miércoles, 30 de abril de 2025

ÓPERA PARA REÍR EN LES ARTS, PRÓXIMAMENTE EN EL MAESTRANZA

Gianni Schicchi

Anticipamos el doble programa que a buen seguro se podrá ver en el Teatro de la Maestranza si no en esta próxima temporada a punto de presentarse, en las venideras. Se trata de la coproducción entre nuestro coliseo y Les Arts de Valencia en torno a dos óperas breves, La hora española de Ravel y Gianni Schicchi de Puccini. Lástima que el recién celebrado centenario del fallecimiento del compositor de Lucca no haya servido para ofrecer Il Trittico completo, una de cuyas partes, 
Suor Angelica, tuvimos ocasión de ver y escuchar en Artillería de Sevilla hace apenas un par de meses. Disfrutar de las tres óperas permitiría observar la manera que el maestro tuvo de abordar las tres partes de la Divina Comedia de Dante Alghieri en las que se basa, siempre que una inteligente e ingeniosa puesta en escena permita distinguir el infierno de Il tabarro, el purgatorio de Suor Angelica y el cielo de Gianni Schicchi.

Para este tercer título, y el de Ravel que le acompaña en esta ocasión, se ha contado con el talento de Moshe Leiser y Patrice Caurier, reconocido y demostrado en multitud de importantes plazas líricas. A nosotros su propuesta se nos ha antojado heredera de dos importantes cineastas españoles. El papel pintado, la escenografía y el tópico en forma de gran toro que domina la escena en La hora española, nos remite al universo almodovariano, al que por otro lado tanto se adapta el enredo de cuernos y la fuerte carga erótica que emana del texto de Franc-Nohain en el que se basa la comedia musical de Ravel.

Por otro lado, el sainete cómico coral en el que deriva la hábil puesta en escena de la ópera en un acto de Puccini, recuerda considerablemente al universo berlanguiano, con esas miserias en modo astracanada que definen a las familias retratadas en sus películas, también presentes en esta intriga por herencia que narra el libreto de Giovacchino Forzano. Leiser y Caurier, con estas acertadas escenografías de Alain Cavalca y la precisa iluminación de Christophe Forey, predominantemente clara y radiante, han logrado dotar de un fuerte dinamismo a la doble función, especialmente meritorio en el caso del título raveliano, toda vez que su enredo de puertas (más bien relojes), entradas y salidas, no coincide en tempi ni temperamento con la sensual y más bien relajada música del autor del Bolero.

L'heure espagnole

Mucho más enérgica la partitura de Puccini, que tanto sirvió a Alex North para adaptar algunos de sus pasajes a la banda sonora de El honor de los Prizzi, como a Richard Robbins para hacer lo propio en Una habitación con vistas. Ahí, las idas y venidas de toda una pléyade de avariciosos familiares del difunto patriarca, tuvieron mayor correspondencia con la agilidad musical, a la que tanto se plegó la impecable dirección musical del jovencísimo Michele Spotti, ya director con tan sólo treinta y un años de la Ópera de Marsella. También su visión de la estética raveliana se saldó positivamente, con una dirección atenta a los matices y los aspectos más sensuales de la breve ópera que precedió a la más programada El niño y los sortilegios.

La idea de ambientar ambos títulos en épocas más o menos contemporáneas, funcionó gracias a que las mezquindades y miserias apuntadas persisten en la supuestamente más civilizada sociedad de hoy. Sin embargo, algunos aspectos llegaron a chirriar, como la escasa credibilidad que tiene mantener en secreto el fallecimiento de un paciente en un moderno hospital, escenario de la segunda de las óperas reseñadas.


Elenco extraordinario
para esta representación levantina que se extiende desde el pasado 25 de abril hasta el próximo 4 de mayo, y de la que nosotros asistimos a la del domingo 27. La gran estrella indiscutible fue Ambrogio Maestri, que a sus cincuenta y cinco años se ha erigido en perfecto encarnador tanto de Gianni Schicchi como de Falstaff, lo que le convierte en barítono ideal para estos roles típicos de la comedia bufa. Una voz torrencial marcada por un timbre diamantino y una expresividad precisa, ni sosa ni exagerada, siempre en el tono justo para lograr la hilaridad sin perder la dignidad, fueron sus principales imanes a la hora de conectar con un público encantado de reír en la ópera. A su lado, resultó milagroso comprobar el excelente estado de salud vocal de la veterana mezzo Elena Zilio, también en el título pucciniano, sin atisbo de desgaste y haciendo gala de una vis cómica impecable y una precisión en tono y proyección extraordinaria. Por su parte, la joven valenciana Marina Monzó, cuya indisposición nos impidió disfrutar de su voz junto a la guitarra de Pablo Sáinz Villegas el pasado mes de diciembre en el Maestranza, entonó con oficio pero algo escasa de emotividad, el célebre O mio babbino caro. Claro que hacerlo amenazando con suicidarse jeringuilla mediante, restó ternura y compasión a un aria que lo pide a raudales.

Estuvo presente en ambos títulos el tenor peruano Iván Ayón Rivas, cuya carrera experimenta actualmente un ascenso sorprendente apoyado en un canto preciso y homogéneo, un timbre sedoso y una proyección sobrada. También coincidieron en el elenco de ambos títulos el tenor vasco Mikeldi Atxalandabaso y el bajo alicantino Manuel Fuentes, ambos con resultados también muy apreciados. En La hora española destacaron la mezzo suiza Eve-Maud Hubeaux, derrochando sensualidad tanto en lo canoro como en lo expresivo, y el barítono argentino Armando Noguera, perfecto como Ramiro gracias a un físico adecuado y una voz perfectamente colocada, capaz de abordar todos sus registros sin aparente esfuerzo. El resto del elenco en ambos títulos, al mismo excelente nivel que los protagonistas, redondeando una doble oferta tan disfrutable en lo musical, con la aportación siempre poderosa de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, como desternillante en lo estrictamente teatral.

Fotos: Luis Pascual

martes, 29 de abril de 2025

EL ÚLTIMO SUSPIRO Radiografía del dolor y la muerte

Título original: Le dernier soufflé
Francia 2024 100 min.
Guion y dirección
Costa-Gavras, según el libro de Régis Debray y Claude Grange Fotografía Nathalie Durand Fotografía Armand Amar Intérpretes Denis Podalydès, Kad Merad, Mailyne Canto, Fabrice Scott, Charlotte Rampling, Ángela Molina, Karin Viard, Hiam Abbass, Agathe Bonitzer, Georges Corraface Estreno en el Festivald e San Sebastián 25 septiembre 2024; en Francia 12 febrero 2025; en España 25 abril 2025

Siempre es agradable volver a los clásicos, y Costa-Gavras sin duda lo es, como esos abuelos que tienen tanto que enseñarnos. A sus noventa y dos años, el director de Z, Estado de sitio, Desaparecido, La caja de música y Amén, regresa a la gran pantalla con su estilo preciso y austero para contarnos una historia de interés general, la llegada de la muerte, enfermedad mediante. Lo hace a través del lazo de amistad que se teje entre un escritor filósofo de fama intelectual y un médico especializado en cuidados paliativos, ante la posibilidad de que el primero sufra un cáncer agresivo y la admiración que le profesa el segundo. 
La película se estructura entonces en una serie de episodios protagonizados por otras tantas mujeres flamantes, de la aristocrática Rampling a la gitana Molina, pasando por una poco o nada resignada Hiam Abbass que atesora los preciosos recuerdos que le propició un viaje a Sevilla, y Karin Viard dando vida a la oncóloga que pone la puntilla final.

Gavras, a partir de un original escrito a cuatro manos, indaga así sobre distintas formas de afrontar la enfermedad y la muerte, el concepto de dignidad que indiscutiblemente debería acompañarla, y el dolor que provoca en quien la padece y sus seres queridos. Lo hace con su inconfundible estilo casi documentalista, sin más adornos que una serie de cenas y fiestas con colegas y familiares, quizás lo más discutible e incomprensible de su sólido trazo, a quienes los protagonistas confían esos descubrimientos que convierten el periplo humano y sentimental en una camino de aportación y enriquecimiento mutuo.

Pero el director no pretende ni se espera de él que sea complaciente, de manera que no quiere ni puede quitar hierro a una situación que todos y todas tememos y que antes o después padeceremos, salvo aquellos y aquellas que dejen este mundo de forma tan inesperada como oportuna. Y todo esto nos lo cuenta alguien cerca del centenario, en un alarde de valentía con una pizca de propio exorcismo. Su presentación en la sección oficial del Festival de San Sebastián, así como su desprecio absoluto en los últimos César, a pesar de las excelentes interpretaciones de Podalydès y Merad, denotan cierta incomprensión ante un film si no excepcional, sí considerablemente valioso.

LA ISLA DE LOS FAISANES Cine social y solidario

Título original: Faisaen Irla
España-Francia 2025 98 min.
Dirección
Asier Urbieta Guion Asier Urbieta y Andoni de Carlos Fotografía Pau Castejón Intérpretes Jone Laspiur, Ibrahima Kone, Sambou Diaby, Itziar Ituño, Jon Olivares, Josean Bengoetxea, Aia Kruse, Rodonny Perriere Estreno en el Festival de Málaga 18 marzo 2025; en salas 25 abril 2025


Hace falta más cine social en este país, sobran tantas comedias de diseño generadas casi por catálogo de inteligencia artificial. El director vasco Asier Urbieta, tras un par de cortometrajes y una miniserie, se ha atrevido para su debut en el largometraje con este género, la mejor de las intenciones y una vocación humanitaria de primer orden. Claro que todo esto no es suficiente sin unas ideas más claras, al menos en lo que a narrativa estrictamente cinematográfica se refiere.

Como la isla que le da título, un pequeño territorio ubicado en el río Bidaosa, entre las localidades del País Vasco español de Irún y Fuenterrabía, y la del homólogo francés Hendaya, se trata de una coproducción entre los dos países, que narra el drama de la inmigración desde el punto de vista de una joven concienciada y valiente y su pareja, un español de origen africano. Una doble mirada desde la solidaridad y la empatía, pero también desde el temor y el trauma de quien se sigue sintiendo perseguido y despreciado, especialmente entre los agentes de la seguridad. Urbieta consigue un arranque poderoso que atrapa, y del mismo modo un desenlace ajustado a las expectativas.

Lástima que el sólido y sobrio armazón que lo sustenta, especialmente gracias a sus excelentes interpretaciones, sobre todo la joven Jone Laspiur, Goya a la mejor actriz revelación por Ane, decaiga en su trazo central, donde las ideas escasean y la rutina parece justificarse por la duración estándar de un largometraje. A pesar de todo, la película mantiene su fuerza, su coraje y su valor como denuncia moral, llamada a la empatía y la solidaridad y esperanza en un mundo mejor donde desaparezcan tantas fronteras humanas y emocionales. Antes de preestrenarse en el Festival de Málaga, estuvo en la sección oficial del Festival de Gotemburgo.

viernes, 25 de abril de 2025

SUBLIME VIAJE EMOCIONAL DE LA SINFÓNICA

Gran Sinfónico nº 10 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Cuarteto de Guitarras de Andalucía: Francisco Bernier, Antonio Duro, David Martínez y Javier Riba. György Gyoriványi Ráth, dirección. Programa: Concierto andaluz para cuatro guitarras, de Rodrigo; Sinfonía nº 2 en mi menor Op. 27, de Rachmáninov. Teatro de la Maestranza, jueves 24 de abril de 2025


Este nuevo acercamiento entre la ROSS y György Gyoriványi Ráth confirma al director húngaro como uno de los más firmes candidatos a convertirse en director artístico de la formación, más allá del puesto de invitado que ejerce esta temporada. Su sintonía con los maestros y maestras de la orquesta es más que evidente, como se observa en el grado de satisfacción que muestran en sus rostros y ademanes. Y así se extrajo de este extraordinario concierto en el que todos y todas, solistas, batuta y orquesta en su conjunto, brillaron a su máxima potencia.

La novedad fue contar con el Cuarteto de Guitarras de Andalucía como solistas, lo que evidentemente dio empaque y vistosidad a la función. La enésima interpretación de la segunda de Rachmáninov quizás restaba interés al asunto, sin embargo dejó claro que no nos cansamos de disfrutar con tan excelsa partitura y que se pueden vencer reticencias previas y sorprendernos con la que quizás sea la mejor interpretación que le hayamos escuchado a la ROSS de la pieza, lo que en su caso no es decir precisamente poco.

Encanto amable y ligero

La página de Joaquín Rodrigo reproduce, veinte años después, la gramática de su célebre Concierto de Aranjuez, pero tamizado con discretos toques disonantes y las nuevas corrientes populistas enarboladas en la década de los sesenta, con referentes claros en los trabajos que para el cine y la televisión compusieron, por ejemplo, autores en otras lides más exigentes, como Antón García Abril.

Muy familiares y reconocidos, el sevillano Francisco Bernier, el jienense Antonio Duro, el granadino David Martínez y el cordobés Javier Riba, dejaron clara su absoluta compenetración, cultivada a lo largo de los años y demostrada en tantas comparecencias anteriores. Juntos, apoyándose mutuamente, y por separado en los acordes que el maestro reserva a cada uno de los solistas, dejaron su impronta, respetando el carácter ligeramente impresionista, así como el toque retro barroco que respira la obra que Celedonio Romero encargó al compositor valenciano para estrenarla en San Antonio, Texas, junto a sus tres hijos.

El cuarteto evocó con gracia, talento y depuración técnica, pero sobre todo con mucha elegancia y sutileza, los aromas, la luz y los sonidos de Andalucía que inspiraron al maestro, logrando una lectura considerablemente poética de este Concierto Andaluz.

Ráth estuvo en todo momento muy atento frente la discreta amplificación de las voces solistas, mientras el solo de trompeta lució de forma ostensible en las sevillanas del tercer movimiento. Como propina, el cuarteto ofreció una muy hermosa Andaluza de Cuatro piezas españolas de Falla.

Un Rachmáninov imponente

La orquesta sevillana está sobradamente curtida en la interpretación de esta Sinfonía nº 2 del compositor ruso, si acaso una de las obras que más veces ha incluido en su catálogo. De entre todas, la que dirigió Pedro Halffter hace trece años puso el listón muy alto. También la grabación que el mismo director hizo con nuestra orquesta en el Festival de Santander, dejó claros síntomas de una maestría extraordinaria.


Por estas razones, llegábamos a esta enésima recreación de la página con prejuicios que rápidamente se evaporaron, nada más arrancar el primer movimiento y sentir que la de Ráth iba a ser una versión diferente, muy dramática e intensa. La cuerda grave se hizo cargo en los primeros acordes de exhibir la amenaza que se cernía sobre el ambiente, la carga dramática que su director quería imprimir a la interpretación, y la complicidad de la orquesta para dejar claras estas motivaciones y dejarse la piel en el empeño.

El resto fue un increíble viaje emocional henchido de sincero sentimiento sin prescindir de la grandilocuencia que reclama la página en más de uno de sus inspirados y melódicos pasajes. Un meditado juego de dinámicas, una perfecta armonización y una coherencia interna impecable, caracterizaron también la visión del director y la respuesta de cada integrante de la orquesta, a lo que se sumó el respeto absoluto que dispendió el público, quizás impresionado ante tanta belleza y emoción.

Maderas, metales, percusión y cuerda brillaron con una luz radiante, una técnica prodigiosa y un desbordante sentido de la expresividad. El allegro inicial fluyó con agilidad y acierto dramático, así como el scherzo resultó tan robusto como vitalista y el adagio disfrutó de un solo de clarinete excelso y unas líneas melódicas arrebatadoras.

El allegro final combinó esa alegría presupuesta con una expresión del destino algo más incierta y preocupante, hasta desembocar en un resplandeciente e irresistible desenlace. Una interpretación para el recuerdo, de esas que sitúan a una orquesta en el máximo nivel posible.

Fotos: Marina Casanova 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 22 de abril de 2025

OJA Y APOTEOSIS DE LA ORQUESTACIÓN

Gran Selección del Teatro de la Maestranza. Orquesta Joven de Andalucía. Juan Pablo Valencia, dirección. Programa: Mariachitlán, de Juan Pablo Contreras; Suites 1 y 2 de El sombrero de tres picos, de Falla; Cuadros para una exposición, de Mussorgsky (orq. Ravel). Teatro de la Maestranza; lunes 21 de abril de 2025


Pasada la treintena, la cita anual de la Orquesta Joven de Andalucía dejó atrás obras de considerable complejidad de autores como Mahler o Bruckner, para centrarse en un programa igualmente exigible pero de gramática más distendida y con un inconfundible sabor latino, a excepción de los Cuadros para una exposición, que no obstante bajo la dirección del colombiano Juan Pablo Valencia revistió también un fuerte temperamento y una fuerza y energía inusitadas, siempre desde el rigor y el respeto que exige la pieza de Mussorgsky.

Todavía recuperándonos del éxtasis que provocó el séptimo concierto de abono de la ROSS con Hernández Silva y Pacho Flores, y para calentar motores e inaugurar este ambiente de fiesta y de color, la rectora de las orquestas jóvenes andaluzas se encendió con una divertida página del joven compositor mexicano Juan Pablo Contreras. Mariachitlán es una especie de suite de carácter eminentemente cinematográfico que nuestra desviación cinéfila nos hizo comparar con el trabajo de Alex North para el clásico ¡Viva Zapata!.

Continuos cambios de ritmo y giros inesperados de guion que nos llevaron de la alegría del arranque al candor de los pasajes más relajados y románticos, pasando por exhibiciones suntuosas de ritmo e inusitada energía que los y las jóvenes intérpretes resolvieron con el magisterio de los más experimentados profesionales, siempre desde la arrebatada pero muy controlada batuta del muy entregado Valencia. Los y las intérpretes pudieron incluso exhibir sus voces, gritando en escala ascendente el título de la pieza.

Falla entre la delicadeza y el temperamento

La cita de anoche se tradujo en una apoteosis de la orquestación, primero con la variada propuesta de Contreras, llena de contrastes y participación de todas las familias orquestales, así como una decisiva participación de la percusión. Igualmente podemos considerar El sombrero de tres picos de Falla como todo un ejercicio de frondosa y elocuente orquestación.


Esta vez se optó por interpretar las dos suites en lugar del ballet completo, evitando así los pasajes cantados pero sacrificando en parte su narrativa al prescindir de secuencias como la beethoveniana llamada del destino aludida en la Danza del molinero. Por el contrario, así interpretada todo queda muy cohesionado y el colorismo de la obra potenciado.

Metales y maderas se emplearon a fondo para no deslucir frente a una cuerda perfectamente ensamblada, considerablemente aterciopelada, sin estridencias ni desajustes, y un trabajo de la grave que potenció el ritmo y el temperamento con el que Valencia atacó la pieza. Sólo percibimos alguna falta puntual de coordinación en el arranque de la segunda suite, Los vecinos, que no afectó a la fuerza y la rabia con que la orquesta atacó el fandango de la molinera, el apoteósico final de la primera suite o la algarabía de la jota final.

Quizás se abordó la pieza con una formación demasiado generosa para los efectivos requeridos en la página, aunque Valencia se las ingenió para que tanto instrumento no provocara el caos o la saturación general.

Unos cuadros expresivos y meditados

La obra de Mussorgsky, prodigio también de orquestación en manos de Ravel, supuso un cambio radical de registro y de color en el programa planteado, lo que no fue óbice para alcanzarse una lectura meditada y detallista que, aunque con algún desajuste puntual, especialmente en los siempre sufridos metales, logró un resultado ampliamente satisfactorio.


Valencia trabajó la pieza desde la solemnidad, ajustando su temperamental manera de dirigir a la gramática más ascética de la pieza de Mussorgsky, llevándonos de la mano por esos diez cuadros de Hartmann a los que el compositor dedicó su obra. El director evitó la gratuita exageración con la que otros abordan la partitura. En su lugar ofreció una lectura muy meditada, a la que se plegaron los y las jóvenes intérpretes con una disciplina férrea y el mismo entusiasmo, aunque menos visible, con el que se enfrentaron a las otras páginas más coloristas.

El paseo de Valencia y la OJA por la exposición se antojó decidido y firme, con paradas tan logradas como el casi diabólico Gnomus, el tono nostálgico del fagot en El viejo castillo, o el robusto canto de la tuba en Bydlo, aunque su participación se antojó indecisa y algo desajustada. Asomó también el humor del Ballet de los polluelos, el trabajo fuertemente descriptivo de Goldenburg y Schmuyle, así como un impecable y amenazador trabajo de los metales en las Catacumbas.

Así hasta llegar a la suntuosa Puerta de Kiev, con todos los efectivos empleándose a fondo y exhibiendo una fuerza inusitada, la que acompaña a la ilusión y el temperamento de la juventud, junto al esfuerzo y el talento individual de cada uno y una por separado.

En las propinas brilló el tono melancólico y fuertemente emotivo que caracteriza Nimrod de las Variaciones Enigma de Elgar, y de nuevo el sabor efusivamente latino con una soberbia orquestación sinfónica, llena de ritmo y de pasión, de El cumbachero de Rafael Hernández. Un fin de fiesta sensacional y una forma extraordinaria de demostrar la versatilidad de estos jóvenes músicos preparados y preparadas para afrontar cualquier disciplina musical.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 21 de abril de 2025

PRODIGIOSAS La sangre de la belleza

Título original: Prodigieuses
Francia 2024 101 min.
Dirección
Frédéric y Valentin Poitier Guion Sabine Dabadie, Frédéric y Valentin Poitier Fotografía Danny Elsen Música Dan Levy Intérpretes Camille Razat, Mélanie Robert, Franc Dubois, Isabelle Carré, August Wittgenstein, Elisa Doughty, Thomas Landbo, Lennart Betzgen, Lola Aubrière Estreno en Francia 20 noviembre 2024; en España 16 abril 2025

Típico ejemplo de cómo una historia real se puede convertir en un sucedáneo lleno de tópicos y lugares recurrentes, la ópera prima de los padre e hijo Frédéric y Valentin Poitier, está tan llena de buenas intenciones como de constantes de género. Y es una lástima, porque en su primera mitad ofrece muchas razones para la esperanza, centrándose en el siempre difícil pero tan atractivo mundo del arte, en este caso el de la interpretación musical, donde la fuerte competitividad hace que muy pocos y pocas logren destacar. En esa primera mitad asistimos al sacrificio y la fuerza de voluntad de dos hermanas, supuestamente gemelas (las Pleynet en las que se basa la película claramente lo eran), aunque más bien responderían al patrón de mellizas, especialmente dotadas para el piano, impulsadas por la tópica obsesión de un padre cuyas propias frustraciones le lleva a forzar a sus hijas ante la mirada un tanto pasiva de una madre que luego se revelará más comprensiva y efectiva.

Pero llega una segunda parte en la que el ambiente estudiantil en una importante academia alemana, con el imprescindible mentor duro y severo hasta la médula, y la alegría de la juventud y el primer amor, da paso a una rara enfermedad en la que se centra el ánimo de superación de estas dos jóvenes prodigiosas a las que la película dignifica a través de un importante concierto, lejos de la exhibición circense a la que las verdaderas protagonistas fueron expuestas en un programa de televisión a principios de este siglo. La profundización en una sofisticada técnica que les permite tocar sin dañar las articulaciones, y que tiene un tanto de ritual dancístico, se convierte en el tema de esta segunda parte, si bien sus directores no logran desarrollarlo con el mismo acierto e ímpetu que el habitual sacrificio de todo artista que informa la primera mitad de la cinta.

Se acumulan los tópicos y la trama deja de interesar por una evidente falta de ingenio en su desarrollo, justo lo contrario que pretende, así hasta un final que se antoja inalcanzable. El arrojo de sus dos jóvenes protagonistas y el encanto siempre presente de Isabelle Carré, logran que el conjunto no se atragante demasiado. Su elegante puesta en escena, y su banda sonora de grandes éxitos del piano, aunque se cuele una irrelevante pieza de un tal Mario Forte, Concertante, en su resolutivo tramo final, logran también que la experiencia no llegue a ser indigesta.

sábado, 19 de abril de 2025

CONFIDENCIAL Licencia para mentir

Título original: Black Bag
USA 2025 93 min.
Fotografía y dirección
Steven Soderbergh Guion David Koepp Música David Holmes Intérpretes Michael Fassbender, Cate Blanchett, Tom Burke, Pierce Brosnan, Marisa Abela, Naomie Harris, Regé-Jean Page, Gustaf Skarsgard Estreno en Estados Unidos 14 marzo 2025; en España 16 abril 2025

Desde sus inicios como guionista y director, David Koepp ha manifestado siempre una especial fascinación por el misterio, la intriga y la conspiración, con películas como El último escalón o La habitación del pánico. Ha colaborado varias veces con Spielberg (Las dos últimas entregas de Indiana Jones, la saga jurásica o la excelente La guerra de los mundos) y Brian de Palma (Atrapado por su pasado, Ojos de serpiente, Misión: Imposible). También  ha colaborado en los dos Spiderman de Sam Raimi y en la serie del Código Da Vinci, además de dirigir algunos films de acción trepidante como Sin frenos, e incluso atreverse con la comedia, siempre dentro del género fantástico, por ejemplo con La muerte os sienta tan bien. Un vertiginoso currículo que este año se ha coronado con dos sensacionales guiones originales para Steven Soderbergh, después de colaborar con él en su película inmediatamente anterior, Kimi.

Primero fue Presence, un sobrecogedor thriller fantasmal, y ahora Confidencial, un estupendo juego del gato y el ratón protagonizado por varios agentes especiales de la inteligencia británica, especialmente el matrimonio integrado por unos extraordinarios Cate Blanchett y Michael Fassbender, unos señor y señora Smith más cerebrales que gente propiamente de acción. De hecho, Confidencial o Black Bag, expresión con la que estos personajes se refieren a su particular licencia para mentir, o al menos encubrir su paradero y actividades, resultará una decepción para quienes pretendan enfrentarse al típico thriller de acción al estilo James Bond o el más reciente Amateur. Porque lo que Koepp y Soderbergh articulan aquí es un sofisticado juego de salón con punzantes diálogos y una trama que, aunque en sustancia no resulta difícil de seguir, sí es fácil perderse en sus detalles y múltiples matices, debido al carácter eminentemente intelectual que exhibe su impecable acabado.

Parte del éxito de la empresa la tiene su esmerado reparto, en el que merece destacarse a Marisa Abela, que incorporó a Amy Winehouse en aquel correcto biopic estrenado hace un par de años, o esos guiños a la saga jamesbondiana que son Pierce Brosnan y Naomie Harris. Sus elegantes localizaciones y ambientes sofisticados, un adecuado MacGuffin que nos lleva a la más que preocupante situación mundial actual a la vez que evoca los horrores del pasado con la sempiterna vocación del mea culpa, colaboran a que el visionado de esta película resulte una experiencia tan gratificante. Como en aquel lejano 2000 en el que el director de Ocean's Eleven triunfó doblemente con Erin Brokovich y Traffic, este 2025 lo ha hecho, al menos para quienes hemos disfrutado con sus propuestas, con Presence y Confidencial.

viernes, 18 de abril de 2025

LOS PECADORES Una excitante combinación de géneros

Título original: Sinners
USA 2025 137 min.
Guion y dirección
Ryan Coogler Fotografía Autumn Durald Música Ludwig Göransson Intérpretes Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld, Miles Caton, Wunmi Mosaku, Delroy Lindo, Jack O’Connell, Jayme Lawson, Omar Benson Miller, Yao, Li Junli, Lola Kirke, Peter Dreimanis, David Maldonado Estreno en España 16 abril 2025; en Estados Unidos 18 abril 2025

Nos adherimos al entusiasmo general, a pesar de nuestras iniciales reticencias, ante esta espectacular película que combina con habilidad y muy buen oficio géneros tan dispares como el terror, el musical, el cine de acción, el drama sureño y la denuncia racista, con resultados tan entretenidos como estimulantes. Es como si en el club de El color púrpura donde canta Tata Vega bajo la piel de Margaret Avery, y una desdichada Cellie (Whoopi Goldberg) descubre los placeres de la vida y su autoestima, se inmiscuyera el mal y se dedicara a hacer estragos entre los y las erotizadas clientas. Los pecadores es por ello un homenaje a la música, prácticamente en todas sus vertientes, pero centrada en el blues y el ritmo negro, con secuencia cumbre en el que echando mano de la magia del cine, conviven épocas y estilos con absoluta naturalidad y un sentido del espectáculo realmente notable.

Detrás de la cámara, y como responsable del guion, encontramos a Ryan Coogler, gran conocedor de la épica cinematográfica, gracias a su trabajo revitalizador del universo Rocky en Creed, y sobre todo por las dos espectaculares entregas de Black Panther. Recordemos que la primera fue el único título de Marvel nominado al Oscar a la mejor película. En sus manos y en el del ejemplar reparto, se logra una perfecta definición de personajes, por cierto multitud, con Michael B. Jordan, actor fetiche de Coogler, interpretando un doble personaje, los dos hermanos que regresan de hacer fortuna como gángsters en Chicago, a la localidad donde crecieron, reencontrándose con esta comunidad fundamentalmente negra, en unos primeros años treinta del pasado siglo, y con la intención de abrir un club nocturno donde reafirmar su potencial y su fuerza frente a la supremacía blanca.

En este contexto, y con irlandeses, indios y asiáticos conviviendo con esta mayoría negra, se hace una reflexión sobre ese país donde la diversidad tiene que triunfar sobre la amenaza ultraderechista que pretende erradicarla. Esto convierte la película, al margen de su vocación de excelente entretenimiento, en un poderoso artilugio de orgullo y reivindicación de una raza durante siglos expuesta a los mayores tormentos y las más insufribles humillaciones. Puede que el único pero posible lo encontremos en su infantil dialéctica sobre el bien y el mal, con la iglesia y el cabaret como ejes vertebradores. Lógicamente, en todo este entramado merece especial mención la inspirada banda sonora de Ludwig Göransson, dos veces ganador del Oscar (Black Panther y Oppenheimer), en cuya estética folk sureña se intercalan canciones originales y adaptadas, extraordinarios números musicales y la presentación como actor y cantante de voz profunda y misteriosa, de Miles Caton.

miércoles, 16 de abril de 2025

EL SEGUNDO ACTO Hiperrealismo cinematográfico

Título original: Le deuxième acte
Francia 2024 80 min.
Fotografía, guion y dirección
Quentin Dupieux Intérpretes Léa Seydoux, Vincent Lindon, Louis Garrel, Raphaël Quenard, Manuel Guillot, Valérie Vogt Estreno en Cannes y Francia 14 mayo 2024; en España 11 abril 2025


Mimado por crítica y una importante representación de la cinefilia, que cree ver en él al nuevo enfant terrible del país vecino, Quentin Dupieux inauguró Cannes con ésta su última película, y la paseó también por la sección oficial de Sitges. Aunque se reserva tanto la dirección como el guion e incluso la fotografía, el director de Mandíbulas pretende con esta nueva extravagancia poner en entredicho la figura del realizador cinematográfico, especialmente en tiempos de inteligencia artificial. En clave de comedia, el género en el que se mueve 
habitualmente, Dupieux hace que sus personajes se interpreten casi sin rumbo ni dirección, echando mano de diálogos que parecen improvisados, generalmente absurdos y mayormente irritantes e incluso irrelevantes.

Con unos giros de guion hábiles y sorprendentes, hace que los personajes se salgan de la película y se conviertan en intérpretes, acaso multiplicando la función como si de unas muñecas rusas se tratara. De esta forma se procura variar emociones, sentimientos y afinidades entre los cuatro, con un quinto añadido que refuerza el carácter de farsa absurda que adopta el conjunto. Pero la fuerza del experimento a todas luces hiperrealista se va diluyendo conforme nos vamos dando cuenta de su futilidad y de que hace mucho que detestamos ese armazón de comedia que se cierne sobre el mal rollo imperante entre los personajes, da igual la capa en la que se desenvuelvan, realidad, cine o metacine.

Un largo traveling marcha atrás sobre los raíles que lo sustentan, acaba por potenciar nuestra desesperación y el convencimiento de que quizás jugamos en una liga diferente a la que impera entre los y las nuevas cinéfilas, pues hora y cuarto de metraje se nos ha hecho largo e insufrible. Ni siquiera nos apetece hacer mención de sus cuatro estrellas protagonistas, entre ellas un incondicional del cine de Dupieux, Raphaël Quenard, protagonista de Mandíbulas y Yannick.

AMATEUR Turismo de acción y venganza

Título original:  The Amateur
USA 2025 123 min.
Dirección
James Hawes Guion Ken Nolan y Gary Spinelli, según la novela de Robert Littell Fotografía Martin Ruhe Música Volker Bertelmann Intérpretes Rami Malek, Laurence Fishburne, Rachel Brosnahan, Caitriona Balfe, Jon Bernthal, Michael Stuhlbarg, Holt McCallany, Julianne Nicholson, Adrián Martínez, Danny Sapani, Joseph Millson, Barbara Probst, Marc Rissman, Marthe Keller Estreno en Estados Unidos y España 11 abril 20252025


Aunque se trata de todo un veterano que hace un par de años nos presentó la emotiva Los niños de Winton, el trabajo de James Hawes se ha desarrollado prácticamente en su totalidad en la televisión, donde ha dirigido, entre otros, episodios de Penny Dreadful y Genius. Y precisamente de un genio, pero ficticio, parece tratar esta película en la que el protagonista de Bohemian Rhapsody se convierte en habilidoso e imaginativo vengador, haciendo uso para ello de sofisticados mecanismos y rebuscadas trampas, de forma que a través de sus actos apenas manche las manos de sangre. 
Partiendo de un libro que pretende actualizar los parámetros y coordenadas de la novela de espías, con influencias de Bond y Bourne, combinando sus universos dentro de una atmósfera realista a la que no sienta bien los increíbles vericuetos de la trama, Hawes articula una entretenida película a la que quizás falte una mayor dosis de tensión.

Los nuevos tiempos obligan a definir al enemigo dentro de casa, denunciar políticas de intervencionismo y agresión en modo nueva colonización, aunque al final todo resulte benigno y la justicia y la razón queden intactas en las instancias superiores de un estado que en la vida real está definitivamente quitándose la máscara. Pero al final lo que importa es dejarse llevar por las aventuras de un hombre supuestamente corriente, aunque con un coeficiente intelectual muy por encima de la media, a quien la adversidad convierte en hombre de acción, si bien con la habilidad del guion y la dirección no se llega a diseñar un guerrillero al estilo de Indiana Jones, pues sin humor hay pocas cosas que podamos pasar por alto en este drama con pretensiones de realidad.

Una atractiva multitud de localizaciones, de Londres a Finlandia pasando por París, Estambul o Madrid, y un desfile de competentes secundarios, consiguen que la digestión de la película resulte tan sencilla como amena. Una innecesaria secuencia en la que Malek compra flores, sirve para integrar en el reparto a Marthe Keller y demostrar así que su belleza sigue inmarchitable cincuenta años después de protagonizar Marathon Man y Fedora.

lunes, 14 de abril de 2025

TÚ NO ERES YO Por la deriva equivocada

España 2025 98 min.
Guion y dirección
Marisa Crespo y Moisés Romera Fotografía Víctor Entrecanales Música Joan Vilà Intérpretes Roser Tapias, Jorge Motos, Pilar Almería, Álvaro Báguena, Anna Kurika, Pilar Martínez, Yapoena Silva, Alfred Picó Estreno en salas 13 diciembre 2024; en Filmin’ 21 marzo 2025


Aprovechamos su reciente estreno en Filmin’ para rescatar una película que se estrenó a finales del año pasado, de forma muy residual en nuestra ciudad, donde apenas se pudo ver en una sesión especial para quienes se atrevieran a asistir con la misma falta de vestuario que disfrutan los personajes en alguna secuencia de la película. Parte este primer trabajo en formato largometraje de la pareja artística formada por Marisa Crespo y Moisés Romera, de una premisa muy interesante, que daba para mucho juego, pero que lamentablemente se va malogrando conforme avanza su metraje y nos vamos percatando de la falta de habilidad e imaginación de sus artífices.

Una joven vuelve a casa por Navidad, tras un largo período de ausencia, acompañada de su pareja y un bebé, para descubrir que sus padres la han sustituido por otra joven, a la que profesan todo su cariño y sus cuidados, por el contrario tratándola a ella como si fuera una casi desconocida y una molestia. La intriga está servida, pero un ritmo irregular y la sensación generalizada de que la trama va tomando derroteros harto inocentes, va restando interés a un trabajo por otro lado sobreactuado.

Casi una función escolar que pretende beber de algunos clásicos cuyos títulos no desvelaremos para evitar revelar aspectos de la trama, y que en definitiva se va tornando un ejercicio ridículo. Con todo, puede verse como una excentricidad, a la vez que cabe aplaudir a sus aguerridos realizadores que se hayan atrevido a hacer una película tan de género, puro entretenimiento que combina aspectos de terror con intriga psicológica, y que deviene dentro de su modestia en una experiencia al menos simpática, aunque en definitiva bastante olvidable.

MUY LEJOS Volver a empezar

Título original: Molt lluny
España-Países Bajos 2025 100 min.
Guion y dirección
Gerard Oms Fotografía Edu Canet Música Silvia Pérez Cruz Intérpretes Mario Casas, David Verdaguer, Ilyass El Ouahdani, Raúl Prieto, Jetty Mathurin, Hanneke van der Paardt, Nausicaa Bonnín Estreno en el Festival de Málaga 16 marzo 2025; en salas 11 abril 2025

Excelente debut en la dirección de largometrajes de Gerard Oms, actor y profesor de arte dramático que aparició, entre otras películas, en el también debut en la dirección de Mario Casas, Mi soledad tiene alas. Y es precisamente Casas quien pone rostro a esta confesión del propio director y guionista, algo también muy habitual en un primer trabajo de dirección, centrarse en algún episodio de carácter más o menos personal y autobiográfico. El alter ego de Oms da vida a un hombre que decide romper con su vida anterior y experimentar en primera persona lo que se siente cuando se es un desarraigado en busca del porvenir diario, de la supervivencia partiendo de cero, sin dinero, sin dominio de la lengua y sin documentación. Una aventura urbana que irá descubriendo al protagonista una serie de facetas de su propia personalidad que le irán enriqueciendo como persona, a la vez que le servirá como foco con el que analizar el comportamiento idealizado de otros países que se suponen más civilizados y quizás encierran miserias tan flagrantes como las nuestras, especialmente en relación a la inmigración, el racismo y la desigualdad de oportunidades.

Mientras el director se las arregla para mantener el ritmo y el interés durante todo el metraje, sumergiéndonos en las peripecias vitales de este paria voluntario, Casas borda su papel desde el punto de vista físico y dramático, dotándolo de una gran variedad de matices, procurando la naturalidad exacta que convierta el personaje en un universo propio con un pasado y un futuro. La combinación de estos dos talentos, también amigos, logra una película ejemplar en el marco de ese cine social que aquí, salvo Icíar Bollaín y Fernando León de Aranoa, apenas se cultiva, con hechuras más propias del cine belga o británico, tipo Ken Loach y los Dardenne, pero con personalidad propia y original, todo un mérito tratándose de una ópera prima.

El trabajo funciona también gracias a una galería inmejorable de secundarios, desde la hilaridad de un David Verdaguer que se sale, hasta la ternura de Jetty Mathurin como casera experimentada, pasando por la sincera vitalidad de Ilyass El Ouahdani. En el apartado musical, al margen del habitual catálogo de quejíos de Silvia Pérez Cruz, suenan algunos trabajos para violonchelo de genios como Haydn, Boccherini o Bach, aprovechando la calidad de estudiante del instrumento de un compañero de pensión del desorientado protagonista, cuyos descubrimientos y liberaciones le ayudarán con toda certeza a afrontar una vida mejor, seguramente no tan lejos de casa.

EL DRAMA DE LA PASIÓN EN MANOS SERIAS

XLII Festival de Música Antigua de Sevilla – Gran Selección Teatro de la Maestranza. Vox Luminis. Raphael Höhn, tenor. Lionel Meunier, bajo y dirección. Freiburger Barockorchester. Programa: La Pasión según San Juan (Johannes-Passion), de Johann Sebastian Bach. Teatro de la Maestranza, domingo 13 de abril de 2025


Ya es un lujo y un privilegio que un conjunto tan reconocido y requerido como la Freiburger Barockorchester, acompañado por el no menos valorado conjunto vocal Vox Luminis, recale en nuestra ciudad un Domingo de Ramos para ofrecernos una página tan propia de la época como La Pasión según San Juan. Todavía más después de haber hecho lo propio dos años antes con la más popular Pasión según San Mateo.

Una operación que ya pudimos disfrutar hace diez y ocho años respectivamente, cuando Philippe Herreweghe y el Collegium Vocale Gent recrearon estas dos imprescindibles páginas de la liturgia musical religiosa del más solemne y místico de los compositores posibles, Johann Sebastian Bach.

La envergadura épica de La Pasión según San Mateo sorprende menos a las audiencias actuales que su deslumbrante compañera tres años mayor. Sin embargo, la literatura filosófica y poética de este primer oratorio contiene un trabajo de dramaturgia más intenso, una oportunidad para la reflexión adherida a su piel, que no todos son capaces de poner en pie con el mismo grado de exigencia y responsabilidad con que lo ofrecieron la orquesta alemana y el coro belga.

Alexander Chance

De Vox Luminis surgieron todas las voces solistas, con resultados tan sobresalientes como los que pudimos comprobar hace dos años en esta misma clausura del Femás con la otra pasión. Una manera inmejorable de poner prólogo a la Semana Santa sevillana, y si no se comulga con las creencias religiosas que promulga, una ocasión de disfrutar de tan excelsa partitura en condiciones óptimas de compromiso y seriedad.

Un canto amable y misericordioso

Desde sus punzantes acordes, la obertura va avanzando ya esas misericordiosas súplicas que inspiran las voces del coro, perfectamente ensamblado y compenetrado en esta irrepetible ocasión. En este sentido, conviene también destacar el magnífico trabajo orquestal, magistral en contrapunto y armonía, con ese turbulento bajo continuo que tanto evoca a los desposeídos del mundo.

Más reflexiva que su hermana, la de San Juan abunda en recitativos y diálogos que ahondan en las serias dudas de Pilatos y la conmovedora resignación de Jesús, contando para ello con las sensacionales aportaciones del tenor de voz muy aguda Raphael Höhn como Evangelista, y del propio Lionel Meunier como Jesús, una vez más ejerciendo como director desde su posición en el coro.

Erika Tandiono

Curiosamente fue Meunier de los pocos a los que poder hacer algún reproche, toda vez que acusó algún pequeño cambio de tono y roce de escasa importancia frente a una voz imponente y perfectamente dramatizada. En conjunto, pudimos apreciar un trabajo dramático de primer orden y unas prestaciones instrumentales de impecable técnica y absorbente expresividad.

Momentos vocales destacados

Todas las voces solistas se extraen del propio conjunto vocal, con aportaciones brillantes de prácticamente la totalidad de ellas. El primero en destacar fue el contratenor Alexander Chance en Von den Stricken meiner Sünden (Para liberarme de los lazos de mis pecados), tomando el relevo de su padre, el legendario Michael Chance, que tantas veces abordó el rol. Aunque donde de verdad logró una interpretación emocionante fue en la tercera parte del oratorio, La muerte de Jesús, cuando entonó el sobrecogedor Es ist vollbracht! (¡Todo se ha consumado!) con un alto nivel de emotividad.

De entre las sopranos solistas, Viola Blache y Erika Tandiono, nos gustó especialmente la segunda en Ich folge dir gleichfalls mit freudigen Schritten (Te sigo con alegres pasos), por el brillo diamantino de su voz y su naturalidad expresiva. También el tenor Vojtech Semerád deslumbró con un exquisito Erwäge (Considera), acompañamiento estremecedor de violines incluido, capaz de arrancarnos las lágrimas más furtivas.

Vojtech Semerád

Destacadas fueron también las tres intervenciones del tenor Sebastian Myrus, y menos quizás las de Christopher B. Fischer, de voz más tirante y peor entonada, aunque generosa proyección. En cuanto al coro, imponente en todas sus intervenciones como la turba, llevando al límite de la resolución dramática sus súplicas y lamentos.

Queda, en definitiva, esa honda reflexión sobre el sufrimiento en vida y la muerte como liberación, algo que a buen seguro muchos y muchas se habrán preguntado en más de una ocasión, obviando incluso la posibilidad de una vida eterna o una posible reencarnación.

Una reflexión que en la voz del inmenso e inabarcable Bach cobra un sentido profano imprescindible para dejarse abrazar y emocionar por una música sin igual, aún prescindiendo de su vertiente mística o religiosa. Especialmente cuando se sirve de forma tan fascinante como lo hicieron Meunier y su formidable conjunto vocal e instrumental.

Fotos: Lolo Vasco
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

domingo, 13 de abril de 2025

JIAYU JIN DESTACA SOBRE UN CONJUNTO ACOMODATICIO

XLII Festival de Música Antigua de Sevilla. Jiayu Jin, soprano. Ann Hallenberg, mezzosoprano. Il Pomo d’Oro: Zefira Valova y Laura Andriani, violines; Giulio D’Alessio, viola; Ludovico Minasi, violonchelo; Ismael Campanero, contrabajo; Arianna Radaelli, órgano. Programa: Salve Regina en La mayor, de Domenico Scarlatti; Salve Regina en Fa mayor, de Leonardo Leo; Stabat Mater, de Giovanni Battista Pergolesi. Espacio Turina, sábado 12 de abril de 2025


Llegamos a la recta final de la edición número cuarenta y dos del Femás, y lo hacemos a la manera tradicional, encomendando nuestra alma a Cristo y preparándonos así para la semana grande sevillana. Para eso contamos anoche con la presencia de Il Pomo d’Oro y tres páginas del Barroco dedicadas a glosar la figura de la Virgen María, y hoy por la mañana invocando a Bach a través de la Barroca de Friburgo y el coro Vox Luminis.

Son ya varias las ocasiones en que el conjunto italiano, fundado hace sólo trece años, ha visitado nuestra ciudad, siempre o casi siempre en el seno del festival de música antigua. Pero nunca antes en formación tan reducida, y sin director al frente, sea Riccardo Minasi o Maxim Emelyanychev, los más habituales. Una formación camerística no lo necesita.

Menos relieve y menos solemnidad por lo tanto en esta nueva comparecencia ante el público sevillano, a pesar de que las páginas seleccionadas lo merecían e incluso agradecían. Dos Salve Regina y el imprescindible Stabat Mater de Pergolesi sobre los atriles, y dos brillantes e informadas voces para poner en pie tan suculento programa sobre el papel.

Ann Hallenberg en modo cómodo

Domenico Scarlatti compuso dos Salve Regina, pero fue la segunda, su último trabajo antes de fallecer en Madrid, el que entonó la veterana y muy apreciada mezzosoprano sueca. La pieza es un claro ejemplo de madurez, sobre todo en su interpretación del motete. Considerada para soprano, rara vez se interpreta en esa tesitura, pues encaja más en la extensión de mezzosoprano o contralto, e incluso contratenor, como demostró Carlos Mena en la frondosa interpretación que grabó junto a nuestra Orquesta Barroca en un registro de hace unos años dedicado al compositor.


Tanto los músicos, apenas cinco, como la mezzo exhibieron cierta desgana en su desglose de los cinco textos que integran este Salve Regina. Eso se tradujo en una interpretación monocroma, sin apenas emoción y con una expresividad bastante seca, evidente en la aspereza cortante de las violinistas. Ni siquiera el cambio de registro, por ejemplo entre el dulce y anhelante arranque y el más agitado Ad te clamamus que le sigue, hubo atisbo de sincera emoción.

Sí lo hubo en el Salve Regina de Leonardo Leo, compositor también clave de la escuela napolitana, como los otros dos convocados. La obra es más luminosa y tiene un talante más operístico, casi adelantando el estilo galante. Aquí sí encaja perfectamente la voz de soprano, de lo que se hizo eco Jiayu Jin, toda una sorpresa con un torrente de voz descomunal y una pasión desbordada en su forma de atacar ésta y la pieza central del concierto.

Jiayu Jin deslumbró con una voz de gran calidad

Pergolesi apenas cosechó cinco años de actividad artística, debido a su prematura muerte. Estudió también en la Escuela Napolitana, auténtica metrópolis musical de la época. Su música evidencia una mayor expresividad sentimental respecto al estilo imperante hasta su aparición.


A los cinco componentes del conjunto instrumental, dos violines y continuo constituido por violonchelo, contrabajo y órgano, se unió una viola, pero el relieve siguió siendo escaso y el rendimiento opaco en general. Por su parte, las voces combinaron bien, con Hallenberg alcanzando una mayor dosis de expresividad, ideal para dar presencia y calidad a una voz que se nos sigue antojando de una belleza inmarchitable.

Pero fue de nuevo Jiayu quien destacó con una proyección desorbitada, que a veces el espacio fue incapaz de contener, y una expresividad próxima a la operística, con agudos refulgentes y cambios de registro fluidos y naturales. Ambas lograron brillar en Inflammatus et accensus, quizás la pieza más relevante del conjunto junto al popular y solemne arranque, en el que las voces van ascendiendo de manera harto expresiva entre sucesivas disonancias.

Voces e instrumentistas lograron rebajar el tono lamentoso que informa una página en realidad más distendida y acorde al camino seguido en esta ocasión. De nuevo pudimos disfrutar de los gentiles subtítulos cortesía de la Asociación de Amistades de la Barroca, pero el tono mayoritariamente sin aliento, así como los limitados recursos empleados, hizo que la brevedad de la propuesta resultara larga y no muy afortunada.

Fotos: Lolo Vasco
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 12 de abril de 2025

LA CITA Un First Date al límite

Título original: Drop
USA 2025 100 min.
Dirección
Christopher Landon Guion Jillian Jacobs y Christopher Roach Fotografía Marc Spicer Música Bear McCreary Intérpretes Meghann Fahy, Brandon Sklenar, Violett Beane, Ed Weeks, Travis Nelson, Gabrielle Ryan, Reed Diamond, Jacob Robinson, Jeffery Self Estreno en Estados Unidos y España 11 abril 2025


Hijo de Michael Landon y guionista de la saga Paranormal Activity, de la que además dirigió su episodio número cinco, Los señalados, Christopher Landon vuelve con esta película al terreno de thriller y suspense que cultivó en su guion para la ya lejana Disturbia, apartándose así de otros títulos más escabrosos o incluso humorísticos que han jalonado su carrera como director, Zombie Camp , Feliz día de tu muerte Este cuerpo me sienta de muerte entre ellos. Se trata ahora de poner en escena un elaborado guion de tintes hitchockianos en el que además se combinen preocupantes temas de carácter globalizado, como la corrupción política, la violencia de género y vicaria, o la adicción a móviles y redes sociales.

Un efectivo cóctel que, sin embargo, peca de efectista y juega con los tiempos de forma harto caprichosa, lo que resta ingenio y habilidad a un libreto que sin embargo Landon aprovecha para al menos entretener con cierta dignidad. Gran parte del mérito lo tiene su carismática y atractiva protagonista, Meghann Fahy, por fin en un papel principal después de un largo tiempo interviniendo como secundaria en títulos olvidables. Para su cita en el film, Brandon Sklenar, supone reincidir en el rol que le dio a conocer la pasada temporada junto a Blake Lively en Cerrar el círculo.

La historia parece un episodio del programa de televisión First Dates, trascurriendo prácticamente toda en un elevado restaurante de Chicago y añadiendo una rocambolesca trama de tensión creciente que, sin embargo, no logra inquietar tanto como pretende, en parte a ese juego fallido en el que los tiempos se dilatan a discreción según convenga a su calculado guion. Y todo impulsado por una serie de inquietantes mensajes de móvil, ese drop del título original, que articulan las continuas situaciones de tensión que propone la cinta. Con todo, sirve como denuncia de hechos graves, siempre desde la óptica hollywoodiense que todo lo fagocita para convertirlo en espectáculo.