lunes, 29 de septiembre de 2014

FRANK Una mirada marciana sobre el genio y la mediocridad

Reino Unido-Irlanda 2014 95 min.
Dirección Lenny Abrahamson Guión Jon Ronson y Peter Straughan Fotografía James Mather Música Stephen Rennicks Intérpretes Domhnall Gleeson, Michael Fassbender, Maggie Gyllenhaal, Scoot McNairy, Lauren Poole, Hayley Derryberry, Mark Huberman, Travis Hammer, Matthew Page Estreno en España "on line" 26 septiembre 2014

Lenny Abrahamson, realizador de las singulares Adam y Paul, Garaje y What Richard Did, parece querer postular sobre la creación artística inspirándose en Chris Sievey, un músico y cómico inglés nacido en 1955 y fallecido en 2010, y especialmente en el personaje que se inventó a finales de los 80 y principios de los 90, Frank Sidebottom, para liderar el grupo de música new age The Freshies, en cuyos conciertos aparecía siempre con el rostro oculto por una cabeza enorme de rasgos caricaturescos; los resultados sin embargo se nos antojan desiguales y decepcionantes. El guión lo firma Jon Ronson, basándose en sus propias experiencias junto al mencionado grupo, lo que convierte al personaje protagonista de la cinta en una especie de alter ego suyo; un joven, el irlandés Domhnall Gleeson, a quien vimos junto a Rachel McAdams en Una cuestión de tiempo y pronto lo veremos en la séptima entrega de La guerra de las galaxias, que quiere ser músico y por cuestión de azar se ve envuelto en la grabación del disco de un estrafalario grupo cuyas innovadoras ideas violan todo lo conocido desde un punto de vista tanto artístico como comercial. El intruso pretenderá corregir los presuntos defectos del conjunto siguiendo patrones más convencionales, con unos resultados poco satisfactorios. La eterna disquisición entre genialidad y mediocridad servida con parámetros propios de la marcianada y el surrealismo, con un tratamiento cómico y dramático poco estimulante con el que cuesta identificarse, proporcionando más hastío y desinterés que la fascinación que pretende desprender. La tesis no está mal, pero cuando se lleva al terreno de la enfermedad mental acaba enfangándose en el tópico y pierde todo el interés y la capacidad de innovar. La necesidad de fichar a Michael Fassbender para tenerlo bajo una máscara casi toda la película no parece sino una estrategia de márketing tan convencional como las ideas del mediocre protagonista del film, por mucho que la voz y la apostura del actor alemán alcancen a provocar también admiración. Otra originalidad es haberla estrenado sólo a través de internet, en la página peliculasdecineonline.

domingo, 28 de septiembre de 2014

LA ISLA MÍNIMA Los fantasmas de la transición

España 2014 105 min.
Dirección Alberto Rodríguez Guión Alberto Rodríguez y Rafael Cobos Fotografía Álex Catalán Música Julio de la Rosa Intérpretes Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez, Nerea Barros, Antonio de la Torre, Jesús Castro, Jesús Carroza, Manolo Solo, Cecilia Villanueva, Salvador Reina Estreno 26 septiembre 2014

Desde que se independizó definitivamente de Santi Amodeo, con el que firmó El factor Pilgrim y escribió el guión de El traje, el sevillano Alberto Rodríguez hace sus películas rodeado siempre del mismo equipo creativo, Rafael Cobos en el guión, Álex Catalán en la fotografía y Julio de la Rosa en la música, entre otros. El suyo se puede decir que es, por lo tanto, un trabajo en equipo, que logra con éste el más sólido y conseguido, después de otros que también han gozado del respaldo de un gran porcentaje de la industria y la crítica. Pero 7 vírgenes, After y Grupo 7 no nos parecieron a algunos trabajos bien acabados, insufribles por momentos y enclavados, en su caso, en un tipismo andaluz de canis y alternativos algo rancio e indigesto. En La isla mínima ofrece sin embargo un inteligente trabajo de observación y análisis a través del cine de género, concretamente el negro o policíaco. Ambientado en las Marismas del Guadalquivir en plena transición política española, narra una cruenta historia de secuestros, torturas, violaciones y asesinatos de chicas jóvenes ávidas de una vida mejor lejos de un entorno tan miserable como poco atractivo. El paraíso que tan primorosamente retrata Catalán en su premiada en San Sebastián fotografía, está poblado de seres inmundos, casi salvajes ajenos a cualquier tipo de formación, aves rapaces que amenazan un entorno en el que otro tipo de pájaros conviven en armonía con la naturaleza. Si la modélica investigación de dos policías antagónicos venidos desde Madrid como castigo a sus respectivas conductas, y basados en personajes reales, está narrada y rodada con sobriedad y convicción, es sin embargo el trasfondo político de un país durante cuarenta años sometido al desencanto y el desmembramiento, y que aún ahora está tristemente dando sus preocupantes frutos, el verdadero protagonista del film. Es esa España dividida y mortalmente herida que todavía tras otros cuarenta años, pero de democracia, no consigue exorcizar sus fantasmas y debilidades, la que Rodríguez consigue reflejar con avidez e inteligencia en esta singular y trascendente película. Una transición que nos vendieron, y nos venden, como modélica, pero que en realidad oculta muchas y dolorosas concesiones y que propició que los monstruos del régimen anterior saltaran hacia la democracia con pasmosa naturalidad. Criminales reciclados, preparados para hacer emerger sus creencias ideológicas y censurar obligaciones tan incontestables como restablecer la memoria histórica de quienes durante el execrable régimen sufrieron represalias, exilio y miseria. ¡Peligro!, porque la historia se repite y hay que alertar sobre ello. Alberto Rodríguez lo hace, y lo hace tan bien y de forma tan subrepticia, sutil e inteligente, que logra con ésta su mejor película; sin olvidar que trama, secuencias de acción, planos panorámicos y estupendas interpretaciones – a Javier Gutiérrez por fin le ha llegado un reconocimiento que empieza con el premio al mejor actor en San Sebastián – ayudan considerablemente al excelente acabado del film, aunque haya un par de intérpretes, en la línea del rancio métoco del Centro Andaluz de Teatro (encargada del hotel y novio de una de las víctimas), que malogren un resultado prácticamente impoluto.

UN VIAJE DE DIEZ METROS Un guiso amable, emotivo y refinado

Título original: The Hundred-Foot Journey
USA 2014 122 min.
Dirección Lasse Hallström Guión Steven Knight, según el libro de Richard C. Morais Fotografía Linus Sandgren Música A.R. Rahman Intérpretes Helen Mirren, Manish Dayal, Charlotte Le Bon, Om Puri, Amit Shah, Farzana Dua Elahe, Clément Sibony, Juhi Chawla, Michel Blanc Estreno en España 26 septiembre 2014

Desde Mi vida como un perro el sueco Lasse Hallström afincado en Estados Unidos, se ha especializado en un tipo de cine amable y edulcorado, que alcanzó su cima con títulos como Chocolat y Las normas de la casa de la sidra. Menos pretenciosa fue sin embargo Hachiko (Siempre a tu lado), una entrañable y lacrimógena película cuya ternura es parangonable a la que expide esta bonita película basada en una novela de Richard C. Morais y que se inscribe en ese género intermitente que enlaza cine y gastronomía, generalmente a través de la comedia romántica. Tan bondadosa como bienintencionada, la película logra el toque justo de emotividad para, sin llegar a ser empalagosa, emocionar al espectador y engancharle en una historia que no disimula su carácter previsible y que se apoya en un tratamiento dramático convencional y una descripción de ambientes decidida y desacomplejadamente tópica, con una fotografía y una dirección artística que se inspiran en una estética propia de tarjeta postal. Pero lejos de ser éstos un lastre o un condicionante para hacer de ésta una película ñoña y prescindible, el realizador y su equipo técnico y artístico logran ensamblar tan delicados ingredientes para ofrecer un guiso en su punto de sabor y textura, haciendo que muchos nos congraciemos con el cine de un realizador que nos interesaba por la factura y el elenco de sus películas (entre las últimas La pesca del salmón en Yemen y El hipnotista) pero del que siempre hemos considerado que se quedaba corto en sus propuestas. Lo más sorprendente es que sea Steven Knight, autor del guión de Promesas del este y director de Locke, tan en las antípodas de esta cinta, quien se haya encargado de adaptar la novela en la que se basa. Quizás por eso el resultado sea una película sumamente amable y entrañable pero sin tanta dosis edulcorante que pudiera hacerla insoportable. La siempre estimulante presencia de Helen Mirren y la hermosa banda sonora de A.R. Rahman ayudan considerablemente a la más que satisfactoria degustación de este plato de alta cocina especiado con un inocentón mensaje de entendimiento y convivencia entre culturas tan en principio distantes como puedan ser la Europea y la India.

LA ENTREGA Un pit bull de aspecto engañoso

Título original: The Drop
USA 2014 106 min.
Dirección Michael R. Roskam Guión Dennis Lehane, según su relato corto “Animal Rescue” Fotografía Nicolas Karakatsanis Música Marco Beltrami y Raf Keunen Intérpretes Tom Hardy, Noomi Rapace, James Gandolfini, Matthias Schoenaerts, Michael Aronov, John Ortiz, Michael Esper, Lauren Susan, Erin Darke, Chris Sullivan Estreno en España 26 septiembre 2014

El debut cinematográfico del realizador belga Michael R. Roskam, Rundskop (Bullhead), logró una nominación al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, y de ahí inmediatamente su salto al cine americano con otra historia de crímenes y mafiosos y con personajes que si bien no son autistas como el protagonista de aquélla, rozan la enfermedad mental. Dennis Lehane, prestigioso autor de las novelas en las que se basaron películas como Mystic River, Shutter Island o Adiós, pequeña, adiós, adapta un relato corto de su propia mano que no oculta su inspiración en esos ambientes irlandeses que conoce de primera mano, aunque se sitúe en Brooklyn; un trabajo que acaba de reportarle el premio al mejor guión en San Sebastián. El cine nos revela continuamente mundos que desconocemos, aunque a veces los tergiverse o infle, y en este caso se trata de bares en los que se blanquea dinero conseguido a través de las mafias, en esta ocasión chechenas. A partir del rescate de un cachorro de pit bull, cuya ternura y mirada melancólica poco hace presagiar la fiereza y crueldad que caracteriza a esta raza canina alcanzada la madurez, se teje una trama dominada por la languidez y la tristeza, en la que son de nuevo las almas abandonadas sin esperanza las que protagonizan una historia de nuevas oportunidades en un entorno hostil. La tristeza domina toda la función, mientras se va forjando la personalidad del personaje central, un Tom Hardy tan solvente y sobrio como el que veíamos en Locke, aunque sin la presión a la que tuvo que someterse para aquel papel tan radical y esforzado. Utilizando los recursos propios del cine negro y mejorando los resultados de la anterior película de Roskam, donde apenas lograba que empatizáramos con los personajes, su resolución surge a la par ingeniosa y tramposa, lógica frente al discurso que propone en torno al rescate del animal pero decididamente impuesta frente a todo lo narrado y reflejado hasta el momento. Al protagonista de Bullhead, Matthias Schoenaerts, al que luego vimos junto a Marion Cotillard en De óxido y hueso, le reserva otro de los papeles protagónicos, un desequilibrado mental que desencadena en buena parte la trama de la película, mientras James Gandolfini firma su definitivo y último papel antes de fallecer, en la línea del que le hiciera famoso en Los Soprano.

viernes, 26 de septiembre de 2014

ESTRELLA MORENTE MONOPOLIZÓ EL PRIMER CONCIERTO DE LA NUEVA TEMPORADA DE LA ROSS

1º concierto de abono de la XXIV Temporada de conciertos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, en colaboración con la Bienal de Flamenco. Estrella Morente, cante. Pepe Habichuela, guitarra. Edmon Colomer, director. Programa: Danzas fantásticas Op.22, de Turina; Siete canciones populares españolas, de Lorca y Amargós; Alegrías (Suite Divertissement Flamenco), de Gerhard; El amor brujo, de Falla.
Jueves 25 de septiembre de 2014

Curiosa propuesta la elegida para arrancar una nueva temporada de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, aún con un futuro incierto por delante y con las pilas presuntamente recargadas tras la pausa estival. Enmarcado dentro de la programación de la Bienal de Flamenco, se trataba de ofrecer un programa netamente español ensamblado con el cante flamenco, más concretamente el de Estrella Morente, que barrió hacia su portal todo el protagonismo de la noche, en parte por su arrolladora personalidad y talento artístico, y en parte también por su divismo y falta de humildad. Curioso también porque en estos tiempos convulsos de quebranto geográfico, dos de los compositores convocados eran catalanes volcados en el tipismo tradicionalmente español. Roberto Gerhard fue otro desdichado exiliado de Franco cuya obra estuvo fuertemente influida por el nacionalismo español, mientras Joan Albert Amargós conjuga en su música nacionalismo, populismo y modernidad, desde un punto de vista incontestablemente hispánico. Y curioso porque la batuta se confió a Edmon Colomer, cuya experiencia durante tres años frente a la Orquesta Filarmónica de Málaga tiene cierto parecido, al menos en cuanto a relaciones con los músicos se trata, con lo que nos han contado acerca de nuestra propia formación y la dirección cuya continuidad hoy tanto se cuestiona.
 
Entrando en materia, la cantaora monopolizó la primera de un excepcional concierto con tres partes, acompañada solo por la guitarra que el veterano Pepe Habichuela tocó con seguridad y dominio pero cierta sensación de monotonía, siguiendo los patrones de las soleás, seguiriyas y otros palos que entonó Estrella Morente, sin apenas concesiones a la fantasía o la imaginación. En el caso de ella no es tanto imaginación lo que falta como un más convincente y satisfactorio grado de emoción, compensado si acaso con un timbre sedoso y brillante, de sonido nítido y maleable. Su versión de las Siete Canciones Populares, de las trece antiguas recopiladas y armonizadas por García Lorca, orquestadas por Amargós en 1998, estuvo sobrada de brillo, energía y agilidad, pero su decisión de amplificar la voz con micrófono empañó el resultado global, con una orquesta que quedó a menudo eclipsada y un trabajo de adaptación y orquestación seriamente desvirtuado y enturbiado, a lo que hubo que añadir algunos descompases. La suya es una orquestación festivalera, eminentemente ligera en concepción, profusa y terriblemente espectacular, próxima al music hall o show de casino; no obstante hubiera sido agradecida una escucha más atenta y libre de servidumbres como las palmas y la percusión del grupo de la diva. En El amor Brujo se desató del todo, imponiéndose no sólo en los cuatro números cantados o recitados, sino en otros tantos que acentuó con su particular, y algo soso, jaleo. La catarsis (y el desmadre) llegó de la mano del baile casi improvisado a lo largo y ancho del patio de butacas al ritmo de la Danza del fuego. Fue divertido y se metió al público en el bolsillo. Por cierto, ¿para cuándo una versión en el Maestranza de la página de Falla con mezzosoprano en lugar de gitanerío?
 
Así las cosas sólo en las piezas puramente orquestales pudimos apreciar el trabajo del controvertido Edmon Colomer a la batuta, para corroborar la aspereza y machaconería que, al menos en estos últimos años, se le achaca. Hubo brío y limpieza pero escaso refinamiento en las archiconocidas Danzas Sinfónicas de Turina; además la sección de metales, que sonaron de forma impecable, no encontró cohesión con el resto del conjunto. Tampoco la partitura de Gerhard, una suite sinfónica que el compositor extrajo de su ballet Alegrías de 1942, alcanzó una interpretación memorable, sin apenas matices y falta de análisis en la asociación entre el nacionalismo y el dodecafonismo que el autor cultivaba influido por su maestro Schönberg y que caracteriza una obra de la que ésta no es una excepción. Se echó en falta el habitual programa de mano - en su lugar se ofreció el más parco elaborado por los responsables de la cita flamenca –, y el protagonismo absoluto de Morente deslució el debut de la temporada de la Sinfónica, que tuvo que plegarse tanto a ella que casi pareció convertirse en su propia orquesta, procurando denostadamente arroparla como lo hizo el capote de paseo que sacó la cantaora en la segunda parte. Esperaremos al segundo concierto para considerarlo el primero oficial de la temporada recién inaugurada.

martes, 23 de septiembre de 2014

YVES SAINT LAURENT El artista banalizado

Francia 2014 106 min.
Dirección Jalil Lespert Guión Jacques Fieschi, Marie-Pierre Huster y Jalil Lespert, según el libro de Laurence Benaim Fotografía Thomas Hardmeier Música Ibrahim Maalouf Intérpretes Pierre Niney, Guillaume Gallienne, Charlotte LeBon, Laura Smet, Marie de Villepin, Nikolai Kinski, Rubén Alves, Astrid Whettnall, Marianne Basler
Estreno en España 19 septiembre 2014

Confieso que personalmente me interesa muy poco el mundo de la moda, al que considero supeficial y repelente. Sin embargo no podemos obviar que también en éste, como en tantos otros mundos, surgen genios, gente que revoluciona los patrones conocidos hasta entonces, llegando a ejercer una influencia sobre nosotros y nosotras que escapa nuestra voluntad. El deber del cine cuando se fija en una de estas personalidades es plasmar su genio y su talento; la magia inherente al séptimo arte se encarga de que el producto sea fascinante incluso cuando no nos interesa demasiado el tema. Durante años quienes han aprovechado las biografías como argumento río sobre alguien cuya historia merece ser contada, aunque para ello hayan tenido que falsear o adornar algunos detalles, han dado forma al biopic con mayor o menor fortuna, y con licencias a menudo perdonadas en función del interés de la empresa. Jalil Lespert ha utilizado el arte que en la moda ejerció Yves Saint Laurent, padre oficial de pret-a-porter, para ofrecer un producto formalmente bien acabado pero intelectualmente vacuo y banal. Más orientado a un público homosexual que a quienes siguieron sus diseños, mayoritariamente mujeres, centra su atención en las adicciones del artista, sin apenas explicar su origen (una secuencilla en el hospital tras ser llamado a filas no refleja el tormento al que fue sometido en instituciones psiquiátricas), y por supuesto refleja su carácter bipolar, capaz de ser exquisito en el trato con sus trabajadores y modelos, y tratar con desprecio a su amante, su ayudante o su musa. Sin rastro por cierto de Catherine Deneuve, crucial en la vida profesional del modisto; por el contrario su estancia en Marrakech en la casa que después se ha convertido en los Jardines Majorelle, es abordada con aburrida generosidad. A destacar el asombroso parecido físico (mejorado) de Pierre Niney con el homenajeado, a lo que hay que añadir un considerable esfuerzo de interpretación. Por su parte Guillaume Gallienne, gran triunfador de los últimos Cesar con su película Guillaume y los chicos ¡a la mesa!, interpreta con corrección al sufrido compañero sentimental y principal apoyo emocional de Saint Laurent, Pierre Bergé. Pero sobre nada de esto se profundiza, y mucho menos sobre la inspiración y el proceso creativo del diseñador, que hubiera sido mucho más deseable, interesante y didáctico que detenerse en sus escarceos mundanos con repetitiva insistencia.

domingo, 21 de septiembre de 2014

GOD HELP THE GIRL Dulce y tierna terapia musical en Glasgow

Reino Unido 2014 111 min.
Guión, música y dirección Stuart Murdoch Fotografía Giles Nuttgens Intérpretes Emily Browning, Olly Alexander, Hannah Murray, Pierre Boulanger, Cora Bissett
Estreno en España 19 septiembre 2014

Aunque de forma timida, el musical como género cinematográfico ha ido revitalizándose últimamente en su triple vertiente de adaptaciones teatrales (Dreamgirls, Los miserables, Sweeney Todd o la próxima a estrenarse Into the Woods), biopics (En la cuerda floja, Ray o la también a la espera de estreno I Feel Good) o recopilaciones de canciones, generalmente de un mismo compositor o grupo, en torno a un argumento adaptado a las letras, que es el caso tanto de ésta como de Amanece en Edimburgo, curiosamente ambas escocesas. Y si en el caso de la película de Dexter Fletcher se trataba de poner en imágenes el álbum Sunshine on Leith de The Proclaimers, en esta ocasión se trata del disco de Belle & Sebatian God Help the Girl, y es su propio artífice y líder, Stuart Murdoch, quien se encarga de la empresa. Un formato muy habitual en el cine de los años treinta y cuarenta, de donde salían las canciones que popularizaban radios y tiendas de discos y partituras. Y como entonces se recurría a salones de baile y cabarets para ambientar muchas de las secuencias musicales, hoy se confía a la estética videoclip ese menester; son los signos de los tiempos. Murdoch trasplanta con detallismo propio de cirugía la sensibilidad sencilla y melancólica de sus canciones a un film en el que una joven emocionalmente inestable y con problemas de anorexia encuentra la motivación terapéutica que necesita a través de la música, con la ayuda de otros dos jóvenes de sensibilidad y carisma muy parecidos al suyo. El resultado es una película entrañable, en la que la mirada nostálgica de Emily Browning, un cruce entre Audrey Hepburn, Ann Blyth y María Valverde, recorre las calles y garitos de Glasgow con espíritu de descubrimiento y aventura, la que se vive en esa edad en la que todo es un mundo lleno de posibilidades e ilusión. Estética vintage de años sesenta y una sana y amable puesta en escena entre edulcorada y naif integran los ingredientes de un musical tierno y simpático jalonado de bonitas y sencillas canciones, las que han llevado a muchos y muchas a admirar y consumir el estilo pop relajante del grupo en cuyas canciones se basa el film.

JOE Sórdida historia de redención, por un director redimido

USA 2013 117 min.
Dirección David Gordon Green Guión Gary Hawkins Fotografía Tim Orr Música David Wingo y Jeff McIlwain Intérpretes Nicolas Cage, Tye Sheridan, Gary Poulter, Ronnie Gene Blevins, Adriene Mishler, Heather Kafka Estreno en España 19 septiembre 2014

Joe supone el punto de inflexión definitivo para su director David Gordon Green, tras la inédita entre nosotros Prince Avalanche, que comenzó una prometedora carrera con títulos como George Washington y Undertow, para luego tener que plegarse a las exigencias de la nueva comedia gamberra americana de la mano del infame Judd Apatow y películas como Superfumados o El canguro. Recuperado económicamente propone ahora un cine más personal y mucho menos complaciente. De hecho puede que ésta sea la película más dura e incómoda, por no decir la más fea, del actual cine americano. Fea no por desechable o despreciable sino por la sordidez con la que están descritos sus personajes y ambientes, la acumulación de mal rollo que exhibe y el aire violento y nauseabundo que respiran casi todas sus escenas. Sin embargo todo esto se ha puesto al servicio de una tierna aunque velada historia de amistad y redención en la que un estupendo Nicolas Cage, desprovisto de retoques plásticos y posturas chulescas, comedido y generoso frente a su compañero de reparto, el joven y excelente Tye Sheridan, cuya actuación fue premiada en Venecia en 2013, encarna a un escéptico y desencantado expresidiario reconvertido en eficaz y honrado capataz de una plantilla de desgraciados y miserables trabajadores, que entabla una emotiva relación con un adolescente en busca de alivio y salida a una situación familiar insostenible. Sombría y negativista, la película resulta terriblemente incómoda, en un escenario hostil, sucio y desagradable que retrata de nuevo la América más profunda, más aún cuando se trata del pantanoso sur de las riberas del Mississippi. No hay apenas espacio para la ilusión, salvo en el muy significativo personaje de la pareja (efímera) del protagonista, una chica que aún espera una vida en la que cada día surja una chispa en forma de pequeña alegría o detalle. Y sin embargo, a pesar de tanta pobredumbre remarcada por una fotografía sucia y gris, se atisba en su atmósfera una esperanza para alcanzar una vida mejor, salir del atolladero y erigirse en agradecido depositario de las lecciones de vida que tan generosamente ofrece un viejo zorro, aún a costa de grandes y definitivos sacrificios.

EL CORREDOR DEL LABERINTO Por fin una saga para adolescentes prometedora

Título original: The Maze Runner
USA 2014 113 min.
Dirección Wes Ball Guión Noah Oppenheim, Grant Pierce Myers y T.S. Nowlin, según la novela de James Dashner Fotografía Enrique Chediak Música John Paesano Intérpretes Dylan O'Brien, Thomas Brodie-Sangster, Kaya Scodelario, Will Poulter, Ami Ameen, Blake Cooper, Ki Hong Lee, Patricia Clarkson Estreno en España 19 septiembre 2014

Una nueva saga cinematográfica basada en libros de éxito para adolescentes, como Crepúsculo o Los juegos del hambre, pero esta vez exhibiendo un mayor grado de inteligencia y respeto por el destinatario. Propone una trepidante y angustiosa aventura centrada en un grupo de chicos confinados a un espacio rodeado de un despiadado laberinto cuya salida se erige como única posibilidad de huir del amenazador entorno. Frente al conformismo del grupo y el mero espíritu de supervivencia, la llegada de un líder mesiánico se convertirá en revulsivo para intentar hallar nuevas respuestas y soluciones a la situación que les ha sobrevenido. Interesante porque plantea la inquietud, la motivación y la iniciativa para no quedarse en territorio conocido, para descubrir nuevos horizontes y buscar soluciones a nuestros problemas, frente al inmovilismo y el asentamiento en la comodidad que caracteriza al grueso de los seres humanos; y eso enfocado a un público que se está formando es muy interesante y desde luego muy recomendable. No bastan por supuesto las intenciones, sino que todo esto hay que plantearlo con sabiduría, sin machacar, con discreción y soltura, y enmarcarlo dentro de un producto atractivo que contenga una buena producción, buenas dosis de tensión, y en este caso hasta terror, y unas interpretaciones convincentes. Y todo eso lo cumple este inteligente entretenimiento, del que habrá que esperar a sus consecutivas entregas para ir desvelando los misterios y enigmas que propone dentro de un universo en el que la supervivencia postapocalíptica vuelve a ser el detonante del drama.

LA GRAN SEDUCCIÓN y la gran desilusión

Título original: The Grand Seduction
Canadá 2013 113 min.
Dirección Don McKellar Guión Michael Dowse, según el guión de Ken Scott para la película “Le grande séduction” Fotografía Douglas Koch Música Maxime Barzel, Paul-Étienne Côté y François-Pierre Lue Intérpretes Brendan Gleeson, Taylor Kitsch, Liane Balaban, Gordon Pinset, Rhonda Rodgers Estreno en España 19 septiembre 2014

A la pregunta de porqué diez años después alguien decide hacer una nueva versión de una película de cierto éxito en el mismo país de origen, cabría responder que pueda tratarse de una cuestión idiomática. Jean-François Pouliot dirigió en 2003 La grande séduction, una amable comedia de costumbres en la que un pequeño pueblo de la costa occidental canadiense seduce a un joven médico forastero para que residencie entre ellos y poder así cumplir la condición impuesta por una gran empresa para instalar allí una de sus fábricas y dar trabajo a todos los habitantes, desocupados desde que desapareciera la pesca en la zona. Se trataba obviamente de una película hablada en francés, y allí como en Estados Unidos no se doblan las películas, sólo se subtitulan, lo que resta muchos espectadores en un país que apenas consume más que cine americano. De modo que para aprovechar su tirón comercial lo mejor es hacer un remake en inglés, lo que unido al hecho de que actualmente el tema del desempleo, y la consiguiente aunque discutible pérdida de dignidad, es más candente, da como consecuencia esta innecesaria y forzada comedia bobalicona. Porque eso es lo que es esta fábula que bebe de la comedia social que tan buenos réditos dio en el cine inglés de la década de los 90 del pasado siglo, para contarnos una poco o nada plausible película tontorrona y pastelosa que ni convence ni interesa. Ambientada esta vez en Terranova, quizás uno de sus puntos de interés más flagrantes, ni las presencias del habitualmente solvente Brendan Gleeson ni del aligerado de músculos Taylor Kitsch (John Carter) logran elevar el producto por encima de una mediocridad rotunda. Por ser generosos hemos querido entrever en sus propuestas un paralelismo con la propia esencia del cine como fábrica de ilusiones, en cuanto a creación de espacios y ambientes, a través de un guión, un atrezzo y una intención con la que seducir al espectador, aunque en este sentido la empresa salga más bien malograda.

martes, 16 de septiembre de 2014

BETIBÚ Arriba hay algo más que nubes

Argentina-España 2014 99 min.
Dirección Miguel Cohan Guión Miguel y Ana Cohan, según la novela de Claudia Piñeiro Fotografía Rodrigo Pulpeiro Intérpretes Mercedes Morán, Daniel Fanego, Alberto Ammann, José Coronado, Norman Briski, Lito Cruz, Osmar Núñez, Marina Bellati Estreno en España 12 septiembre 2014

Siguiendo los esquemas clásicos del género policíaco, con un pie en Agatha Christie y otro en los seriales de televisión de los años setenta, Betibú plantea una inquietante intriga en torno al asesinato de un poderoso empresario en uno de los barrios más lujosos de Buenos Aires. Una famosa novelista será la encargada de ilustrar los avances de la investigación en una columna diaria para un importante periódico de la capital, asistida por dos periodistas especializados en temas policiales. La destreza con la que Miguel Cohan, de quien hace unos años vimos otro thriller, Sin retorno protagonizado por Leonardo Sbaraglia, mueve los generosos recursos puestos a su disposición, una estupenda dirección de intérpretes y un guión ejemplar con una estructura narrativa sólida y solvente, hacen que la cinta sea pura delicia y se siga con enorme interés. Muy bien rodada y estupendamente interpretada por un elenco que se ajusta a la perfección a sus personajes, empezando por la atractiva madurez de Mercedes Morán y la típica socarronería del zorro viejo al que da vida Daniel Fanego, la cinta juega al caso típico de los diez negritos (en este caso cinco) pero apuntando como principal interés a poner de manifiesto los entresijos del poder y los hilos que lo mueven todo en el actual sistema. Ni reyes ni aristócratas, ni militares ni políticos, hoy el poder lo ostentan organizaciones que lo controlan todo y a todos. Por eso a lo largo del guión se hacen continuas referencias a la toma de control y a las órdenes que vienen de arriba, nunca se sabe exactamente de dónde pero está claro que no son nubes lo único que tenemos sobre nuestras cabezas. Aunque su trama pueda parecer rocambolesca, es precisamente por lo bien contada que está y el cariño con que está rodada, que logra convencer, y desde luego entretener. Llama la atención la elegancia con la que está rodado este ejemplar policíaco, cómo se mueve la cámara y cómo se aprovechan los recursos técnicos y estéticos para recrear crímenes y escenas claves de la investigación. Se agradecen además los apuntes románticos y sentimentales que va destilando para definir mejor los caracteres y empatizar de forma más efectiva con ellos.

ANTES DEL FRÍO INVIERNO Desorientado análisis sobre la incomunicación

Título original: Avant l'hiver
Francia-Luxemburgo 2013 102 min.
Guión y dirección Philippe Claudel Fotografía Denis Lenoir Música André Dziezuk Intérpretes Daniel Auteil, Kristin Scott Thomas, Leïla Bekhti, Richard Berry,
Vicky Krieps, Jérome Varanfrain, Laurie Killing, Anne Metzler
Estreno en España 12 septiembre 2014

El calificativo que nuestros avispados distribuidores han añadido al invierno del título original da buena idea del carácter de esta película, de su frialdad expositiva, el gélido ánimo de los personajes que la habitan y el poco candor que expide el análisis que propone sobre la incomunicación humana. La incapacidad para comunicarse de un matrimonio que lleva conviviendo largos años se ve de repente interrumpida e incluso trastornada por un agente extraño, una misteriosa joven que irá abriendo al protagonista una nueva ventana para exorcizar antiguos fantasmas y aspiraciones de futuro. Daniel Auteil incorpora como puede a esta especie de autista emocional, mientras Kristin Scott Thomas interpreta con sobriedad y elegancia a su resignada esposa, en esta nueva colaboración con el director que le regaló hace algunos años el goloso papel de una ex presidiaria en Hace mucho que te quiero. Leïla Bekhti pone belleza y ya es mucho en este melodrama lánguido y desencantado, por momentos aburrido y con una tesis de base notablemente discutible. Ambientes sofisticados y relajados, escenas robadas de Edward Hopper, y una agradable y melancólica banda sonora, constituyen el fondo de este frío ejercicio emocional que no llega a convencer ni consigue generar apenas inquietud.

domingo, 14 de septiembre de 2014

FLAMENCO SACRO EN LA BIENAL: LECCIÓN DE BELLEZA Y CONCORDIA

XVIII Bienal de Flamenco. José de la Tomasa, cante. Manolo Franco, toque. Solistas de la Orquesta Barroca de Sevilla. Andreas Prittwitz, dirección artística. Programa: Palos flamencos y obras de Bach, Vivaldi y Purcell. Capilla del Palacio de San Telmo.
Domingo 14 de septiembre de 2014

José de la Tomasa y Manolo Franco
Hay momentos que se clavan en el corazón y provocan una enorme y sincera emoción. Ocurrió en este estreno absoluto de la presente Bienal, cuando el maestro de la guitarra flamenca Manolo Franco y el no menos magistral Juan Carlos Rivera a la barroca echaron un particular mano a mano según las imprescindibles enseñanzas de Gaspar Sanz en una de sus zarabandas; un duelo en el que se puso de manifiesto la elegancia y la exquisitez de los combatientes, primero con Franco llevando el compás que le marcaba Rivera y ya después atacando la pieza sin complejos ni estridencias según el universo particular del flamenco más aristocrático. Puro ejemplo de concordia, belleza y entusiasmo musical ante la obra de arte, en un entorno de exuberante barroquismo que resume a la perfección la intención de este singular programa.

La capilla del Palacio de San Telmo posee una caja acústica inmejorable, ideal para que sin antinaturales reverberaciones brillen la tersura de la cuerda de la Barroca, los metales y maderas del incombustible Andreas Prittwitz, y la sobriedad y claridad al cante y toque de José de la Tomasa y Manolo Franco. Fusión musical en un entorno que supone a la vez fusión del mejor arte barroco sevillano. La magnífica restauración de Vázquez Consuegra permite admirar la nave con pilastras corintias y bóveda de cañón de Leonardo de Figueroa, las conmovedoras pinturas de Domingo Martínez y las extraordinarias tallas de Pedro Duque y Cornejo. Conciertos como éste o los que allí celebra la Escuela de Estudios Orquestales de la Fundación Barenboim-Said, unido a la posibilidad de visitas concertadas, convierten este enclave en el único visitable de un edificio emblemático sustraído por motivos de seguridad al disfrute de sevillanos y turistas.

Andreas Prittwitz
Pocas veces como ésta hemos aplaudido tanto la incursión jazzística de Prittwitz en la música clásica, con una estupenda introducción al saxo versionando la Sarabande de la Suite nº 1 para violonchelo de Bach, haciendo gala de profusa creatividad ornamental en el famoso largo del Concierto RV443 de Vivaldi, o llevando el lamento al alma del blues al sustituir la voz de Dido por el clarinete. Difícil es que el violonchelo de Mercedes Ruiz pase desapercibido; por sí solo da cuerpo y musculatura al resto de la cuerda, Leo Rossi y Valentín Sánchez en los violines y Gonzalo Castelló a la viola, todos demostrando dominio en color, empaste y agilidad. Junto a ellos y en perfecta sintonía, alternando cañas, seguirilla, soleá y malagueña, la voz potente y estremecedora del maestro José de la Tomasa, contenida y elegante, fraseada con mimo y notable claridad, con puntuales subidas de temperamento en la segunda caña o la saeta final, y magníficamente acompasada por un soberbio Manolo Franco con la sobriedad y solidez que da la experiencia; sin olvidar la participación activa de Mayte Martín jaleando como entusiasta espectadora. El espectáculo, que se disfrutará también los dos próximos domingos, merece sin duda la pequeña inversión de una entrada.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 15 de septiembre de 2014

EL HOMBRE MÁS BUSCADO Thriller sólido a partir de una preocupante base literaria

Título original: A Most Wanted Man
USA-Reino Unido-Alemania 2013 122 min.
Dirección Anton Corbijn Guión Andrew Bovell, según la novela de John LeCarré Fotografía Benoît Delhomme Música Herbert Grönemeyer Intérpretes Philip Seymour Hoffman, Rachel McAdams, Willem Dafoe, Robin Wright, Grigoriy Dobrygin,
Nina Hoss, Daniel Brühl, Mehdi Dehbi, Homayoun Erhsadi
Estreno en España 12 septiembre 2014

El mundo nunca está seguro; es más, al poder no le interesa que lo esté, le interesa un enemigo visible al que exhibir cuando se vence, humilla y doblega, pero que no desaparezca, no al menos hasta que surja otro. John LeCarré lo sabe bien y ha dedicado su fructífera carrera literaria a plasmarlo en sus novelas, siempre desde la óptica del más romántico de los agentes en este juego de dinero, poder y dominación: el espía. Las adaptaciones de sus novelas dan para un excelente ciclo cinematográfico, desde El espía que surgió del frío (1965) de Martin Ritt a El topo (2011) de Tomas Alfredson, pasando por Llamada para el muerto (1966) de Sidney Lumet, El espejo de los espías (1969) de Frank Pierson, La chica del tambor (1984) de George Roy Hill, La Casa Rusia (1990) de Fred Schepisi, El sastre de Panamá (2001) de John Boorman y El jardinero fiel (2005) de Fernando Meirelles, todas películas cuanto menos estimables, sin contar las cintas o series para televisión que se han hecho a partir de sus personajes, especialmente el emblemático Smiley. La guerra fría ha dado paso al terrorismo islámico y su pluma se ha hecho eco de ello. Anton Corbijn, cuya anterior película era también un thriller de carácter político, El americano, y dio el salto del videoclip (Madonna, Depeche Mode, Metallica) al cine con una biografía del líder del grupo musical Joy Division, Control, se ha encargado de esta multiestelar adaptación de la antepenúltima novela de LeCarré, con resultados desiguales. Su ritmo pausado se convierte en arma de doble filo, porque lo mismo afecta al interés por la trama que sirve para darle un toque de calidad a un conjunto que de esa forma se beneficia también de una caligrafía primorosa. No obstante peca de esa tendencia actual a no considerar una obra importante si no va acompañada de un metraje generoso; en este caso algún recorte en apuntes que poco a nada afectan a la trama hubiera aligerado el producto y redondeado sus resultados de cara a una mayor satisfacción. En cualquier modo la cinta acierta al reflexionar de la misma manera que lo hace su base literaria en la falsedad del sistema que nos sustenta, cómo somos engañados una y otra vez merced a un juego de poder que no respeta a nadie ni nada, en el que todo vale y todo se permite, siempre que en el juego otros factores, como por ejemplo la información, sustenten la versión oficial, la que interesa para que siempre haya buenos y malos y todo sea blanco o negro. Aún le falta destreza a Corbijn para manejar todos los recursos con mayor agilidad y una más afilada intencionalidad, pero disfrutar de las excelentes interpretaciones del estupendo reparto de la película bien merece su visionado. A Hoffman lo podemos ver en una de sus últimas apariciones antes de fallecer, lo que añade al producto un melancólico toque luctuoso; Rachel McAdams se esmera en su papel de abogada concienciada, mientras Willem Dafoe está extraordinario como banquero sin escrúpulos. A los menos conocidos los hemos visto en circuitos minoritarios: Nina Hoss en Bárbara, Grigoryi Dobrygin en How I Ended This Summer, Mehdi Dehbi en El hijo del otro y Homayoun Ershadi en El sabor de las cerezas. Todos y todas clavan sus intervenciones como fichas que el insaciable poder mueve a su antojo y discreción.

sábado, 13 de septiembre de 2014

TRIO PAGANINI: SERENATA A LA LUZ DE LA LUNA

XV Noches en los Jardines del Real Alcázar. Paganini Trio: Michael Thomas, violín. Israel Fausto Martínez, violonchelo. Antonio Duro, guitarra. Programa: Serenata Concertante op.19 de Giuliani; Casación en Do mayor de Haydn; Trío en Re mayor de Paganini.
Viernes 12 de septiembre de 2014

Antonio Duro, Michael Thomas e Israel Martínez
Y llegó a su fin el ciclo de este año de música estival en los Alcázares, confirmándose como uno de los más satisfactorios de los quince ya celebrados, por la bondad climática y la generosidad de los artistas, más volcados que nunca en ofrecer programas originales y diferentes, a menudo tan alejados del repertorio habitual, como se comprobó en el sorprendente y espléndido recital de Mariví Blasco e Ignacio Torner. En lo relativo a música clásica finalizó el pasado viernes con dos grandes agitadores culturales de la ciudad, Michael Thomas e Israel Martínez, repitiendo cita de fin de semana, esta vez en formación de trío con la compañía de otro habitual de estas noches, el gran guitarrista Antonio Duro. Tres valores seguros con un programa exquisito bajo el brazo para deleitarnos y saludarnos hasta el próximo año.

Si con el Cuarteto Bética Thomas y Martínez repasaron el viernes anterior una obra tan delicada y poco transitada de Dvoràk como es Cipreses, además del evocador Crisantemi de Puccini, con Paganini Trio se detuvieron en piezas para una singular formación de violín, violonchelo y guitarra, sin adaptaciones ni transcripciones. Obras tal cual así concebidas por maestros de la guitarra (Giuliani), el violín (Paganini) y genio absoluto (Haydn). Con la escritura amable, llena de encanto y a la vez virtuosística de Mauro Giuliani, los intérpretes lograron una escucha agradable, suelta y clara, a pesar de que Duro y Thomas no pudieron esquivar algunas complicaciones que les hicieron salirse de tono en alguna que otra ocasión a lo largo del programa, y en el caso del violinista exhibir determinadas notas altas forzadas y pianissimi puntualmente chirriantes.

El Trío Casación Hob III:6 de Haydn derivó en su Cuarteto op.1 nº 6, ofreciéndose en esta ocasión su versión original, de carácter popular y, como la pieza antecesora, muy claras articulaciones. Especialmente elocuente resultó el Adagio en forma de serenata, que Thomas fraseó con suma delicadeza, mientras Duro aprovechó su rotunda fuerza lírica. Con un acompañamiento al violonchelo atento, robusto y a menudo apasionado, la pieza acabó siendo lo más notable de la noche. Y eso que el Trío en Re mayor de Paganini, profuso en fantasía melódica y virtuosismo, ofreció también ocasiones para el lucimiento de un conjunto que no siempre se mostró afinado pero compensó con cuerpo y un nivel de expresividad considerables. La generosa propina, llena de gracia y sentimiento, vino de la mano de la transcripción de un minueto de Mozart.

Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 15 de septiembre de 2014

BOYHOOD (MOMENTOS DE UNA VIDA) Doce años de colonización

Título original: Boyhood
USA 2014 165 min.
Guión y dirección Richard Linklater Fotografía Lee Daniel y Shane Kelly Intérpretes Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Lorelei Linklater, Libby Villari, Marco Perella, Jamie Howard, Andrew Villarreal, Zoe Graham, Steven Prince
Estreno en España 12 septiembre 2014

Todo el mundo ha caído rendido a sus pies desde su presentación en Sundance, y aparte los premios recibidos, entre los que se encuentra el Oso de Plata al mejor director en Berlín, se le vaticinan numerosos reconocimientos ahora que se acerca la temporada. No cabe duda de que esta admiración incondicional se debe fundamentalmente a su original, rompedora y laboriosa gestación. Nada más y nada menos que doce años ha necesitado Linklater para filmarla, y no por problemas de producción ni desavenencias artísticas, sino por venir así establecido en el plan de rodaje; no en vano se trata de reflejar la vida de un niño de cinco años, pasando por su adolescencia hasta alcanzar la juventud y la puerta hacia la madurez y un futuro no tan incierto como cabría esperar, al cumplir los dieciocho años. Y todo eso en tiempo real, siguiendo el verdadero desarrollo de su actor protagonista, Ellar Coltrane, que para satisfacción y orgullo de sus progenitores va experimentado los consabidos cambios físicos y mentales ante la pantalla -también el propio director habrá disfrutado lo suyo viendo en pantalla crecer a su propia hija, Lorelei, que interpreta a la hermana del protagonista, de repelente niña prodigio a insulsa adolescente-. Linklater se perfila así como especialista incontestable en hacer envejecer a sus personajes ante nuestros ojos. Lo hizo con Julie Delpy y Ethan Hawke convocándolos cada diez años para narrar la historia de amor entre Jesse y Celine en Antes del amanecer, del atardecer y del anochecer, en tres momentos puntuales de sus vidas. Ahora la empresa es más ambiciosa y el viaje dura doce años, resumidos en casi tres horas de metraje, si bien podría haberse resumido aún más y no sólo no haberse resentido el resultado sino incluso mejorado de cara a la paciencia del sufrido espectador que puede llegar a entusiasmarse con algunos episodios, mientras el resto podrá parecerle tan tedioso e insustancial como nos lo ha parecido a nosotros. Y es que asistimos a lo largo de los doce primeros años del siglo XXI a una sucesión de clichés y tópicos típicamente americanos, la enésima venta de un estilo de vida que ya no nos es ajeno ni extraño porque sin darnos cuenta lo hemos ido engullendo a través del cine y la televisión y, lo que es peor, adoptándolo en sustitución de nuestra particular idiosincracia. El sueño americano representado en la obtención de un título universitario, garantía de éxito y prosperidad; la violencia residual que supone el maltrato doméstico o el fanatismo religioso y armamentístico (aunque sabemos que de residual nada y que es más bien consustancial al estilo norteamericano); el espíritu libre y democrático que es capaz de acabar con todas las lacras, ya vengan del interior a través de un presidente nefasto o del exterior con las secuelas psicológicas de una guerra en oriente; o ese paso matemáticamente exacto de la niñez a la madurez que para los americanos es la graduación y posterior ingreso en la Universidad, independencia del hogar materno incluido. Como se ve todo un cocktail o refrito de temas genuinamente americanos que aceptamos como naturales, inconscientes de la posición de víctimas de la colonización encubierta que hemos sufrido y que está minando nuestros propios valores, tan válidos y a menudo más que los de este pueblo entusiasta, soberbio y arrogante que ejerce constantemente el dominio intelectual. Pero Europa entera se rinde, sin más y sin reflexión apenas, al prodigio, que además llega a ser soporífero en su reiteración de situaciones, su tendencia a postular y su pretensión intelectual. El experimento es curioso y deja algunas perlas, pero en conjunto huele y molesta por ombliguista y terriblemente conformista y condescendiente con una coyuntura, la actual, que ni conviene ni progresa, merced a una colonización castradora o, en el mejor de los casos, anuladora. Para entendernos, que está bien que les guste su sistema y comulguen con él, pero que no intenten imponerlo, y sobre todo que reflexionemos para no permitir que lo hagan.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

DIRK VANHUYSE Y TOMMASO COGATO, MÁS ALLÁ DE LA MERA CORRECCIÓN

XV Noches en los Jardines del Real Alcázar. Dirk Chris Vanhuyse, violonchelo. Tommaso Cogato, piano. Programa: Sonata en Sol menor Op.5 nº 2 de Beethoven; Sonata en La Mayor de Franck. Martes 9 de septiembre de 2014

Las dos obras seleccionadas por el maestro violonchelista de la Sinfónica de Sevilla, Dirk Vanhuyse, y el pianista italiano afincado en nuestra tierra, Tommaso Cogato, son muy significativas en lo que al repertorio para el instrumento de cuerda grave se refiere. La Sonata nº 2 de Beethoven es una de las primeras piezas importantes para esta formación, que aún estando lejos en el calendario del romanticismo, lo preconiza precisamente por esa novedad. La de Cesar Franck es una versión realizada por Jules Desart sobre una de las obras cumbres de la música de cámara francesa, la Sonata para violín y piano en La mayor que el autor de Preludio, Coral y Fuga dedicó al gran violinista y también compositor Eugène Ysaye.

Vanhuyse y Cogato entendieron a la perfección los dictámenes que en cuanto a diálogo y virtuosismo establece la intrincada obra de Beethoven. Sin embargo se quedaron algo cortos, especialmente el violonchelo, en la expresividad de la pieza, que exige más gravedad y sentimiento doloroso. El adagio inicial que actúa como introducción debe sonar más patético, con un carácter más rapsódico, y acentuando los elocuentes silencios que preceden al siguiente movimiento. Vanhuyse acertó no obstante en imprimir la pieza de un gran lirismo. Mientras Cogato se mantuvo inquieto y persuasivo, el violonchelista desaprovechó en el allegro sus posibilidades trágicas, casi vehementes, pero acertó de pleno en mantener el espíritu alegre y los rotundos cambios armónicos del rondó final.

La única adaptación de la Sonata en La mayor que Franck autorizó se inscribe sin complejos dentro de lo que podríamos denominar quintaesencia romántica, lo que exige una profunda meditación y un muy cuidado equilibrio en matices y sentimientos, algo que los dos intérpretes supieron llevar a la práctica más allá de la mera corrección. Vanhuyse transmitió apacibilidad en el allegro moderato inicial, inquietud trágica contenida progresando a tumulto en el segundo movimiento, intenso lirismo en el recitativo-fantasía, y apasionada brillantez en el allegro final, contando en todo momento con la complicidad de un pianista de excepción que no sólo acentuó ritmo y armonía sino también esa expresividad anhelante que esta obra capital demanda.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 9 de septiembre de 2014

LAS VIDAS DE GRACE Un futuro estable exige una paternidad responsable

Título original: Short Term 12
USA 2013 96 min.
Guión y dirección Destin Cretton Fotografía Brett Pawlak Música Joel P. West Intérpretes Brie Larson, John Gallagher jr., Kaitlyn Dever, Stephanie Beatriz, Rami Salek, Alex Calloway, Melora Walters, Keith Stanfield, Silvia Curiel, Harold Cannon Estreno en España 25 julio 2014

En su segundo largometraje como director, Destin Cretton analiza el problema de los y las jóvenes que han sufrido algún tipo de trauma infantil. Ambientada en un internado para juventud con problemas de aceptación y adaptación a su entorno, la Grace del título español ejerce de jefe entre sus compañeros y compañeras cuidadoras, mientras mantiene un tierno romance con uno de ellos. Con aires y vocación casi de documental nos va adentrando en este universo doloroso pero a la vez esperanzador, con la convicción de quien se revela entregado a la materia, mientras yerra al ofrecer información dramática con cuentagotas, de forma que cuando llegamos a interesarnos por los sufridos protagonistas el metraje anda muy avanzado. Aun así acierta en el retrato somero y calculado de sus personajes, así como en la utilización de la ternura y el cariño como mejor catalizador y exorcizador de los traumas apuntados. Para ello es fundamental la complicidad de los protagonistas y la identificación e implicación del espectador con asuntos que conoce al menos a través de la divulgación periodística. La crónica funciona y enternece, pero no llega a captar nuestra atención con la contundencia que sus dolorosas premisas requieren, mientras su pretendida llamada de atención sobre una paternidad responsable y su influencia en la personalidad y el bienestar en el futuro de la juventud, sólo queda apuntada sin llegar a incidir exhaustivamente sobre el intelecto del espectador medio. A destacar las esforzadas y contundentes interpretaciones del trío protagonista.

DESTINO MARRAKECH Descubrimiento emocional sobre fondo de postal

Título original: Exit Marrakech
Alemania 2013 122 min.
Guión y dirección Caroline Link Fotografía Bella Halben Música Niki Reiser Intérpretes Ulrich Tukur, Samuel Schneider, Hafsia Herzi, Marie-Lou Sellem, Josef Bierbichler Estreno en España 5 septiembre 2014

Especialmente interesada por el continente africano, Caroline Link ganó un Oscar a la mejor película de habla no inglesa hace una década con En un lugar de África, donde ya se atisbaba otro de sus temas recurrentes, la familia. En torno a ella se estructuraba también el melodrama Hace un año en invierno y ahora este Destino Marrakech que nos vuelve a llevar de viaje por ese vasto continente. Marcando una especial benevolencia y condescendencia con el pueblo marroquí, al que retrata con notable sentido de la humanidad y destacando su supuesta amabilidad y nobleza, Link traza el retrato de un reencuentro difícil entre un padre muy involucrado con su profesión de director escénico y su hijo adolescente, que lo visita en la ciudad de referencia durante sus vacaciones estivales. Un chico despierto e independiente que irá descubriendo ese mundo tan diferente al que está acostumbrado, a la vez que descubre el amor incondicional e inocente y, por supuesto, irá abriendo los ojos a su padre, anquilosado y ensimismado en cosas que a la postre irá comprobando que no tienen importancia. Previsible y sin lograr excesivo interés, se sostiene por las buenas interpretaciones y el carisma en especial del chico protagonista, y por esa visita amable que realiza a la hermosa ciudad de la Kutubía, escaparate impagable para quienes aún no la conozcan y álbum recordatorio y recomendable para quienes sí lo hayan hecho, a pesar de que en general flojea en su narrativa, sobre todo en su último tercio.

sábado, 6 de septiembre de 2014

JERSEY BOYS Musical novelado en torno a Frankie Valli

USA 2014 134 min.
Dirección Clint Eastwood Guión Rick Elice y Marshall Brickman, según el musical homónimo Fotografía Tom Stern Música Bob Gaudio Intérpretes John Lloyd Young, Vincent Piazza, Erich Bergen, Michael Lomenda, Mike Doyle, Christopher Walken, Renée Marino, Erica Piccininni Estreno en España 5 septiembre 2014

Que Clint Eastwood es un gran melómano lo demuestra su vinculación con el jazz, su exquisito trabajo como compositor en sus películas más recientes y su habilidad al teclado. Llevaba tiempo queriendo realizar un musical, bien fuera un remake de Ha nacido una estrella con Beyoncé o un biopic de Sinatra y sus vinculaciones con la mafia. Finalmente este mismo tema, pero adaptado a Frankie Valli y su conjunto The Four Seasons le ha puesto la ocasión en bandeja. Estrenado en Broadway en 2005 y ganador del Tony al año siguiente, con producción de Valli y Bob Gaudio, que también ejercen de productores en esta versión cinematográfica, Jersey Boys cuenta las andanzas de un grupo de jóvenes latinoamericanos a finales de los 50 que acabarían cosechando un gran éxito como cantantes a la vez que su grupo se erigió en la mejor forma de huir del crimen local, al menos de manera directa. Ejerce también labores de producción, además de escribir el libreto del musical y su adaptación al cine, Marshall Brickman, autor de los guiones de algunas de las películas más celebradas de Woody Allen, como Manhattan o Annie Hall. El film de Eastwood no pasará a engrosar su ya larga lista de títulos memorables, pero tampoco desmerece de la filmografía de un realizador merecidamente tildado de irrepetible. Sus maneras clásicas se dan cita también en este trabajo de aspecto dulzón y estética pastel en el que John Lloyd Young repite el papel que le dio a conocer en Broadway, un Frankie Valli de voz aún más aguda y por extensión más incómoda que la del auténtico Valli, artífice de éxitos como Can’t Take My Eyes Off You, My Eyes Adored You o el tema principal de Grease. Junto a él el resto del elenco hace un trabajo digno tanto en el campo interpretativo como vocal, con canciones míticas como Sherry, Walk Like a Man y Workin’ My Way Back to You desfilando por la pantalla junto a otras que han conocido mayor éxito en manos de otros cantantes, como Stay (Jackson Browne) o Beggin’ (Madcon). No sigue las pautas del musical standard sino más bien del biopic con actuaciones musicales justificadas por la profesión de sus protagonistas, salvo por la impagable secuencia de los títulos finales, en la que no es difícil imaginar lo que habrá disfrutado un Eastwood que ya ha sobrepasado con creces la barrera de los ochenta. Por lo demás, desaprovecha la ocasión de tejer un nexo más evidente e incómodo entre mafia y música, a la vez que tampoco incide mucho en la compleja personalidad de sus protagonistas ni la miseria de sus relaciones; pero producción obliga y en ella Valli y Gaudio están muy implicados. Para que se hagan una idea sigue el patrón de Dreamgirls pero sin la espectacularidad ni la energía de aquella, ni canciones originales ni puesta en escena tan brillante como el excelente film de Bill Condon. Estimable pero decididamente intrascendental.

LÍBRANOS DEL MAL Un pretencioso ejercicio sin estilo ni sustancia

Título original: Deliver Us from Evil
USA 2014 118 min.
Dirección Scott Derrickson Guión Scott Derrickson y Paul Harris Boardman, según el libro de Ralph Sarchie y Lisa Collier Cool Fotografía Scott Kevan Música Christopher Young Intérpretes Eric Bana, Edgar Ramírez, Olivia Munn, Sean Harris, Joel McHale, Chris Coy Estreno en España 5 septiembre 2014

Aunque ha trabajado otros géneros, como el fantástico en el decepcionante remake de Ultimátum a la Tierra, Scott Derrickson insiste en el terror con cintas como El exorcismo de Emily Rose, Sinister y ésta Líbranos del mal producida por Jerry Bruckheimer y con una publicidad engañosa (en el tráiler Eric Bana se atreve a afirmar que no se pueden mostrar secuencias del film por dañar posiblemente nuestra sensibilidad, algo que visto el resultado es absolutamente falso). Aparte de mucha inmundicia, esta fallida y ridícula mezcla de El exorcista y Seven apenas logra asustar ni entusiasmar. Siguiendo la estructura de una intriga policial con elementos paranormales, motivo por el cual el Eric Bana, que interpreta al agente en cuyas experiencias reales presume inspirarse la película, tendrá que colaborar con un improbable sacerdote exorcista interpretado por un moderno y roquero Edgar Ramírez, la cinta apenas consigue convencer, confiando su supuesta capacidad de generar cierta sensación malsana en un psicópata de circo y una ambientación lóbrega, sucia, nocturna y lluviosa a discreción. El ingenuo origen del mal se encuentra en la guerra (concretamente en Irak), mientras lo de basarse en hechos reales apenas suma interés a un espectáculo risible y gastado. En este punto sólo destacamos la partitura de Christopher Young, aunque funciona mejor en el disco que en la película, donde es abusada para potenciar su pretendido ambiente malsano y los típicos y manidos sustos de rigor.

HÉRCULES Héroe y mito no divino que entretiene y no pretende

Título original: Hercules
USA 2014 98 min.
Dirección Brett Ratner Guión Ryan J. Condal y Evan Spiliotopoulos, según el cómic de Steve Moore Fotografía Dante Spinotti Música Fernando Velázquez Intérpretes Dwayne Johnson, Irina Shayk, Ingrid Bolso Berdal, John Hurt, Joseph Fiennes, Peter Mullan, Rufus Sewell, Ian McShane, Aksel Hennie, Reece Ritchie
Estreno en España 5 septiembre 2014

Hércules ha sido carne de culturistas (Steve Reeves, Lou Ferrigno), series de televisión y hasta musicales de dibujos animados. Ahora con él Brett Ratner, que ha abordado todo tipo de géneros, desde la ciencia-ficción (X-Men La decisión final) al terror (El dragón rojo) pasando por la acción (Hora punta), la comedia (Movie 43) y el romántico (New York I Love You), se abre camino en el género de la aventura pura y clásica con una cinta digna y sanamente falta de pretensiones. Con un presupuesto holgado que luce en pantalla tanto por unos aseados efectos visuales como por un reparto plagado de buenos actores a los que habrá tenido que pagarles un buen caché, cuenta además con secuencias de batallas muy conseguidas, ágiles y trepidantes que pueden muy bien hacer las delicias de los aficionados al género. Basándose en el cómic de Steve Moore y adaptándose a esta época de crisis de fe, Hércules aparece como el héroe que es, naturalmente para no salirse de la moda traumatizado por su pasado familiar, pero más humano que divino, sometiendo toda su leyenda mitológica a explicación verista y rodeado contra la tiranía del equipo necesario para que su gesta no sea la de un solo mortal sino la de un trabajo en equipo en el que la camaradería y el agradecimiento ocupan un lugar destacado. Exhibe sin complejos influencias de Conan, Gladiator, El señor de los anillos y Sansón, y asume con alegría su vocación de puro entretenimiento sin pretensiones ni falsas promesas, mientras en el apartado técnico destaca la fotografía ocre de Dante Spinotti (La leyenda del santo bebedor, L.A. Confidential, El último mohicano) y la enérgica y academicista música del español Fernando Velázquez (El orfanato, Lo imposible, 8 apellidos vascos), que presentó en primicia en el concierto monográfico que celebró junto a nuestra Sinfónica en el Teatro de la Maestranza el pasado mes de julio.

viernes, 5 de septiembre de 2014

LA RITIRATA: CONCIERTO BREVE Y FALTO DE CONTRASTE

XV Noches en los Jardines del Real Alcázar. La Ritirata: Josetxu Obregón, violoncello y dirección artística. Tamar Lalo, flauta. Daniel Zapico, tiorba. Programa: Chiaroscuro (Contrastes de los estilos nacionales durante un recorrido por la Europa del Barroco; obras de Mancini, Kapsberger, Paisible, Caldara y Telemann). Jueves 4 de septiembre de 2014

Destacamos la inexplicable brevedad del concierto ofrecido por el violonchelista Josetxu Obregón y su grupo - apenas cuarenta minutos de música, propina incluida - porque nos parece una falta de respeto a un público entregado que ha invertido dinero y tiempo en apostar por la interpretación informada de un grupo de referencia. La Ritirata, en formación más amplia, ya nos visitó el pasado abril en el seno del Femás con un atractivo programa centrado en la cantata italiana barroca, coincidiendo con algunos de los autores convocados en esta nueva participación de Obregón en las Noches del Alcázar, e incluso con una de las obras interpretadas, el Adagio y Allegro de la Sonata en Sol mayor de Antonio Caldara.

Aunque la intención era plantear un programa en el que quedara constancia de las diferencias en la forma de hacer música en Europa en una época en la que no había exactamente sintonía en cuanto a criterios de composición e interpretación, lo cierto es que la sensación general fue toda la contraria. Reinó cierta uniformidad a lo largo de todo el concierto, especialmente respecto a las sonatas que lo enmarcaron y ocuparon su centro, en las que la israelí Tamar Lalo exhibió dominio, agilidad y soltura pero decepcionó en cuanto a expresividad y sentimiento, quizás por la dificultad de extraer de la flauta dulce o de pico sonidos más envolventes y evolucionados. Así ocurrió con la Sonata en La menor de Francesco Mancini, que a pesar de contar en su catálogo con música de todo género, hoy es recordado especialmente por sus sonatas para ese instrumento. Apenas perceptible fue también la influencia inglesa en la sonata del francés Jacques Paisible, mientras el preclasicismo de Telemann recibió una lectura algo fría aunque correcta. No ayudaron mucho Obregón y Zapico, sustituyendo al clave, en un continuo al que faltó más cuerpo y volumen.

Ambos se resarcieron en sus intervenciones solistas. Zapico con una Improvisación sobre la Passacaglia del Libro Quarto d'Involatura di Chitarrone en la que se manifestó contundentemente como un virtuoso de la tiorba tanto en aspectos estéticos como puramente emocionales, nos atreveríamos incluso a decir que por encima de la que conocemos en grabación de su maestro Rolf Lislevand. Y Obregón atacando el cello en la pieza de Caldara, posiblemente de juventud, con convicción y autoridad, extrayendo de él sonidos tan sedosos como evocadores. En la única propina - se hicieron de rogar a pesar de que sobró tiempo como para haber ofrecido varias – acertaron con una Ciaccona de Benedetto Marcello con la que Lalo volvió a desplegar virtuosismo pirotécnico.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 6 de septiembre de 2014

jueves, 4 de septiembre de 2014

LOS ATRACTIVOS Y FLUIDOS DIÁLOGOS DE LA INTABVLATA

XV Noches en los Jardines del Real Alcázar. La Intabvlata: Javier Núñez, clave. Sara Águeda, arpa de dos órdenes. Dani Garay, percusión. Programa: Los dos Reynos. España y Nápoles, música para tecla y arpa 1500-1700 (obras de Ribayaz, Valente, Macque, Trabaci, Cabezón, Mudarra, Storace y Cabanilles). Miércoles 3 de septiembre de 2014

Javier Núñez
El ciclo estival del Alcázar no sólo no escatima calidad en sus propuestas sino que demuestra que cada artista se toma muy en serio su participación, preparando programas tan suculentos como atrevidos, diferentes y originales. Pretextos para conocer la música de compositores poco o nada frecuentados, felices descubrimientos enmarcados en interesantes análisis histórico-musicales. La Intabvlata combina las sonoridades del clave y el arpa de dos órdenes, un instrumento netamente español con dos filas de cuerdas entrecruzadas que se corresponden con las teclas blancas y negras del piano, acompañándose de percusión; y debe su nombre a la tablatura del teclado, un sistema de anotación musical que utiliza letras y números para indicar cómo tocar cada tecla.

Alternando compositores españoles e italianos – napolitanos y sicilianos bajo dominio español, influidos por su cultura y a la vez inspiración para nuestros músicos – del renacimiento y el barroco, el reconocido y popular clavecinista Javier Núñez articuló el programa en bloques de tres piezas, algunas reducidas considerablemente, unidas por sutiles transiciones y combinando danzas (tarantelas, gallardas) con obras de talante más serio y bucólico (pavanas, fantasías), recurriendo a disminuciones, diferencias e imitaciones y siguiendo siempre un rigor histórico en la línea del Tratado Luz y Norte Musical para arpa y guitarra de uno de los protagonistas de la noche, Lucas Ruiz de Ribayaz.

Sara Águeda
No faltaron composiciones de Antonio de Cabezón, el gran vihuelista Alfonso Mudarra, tan vinculado a nuestra catedral, o el valenciano Joan Baptista Cabanilles, con cuya alegre Corrente Italiana terminó el programa. Junto a ellos el intrépido Giovanni Trabaci, la melodiosidad de Bernardo Storace o la sensibilidad de Antonio Valente. Con ellos, a través de cuidadas transcripciones, Núñez exhibió una vez más una enorme agilidad y expresividad al clave, mientras la autoridad de Sara Águeda al arpa quedó de sobras demostrada, especialmente considerando la dificultad del instrumento, lo que hizo dignas de no tenerse en cuenta algunas notas perdidas y algún pequeño desajuste. Por su parte, el joven Dani Garay se mostró sutil y elegante a la percusión, pudiéndose así disfrutar de cada sensación, ritmo y matiz.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL SECUESTRO DE MICHEL HOUELLEBECQ Las miserias afectivas

Título original: L'enlévement de Michel Houellebecq
Francia 2014 96 min.
Guión y dirección Guillaume Nicloux Fotografía Christophe Offenstein Intérpretes Michel Houellebecq, Matthieu Nicourt, Maxime Lefrançois, Françoise Lebrun, Luc Schwarz, Veran Mauberret, Ginette Suchotzky, André Suchotzky, Marie Bourjala Estreno en España 29 agosto 2014

El novelista, ensayista y poeta francés Michel Houellebecq es un personaje como mínimo curioso y controvertido. Censurado por su animadversión al Islam y su defensa del turismo sexual, ha trabajado ya como actor en la adaptación de dos de sus novelas más aclamadas, Las partículas elementales y Ampliación del campo de batalla, mientras actualmente espera el estreno de Near Death Experience. Además ha dirigido la versión cinematográfica de otra de sus novelas, La posibilidad de una isla, y varios cortometrajes. Enclavada de pleno dentro del cine experimental y carne de festival, como de hecho demuestra su paso por certámenes como el de Berlín, Tribeca o Karlovy Vary, El secuestro de Michel Houellebecq está dirigida por Guillaume Nicloux, de cuya sustanciosa filmografía sólo se ha estrenado un film en nuestro país, El elegido, protagonizado por Monica Bellucci y Catherine Deneuve. En Francia se ha estrenado directamente en televisión, tan sólo dos días antes de su estreno en España. Con estética de documental, en esta ocasión rodea a su protagonista, que se interpreta a sí mismo, de intérpretes no profesionales a los que bautiza con sus propios nombres, para dar vida a una pandilla de secuestradores unidos por lazos familiares y amistosos que ilustran una posible explicación a la desaparición del escritor hace unos años durante un tiempo considerable. Naturalmente dicha explicación no deja de ser una ficción en la que ni siquiera el protagonista se nos antoja real, sino personificado como un intelectual sofisticado y extravagante, de porte tímido y desgraciado y aspecto desaliñado, aspectos potenciados respecto a los originales de referencia. Aprovecha para dejar entrever algunos de los aspectos de su personalidad, fumador empedernido y admirador incondicional de H.P. Lovecraft, sin dar muchas más pistas. La cinta, enmarcada en la comedia pero sólo para espectadores voluntariosos prestos a reírse de las situaciones grotescas y surrealistas que propone, sirve para elucubrar sobre las miserias afectivas que tanto obsesionan al autor en sus exitosas novelas. De este modo el secuestrado vampiriza a sus secuestradores, que acaban convirtiéndose en una suerte de familia postiza para el desorientado genio; cabe incluso trazar un paralelismo entre la abuela que tuteló su infancia y la cabeza de familia que participa en este singular secuestro.