta vez fue un conjunto joven e ilusionado quien se dejó guiar por una batuta sabia y experimentada. Y si ese día se interpretaron dos conciertos, esta vez fueron dos sinfonías, como si ambas veladas se complementaran para ofrecer dos programas convencionales combinados. Y todo para celebrar que la esperanza depositada en nuestros jóvenes intérpretes es una realidad y un consuelo, como seguramente también demostrará la Sinfónica Conjunta cuando el próximo lunes protagonice el concierto de clausura del año académico de la Universidad de Sevilla. Esta es la juventud responsable, trabajadora y disciplinada que liderará el futuro.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 23 de junio de 2021

FRUCTÍFERO ENCUENTRO ENTRE ROSS Y JUVENTUDES MUSICALES

Concierto extraordinario de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en colaboración con Juventudes Musicales de Sevilla. Álvaro Mur, piano. Carlos Martínez, violín. Alejandro Muñoz, director. Programa: Concierto para piano nº 20 en re menor K.466, de Mozart; Concierto para violín nº 1 en sol menor Op. 26, de Bruch. Teatro de la Maestranza, martes 22 de junio de 2021

A pesar de los inconvenientes de la pandemia, Juventudes Musicales ha firmado esta temporada que acaba una de las más fructíferas de su andadura, manteniendo sus conciertos en la medida de lo posible, aunque en el camino hayan tenido que prescindir de su sede en pleno Parque de María Luisa. Han ocupado en el Maestranza el lugar que dejó el ciclo Jóvenes Intérpretes, sustituyéndolo por Alternativas de cámara, y han logrado por fin una feliz colaboración con la Sinfónica, algo lógico habida cuenta del papel formador de jóvenes valores que llevan realizando desde hace mucho tiempo algunos y algunas de las maestras del conjunto hispalense. De esa colaboración surgió anoche un singular concierto en el que los jóvenes pianista Álvaro Mur y violinista Carlos Martínez debutaron en la sala grande con orquesta, brindando unas muy competentes interpretaciones de dos páginas imprescindibles de la música concertante. Para el primero fue su debut en el Maestranza, al segundo lo vimos hace menos de un mes
en la sala Manuel García junto al pianista Seth Schultheis, quien precisamente protagonizó el pasado domingo la penúltima cita del Festival de Primavera de Juventudes Musicales en el Teatro Cajasol de la calle Chicarreros.

Para acompañar este ilusionante proyecto desde el podio contamos con la batuta del también joven Alejandro Muñoz, responsable de varios conjuntos cordobeses, que hizo también así su debut en el coliseo sevillano. Bajo su dirección la ROSS arrancó en tono muy dramático y un hondo sentimiento trágico el Concierto para piano nº 20 de Mozart. En la línea del Don Giovanni posterior, la pieza sonó opresora hasta cierto límite, nos hubiera gustado que lo hiciera más; no obstante la suya fue una dirección comedida y atenta a cada detalle, lo que derivó en un acompañamiento respetuoso que permitió al pianista ceutí desplegar sus abundantes recursos técnicos y personal expresividad de forma cómoda y transparente. Hubo química entre orquesta y solista, pero no suficiente tensión. De un lado brillaron los metales, del otro Mur se empeñó a fondo, evidenció esfuerzo y procuró mantener un alto grado de sensibilidad. Por el camino solo algunos acordes premeditadamente disonantes, y una emotividad que no llegó a aflorar del todo, empañaron una interpretación ejemplar. No está mal para un cometido de tanta responsabilidad. En la romanza acertó a imprimir un carácter ensoñador, mientras en el rondó final echamos en falta algo más de empuje y vigor, si bien estuvo vigoroso en el calderón dramático final, con la complicidad de unas espléndidas maderas. En la propina sonó arrebatado en la adaptación lisztiana de La muerte de Isolda de Wagner.

Carlos Martínez nos encandiló en su intervención de mayo junto al pianista Seth Schultheis, de modo que las expectativas eran grandes. Eso se tradujo en un nivel de exigencia alto que el violinista cordobés no acertó a cumplir en todo momento. Salvó con notable la generosidad melódica del célebre Concierto nº 1 de Bruch, pero su timbre no fue en todo momento homogéneo, llegando a veces a sonar estridente y hasta rugoso. Pero lo más difícil, que es acertar en expresividad, lo logró con éxito. Sonó dramático al principio, luminoso después, amplio e intenso en el adagio central, brillante y fogoso en el allegro final, adoptando frecuentemente ese tono zíngaro tan característico y recurrente en la gramática musical romántica. Muñoz se plegó humildemente a su arquitectura y sirvió al solista un acompañamiento dinámico y elegante, al servicio de su más que evidente virtuosismo. Para la propina, Martínez se decantó por Bach, autor al que ha trabajado en profundidad, y se notó en una interpretación cargada de una solemnidad casi religiosa. Fue una noche muy disfrutable, que confirmó una vez más el alto grado alcanzado en nuestras instituciones académicas y que nuestros complejos son cada vez más injustificados.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

UN LUGAR TRANQUILO 2 El regreso de los Abbott

Título original: A Quiet Place: Part II
USA 2020 97 min.
Guion y dirección
John Krasinski, según los personajes creados por Scott Beck y Bryan Woods Fotografía Polly Morgan Música Marco Beltrami Intérpretes Emily Blunt, Cillian Murphy, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Djimon Hounsou, John Krasinski, Scoot McNairy Preestreno en Nueva York 8 marzo 2020; en Estados Unidos 28 mayo 2021; en España 16 junio 2021


Se quedó prácticamente a las puertas del estreno cuando a mediados de marzo de 2020 se decretó el confinamiento y los cines de todo el mundo dejaron de funcionar. Llega ahora precedido de una doble sesión en la que se podía rescatar la original. Entre el rodaje de una y otra han transcurrido dos años, pero en pantalla apenas uno, lo que no ha sido óbice para que repitan los mismos personajes, incluidos los dos adolescentes de la familia Abbott, sin que notemos en demasía el paso del tiempo y sin recurrir para ello a los tan socorridos efectos visuales. Estos se empeñan naturalmente en la recreación de los alienígenas y sus aparatosos ataques, logrando de nuevo un espectáculo visual (y sonoro, a pesar del silencio anunciado en su publicidad) a nivel de entretenimiento de primer orden.

Pero hay poco que resaltar respecto a su precedente, una película que ya en su momento nos pareció generosa en trampas y situaciones poco sostenibles, igual que ocurre ahora, con situaciones de tensión absolutamente forzadas, reacciones poco plausibles y resoluciones caprichosas a golpe de un guion poco exigente. Para colmo añade otro peligro, más cercano a nosotros, quién sabe si con ínfulas de dotar al conjunto de cierta seriedad o profundidad psicológica. Eso no quita para que encontremos algunos estímulos, como el espectacular arranque que sirve para resucitar el personaje interpretado por su director, John Krasinksi, y que asistamos a la génesis del conflicto, que en la anterior película ya andaba desatado. 

También celebramos la generación de varias situaciones de inquietud paralelas, un recurso poco utilizado y por lo tanto fresco y original. El prólogo sirve también para introducir un nuevo personaje, interpretado por Cillian Murphy con bastante convicción, que sustituye al pater familias aunque la voz cantante siga llevándola ella, Emily Blunt, cuya interpretación junto a las de sus hijos en la ficción y el citado Murphy, son lo más interesante de la película, junto a la inspirada banda sonora de Marco Beltrami. Eso y que los Abbott acaben incordiando y llevando el peligro allí donde se dirigen.

martes, 22 de junio de 2021

BIENVENIDOS A ESPAÑA Refugiados en una Sevilla de postal y pandereta

España 2021 92 min.
Guion y dirección
Juan Antonio Moreno Amador Fotografía Alberto González Casal Música Jorge Magaz Documental Estreno en salas 18 junio 2021

Hace unos años Juan Antonio Moreno Amador presentaba junto a Silvia Venegas el documental Boxing for Freedom (Boxeo para la libertad), sobre una joven campeona de boxeo en Afganistán que lucha por su libertad como mujer y ser humano. Se ve que al director extremeño le preocupan especialmente las causas humanitarias y fija ahora su atención en un centro de refugiados sevillano, ubicado en un antiguo prostíbulo del barrio periférico de Torreblanca. 
Pero por una vez el título de la película acierta más que lo que esperábamos de ella, y es que efectivamente se trata de entrar y conocer esa España universal y tópica a la que se accede a través del andalucismo.

Moreno Amador pierde la oportunidad de analizar las entrañas de un centro adscrito al CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), introducirnos en los dramas de aquellos y aquellas a quienes acogen, el procedimiento al que se someten, su integración en una sociedad nueva y en la mayoría de las ocasiones muy ajena a sus propias culturas, y finalmente el proceso para encontrarles una vivienda y un trabajo, una vida digna afín a la Declaración Universal de Derechos Humanos, otra carta a la que apelamos cuando nos interesa pero que difícilmente encuentra una plasmación completa y real en las políticas de los países que han de velar por su cumplimiento. Una familia numerosa de Libia, otra de Yemen, un par de refugiados políticos de Venezuela, un joven homosexual de Marruecos… son algunos y algunas de las personas observadas sin duda con cariño y respeto por el ojo del director, pero aparecen diluidos en un conjunto que más bien parece una postal de Sevilla, la ciudad más bonita del mundo, y sus innumerables festejos, el fútbol, las exhibiciones militares, una Semana Santa o una Feria de Abril por la que los protagonistas deambulan desnortados y perplejos.

Hubiera sido más interesante pararse a reflexionar de manera incisiva y analítica sobre las vidas de estos y estas desheredadas, en lugar de insistir en la belleza fotográfica de la ciudad y el paso entre turistas y marginados de los protagonistas por sus calles. El trabajo de los técnicos y técnicas del CEAR, más allá del de la voluntariosa profesora de primaria, los problemas políticos, administrativos y judiciales a los que se enfrentan las personas refugiadas, y la consecución o no de los fines propuestos, habrían dado como resultado un trabajo más apasionante, que en el apartado visual se revela también muy primitivo. No obstante nos alegramos que existan ejercicios así, que al menos visibilicen sectores de la sociedad que a menudo nos resultan incómodos e inconvenientes. 

DESTELLO BRAVÍO Iluminando un paisaje en sombras

España 2021 98 min.
Guion y dirección
Ainhoa Rodríguez Fotografía Willy Jauregui Música Paloma Peñarrubia y Alejandro Lévar Intérpretes Guadalupe Gutiérrez, Carmen Valverde, Isabel María Mendoza, Isabel Valverde, Isabel María Giraldo, Ángela González, María Sosa, Petra Parejo, Vicente Calero, Antonio Andrés Borrallo Estreno en el Festival de Rotterdam 2 febrero 2021; en salas comerciales 18 junio 2021

Hay películas que confunden, que o bien despreciamos por considerarlas tomaduras de pelo o mejor nos dejamos seducir por su audacia y la originalidad de sus propuestas para introducirnos en su rico y sofisticado mundo interior. Eso es precisamente lo que le ocurre al insólito debut en la dirección de la extremeña Ainhoa Rodríguez, que alejándose por completo del cine convencional y narrativo en sentido estricto, propone un ejercicio de introspección cinematográfica en la que lo mágico se combina con lo cotidiano para ofrecernos un retrato generacional auténtico y certero de las mujeres que pueblan esa España rural y profunda anclada todavía en valores y estigmas de nuestro pasado más ignominioso.
 
Así se presentan estas sufrientes mujeres que se interpretan a sí mismas en una suerte de docudrama y representan a una parte de la población que no solo habita estos pueblos semi vacíos, sino siguen presentes también en amplios sectores de la sociedad urbana, a veces incluso muy asentada y con privilegios sociales muy perceptibles. Esto no es una película sobre igualdad de género, ni maltrato en sentido estricto, pero sí sobre generaciones de mujeres a las que se les ha negado casi todo, que viven una sexualidad reprimida, ahogan sus frustraciones en iglesias y santos y gritan desesperadamente por el fin de un machismo recalcitrante, tan difícil de erradicar, avalado incluso en televisiones locales.
 
Pero lo más curioso del film de Ainhoa Rodríguez es su forma, su narrativa sin orden cronológico, su puesta en escena a base de sketches y su fortuna a la hora de dejarnos perplejos, desorientados pero anclados a la butaca y empeñados en descifrar toda la filosofía que a buen seguro esconde su visionaria, valiente y atrevida propuesta. En este sentido cabe destacar también la banda sonora y el excelente diseño de sonido realizado por Paloma Peñarrubia y Alejandro Lévar, en buena proporción responsable también de su enigmático y atractivo acabado formal. Logró en Málaga el premio especial del Jurado y el de mejor montaje.

EN UN BARRIO DE NUEVA YORK Sueñitos musicales

Título original: In the Heights
USA 2021 143 min.
Dirección John M. Chu Guion Quiara Alegría Hudes, según el musical de Lin-Manuel Miranda y Quiara Alegría Hudes Fotografía Alice Brooks Música Lin-Manuel Miranda, Alex Lacamoire y Bill Sherman Intérpretes Anthony Ramos, Melissa Barrera, Corey Hawkins, Leslie Grace, Olga Merediz, Jimmy Smits, Gregory Diaz IV, Daphne Rubin-Vega, Stephanie Beatriz, Dascha Polanco, Noah Catala, Lin-Manuel Miranda, Mateo Gómez, Marc Anthony Estreno en Estados Unidos 11 junio 2021; en España 18 junio 2021


Estrenada como si fuera la antesala de la esperadísima e intrigante nueva versión que Spielberg ha filmado de West Side Story, In the Heights es la enésima adaptación de un éxito de Broadway a la gran pantalla, y la segunda del músico y escritor de origen latino Lin-Manuel Miranda en apenas un año, después de Hamilton, en realidad una filmación esmerada del show distribuida por Disney en plataformas digitales tras el nuevo orden que la pandemia ha establecido en la exhibición cinematográfica. Precisamente fue ese título el que catapultó definitivamente a la fama a Lin-Miranda, y lo que le llevó a encargarse de las canciones de Vaiana y protagonizar junto a Emily Blunt El regreso de Mary Poppins.
 
Hamilton fue un mayor fenómeno en Broadway que el que ya representó In the Heights unos años antes, y que ahora disfruta de una adaptación espectacular y aseada, aunque decepcionante en algunos puntos. Nadie la va a negar su dinamismo, la buena definición de sus personajes, la solidaridad y el sentido de comunidad que consigue transmitir, y ese contagioso ritmo latino que exuda toda su banda sonora. Manuel-Miranda consigue a través de ella aglutinar el jazz latino y el rap urbano para redondear una partitura, que si bien no contiene en general canciones suficientemente pegadizas, goza de una coherencia absoluta y una impecable factura. Pero en su argumento se habla de sueños (sueñitos) y aunque al principio estos parecen escapar de las convenciones y reivindicar un estilo de vida sencillo y amable lejos de la competencia y la ambición que caracteriza al genuino sueño americano, son los valores tradicionales y los moldes impuestos desde una sociedad fuertemente afectada por religiones y políticas de adocenamiento, los que se imponen en los sueñitos de los protagonistas. Y si en el ámbito argumental y mensajístico este es su punto débil, en lo estrictamente musical conviene destacar el daño que Baz Luhrman y su Moulin Rouge ha causado al musical moderno, con magníficas coreografías empañadas por un montaje frenético que no deja disfrutar del trabajo, en este caso, de Christopher Scott, que ya acompañó al director John M. Chu en sus incursiones en la saga Step Up.
 
Chu por su parte demuestra tan buen sentido visual y pericia para la comedia coral como ya demostró en Crazy Rich Asians, un fenómeno en Estados Unidos que aquí apenas tuvo repercusión. Con todo, el ambiente y la identidad latina están bien captadas en un film espectacular y entretenido, con continuos homenajes al musical clásico, de Fred Astaire a Buby Berkeley pasando por Gene Kelly y Esther Williams, lo que para amantes del género siempre es motivo de regocijo y esperanza.

viernes, 18 de junio de 2021

PETER KELLENER CON ACENTO ALEMÁN, COELHO VIENÉS

7º Concierto de abono Ciclo 30 aniversario de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Peter Kellner, bajo. Nuno Coelho, director. Programa: Selección de Des Knaben Wunderhorn, de Mahler; Suite de Der Rosenkavalier, de Strauss; La valse, de Ravel. Teatro de la Maestranza, jueves 17 de junio de 2021


Aunque breve, el séptimo concierto del trigésimo aniversario de la Sinfónica constituye un perfecto ejemplo de coherencia y construcción dramática y narrativa. Nada menos que nos llevó de la tradición alemana a la decadencia vienesa pasando por el esplendor del imperio austríaco, abarcando un arco temporal de apenas medio siglo, desde las canciones de Mahler de finales del siglo XIX a la suite definitiva de El caballero de la rosa según la ópera de Richard Strauss, manteniendo una estética postromántica y expresionista muy en línea con La valse de Ravel, y erigiéndose todas las piezas en prodigio de orquestación, de lo que se hizo perfecto eco una ROSS muy motivada, inspirada quizás por ese valor en alza que es sin duda el joven director luso Nuno Coelho, ampliamente reconocido con premios y oportunidades a uno y otro lado del Atlántico.

El bajo eslovaco Peter Kellner, a quien ya tuvimos oportunidad de admirar como Papageno en La flauta mágica de hace cuatro años, se encargó de abrir el concierto con seis de las entre doce y catorce, según la edición, que integran El cuerno mágico de la juventud. Todo un lujo poder disfrutar de un recital de lieder con orquesta, y un privilegio hacerlo con tan magníficas prestaciones. Una respuesta equilibrada y llena de matices en la batuta de Coelho, y cada uno y una de las solistas impecablemente integradas en estos maravillosos acordes mahlerianos para arropar a una voz en estado de gracia. Kellner arrancó con autoridad y absoluta seguridad, emisión natural y potente y una tesitura acaso más grave de la que estamos acostumbrados en estas páginas, en su mayoría concebidas para barítono. Pero además de sobresalir en timbre y registro, y exhibir un exquisito gusto a la hora de modular y frasear, Kellner fue un excelente intérprete, lleno de expresividad y talento dramático, capaz de llevarnos de la gracia y la ironía del sermón de Antonio de Padua a los peces, el consuelo en la desgracia o los diálogos onomatopéyicos de la alabanza del alto intelecto, a los aires más sombríos y dramáticos de la diana y el tamborilero en los campos de batalla, hasta desembocar en esa búsqueda del cielo con una conmovedora luz primigenia que Coelho trató con tanto mimo como marcados fueron los acentos en las primeras canciones. En esta última, Ulricht, Kellner mantuvo un hilo de voz sobrecogedor que fue modulando hasta una eclosión casi litúrgica de proporciones épicas.

Lejos queda aquel 2001 en que pudimos disfrutar de El caballero de la rosa en el Maestranza, pero la ROSS nunca antes había interpretado la suite extraída de la ópera, al menos no en su versión íntegra con todos sus pasajes instrumentales y estructura narrativa palpable. Toda la grandeza evocadora, nostálgica y ambigua de la Viena imperial quedó elegantemente plasmada en una interpretación generosa en brío, de marcadas dinámicas y gestos sensuales. Ligera por momentos, espesa en otras ocasiones, Coelho logró cohesionar cada pasaje dándole unidad dramática, con especial énfasis en los valses, que ya anuncian esa decadencia que Ravel dejó tan bien expuesta en su particular deconstrucción del género. En La valse, como en el resto del programa, Coelho exprimió al máximo de sus posibilidades el trabajo de los y las integrantes de la orquesta, pero en este caso con mayor dosis si cabe de sensualidad y ese marcado lirismo combinado con sarcasmo y esperpento que da a la página su particular seña de identidad. A algunos el resultado nos sobrecogió, y Kellner, ya entre el público, no dudó en vitorear entusiasmadamente a una batuta y orquesta que se emplearon muy a fondo. Quizás dentro de poco no estemos en disposición de volver a contar en nuestra ciudad con el joven portugués, pero siempre nos quedará esta inolvidable velada de descubrimiento.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 15 de junio de 2021

POSSESSOR Paranoia esquizoide

Canadá-Reino Unido 2020 104 min.
Guion y dirección
Brandon Cronenberg Fotografía Karim Hussain Música Jim Williams Intérpretes Andrea Riseborough, Christopher Abbott, Jennifer Jason Leigh, Sean Bean, Tuppence Middleton, Rossif Sutherland, Gage Graham-Arbuthnot, Raoul Bhaneja Estreno en el Festival de Sundance 25 enero 2020; en Canadá 9 octubre 2020; en España (Movistar) 10 junio 2021

Tras lo poco que convenció Antiviral, su debut en la dirección, Brandon Cronenberg sigue el camino que le ha legado su padre David con otra perturbadora cinta en la que genética y tecnología vuelven a darse la mano para tomar prestado en esta ocasión el cuerpo de otros y manipularlos para cometer los más atroces crímenes contra gente poderosa con el fin de tomar las riendas de sus productivos negocios.

En esta ocasión Cronenberg consigue un producto más sólido y convincente, apoyándose en un arranque perturbador, una puesta en escena fría y elegante y unos efectos especiales singularmente nauseabundos, lo que le da al conjunto la licencia para considerarse todo un espectáculo gore. Resulta interesante el paralelismo entre esta historia de suplantaciones en una realidad futurista o simplemente distópica, y la esquizofrenia natural y otras enfermedades capaces de alienarnos como seres humanos y manipular nuestras reacciones. Como siempre serán los fallos tecnológicos los que provoquen la trama y sus terribles consecuencias, sin embargo el director no maneja del todo bien sus recursos y cae en continuos cambios de ritmo que alejan el interés del espectador, que acaba exhausto entre tanta sangre y vísceras y un uso insoportable del sonido y la música del particularmente dotado para la inquietud Jim Williams (Turistas, Crudo, Beast).

No podemos negarle sin embargo que entre tanta cinta recurrente y repetitiva, Cronenberg procura renovar con cierto éxito el género del terror, consiguiendo de momento los premios a mejor película y mejor director en el pasado Festival de Sitges. Atención al aspecto a lo Isabel Coixet de Jennifer Jason Leigh.

lunes, 14 de junio de 2021

LA VIOLINISTA El precio de la excelencia

Título original: Viulisti
Finlandia 2018 118 min.
Dirección
Paavo Westerberg Guion Emmi Pesonen y Paavo Westerberg Fotografía Mark Wieser Intérpretes Matleena Kuusniemi, Olavi Uusivirta, Kim Bodnia, Samuli Edelmann, Misa Lommi, Pyry Nikkilä Estreno en Finlandia 5 enero 2018; en España 11 junio 2021

Apuesta sólida y sumamente atractiva del cine finlandés de hace unos años que incomprensiblemente no ha acaparado atención en certámenes ni galardones diversos, y apenas se ha estrenado en algunos países, con un retraso en nuestro caso considerable, a pesar de sus evidentes méritos. Esta mezcla de oscuro drama pasional y romántico y rendición amorosa a la música y la excelencia recuerda por un lado a aquel título de Haneke en el que una profesora de piano mantenía una tortuosa relación con un alumno, pero se aleja considerablemente de ella en cuanto apreciamos que guarda un parecido más razonable con aquellas películas que hablan del arte, los sacrificios que hay que afrontar para alcanzar la excelencia y la adicción que todo esto provoca.

Cuando un accidente le hace perder la sensibilidad en las manos, una virtuosa violinista se recicla como profesora, pero intenta superar su frustración a través de un posible sucesor en forma de joven amante. La cinta se adhiere así a esos títulos que encuentran en la superación de una compleja partitura su leit motiv, como El último concierto (2011) de Yaron Zilberman, en el que un famoso conjunto de cuerda afronta el Cuarteto nº 14 Op. 131 de Beethoven, o Shine (1996) la galardonada película de Scott Hicks en la que Geoffrey Rush daba vida al pianista David Helfgott, cuya carrera fue presuntamente abortada por su esquizofrenia, mientras el film se centraba en su afán de dominar el Concierto nº 3 de Rachmaninov. También en otros géneros musicales se ha tratado con mucha fortuna este apasionante tema, como es el caso de Whiplash (2014) de Damien Chazelle en el terreno jazzístico. La novedad en el film del debutante Paavo Westerberg es que el precio a pagar no es solo la renuncia sino la mercaduría sexual, algo de lo que en los últimos años se ha hablado mucho y ha generado encendidos debates. Una manera trapera e inmoral de alcanzar objetivos que en la cinta de Westerberg se convierte en perversidad al estilo del referido Haneke.

Con todo, lo mejor del film es que nos abre una ventana a esos ambientes académicos musicales finlandeses que tanto están haciendo por progresar en la educación de los jóvenes, así como esa pasión por la música clásica que se representa de manera muy gráfica en el Concierto para violín de Mendelssohn, todo ello amenizado con una puesta en escena sobria y elegante y un trabajo del sonido excepcional, así como el efectivo trabajo interpretativo de su elenco, especialmente la desorientada y a la vez maquinadora protagonista. Lástima que la banda sonora recurra en un par de ocasiones para transmitir melancolía al trillado tema de Max Richter On the Nature of Daylight, lo que vulgariza la propuesta.

SOLO UNA VEZ El corderito feroz

España 2021 80 min.
Dirección
Guillermo Ríos Bordón Guion Marta Buchaca, según su obra de teatro Fotografía Roberto Ríos Intérpretes Ariadna Gil, Álex García, Silvia Alonso, Mari Carmen Sánchez, Isa Montalbán, Javier Martos Estreno en el Festival de Barcelona 16 abril 2021; en salas comerciales 11 junio 2021


Resulta alarmante lo poco que se cuida el cine, y la cultura en general, en este país, a pesar de ser de los pocos que han decidido no cerrar completamente la actividad durante la pandemia. Mientras de cualquier película americana u otras cinematografías, por muy humilde que sea, resulta fácil encontrar datos en internet, son muchos los títulos españoles cuya información se convierte en una auténtica búsqueda del tesoro para cualquiera que se interese. Habría que volver a ver esta película y tomar apuntes de sus títulos de crédito, o disponer de un cartel bien definido, para averiguar el reparto completo, y eso que son pocas las actrices y actores que intervienen, o los responsables de su banda sonora, más allá de la cantante Alice Wonder, que entona varias canciones en castellano e inglés. Y es una pena, porque la contribución de la música en este film es fundamental a la hora de construir el ambiente de intriga y desasosiego que a veces provoca, tal es su eficacia y buen sentido.

Aparte esta consideración, nos encontramos ante el debut en el largometraje del director tinerfeño Guillermo Ríos Bordón, multipremiado con su cortometraje Nasija. Solo una vez se basa en una obra de teatro y no renuncia en su estética y formulación a su origen, aunque añada algunos personajes y salga de vez en cuando al exterior de ese centro de asistencia a mujeres maltratadas en el que se desarrolla su psicoanalítica trama. Ariadna Gil, tras muchos años ausente de la gran pantalla, interpreta a una psicóloga que se convierte en nuestro alter ego, aunque en el camino notemos que echamos en falta algo más de formación y familiarización para comprender todos los recovecos que le llevan a descifrar el enigma que se le presenta en forma de presunto maltrato en el seno de una pareja de jóvenes y guapos triunfadores. En su escueta duración, algo que celebramos por ser capaz de abandonar esa tendencia discursiva que malogra gran parte de la producción actual, y centrarse en lo importante, asistimos a un manual eficaz y estupendamente sintetizado de la violencia de género, desde todas sus vertientes, incluida esa violencia vicaria lamentablemente tan en boga, precisamente en Tenerife donde transcurre la trama aunque no se diga en ningún momento. La negación de los hechos, la consideración que tenían en el pasado reciente, las disculpas y esa educación machista que pervive en hombres y mujeres que se creen progresistas como nuestra clase política, y evidencian que no se enteran de nada, se convierten de la mano de su autora y la concisa dirección de Rojas Bordón, en una impecable obra de cámara con mecanismo de relojería que encontrará un cierre tan perfecto como el resto de sus ingredientes, incluidos un terceto protagonista en auténtico estado de gracia.

Entre los muchos méritos de la propuesta se encuentra la compleja y perfectamente diseñada identidad de los personajes y el interés creciente del conjunto, no exento de incentivos detectivescos. Merecía una mayor atención por parte de distribuidores y exhibidores, pero sobre todo de instituciones públicas, porque consigue hacernos reflexionar e incluso preguntarnos si en determinadas circunstancias muchos no seríamos también capaces de ser maltratadores. Lo que demuestra inteligentemente que esto es un problema de la sociedad al completo.

domingo, 13 de junio de 2021

UN PRODIGIO LLAMADO JAVIER COMESAÑA

XXXI Festival de Primavera de Juventudes Musicales de Sevilla. Javier Comesaña, violín. Ricardo Alí Álvarez, piano. Programa: Sonata en Si bemol mayor K.454, de Mozart; Romanza para violín y piano Op. 2 nº 1, de Joachim; Sonata nº 3 Op. 108, de Brahms. Teatro Cajasol, domingo 13 de junio de 2021


Quién le iba a decir a los responsables de Juventudes Musicales cuando programaron su trigésimo primer Festival de Primavera, tras el obligado paréntesis del año pasado, que disfrutarían de tener entre sus invitados al flamante ganador del prestigioso Premio Jascha Heifezt de este año, nada más y nada menos que el joven alcalareño Javer Comesaña, nueve años más joven que el festival que ha propiciado su reencuentro con el público sevillano. Una relación que se remonta a un par de conciertos en las noches estivales del Alcázar y de cuyo talento y habilidades nos hicimos eco con motivo de un recital en el Ayuntamiento de su Alcalá de Guadaíra natal, entonces con la complicidad de Matteo Giulini, esta vez reemplazada por el también muy solvente y más que competente pianista mexicano Ricardo Alí Álvarez.

El reciente galardón parecía predisponernos a dejarnos seducir por su virtuosismo y talento, fueran cuales fueran los resultados. Pero lo cierto es que desde nuestra más sincera humildad no podemos sino rendirnos incondicionalmente a tanto derroche de ingenio, inventiva y habilidad, ¡y tan joven! Ya desde su elocuente introducción justificando el maridaje entre Mozart y Brahms en la tendencia al canto de sus composiciones, Comesaña exhibió una madurez impensable en alguien de su edad, corroborada en su actitud ante el instrumento, su talante en el escenario y, por supuesto, su rotunda expresividad, estilo personal y aliento musical. Un estilo consumado que no traiciona sin embargo el espíritu de las obras elegidas, mostrándose tan austero, sin apenas uso de vibrato y nada de rubato en un Mozart reflexivo a la vez que ligero, de la misma manera que en Joachim y Brahms hizo acopio de abundantes recursos expresivos, esta vez rubateando a discreción.

Clasicismo y Romanticismo bien definidos

La Sonata Strinacchi, conocida así por estar dedicada a la célebre violinista italiana, sigue el gran estilo concertante y floreciente de Mozart en esa época. Con ella Comesaña respondió majestuosamente en el largo inicial, manteniendo ambos instrumentistas un equilibrio perfecto en el allegro concatenado, y con el violinista manteniendo un sentido melódico encomiable. También acertaron ambos en el desarrollo apesadumbrado y patético del andante central, así como en el exultante y dinámico allegretto final, trazado con tanto sentido festivo como delicado aliento. Después, una Romanza del célebre violinista Joseph Joachim, extraída de sus Drei Stücke, siguió para servir de tránsito a Brahms, de quien el húngaro era fiel amigo y colaborador. Sus formas sinuosas, mórbidas y elegantes, se hicieron patentes en el hábil dominio técnico de Comesaña y su exquisita resolución expresiva, siempre con Alí Álvarez atento a cada inflexión dramática.

A partir de ahí el dúo se transmutó en pura pasión adrenalítica para poner en pie de la mejor de las maneras la tercera y última de las sonatas brahmsianas. Aquí todo fluyó con absoluta naturalidad, dejando constancia de su riqueza armónica y contrapuntística y haciéndose eco de la profunda melancolía que expide el andante central. Lo más sorprendente es que el sonido del violín se mantiene homogéneo y limpio, lo que cambia es la expresión dramática, el ánimo y la modulación, haciéndose eco de un estilo depurado y decididamente muy maduro. Vitalista y brillante, así se configura una personalidad musical que merezca el apelativo de prodigio, y que con un acompañamiento tan bien acoplado da como resultado una exhibición tan feliz. Lástima que no nos regalasen una propina, más teniendo en cuenta ese reencuentro con Sevilla y que el programa era considerablemente breve.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

SUEÑOS DE UNA ESCRITORA EN NUEVA YORK Salinger, Allen y el diablo se cruzan en el Waldorf Astoria

Título original: My Salinger Year
Canadá-Irlanda 2020 101 min.
Guion y dirección
Philippe Falardeau, según la novela de Joanna Rakoff Fotografía Sara Mishara Música Martin Léon Intérpretes Margaret Qualley, Sigourney Weaver, Douglas Booth, Colm Feore, Seána Kerslake, Brian F. O’Byrne, Théodore Pellerin, Yanic Truesdale, Hamza Haq Estreno en el Festival de Berlín 20 febrero 2020; en Canadá y Estados Unidos 5 marzo 021; en España 4 junio 2021


El realizador canadiense Philippe Falardeau ha dirigido a Reese Withherspoon en La buena mentira y a Liev Schreiber y Naomi Watts en Chuck (The Bleeder), pero su mayor reconocimiento le vino de una película menos ambiciosa, Profesor Lazhar, en la que nos hablaba con naturalidad y sin estridencias dramáticas de la forma de afrontar la educación cuando sufrimos los problemas de la adolescencia. También con mucha amabilidad, según algunos incluso con demasiado edulcorante, se enfrenta ahora a una cinta en la que la escritora y novelista Joanna Rakoff nos cuenta su vida durante un año crucial en su carrera, cuando trabajó a mediados de los noventa como asistenta de la agente literaria de J. D. Salinger, Jerry para las amistades.

Después de abandonar su California natal y toda la vida que allí llevaba, incluso su novio y su carrera en la Universidad de Berkeley, seducida por la fama y la buena vida que podría acarrearle convertirse en escritora de éxito, representado en los suntuosos salones del Hotel Waldorf Astoria de Nueva York, la joven protagonista se emplea en una agencia literaria muy cercana al tótem de la literatura norteamericana, el autor de ese libro de referencia generacional que es Salinger y su Guardián entre el centeno. Falardeau y Rakoff optan por el camino fácil, ofreciendo una combinación del universo de Woody Allen – ya saben, Manhattan, ambiente intelectual, librerías, bohemia e incontinencia verbal – y la estructura dramática de El diablo viste de Prada, con Sigourney Weaver, desafiante y altiva pero no tan despiadada como Meryl Streep, dando una mordaz y eficaz réplica a la protagonista absoluta, una adorable Margaret Qualley a la que vimos como Ann Reinking, la amante bailarina de Bob Fosse en Fosse/Verdon y como joven y seductora hippy en Érase una vez en Hollywood, a las órdenes de Tarantino.

Lástima que lo que parecía ser un ingenioso ensayo sobre esta obra inmortal de la literatura universal, con fanáticos de Salinger dirigiendo a la protagonista sus arduas reflexiones y apasionadas identificaciones con y sobre las experiencias y emociones de Holden Caulfield, se convierte en una amable y sencilla comedia romántica con personaje femenino tomando decisiones importantes para su vida, renunciando al trabajo y el amor en alas a conseguir ese ambicioso propósito que le lleve por fin a bailar la danza de la vida en los lujosos salones del hotel de referencia. El conjunto se deja ver con agrado y facilidad, con un buen trabajo del elenco protagonista, música agradable, ambientes atractivos y una gramática exquisita y absolutamente digerible, pero decepciona por la sensación de que podría haber llegado a más si se hubiera atinado más a la hora de reflexionar concienzudamente sobre la novela del homenajeado.