miércoles, 31 de agosto de 2022

EL ÚLTIMO HOLANDÉS DE BAYREUTH

Der fliegende Holländer. Ópera de Richard Wagner. Oksana Lyniv, dirección musical. Dmitri Tcherniakov, dirección escénica. Con Thomas J. Mayer, Elisabeth Teige, Georg Zeppenfeld, Eric Cutler, Nadine Weissmann y Attilio Glaser. Das Festpielorchester & Der Festpielchor. Producción del Festival de Bayreuth. Teatro del Bayreuther Festpiele, sábado 27 de agosto de 2022


A la vista de Querelle, esa extravagante fantasía homoerótica que Rainer Werner Fassbinder dirigió al final de su carrera y vida, y que se ambientaba en una fantasmagórica atmósfera marinera, no resulta disparatado imaginar una producción de El holandés errante, cuarta de las óperas escritas por Wagner y primera de su catálogo que el autor permitió se representara en su teatro en las colinas de Bayreuth, que tuviera al director de cine alemán como referente. Lo que era menos probable es que no fuera precisamente aquella película protagonizada por Franco Nero, Jeanne Moreau y Brad Davis el referente del director de escena Dmitri Tcherniakov, sino otras de la filmografía de Fassbinder que tan bien retrataron aquella Alemania frustrada y herida treinta años después de que el personaje del bigotillo la llevase a la ruina y la pérdida de identidad. Todos nos llamamos Alí, La ley del más fuerte o Un año con trece lunas emergen en nuestro subconsciente nada más empezar esta tragedia romántica, con un prólogo al ritmo de la suntuosa obertura que deja ya claro que aquí no hay barco ni fantasmas ni puerto ni nada que se la parezca. En su lugar el detonante de la tragedia es una venganza provocada por la supuestamente desordenada conducta sexual de la madre del protagonista, con posibles abusos y un final trágico.

La controvertida solución del director escénico de prescindir de todo componente marítimo, desvirtuando el concepto original de la ópera e impidiendo que cualquiera que se acerque a ella por primera vez sea capaz de entenderla y paladearla en toda su amplitud, ha encontrado sin embargo en el público de Bayreuth una respuesta entusiasta en términos generales, animada por una solución escénica bastante funcional y a la vez espectacular, sobre todo en el incendio final que destruye la ciudad sobre la que el holandés vierte su sed de venganza. Curiosamente el mismo público que acude encopetado a las funciones del festival y sigue religiosamente sus reglas, que incluyen prescindir de subtitulado como si nos mantuviésemos en el siglo XIX, aplaude este tipo de producciones que, como El anillo del Nibelungo que se ha estrenado esta edición, tanto se apartan del concepto original de su venerado autor. No le faltan desde luego méritos a esta producción que juega con varios bloques de austeros edificios que se desplazan por el escenario creando la ilusión de espacios distintos de una misma ciudad, mientras sus moradores y moradoras visten coloridos atuendos setenteros y malgastan sus vidas en bares entre discusiones y alcohol. Pero es en el segundo acto, en la escena entre Senta, sus padres y el holandés alrededor de la mesa, donde se deja entrever mejor ese espíritu fassbinderiano que según nuestra opinión ha inspirado a Tcherniakov.


Decepciona sin embargo que pasajes tan potentes como el demoniaco coro de fantasmas del tercer acto palidezca cuando quienes lo entonan apenas parezcan funcionarios uniformados, o que las hilanderas hayan dejado sus menesteres para entregarse a lo que parece una lección de solfeo. Por cierto, espléndidos los coros masculinos y femeninos en sus atribulados cometidos, así como el soberbio trabajo de la ucraniana Oksana Lyniv, primera mujer en dirigir en Bayreuth y que ya estrenó esta producción el año pasado. Desde lo más profundo del foso, tanto que nada se vislumbra ni de ella ni de la orquesta, Lyniv demostró que conoce el lenguaje wagneriano, su grandeza pero también su delicado lirismo, aportando potencia y una excelente resolución expresiva a la imponente partitura. Mucho tuvo que ver una orquesta cuyos integrantes se seleccionan cada año procurando alcanzar las mejores prestaciones. El apartado vocal solista tampoco desmereció en absoluto, destacando la soprano noruega Elisabeth Teige, generosamente curtida en Wagner, muy especialmente en este rol de Senta a la que supo aportar una presencia rutilante y un torrente de voz extraordinario, con una capacidad indiscutible para emocionar más desde la voz que desde la interpretación, pero en todo caso arrolladora desde sus primeras y onomatopéyicas notas. Junto a ella no desmereció, pero a otro nivel más convencional, el barítono alemán Thomas J. Mayer, con amplia experiencia también en roles wagnerianos, y un competente trabajo con otros autores como Verdi o Strauss. Su voz bien colocada y considerablemente bien proyectada, acentuó el carácter seductor, amenazante y penetrante del holandés, con resultados muy estimulantes. El bajo alemán Georg Zeppenfeld y el tenor estadounidense Eric Cutler repitieron sus roles del año pasado, Daland y Erik respectivamente, exhibiendo una línea de canto holgada y un registro de convincente calado y extensión, suficiente para llevar a buen puerto sus controvertidos personajes.

Para nosotros fue una experiencia imprescindible y una ocasión más para constatar lo mucho que cuesta a parte de esa sociedad biempensante prescindir de sus privilegios y mantener su aire distinguido. Pasear por las inmediaciones del festival y participar a su conclusión, ya que sus tres entrelazados actos se despachan de una vez sin pausa, de la ceremonia del exquisito ambigú diseñado para coronar la experiencia, dejaron buena constancia del ritual que se mantiene en este y otros certámenes estivales de similar calado y prestancia.

Fotos: J. Rafael Cabrera
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 25 de agosto de 2022

42 SEGUNDOS Digno homenaje a un equipo

España-Andorra 2022 106 min.
Dirección
Dani de la Orden y Àlex Murrull Guion Carlos Franco Fotografía Pau Castejón Música Óscar Araujo Intérpretes Jaime Lorente, Álvaro Cervantes, Tarik Filipovic, Alex Maruny, Roger Casamajor, Christian Valencia, Pep Ambròs, Marc Bonnin, Joan Sentís, Julia Lara, Santos Adrián, Xesc Cabot, David Bagés, Julen Alba Estreno en salas 2 septiembre 2022

Se agradece que nuestro cine se atreva de vez en cuando con géneros tan poco transitados como el deportivo, especialmente si el producto final resulta suficientemente satisfactorio y estimulante como este. Curtido en la comedia ligera y sin muchas complicaciones (Hasta que la boda nos separe, Mamá o papá), Dani de la Orden, a punto de estrenar también El test, se ha asociado con el director de fotografía Àlex Murrull en el que es su primer largometraje como director, para recrear este episodio épico de nuestro deporte, el progreso del más que humilde y discreto equipo de waterpolo español con el fin de ponerlo a punto para no quedar en mal lugar en los únicos juegos olímpicos que hasta la fecha se han celebrado en nuestro país.

La gesta requería un trabajo de ambientación y recreación minucioso, unos recursos holgados para que el inevitable duelo final tuviese el componente épico y espectacular digno y preciso para lograr emocionar y convencer a partes iguales, y ese mismo entusiasmo de trabajo en equipo que constituye en definitiva el motor que estimula esta singular y esforzada producción. La trama se centra en la rivalidad, no por un puesto en concreto ni unas formas de trabajo específicas, sino por el choque de personalidades entre Manel Estiarte y Pedro García Aguado, sin duda dos de los deportistas más celebrados de los últimos treinta años en nuestro entorno. Para ello los legendarios protagonistas han tenido que confiar en el guionista, el hasta cierto punto inexperto Carlos Franco, para depositar con arrojo y valentía algunos de sus traumas y pasajes más bochornosos. El resto consiste en vanagloriar el buen trabajo en equipo, aunque para ello se recurra al tópico del entrenador sádico e inflexible, agravado por su situación de croata en plena Guerra de los Balcanes frente a su principal rival, el entrenador serbio de la selección italiana.

Afortunadamente la trama se aparta del cliché importado de Hollywood y la emoción no aflora por la revelación del buen corazón del Marqués de Sade, sino por ese trabajo de conjunto, camaradería, solidaridad y esfuerzo que sus casi tres cuartos de hora finales tan bien y con tanto ingenio y eficacia sabe transmitir. Para todo ello es imprescindible una buena planificación y sentido del espectáculo, abandonado sobre todo al trabajo de fotografía, que aunque no la firma el experto Murrull sino Pau Castejón, a buen seguro que su mano ha tenido mucho que ver en el apasionado y más que digno acabado final. En el apartado de las interpretaciones destaca el trabajo de Jaime Lorente, descubierto en la serie El Cid, por encima del más taciturno y monocorde de Álvaro Cervantes, que da vida al abanderado de la federación española en los juegos de Sydney.

miércoles, 24 de agosto de 2022

NOP Miradas indiscretas y caballos sacrificados

Título Original: Nope
USA-Japón 2022 130 min.
Guion y dirección
Jordan Peele Fotografía Hoyte van Hoytema Música Michael Abels Intérpretes Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun, Michael Wincott, Wrenn Schmidt, Keith David, Donna Mills Estreno en Estados Unidos 22 julio 2022; en España 19 agosto 2022

En la asombrosa filmografía de M. Night Shyamalan que abarca desde El sexto sentido a El incidente, el género de la fantasía y el terror servía de metáfora para tratar temas de enorme calado emocional y sentimental. Algo así ocurría también, en clave discretamente racial, con las sobrevaloradas Déjame salir y Nosotros, con las que se dio a conocer Jordan Peele y rápidamente saltó a la fama, Oscar incluido por el guion de la primera. Con Nop realiza un moderadamente inteligente ejercicio de síntesis y reinvención del subgénero de platillos volantes y extraterrestres, con referencias inequívocas a los dos extremos del alien, bondadoso y perverso, tratados por Spielberg con mayor fortuna en Encuentros en la tercera fase y La guerra de los mundos. Y como Shyamalan y sus películas anteriores, Peele ahonda también en dar a su cuento un barniz de psicología elemental, esta vez orientada a nuestra naturaleza como ser depredador y vocacionalmente dominante.

El escalofriante episodio del chimpancé fuera de control en una telecomedia, y el abuso final al que son sometidos los caballos domados para cine y circo por los protagonistas de este cuento moral y animalista, con el niño cuya mirada quedó traumatizada en un plató de televisión como eje vinculante, dan buena muestra de cuál es la intención de Peele en esta medida y precisa cinta de espectacular invasión extraterrestre. Pero hay también una mirada cinéfila en una película que empieza con las imágenes artesanalmente rodadas a finales del siglo XIX de un caballista al trote, y sigue con esa mirada que hoy lamentablemente apenas concebimos sin un filtro digital que perpetúe la experiencia y demuestre nuestra visión. Y es que tantas pruebas frustradas de presencia extraterrestre a través de fotografías de mala calidad, parecen ser el elemento motivador de esta fábula renovadora en tiempos de tik tok y selfies.

Así, entre depredadores, caballos sacrificados y miradas impertinentes, se desarrolla este nuevo ingenio con el que Peele incurre en uno de, a nuestro juicio, principales defectos, que al conjunto le falta esa credibilidad que convierta el artificio en algo fascinante y realmente perturbador, meta a la que el director indefectiblemente aspira sin que a nuestro juicio logre alcanzarla. Cabe felicitar a un elenco multirracial en el que destacan Daniel Kaluuya, quien precisamente saltó a la fama de la mano de Peele en Déjame salir, y una descaradamente fresca Keke Palmer, que interpreta a su hermana, además del joven hispano de mirada alucinada Brandon Perea.

martes, 16 de agosto de 2022

LA BESTIA Terrorífico safari en familia

Título original: Beast
USA 2022 93 min.
Dirección
Baltasar Kormákur Guion Ryan Engle, según una historia de Jaime Primak Sullivan Fotografía Philippe Rousselot Música Steven Price Intérpretes Idris Elba, Sharlto Copley, Ityana Halley, Leah Jeffries, Anzor Alem, Billy Gallagher Estreno en España 12 agosto 2022; en Estados Unidos 19 agosto 2022

Desde que despertara la atención internacional con 101 Reikiavik, el director islandés Baltasar Kormákur se ha especializado en cine de aventuras y tensión extrema, saltando a Holywood y debatiéndose a menudo entre el cine y la televisión. Everest figura entre sus películas más conocidas, y si en ella recuperaba la aventura de supervivencia en montaña, ahora echa mano de safaris y aventuras en la jungla, que a lo largo de la historia del cine ha proporcionado un puñado aunque escaso de interesantes películas, y hacía tiempo que no provocaba una nueva cita, para contarnos un safari accidentado con león enfurecido al acecho.

La excusa argumental es bastante peregrina, tirando del padre con trauma por no haber prestado a sus hijas, ahora huérfanas de madre, la atención que merecían. La situación le servirá de lujo para remediar esa sensación de culpa que tanto atrae al cine americano. Pero no cabe pedir a la cinta que sea un tratado sobre paternidad y responsabilidad, o cree tipologías interesantes e inquietantes de personajes a propósito de ello, aunque no hubiera estado nada mal que lo fuera. De la misma manera que tampoco habría quedado mal profundizar más en lo que a todas luces parece su propósito intelectual, denunciar al hombre como verdadero depredador de la naturaleza y único motivo por el que germinan monstruos como el del título.

Sin embargo, a pesar de estas carencias, la película se mueve con agilidad, planteando una situación única que el realizador maneja con convicción e ingenio, provocando toda la tensión necesaria, gracias en parte al guion de Ryan Engle, especialista en intrigas con tensión (El pasajero, Non-Stop ambas de Collet-Serra con Liam Neeson, y Proyecto Rampage). El entretenimiento está asegurado.

VOY A PASÁRMELO BIEN Nostalgia musical romántica

España-México 2022 108 min.
Dirección
David Serrano Guion David Serrano y Luz Cipriota Fotografía Kiko de la Rica Música Zeltia Montes y Hombres G Intérpretes Raúl Arévalo, Karla Souza, Izan Fernández, Renata Hermida Richards, Dani Rovira, Rodrigo Díaz, Raúl Jiménez, Rodrigo Gibaja, Jorge Usón, Michel Herráiz, Fernando García, Javier García, Secun de la Rosa, Gabriela Soto Belicha, Teresa Hurtado de Ory, David Lorente, Miguel Rellán, Roberto Álamo Estreno 12 agosto 2022

Desde que Mamma Mia revolucionara el mundo de los musicales recuperando las canciones de Abba, muchos han sido los espectáculos y películas musicales que han seguido su ejemplo. Las canciones de Bruce Springsteen, The Beatles, Elton John, Queen o Raffaella Carrá y Mecano en nuestro caso, este último con Hoy no me puedo levantar en la Gran Vía, han servido unas veces para ilustrar sus biografías y otras para contarnos una historia tangencial, como es este caso con los éxitos de Hombres G, grupo icónico de los ochenta, admirados y vilipendiados a partes iguales, pero que cosecharon aquí un éxito rotundo en su época, y lo han seguido haciendo en Latinoamérica, como demostró su reciente taquillazo en el Madison Square Garden de Nueva York. El hecho de que esta sea una coproducción entre España y México habrá seguramente propiciado que sean estas canciones, no precisamente las más distinguidas de esa belle époque madrileña, las elegidas para ilustrar esta blandita y convencional historia de amor entre dos adolescentes a finales de los ochenta, y su reencuentro en época actual, todo ello ambientado en Valladolid, ciudad que a pesar de tener un peso cinematográfico tan rotundo, pocas veces ha servido de escenario cinematográfico.

Los resultados se mueven entre el musical bastante bien llevado, con coreografías enérgicas y movimientos de cámara arriesgados, la comedia de carácter nostálgica administrada con cierto ingenio y unos niños con bastante gracejo, especialmente el menudillo Rodrigo Gibaja, y algunas escenas bien escritas y con cierta capacidad para al menos conmover un poquito. No es poco para como está la situación ahora mismo, si bien sobran las gamberradas de los niños protagonistas, los típicos frikis del colegio que necesitan ser lo que no son para merecer el respeto de los demás, precisamente los mediocres. Estos clichés deberían ir abandonándose en aras a una mejor educación y capacidad para valorar lo que más lo merece.

Por otro lado, aunque al conjunto no le falta ritmo, adolece de una estructura adecuada, de forma que algunos números musicales prácticamente se suceden sin solución de continuidad, mientras de repente el director, curtido en la comedia con títulos como Días de fútbol, Días de cine, el muy olvidable también musical Una hora más en Canarias y Tenemos que hablar, olvida el género de su película y apenas ofrece un número musical durante un buen metraje. Paradójicamente, Secun de la Rosa, que el verano del año pasado nos ofreció un exquisito musical, El cover, tiene un cameo al final de esta película que probablemente será un éxito, mientras la suya fue un inexplicable fiasco de taquilla.

viernes, 12 de agosto de 2022

ENCUENTRO GOZOSO ENTRE BAYÓN, ÁGUEDA Y ESCAMILLA

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Cristina Bayón, soprano. Sara Águeda, arpa de dos órdenes. Programa: Manuela Escamilla, graciosa y visionaria del Siglo de Oro (tonos humanos y divinos de Juan Hidalgo y José Marín; piezas instrumentales de Lucas Ruiz de Ruibayaz, Diego Hernández Huete y Antonio Martín i Coll). Jueves 11 de agosto de 2022


Fieles a su costumbre de estructurar cada año la programación en torno a ciclos y bloques, las Noches del Alcázar desarrolla esta edición uno en torno a la mujer como creadora musical. Nombres de mujer repasa el papel generalmente oculto que ha jugado el género y que trasciende al propio ámbito musical o creativo para situarse en una encrucijada de lucha y reivindicación por una igualdad a la que ya se asomaron mujeres sobresalientes de hace cuatrocientos años. La polifacética artista del Siglo de Oro Manuela Escamilla, descendiente de una estirpe de cómicos, llamados graciosos en su época, y precursora en algunas de las artes escénicas más significativas de nuestro país, se unió al homenaje que la sevillana Ana Caro Mallén, también dramaturga y compositora por aquellos mismos años, recibió de manos de La Dezima Musa hace un par de semanas y repetirá mañana sábado en los Jardines del Alcázar.

Nacida en Monforte de Lemos, en Lugo, a mitad del siglo diecisiete, Manuela Escamilla gozó de una vida profesional como comediante de primer orden, pudiendo desarrollar con generosidad sus múltiples facetas creativas y llegando incluso a ser una respetada empresaria teatral, dirigiendo la compañía familiar en sitios como Valencia, Granada o Cádiz, además de sobrellevar una turbulenta y variada vida amorosa. De todo ello se hizo eco la rica propuesta de Bayón y Águeda, a quienes seguir en sus respectivas carreras ha sido siempre un gozo y una satisfacción. La feliz asociación entre ambas no ha hecho sino enriquecerlas todavía más. Hace ya un buen puñado de años que seguirle la pista a Cristina Bayón se ha convertido en todo un placer. Su voz se ha ido afianzando, mientras su talento escénico se ha visto también reforzado. La claridad en su dicción es otro de los elementos fuertes de su talento interpretativo. De todo ello dio buenas muestras en este tan bien articulado como primorosamente puesto en escena homenaje. La soprano ejerció de maestra de ceremonias, echando mano de su capacidad comunicativa, exigida y exigente en su faceta docente, para ilustrar cada bloque en el que estructuraron el recital, con detalles de la vida y el talento de la homenajeada. Así, sus primeros años cantando autos sacramentales siendo apenas una niña, se tradujeron en un par de autos divinos de Juan Hidalgo, destacando Aves que al sol despertáis con voz muy bien colocada y en perfecto estilo, contenida en expresividad pero haciendo siempre gala de un volumen generoso y unos agudos refulgentes. De su faceta empresarial, una vez fallecido su padre, el también cómico Antonio de Escamilla, sobresalió el anónimo ¿A quién me quejaré?, entonado con vehemencia y una profunda y emotiva carga dramática.


El amor, especialmente el profesado a su primer marido, Miguel de Pavía o Dieste, encontró en No sé yo cómo es de Juan Marín su lado más sentimental, y en Ay, que me río de Amor el lado más cómico, con una pletórica Bayón teatralizando a la perfección su cometido, algo que en la propina se reforzó con la aportación al canto de Sara Águeda en línea con la comicidad apuntada. Ojos, pues me desdeñáis, un clásico de Marín que casi nunca falta a estas representaciones, gozó también de la elegancia y la exquisitez de Bayón, sensacionalmente acompañada en todo momento por Águeda en el arpa de dos órdenes, difícil instrumento netamente español por cuyas entrelazadas cuerdas sus manos se desplazaron con tanta seguridad y delicadeza como para suscitar nuestro entusiasmo en piezas como una Pavana de Lucas Ruiz de Ribayaz, todo un especialista en la materia, o los muy agradecidos y llenos de ritmo Canarios de Martín i Coll. Dos estupendas artistas al encuentro de otra que les antecedió cuatro siglos, abriendo caminos como solo las personas más singulares saben hacerlo.

Fotografías: Actidea
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

PERSUASIÓN Solo el encanto permanece

Título original: Persuasion
USA 2022 109 min.
Dirección
Carrie Cracknell Guion Ronald Bass y Alice Victoria Winslow, según la novela de Jane Austen Fotografía Joe Anderson Música Stuart Earl Intérpretes Dakota Johnson, Cosmo Jarvis, Henry Golding, Richard E. Grant, Nikki Amuka-Bird, Ben Bailey Smith, Yolanda Kettle, Lydia Rose Bewley, Agni Scott, Stewart Scudamore, Mia McKenna-Bruce, Nia Towle, Izuka Hoyle Estreno en Netflix 15 julio 2022

Cuando en 1995 se estrenó en cines el telefilm Persuasión dirigido por Roger Michell antes de saltar a la fama con Notting Hill, ganar el Giraldillo de Oro con Venus y probar suerte en el cine americano con Morning Glory, descubrimos la novela más hermosa y profunda de cuantas escribió Jane Austen, aunque no contara con la popularidad de otros títulos señeros como Orgullo y prejuicio o Emma.

Precisamente el lavado de cara que sufrió esta última hace un par de años ha propiciado seguramente este regreso al universo de la escritora romántica británica, añadiéndose al empeño la reciente costumbre de integrar en el reparto gente de toda raza y condición, como ya ocurriera en la última adaptación de David Copperfield, lo que a efectos conciliadores puede tener su justificación, pero ni de lejos en un sentido estrictamente histórico. Es algo que rechina y poco ayuda a captar la atmósfera planteada por su autora, como tampoco lo hace el tono eminentemente cómico que le ha aportado su realizadora, curtida en funciones de teatro para la televisión, y mucho menos la gracia y belleza de Dakota Johnson, tan alejada del perfil original que destila la heroína en cuestión.

El resultado es una adaptación superficial, muy alejada de la profundidad y la dignidad que supo imbuirle Michell, de la que solo cabe destacar su belleza estética, con paisajes rurales y urbanos magníficamente retratados, y el siempre arrebatador encanto de las historias imaginadas por su autora, que en cierto modo permanece intacto.

miércoles, 10 de agosto de 2022

AXABEBA GLOSA LOS MILAGROS MARIANOS

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Axabeba: Ángeles Núñez, canto y percusión. José Luis Pastor, cuerda pulsada y dirección. Ignacio Gil, instrumentos de viento. Programa: Cantigas de Santa María 227, 292, 324, 257, 344, 389, 386 y 385, de Alfonso X El Sabio. Martes 9 de agosto de 2022


Llevamos dos años celebrando con mayor o menor acierto el ochocientos aniversario del nacimiento del Rey Alfonso de Castilla. Haber llegado al Mundo en noviembre le permite situarse entre dos temporadas, y que estas aprovechen la efemérides para todo tipo de propuestas y celebraciones. Sin ir más lejos acaba de inaugurarse en la emblemática Torre de Don Fadrique un mapping celebrando el paso del monarca por la capital andaluza y la relevancia que tuvo para la ciudad, traducido siempre en aciertos, sin mencionar jamás la influencia que para mal tienen este tipo de personajes que generalmente vitoreamos sin someter al análisis riguroso y certero que merecen. Los milagros de la Virgen sirvieron, a veces en tono jocoso e incluso casi cómico, para perpetuar el sometimiento del pueblo a través de la fe y el dogma, independientemente del valor artístico musical que su traducción en cantigas pueda haber mantenido a lo largo de los siglos.

Axabeba es posiblemente el conjunto que este año repita más veces actuación en las Noches del Alcázar. De hecho la de ayer fue la segunda de sus tres funciones, lo que sorprende a la vista de los diversos desajustes de orden y organización que sufrieron y que malograron el ritmo y la fluidez del montaje, lo que afortunadamente no afectó sin embargo a su calidad musical, por encima eso sí de lo discutible que pueda resultar el rigor con el que se puedan acometer estas piezas de tan extenso catálogo al que tantos grupos se han aproximado con desigual acierto. José Luis Pastor cuenta no obstante con los avales suficientes como para merecer el respeto y la consideración necesaria. No cabe duda de su autoridad a la cuerda pulsada, lo que añadido a su indiscutible pasión y solvente estudio y análisis del material, suele dar como resultado lo más parecido a la excelencia. Axabeba es sin duda su formación más emblemática y a sus postulados se ciñeron la voz siempre sensual y en estilo de Ángeles Núñez, este año presente en las Noches por partida doble, también con Emilio Villalba y La Dezima Musa, y el magisterio a las maderas de Ignacio Gil, cuyo paso intermitente por Artefactum se hizo sentir también en el concierto de anoche.

Un gran laúd, una zanfoña y lo que parecía una estrechísima cítola, junto a los más variados instrumentos de viento, como las flautas, la gaita y la chirimía, así como panderos y conchas entre la percusión, hizo las delicias de un público ya entusiasmado antes de la actuación, admirando la colección primorosamente colocada sobre el escenario. Con ellos los tres integrantes del conjunto elaboraron un previsible programa en el que se sucedieron diversos milagros, dejando claro ya desde la melodía, a menudo similar (caso de las cantigas 227 y 386 que abrieron y cerraron el programa), que lo importante era servir al texto. El preciso fraseo y la claridad en la voz de Núñez así lo supo entender también, aunque antes Pastor se hubiera encargado de traducir las letras del galaico portugués original. Lástima que a pesar de tanto y variado instrumento, Axabeba glosara cada pieza con escaso sentido de la creatividad, con cierta tendencia a la monotonía y la previsibilidad, lo que no impidió que disfrutáramos con el dulce canto de Núñez, apoyada en un precioso timbre, una generosa proyección y un esmerado buen gusto en las articulaciones, así como la maestría y la fineza de Gil y Pastor en sus cometidos, dentro de una propuesta decididamente tibia y convencional en términos generales. Aunque en un principio dejaron fuera del programa la cantiga nº 385, que narra la milagrosa curación de un hombre que sufrió una terrible pedrada, finalmente fue recuperada como propina, que Pastor dedicó emotivamente a su pequeña hija, presente en el público, mientras un invitado roedor se paseó sobre los setos situados detrás del escenario, demostrando que la plaga efectivamente se ha intensificado este año.

Foto: Actidea
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

domingo, 7 de agosto de 2022

CECILIA LAVILLA BERGANZA, ILUMINADA

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Cecilia Lavilla Berganza, soprano. Miguel Ituarte, piano. Programa: Seis Lieder de “Jucunde” op. 23, de Clara Schumann; selección de Lieder de Fanny Mendelssohn; selección del ciclo “Clairières dans le ciel”, de Lili Boulanger; selección de chansons de Cécile Chaminade. Sábado 6 de agosto de 2022


Acertó Cecilia Lavilla Berganza en dedicar a su madre, fallecida el pasado 13 de mayo, la pieza que cantó como propina, Le dernier sorcier de Pauline Viardot, entroncando además con la ciudad que de nuevo le dio la bienvenida, y con la que estas noches del Alcázar repitió una noche más lleno absoluto. Y acertó además en emocionarse y emocionarnos a nosotros y nosotras, que tanto echamos y seguiremos echando de menos a la insigne mezzosoprano madrileña, tan asociada a Rossini como lo estuvo el sevillano Manuel García, padre de la Viardot. Unas asociaciones de ideas tan bien hilvanadas que dan buena muestra del milagro de la vida, la fascinación de sus vericuetos y la celebración aun en la muerte de las experiencias vividas sobre la Tierra.

Antes, su voz se manifestó en mejor forma que nunca, rutilante y fresca, capaz de conmover y suscitar la mayor de las atenciones, con un programa integrado exclusivamente por obras compuestas por mujeres. Podríamos pensar que este tipo de conciertos son fruto de la moda de lo políticamente correcto, si no fuera porque somos conscientes de la necesidad de visibilizar el trabajo de quienes durante tanto tiempo fueron silenciadas y ninguneadas, y porque descubrimos que a menudo su trabajo era tan digno de interpretarse y celebrarse como el de los más populares clásicos habituales. Acompañándola, su inseparable Miguel Ituarte, un buen conocido de la ciudad, tanto cuando actúa en solitario como cuando lo hace acompañando. Tiene mérito que Lavilla entonase el programa de seguido, algo inevitable cuando de un ciclo completo se trata, pero evitable con interludios instrumentales que permitan descansar la voz, cuando de selecciones va la cosa. Y tiene mérito que Ituarte tocara todas las piezas de memoria, algo poco habitual cuando se trata de un repertorio tan relativamente insólito como el propuesto en esta ocasión. Lo cierto es que Lavilla e Ituarte repasaron tres épocas y estilos, dos idiomas y cuatro compositoras con tanta facilidad y frescura que todo resultó fluido y elegante.


Aun con la amplificación preceptiva, es evidente que la soprano abarca un amplio registro y consigue una proyección más que generosa, lo que unido a una indiscutible facilidad para la inflexión, el color, la agilidad y el control dinámico, devino en pura delicia cuando entonó las canciones de Clara Schumann, más próximas en estilo a Schubert que a su propio esposo, permitiendo a la voz expresar carácter épico (Was weinst du, Blümlein) y melancólico (Auf einem grünen Hügel). El brillo de su voz se hizo patente también en los Lieder de Fanny Mendelssohn, con quien tanto se especula si poseía el mismo o más talento que su afamado hermano Felix, estos en general de tono más patético y concentrado y con un estilo más genuino y personal. Tras ellas se hizo presente la influencia debussyana en las seis canciones seleccionadas de las trece que integran el ciclo Clairières dans le ciel de Lili Boulanger, que Lavilla defendió con impecable entonación, apartándose discretamente de la tonalidad, mientras Ituarte se empeñó a fondo para marcar sus interesantes, y tintineantes, juegos de timbres y colores. Finalmente, fueron las chansons de Cécile Chaminade, otra compositora muy reivindicada en las últimas décadas, las encargadas de cerrar tan magnífico recital, de nuevo con un previsible estilo romántico asociado a la estética de salón y cierto sentido del humor. De todo ello se hizo eco perfectamente la voz, la expresividad y la puesta en escena de Cecilia Lavilla, acompañada sensacionalmente por el pianista vasco, juntos marcando uno de los conciertos de mayor categoría de la presente edición de las Noches del Alcázar.

Fotos: Actidea
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 6 de agosto de 2022

TRECE VIDAS Épica heroica, solidaria y sentimental

Título original: Thirteen Lives
Reino Unido 2022 142 min.
Dirección
Ron Howard Guion William Nicholson, según la historia de Don MacPherson basada en hechos reales Fotografía Sayombhu Mukdeeprom Música Benjamin Wallfisch Intérpretes Colin Farrell, Viggo Mortensen, Joel Edgerton, Tom Bateman, Paul Gleeson, Teeradon Supunpinyo, Pasakorn Hoyhon, Giradi Sugiyama, Nophand Boonyai Estreno en Amazon Prime 5 agosto 2022


El 23 de junio de 2018 un equipo infantil de fútbol y su entrenador quedaron atrapados en la cueva tailandesa Tham Luang Nang No (Gran cueva de la Dama Dormida) como consecuencia de una repentina lluvia torrencial un par de semanas antes de que llegara la temporada del monzón. La nueva película de Ron Howard es sin duda la mejor de ficción que ha realizado desde Rush, con escalas en las también estimables En el corazón del mar y Han Solo, y no tanto en las más endebles Inferno y Hillbilly: Una elegía rural. Entre medio ha puesto a prueba su particular visión del documental con retratos de Pavarotti, The Beatles (Eight Days a Week) y el chef español José Andrés (Alimentando el mundo), justo este año que ha perfilado su tendencia humanista también con esta emocionante y emotiva película.

La película narra el complicadísimo rescate que tuvieron que llevar a cabo las fuerzas armadas del país, sus unidades especiales de salvamento submarino (Navy Seal) y un sinfín de voluntarios llegados de todas partes del globo, si bien pone especial énfasis en el trabajo radical, decidido e ingenioso de cuatro submarinistas ingleses. No cabe duda de que la aportación de estos auténticos y reales héroes fue decisiva, pero tampoco que la película, de capital inglés y americano, encuentra en ellos su principal motivación y punto de interés. Eso no le resta valor a un trabajo que en su dilatado metraje, quizás lo más inconveniente de la cinta, transmite valores esenciales pero a menudo despreciados como el trabajo en equipo, la solidaridad humana, el entrenamiento físico como fuente de salud y resistencia, e incluso la fe en las fuerzas de la naturaleza a través del autocontrol y la meditación.

Howard, con la ayuda de William Nicholson (Gladiator, Los miserables) al guion, ha sabido conjugar todos estos aspectos en esta película excepcional, tan llena de vida como la de los trece chavales que se reivindican, dejando atrás polémicas suscitadas entonces sobre si despertaban el mismo coraje y determinación los cientos de niños ahogados en el Mediterráneo mientras buscaban una vida mejor. Aquí destaca esa fuerza sobrehumana para poner todos los recursos técnicos y humanos a nuestro alcance para remediar una situación trágica y angustiosa, de la misma manera que tan a menudo el género saca todo su potencial para aniquilar al prójimo indiscriminada y salvajemente. Es la cara y la cruz de nuestra civilización, perfectamente estructurada por un director tan veterano como sabio, y un equipo artístico de primer orden en el que solo poder admirar el trabajo de Mortensen, Farrell y Edgerton ya emociona y pone la piel de gallina. Conviene abstenerse de refrescar nuestros conocimientos sobre los acontecimientos reales, con el fin de mantener toda la angustia y la inquietud que el film sabe tan bien reflejar.

PETITE ENSEMBLE CON PERFUME DE MUJER

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Eva Febrer Florit, violín barroco. Viviana González Careaga, viola da gamba. María Luz Martínez, tiorba. Programa: Sonatas I y II, de Dario Castello; Sonata I, de Giovanni Paolo Cima; Suite en La menor y Allemande y Gavotte en Do mayor, de Robert de Visèe; Passacaglia, de Giovanni Girolamo Kapsberger; Sonata prima, de Giovanni Battista Fontana. Viernes 5 de agosto de 2022


Las Noches del Alcázar se han vestido este fin de semana con ropajes de mujer, en esta ocasión con un repertorio del primer Barroco italiano y francés en el que más que justificarse su condición de perspectiva de género por la posible influencia que curtidas mujeres, intelectualmente hablando, pudieran haber ejercido sobre los compositores, todos hombres, podría serlo por la sensibilidad netamente femenina con la que sus tres intérpretes supieron abrazar el repertorio seleccionado. El nivel hoy es tan alto que supone un enorme esfuerzo alcanzar la calidad necesaria; hay mucha competencia y mucho se ha avanzado en las últimas décadas en lo que a interpretación históricamente informada se refiere como para que nuevos grupos alcancen a decir algo nuevo o sorprendente.

Es el caso de este Le Petite Ensemble, formado recientemente entre tres compañeras que en algún momento coincidieron como profesoras en el Conservatorio Cristóbal de Morales de la capital hispalense. Forjadas más como maestras que como intérpretes, aunque como tales han hecho sus pinitos más de una vez, su formación se resintió quizás de cierta inexperiencia y novedad, lo que podría resolverse con el paso del tiempo si dedican el esfuerzo, tiempo y empeño que la empresa exige y merece. Mientras tanto se agradece que sean capaces de poner sobre los atriles músicas tan refrescantes, hermosas y poco transitadas, con una calidad al menos digna. Así las cosas, el violín de Eva Febrer alcanzó niveles más que aceptables en los pasajes más líricos, como la sarabanda de la suite de Robert de Visèe, evidenciando buen gusto y mucha sensibilidad, mientras se defendió peor en los más atrevidos y dinámicos, con inflexiones no siempre bien resueltas, faltas constantes de afinación y sonido ocasionalmente estridente, a pesar de lo cual supo resolver complejas agilidades dejando claro que con algo más de práctica podría dar mejores resultados, además de dedicar como sus compañeras más tiempo a la afinación, que ya se sabe que las inclemencias del calor afectan considerablemente a estos instrumentos históricamente recreados.

En los atriles, además del autor francés curtido en la Corte de Luis XIV pero presuntamente suavizado en los salones de Madame de Maintenon y la Duquesa de Maine, ilustres representantes de la canzona italiana, Castello, Cima y Fontana, traducidos en particulares sonatas que no llegaron a funcionar todo lo deseable a nivel de compenetración y diálogo, pero permitieron a sus integrantes lucir aptitudes singulares, como Viviana González a la viola da gamba, atenta y elegante al fraseo aunque algo apagada en tono y disposición, o María Luz Martínez, postergada a un mero acompañamiento, a pesar de que las piezas de de Visèe fueron escritas para su instrumento pero interpretadas en arreglos para violín. Martínez dio a pesar de ello buenas muestras de controlar la cuerda pulsada y extraer de ella sonidos tan precisos como evocadores, como bien pudo demostrar en el exquisito Passacaglia de Kapsberger que recreó a dúo con la violagambista.

Foto: Actidea
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

BULLET TRAIN Otro delirio hiper violento

USA-Japón 2022 126 min.
Dirección
David Leitch Guion Zak Olkewicz, según la novela de Kotaro Isaka Fotografía Jonathan Sela Música Dominic Lewis Intérpretes Brad Pitt, Joey King, Aaron Taylor-Johnson, Brian Tyree Henry, Andrew Koji, Hiroyuki Sanada, Michael Shannon, Sandra Bullock, Bad Bunny, Logan Lerman, Zazie Beetz Estreno en España y Estados Unidos 5 agosto 2022

Hubo un tiempo en el que incluso los títulos de las canciones se traducían en nuestro país. Sin ir más lejos, el éxito de los Bee Gees con el que se inicia esta película, en una versión oportunamente exótica, Stayin’ Alive se llamó aquí Viviendo. Ahora, aunque España sigue siendo un país analfabeto en idiomas (y en otras asignaturas también), nuestros distribuidores prefieren los títulos originales, por muy bien que hubiese resultado llamar a este engendro Tren bala.

Después de ver el tráiler infinidad de veces (los asiduos al cine estamos condenados a una publicidad agotadoramente repetitiva), por fin podemos ver en pantalla grande la versión larga, que es lo que ofrece esta cinta que una vez más ha merecido, para sorpresa de propios y extraños, el beneplácito de una crítica sospechosamente acomodada. Y es que no vemos en este disparate motivo alguno para el regocijo, puede que porque seamos muy mayores para compartir esta cultura de la extrema violencia y el disparate sin tregua que se ofrece incluso como artefacto ingenioso y vehículo apto ¡para la comedia!, por mucha sangre y vísceras que vuelen ante nuestros ojos. Está claro que todo está construido robóticamente a imagen y semejanza de una generación que ha crecido a la sombra de los videojuegos y las franquicias de la exageración y el dislate, como ese Fast and Furious o aquel Deadpool de las que el director David Leitch se ha curtido en alguna de sus secuelas. Ser el doble de acción de Brad Pitt también le habrá servido a la hora de recibir su apoyo económico.

Lo cierto es que ni su dirección artística nos ha convencido, con lo que podría haber dado de sí una trama de intriga y venganza al más puro estilo Sergio Leone pero con estética en el guion y la puesta en escena de Tarantino, en un tren que debería ir abarrotado de gente, pero en el que lo único que abundan son los asesinos a sueldo. Una canción compuesta por el autor de la banda sonora, Dominic Lewis, en cuyo trabajo también se atisba el estilo Morricone, cantada por Alejandro Sanz en plan Chavela Vargas, y la participación en el reparto del rapero Bad Bunny, además de un divertido reverso de protagonismo con respecto a la reciente La ciudad perdida, y algún que otro simpático cameo, dan idea de lo estudiada que está la empresa para encandilar a ese público irresponsable e inconsciente al que va dirigida.

martes, 2 de agosto de 2022

VORTEX La vida como una pesadilla

Francia-Bélgica-Mónaco 2021 142 min.
Guion y dirección
Gaspar Noé Fotografía Benoît Debie Intérpretes Dario Argento, Françoise Lebrun, Alex Lutz, Kylian Dheret Estreno en el Festival de Cannes 16 julio 2021; en Francia 13 abril 2022; en España 29 julio 2022

Una cita de Edgar Allan Poe (La vida es un sueño dentro de un sueño), que rebasa a la del propio Calderón de la Barca, y una canción de Françoise Hardy (Mon amie la rose) que dice cosas como Somos tan pequeños, Tengo el pie en la tumba, Me admiraste ayer pero hoy seré polvo y Desperté vieja, dejan claras cuáles sean las intenciones del terrible Gaspar Noé, cuyas películas Irreversible, Clímax o Lux Aeterna no dejaron indiferente a nadie. Seguramente muchos y muchas de quienes identifiquen al director argentino afincado en Francia con este tipo de producciones, huirán de esta, que sin embargo se distancia considerablemente de ellas y se convierte, a pesar de sus puntuales caprichos y presuntas genialidades, en la más convencional de sus películas. Pero aquí el sueño se convierte más bien en una pesadilla, cuyo núcleo parece ser ese torbellino o turbulencia que indica su intrigante título.

Como en Amor de Haneke, Noé analiza la relación de un matrimonio en sus últimos días, condicionada por la enfermedad y la decrepitud. Como metáfora de nuestra soledad, apenas aliviada por el amor incondicional y veterano, el director divide la pantalla casi desde el inicio en dos, y sitúa habitualmente a cada uno y una de sus personajes en su segmento correspondiente, a menudo de forma aparentemente caprichosa y trivial. Pero a diferencia del film del director austriaco, aquí no solo se habla de pérdida de memoria y de la propia identidad, más bien se ahonda en la muerte como liberación, la enfermedad como decadencia y la vida como acumulación estéril y germen de decepciones, fracasos y miserias, representadas en las figuras de un hijo que, a diferencia de Isabelle Huppert, adopta un papel más relevante y presente en esta función, y de un nieto que deja claro que la mente es capaz de aglutinar irregularidades e imperfecciones prácticamente desde que nacemos.

Todo es turbio y desalentador en esta película para la que Noé ha contado con su admirado Dario Argento, director de películas de culto como Suspiria o Phenomena, en su única incursión como protagonista hasta el momento, cometido del que sale rotundamente triunfante. También en esta ocasión surgen referencias a otro de sus artistas más influyentes, Luis Buñuel, protagonista de varios de los libros que inundan la casa de este anciano matrimonio. La película discurre entre conversaciones, disparates forjados por una mente perdida y breves salidas al exterior que ratifican esa atmósfera enrarecida y desesperanzadora en la que habitan sus heridos personajes. Aunque sus dos horas casi y media de duración le pasa factura, se agradece que no exija demasiada concentración para entender cuáles sean los postulados e intenciones de un director que más que cruel se perfila aquí como un objetivo y convencido humanista.

lunes, 1 de agosto de 2022

LOS PERDONADOS El mundo se divierte

Título original: The Forgiven
Reino Unido 2021 117 min.
Guion y dirección
John Michael McDonagh, según la novela de Lawrence Osborne Fotografía Larry Smith Música Lorne Balfe Intérpretes Ralph Fiennes, Jessica Chastain, Saïd Taghmaoui, Matt Smith, Caleb Landry Jones, Christopher Abbott, Mourad Zaoui, Ismael Kanater, Marie-Josée Croze, Alex Jennings, Abbey Lee, Anas El Baz, Omar Ghazaoui Estreno en el Festival de Toronto 11 septiembre 2021; en España 22 julio 2022; en Reino Unido previsto 2 septiembre 2022

Hace un siglo eran muchos los autores, predominantemente británicos, que se interesaban en sus novelas por el contraste cultural entre Oriente y Occidente, fuertemente potenciado por la huella del colonialismo imperante. Esa misma fuerza se mantiene hoy en día con el agravante de persistir aun después de muchas décadas de independencia, lo que demuestra lo indeleble que puede llegar a ser una influencia tan caótica como la ejercida sobre distintas culturas, que lejos de acercar provoca mayor distanciamiento y reafirmación de una propia singularidad. Algo que probablemente ha influido también en ese mismo extremismo religioso que se ha encargado así mismo de resaltar dichas diferencias y que en esta película basada en una novela de Lawrence Osborne se refleja de forma tan efectiva como inquietante, acaso incluso con algo de tosquedad para que todo quede bien claro.

John Michael McDonagh abandona el tono casi de comedia que caracterizaban sus anteriores trabajos, como Calvary o El irlandés, y se sumerge en un intenso thriller más cerca del puro drama, con resultados bastante satisfactorios y retorcidos desde el punto de vista moral y ético. Propone una fábula en la que un desgraciado incidente mal gestionado provoca un choque de culturas y algún ajuste de cuentas que permite a Ralph Fiennes componer un personaje extraordinario desde el punto de vista dramático, cuya incertidumbre y hasta miedo inicial se ve tan bien reflejado como el proceso de aprendizaje de una sorprendente y trágica lección.

Mientras tanto la cinta no escatima en ridiculizar la prepotencia occidental, esa ansia de disfrute, control y dominio de perfiles casi dionisíacos que enfrenta una comunidad sencilla, oprimida y decepcionada con otra despreocupada, presuntamente inmoral y éticamente desgastada. Nada sería igual sin la aportación también de Jessica Chastain, tan acertada en su muy delicado papel, con el que debe transmitir ese punto justo de hipocresía que representa al conjunto de invitados a una fiesta en pleno desierto marroquí, que se perfila así de nuevo como el lugar idóneo tanto para desatar pasiones como para provocar heridas y dolor.