lunes, 31 de julio de 2023

INCIVISMO Y ABANDONO EN SEVILLA: LA CARTUJA

Aparcamiento incívico e improvisado en el acerado junto al CAR

Aunque éste sea un blog fundamentalmente de cine y música, de vez en cuando aprovechamos para reflexionar o denunciar sobre ciertos aspectos relacionados sobre todo con Sevilla. Para quien, como yo, tanto ama su ciudad, su gestión y su ciudadanía provocan también mucho dolor, debido a la dejadez y a la falta de civismo, lo que a menudo convierte la ciudad en algo muy lejano a lo que merece y deseamos quienes sí cumplimos unas normas mínimas de convivencia.

Aparcamiento incívico e improvisado en la zona ajardinada junto al Hotel Barceló

Para empezar esta ronda de denuncias, nos hemos fijado en el aspecto tan deteriorado que presenta la que una vez fue la joya de la modernización de la ciudad, la Isla de la Cartuja. Dos cuestiones nos han llamado especialmente la atención en los últimos años, por un lado el uso indiscriminado que de sus aceras y paseos hacen los vehículos de quienes, fundamentalmente, deciden pasar una jornada en Isla Mágica sin pasar por el cómodo aparcamiento dispuesto para ello, y que sólo supone desembolsar una cantidad mínima creo que de tres o cinco euros.

Paseo fluvial invadido junto al Teatro Central. Un vehículo circula libremente por esta zona prohibida al tráfico

El acerado junto a las instalaciones del CAR se convierte así en un improvisado, incómodo y desagradable aparcamiento que impide a los peatones pasear por él, obligándoles a ocupar el carril bici y desplazando éstas en más de una ocasión. Pero aún peor es haber convertido el paseo fluvial junto al Guadalquivir en aparcamiento provisto incluso de los consabidos gorrillas. Más allá incluso del Teatro Central es raro no encontrar en fines de semana coches aparcados impidiendo el uso para el que fue diseñado dicho paseo, el disfrute de peatones y bicicletas. Rara vez pasa por allí la policía, local o nacional, para impedir dicho infortunio e imponer las consabidas multas.

Cancela rota de entrada a la pasarela sobre el río

Y no dejamos el paseo fluvial para denunciar el cierre durante años de la pasarela que nos hacía disfrutar de tantos y agradables paseos sobre el río. Suponemos que el cierre se produjo para evitar que la chavalería lo utilizara como trampolín con el que zambullirse temerariamente en el insalubre río, si bien como remero y piragüista aficionado que fui, las caídas que sufrí y los baños voluntarios que me di en él, nunca me provocaron ningún desajuste físico. Como cabía imaginar, cerrar la pasarela no impidió que los chavales siguieran utilizándola como puente para la diversión, mientras fuimos el resto de la ciudadanía, quienes perdimos el placer de pasear por él. Pagamos justos por pecadores.

Cancela cerrada a la salida de la pasarela sobre el río

Sin embargo hace tiempo que el precinto de la cancela  de entrada a la pasarela fue roto, también la cancela, pero el de salida sigue intacto, por lo que el abandono municipal ha dejado la pasarela seriamente dañada, síntomas que se perciben también en la barandilla seccionada para facilitar el baño de los gamberros. Una vez más, falta mantenimiento en una ciudad que siempre se reivindica de cara al turismo y la historia. Es sólo una de las muchas vergüenzas que denunciaremos, mientras el ánimo y el cuerpo nos lo permita, en próximas entregas.

Barandilla seccionada en la pasarela sobre el río

Fotos tomadas el pasado sábado 29 de julio de 2023

DON JUAN La peor versión de un mito clásico

Francia 2022 100 min.
Dirección
Serge Bozon Guion Serge Bozon y Axelle Ropert Fotografía Sébastien Buchmann Música Benjamin Esdraffo, Laurent Talon y Mehdi Zannad Intérpretes Tahar Rahim, Virginie Efira, Alain Chamfort, Jehnny Beth, Damien Chapelle, Louise Ribiere Estreno en el Festival de Cannes 22 mayo 2022; en Francia 23 mayo 2022; en España 28 julio 2023

De vez en cuando, el actor y guionista Serge Bozon dirige una película. De sus cuatro títulos anteriores en este cargo sólo apreciamos haber visto la excéntrica comedia Madame Hyde, con una divertida Isabelle Huppert como protagonista. Aquello tenía su gracia, ésta ninguna. Tampoco es que lo pretenda, quizás lo único que intente es analizar desde un prisma contemporáneo la mítica figura del Don Juan, el que inmortalizaron Tirso de Molina, Zorrilla, Mozart y Moliére. La cinta está más cerca de este último que de los anteriores, aunque se permita utilizar en su banda sonora la obertura de la más famosa de cuantas óperas se han compuesto sobre el personaje, en unas versiones antiquísimas que dan buena muestra del carácter extravagante y caprichoso de la función.

Desde luego para Tahar Rahim (Un profeta) y Virginie Efira (Benedetta) se trata de un capítulo muy particular de sus filmografías, especialmente por el carácter premeditadamente bizarro de la propuesta. Los referentes son relativamente claros, con la comedia musical al estilo Jacques Demy y la puesta en escena híbrida entre la austeridad de un Rohmer y el colorismo de Leconte, Bozon no encuentra sin embargo el tono justo para llevar a buen puerto su irritante e insufrible oferta, que ni acierta en analizar el mito del conquistador impulsivo en tiempos modernos, ni a empoderar a una Julie/Elvira que aparque el carácter rancio del original, ni a situar en su justa medida el personaje del padre/comendador y su diabólica venganza que aquí no lo es tanto.

Pero mientras la siempre exquisita Efira encaja en su papel, Rahim no lo hace en absoluto, y parece todo el tiempo ausente y falto de inspiración, incluso cuando canta no mal del todo las nada estimulantes canciones que firma Benjamin Esdraffo. Al final lo que más nos sorprende es nuestra capacidad de resistencia, siempre a la espera de que en algún momento surja un rayo de inspiración que justifique haber sufrido tan soporífera y ridícula experiencia, más allá de disfrutar de sus carismáticos protagonistas, que en el caso de ella se multiplica en diversas facetas y aspectos, como si de una muñeca Barbie se tratase.

martes, 25 de julio de 2023

TIERRA DE NUESTRAS MADRES La España vaciada y agredida

España 2023 88 min.
Guion y dirección
Liz Lobato Fotografía Ismael Blanco Música Luis y Jeremías Tejera Intérpretes Saturnino García, José Luis Cruza, Milagros Torres Perales, Carlos Alberto Márquez, Néstor Espada, Luis Miguel Torres Clemente, Rosa Aranda Medrano, Antonio José Novillo, Pilar Rivera, Juliana Sesmero, Maruja López Santos Estreno en el Festival de Málaga 12 marzo 2023; en salas 20 julio 2023


Condenada a una exhibición muy limitada, el debut en la dirección de la hasta ahora actriz Liz Lobato (Salir del ropero, Ánimas, En las estrellas) es sin embargo un producto fresco y diferente entre tanto material prefabricado. La suya es una película hecha con pocos medios pero con mucho cariño y más intención, que retrata esa España vaciada y abandonada a la que nadie, y mucho menos las instituciones públicas, prestan atención. Ambientada en un pueblo de La Mancha, sus habitantes sufren la especulación más agresiva y capitalista imaginable aprovechando las deudas contraídas por la ludopatía reinante, resultado también de la manipulación mediática y la falta de formación generalizada.

Lobato echa mano de un elenco prácticamente amateur, lo que se nota en el resultado más de forma positiva que al contrario, por la frescura y la naturalidad que emana de cada una y uno de sus personajes. Confía la narración a una cabra, a la que pone voz su propia y anciana madre, lo que contribuye aún más a dotar al conjunto de ese aspecto surrealista y esperpéntico que tiene la película y que entronca con aquel cine rural y en blanco y negro que tantas veces cultivaron cineastas como Berlanga o Bardem. Y basa su análisis en las nuevas invasiones culturales e ideológicas, también inmobiliarias, a las que nuestra pereza y conformismo no hacen frente, para lo que no duda en comparar la situación con las luchas antinapoleónicas que nos libraron del invasor hace más de dos siglos. En el camino, toda esta inventiva, frescura y valentía con la que la directora asume su nuevo rol, pasa por altibajos narrativos y falta considerable de tensión, no obstante lo cual se disfruta por su comicidad y resuelta originalidad, llena de ocurrencias como la de confiar el personaje protagonista, una mujer de pueblo a la antigua usanza, a Saturnino García, galardonado en Málaga por un papel que potencia aún más su condición de actor inclasificable, después de que en 1995 fuera galardonado con el Goya ¡al mejor actor revelación! por Justino, un asesino de la tercera edad, sin tener en cuenta su veteranía en la vida y la profesión. Ahora habría que inventar un premio no binario para reconocer su excelente trabajo.

Otros aciertos es su luminosa fotografía en blanco y negro y su generosa banda sonora, resuelta con pocos instrumentos pero mucha inventiva musical. Merece destacar también la presentación de cada una y uno de los personajes, a fuerza de fotografía antiguas y una entrañable memoria colectiva, aunque a menudo se caiga en el anacronismo entre los personajes y las épocas que les debió tocar vivir. Con todo, se trata de un soplo de aire fresco dentro de un panorama muy mediatizado y demasiado controlado, y por tanto un muy prometedor debut de otra mujer realizadora, que son quienes más agradables y revolucionarias sorpresas nos están dando a la afición y la crítica.

OPPENHEIMER Una demostración de fuerza

USA 2023 180 min.
Guion y dirección
Christopher Nolan, según el libro de Kai Bird y Martin J. Sherwin Fotografía Hoyte van Hoytema Música Ludwig Göransson Intérpretes Cillian Murphy, Emily Blunt, Robert Downey jr., Matt Damon, Josh Hartnett, Florence Pugh, Jason Clarke, Alden Ehrenreich, David Krumholtz, Ben Safdie, Kenneth Branagh, Tom Conti, Rami Malek, Gary Oldman, Casey Affleck, Tony Goldwyn, Matthew Modine, Jack Quaid, Louise Lombard, James D’Arcy, Josh Zuckerman Estreno en España 20 julio 2023; en Estados Unidos 21 julio 2023


En su cine como director, Christopher Nolan siempre se ha caracterizado por rizar el rizo, sobre todo a nivel estético y narrativo, con auténticos laberintos como Origen, Interstellar, Dunkerke o Tenet, y partiendo de aquel mítico Memento que puso el nivel de originalidad tan alto que muchos pensamos sería incapaz de repetir fórmula. Lo ha conseguido, ofreciendo siempre productos muy cuidados, técnicamente novedosos e impolutos y narrativamente sofisticados. Es lo que ofrece también en esta compleja biografía de J. Robert Oppenheimer, el científico que lideró el Proyecto Manhattan que derivó en el arma más mortífera y agresiva que jamás haya perpetrado el hombre, la bomba atómica, y que le convirtió en una marioneta del sistema que más veces se auto flagela y pone en entredicho aunque al final nunca pase nada y todo siga igual. Víctima de su propia megalomanía, Nolan necesita tres horas para contarnos el ascenso y caída de este moderno Prometeo, que como su propio prólogo manifiesta, fue condenado al tormento permanente. Una tortura que en su caso vino de la mano de sus filiaciones al partido comunista norteamericano, propiciadas más por sus escarceos amorosos que por sus propias convicciones.

Plantearse desde un punto de vista ético y moral los desastres que habrían de provocar su ingenio científico, abrió esa puerta del escarnio y la persecución pública a la que tan proclive es la sociedad y la política bienpensante, católica y conservadora estadounidense. El momento fue tan proclive como la caza de brujas del macartismo, y la base un encuentro con el presidente Truman – una brevísima pero muy intensa intervención del camaleónico Gary Oldman – que aclaró lúcidamente quién apretó el botón de la hecatombe y la ignominia presuntuosa del hombre, sobre todo cuando se trataba más de una demostración de fuerza a las puertas de la guerra fría que del remedio a una guerra que se prolongaba y mataba a más soldados de lo esperable, y que en realidad se encontraba prácticamente controlada. Todo esto se cuenta de forma compleja y minuciosa en esta última filigrana de Nolan, más cerca quizás de otros cineastas como Oliver Stone que de su propio lenguaje, cuyo guion, bastante pomposo y pretencioso en sus líneas de diálogo por cierto, también firma el director, como todos sus trabajos anteriores. Lástima que ese guion acuse la falta de rigor respecto al Proyecto Manhattan, mucho más complejo y sofisticado de lo que simplifica la película a pesar de sus tres horas de duración, limitado al poblado Los Álamos construido ex profeso de forma tan peregrina como simplista. Tampoco atina Nolan a la hora de narrar en su primer tercio la carrera académica y científica del protagonista. Hay además una maraña de personajes que enturbian el seguimiento de la película, aunque para ello se nutra de un reparto prodigioso en el que más de uno y una se lucen considerablemente, de manera especial la abnegada y fatigada esposa de Oppenheimer a la que da vida Emily Blunt, y el misterioso director de la agencia de energía atómica al que da vida un sorprendente Robert Downey jr.

Disfruta la cinta de una espléndida fotografía que combina color y blanco y negro del artista de la luz Hoyte van Hoytema. Hay sin embargo demasiada música, omnipresente, del más que interesante Ludwig Göransson, lo que tampoco facilita la consideración del film como obra redonda, a pesar de lo cual no nos cabe sino admirar la capacidad de Nolan para sorprender y entretener sin contar nada nuevo, que de autocríticas norteamericanas el cine está lleno, y la asunción del mea culpa es casi un sub género, esta vez por una bomba que mató de un tirón a cientos de miles de inocentes. Einstein no parecía desde luego entusiasmado con la empresa y así se constata en una secuencia crucial y muy reveladora de esta película desigual que contiene indiscutiblemente momentos de gran cine.

BARBIE La vida no es siempre de color rosa

USA 2023 114 min.
Dirección
Greta Gerwig Guion Greta Gerwig y Noah Baumbach Fotografía Rodrigo Prieto Música Mark Ronson y Andrew Wyatt Intérpretes Margot Robbie, Ryan Gosling, America Ferrera, Michael Cera, Rhea Perlman, Will Ferrell, Simon Liu, Emma Mackey, Kate McKinnon, Alexandra Shipp, John Cena, Ariana Greenblatt, Connor Swindells Estreno en España 20 julio 2023; en Estados Unidos 21 julio 2023

Cualquiera con un poquito de inquietud cinematográfica sabía que ésta no podía ser una aproximación simplista y meramente frívola al universo de las famosas muñecas Mattel. Con Greta Gerwig y su pareja Noah Baumbach al frente cabía toparse con un artilugio bastante más pretencioso y articulado en torno a algún tipo de mensaje, especialmente de tono feminista. Pero también es cierto que ese mismo motivo invitaba a desconfiar del resultado final, por cuanto la joven 
realizadora (tiene todavía cuarenta años) no ha acertado en sus anteriores y sin embargo celebrados trabajos a plasmar todo el potencial del material que le ha servido de base, ni en la un tanto histérica y esquiva Lady Bird ni en la más pedante de cuantas adaptaciones ha tenido Mujercitas de Louise May Alcott. Si además añadimos a su esposo Noah Baumbach como guionista, que la ha dirigido en Frances Ha y Mrs. America, y es el responsable de otros celebrados a pesar de inocuos films como Historia de un matrimonio o Ruido de fondo, la desconfianza crece. No podemos sin embargo negar al producto cierta complacencia en lo kitsch, con una puesta en escena hortera y divertida, un elenco de personajes atractivo, con todas las Barbies y Kens imaginables tomando cuerpo y forma, y una querencia por el chiste y el homenaje bien perfilado, que hace de la experiencia un disfrute de manera considerable.

A ello se une un marketing tan esmerado que ha convertido su estreno en el más exitoso de una cartelera veraniega plagada de estrenos estrella, arrastrando con ello el de otra película del muy mediático Christopher Nolan, Oppenheimer, muy codiciado también en un mismo fin de semana que algunos han bautizado como Barbenheimer. Tan divertido como la película es comprobar, al menos en sus primeros días de exhibición, el afán del público por acudir a la cita disfrazado de las famosas muñecas y muñecos, toda una fiesta que se perpetúa en la primera mitad de una película que arranca certeramente con una plasmación en estilo 2001 de la razón por la que Ruth Handler (interpretada por Rhea Perlman, protagonista de la serie Taxi y esposa de Danny DeVito) inventó la muñeca en los cincuenta del pasado siglo, para sustituir los muñecos que servían a las niñas para aprender a ser mamás y amas de casa por otras en las que poder reflejarse como cánones de belleza y mujeres independientes y empoderadas con profesiones liberales. El empeño de Gerwig y su protagonista y productora Margot Robbie, reside en desmantelar ese propósito con fines feministas, convirtiendo el producto Mattel en otro mecanismo de control y poder de un país experto en hacerlo de manera discreta y disimulada, creando así un estereotipo de mujer que lejos de liberar a las niñas, las limita y traumatiza si no alcanzan unos parámetros determinados.

Pero la empresa una vez más le sale rana a Gerwig, que no sabe manejar de forma eficiente y clarificadora estos pormenores, con lo que al final todo queda en un relumbrón divertido y jocoso, plagado de situaciones surrealistas y personajes que lo son todavía más (los interpretados por Will Ferrell o la Barbie extraña de Kate McKinnon), pero que en su recta final pierde el discurso y no alcanza a cerrarlo con la clarividencia y el ingenio que merece. Darle la vuelta a la vida real, con Ken tomando conciencia del machismo en ella y reclamando su poder en el mundo rosa que le constriñe, puede resultar lo más ingenioso y sorprendente del conjunto, y lo que de este modo mejor ayuda a plasmar la crítica al machismo imperante con la que Gerwig, Baumbach y Robbie han querido teñir su particular fábula con Barbie de protagonista.

miércoles, 19 de julio de 2023

EL CASO BRAIBANTI En tiempos de retroceso

Título original: Il signore delle formiche
Italia 2022 134 min.
Dirección
Gianni Amelio Guion Gianni Amelio, Federico Fava y Edoardo Petti Fotografía Luan Amelio Intérpretes Luigi Lo Cascio, Elio Germano, Sara Serraiocco, Leonardo Maltese, Anna Caterina Antonacci, Rita Bosello, Davide Vecchi, Maria Caleffi, Roberto Infurna, Giovanni Visentin, Fabio Zulli Estreno en el Festival de Venecia 6 septiembre 2022; en Italia 8 septiembre 2022; en España 14 julio 2023 (no en Sevilla)


Después abordar el tema en el documental Felice chi è diverso, el director de Lamerica y Las llaves de casa se empeña en profundidad en desvelar un doloroso caso judicial que enfrentó a finales de los años sesenta del pasado siglo a un notable dramaturgo, poeta y estudioso de las hormigas (haciendo gala a su título original), Aldo Braibanti, con los poderes públicos del momento. Acusado de plagio, una figura jurídica asignada para quienes se creen ejercían una influencia de tipo moral en jóvenes, y que no era sino una forma de encubrir la persecución de la homosexualidad. 
Llega el film en un momento tan oportuno, cuando los vestigios del fascismo, de los que también eran eco este tipo de persecuciones criminales, resurgen en su país y amenazan con hacerlo también en los países del entorno.

Se aprovechan estas alimañas empeñadas en tanta crueldad y la salvaguarda de un poder que estiman tan frágil que todo les parece una amenaza, de pueblos dormidos, sus conciencias y su mísera memoria, que acuden, estos sí influidos tanto por los medios como por el aparato desalmado de la confusión, a ejercer la libertad y la democracia sin pensar en que la llave la entregan a quienes una vez encerraban, sometían a vejaciones e incluso asesinaba a quienes no pensaban como ellos y no seguían los caminos convencionales del catolicismo, con todas sus consecuencias. En este contexto la película de Gianni Amelio se perfila no sólo como un producto necesario, sino como una película rotunda y contundente, de estructura férrea, magníficas interpretaciones - destacan Luigi Lo Cascio (La mejor juventud) y Elio Germano (Mi hermano es hijo único) - y una cuidada ambientación. Hay en esta película episodios que la emparentan con Te estoy amando locamente, como las terapias de choque con electricidad que tanto perjudicaron a miles de jóvenes, o los juicios sumarísimos basados en la protección de la moral cristiana. Como siempre son las voces de izquierdas, tanto desde un periódico afín al movimiento obrero como desde las protestas estudiantiles a pie de tribunal, quienes procuran despertar conciencias, pero éstas se resisten frente a la maldad subyacente de quienes cuando ejercen el poder procuran que nada huela a progreso y continuemos en la edad de piedra y sin ruedas.

Todo esto nos lo ofrece el director italiano, seguramente tan decepcionado como lo podamos estar muchos y muchas de nosotras, bajo el prisma de una hermosísima historia de amor, dolorosa e inexplicablemente terrible, cuando lo único a lo que deberían aspirar nuestros gobiernos es a que reine el amor, no la guerra y la discordia ni la incomprensión. Una historia de amor que se ilustra con ritmos y canciones de la época, pero también con conmovedores pasajes de Aida de Verdi, en la mítica versión que interpretaron Renata Tebaldi y Carlo Bergonzi y dirigió Karajan. Pero la primera desconfianza nos la merece el propio pueblo, tan proclive a traicionar y dar la espalda a quienes procuraron nuestra felicidad y la ampliación de nuestros derechos y libertades. ¿Cuándo la derecha se ha caracterizado por eso? Sólo el egoísmo y la materia les motiva. Como tantas otras veces, los éxitos de taquilla no han dejado apenas hueco para esta película, que apenas goza de una exigua distribución en nuestro país.

martes, 18 de julio de 2023

ELEMENTAL Naturaleza viva

USA 2023 101 min.
Dirección
Peter Sohn Guion John Hoberg, Kat Likkel y Brenda Hsueh Fotografía David Juan Bianchi y Jean-Claude Kalache Música Thomas Newman Voces (en versión original) Leah Lewis, Mamoudou Athie, Ronnie del Carmen, Shila Ommi, Wendi McLendon-Covey, Catherine O’Hara, Mason Wertheimer, Ronobir Lahiri Estreno en el Festival de Cannes 27 mayo 2023; en Estados Unidos 16 junio 2023; en España 14 julio 2023

Estrenada en Cannes en su sesión de clausura, la nueva cinta de Pixar no parece haber cuajado suficiente, y sin embargo nos encontramos ante una de sus propuestas más tiernas y conmovedoras, llena de matices y mensajes, tan recomendable para los más pequeños y pequeñas como para los y las adultas que tanto tienen todavía que aprender. Con apenas un cortometraje, Parcialmente nublado, y un largometraje con dinosaurio protagonista, El viaje de Arlo, como únicas credenciales 
siempre a las órdenes de Pixar, Peter Sohn, americano de ascendencia coreana, nos ofrece una fábula protagonizada por los elementos, tierra, aire, agua y fuego, centrándose en estos dos últimos, en principio tan opuestos y repelentes, y sin embargo llamados a entenderse y enamorarse.

Ambientada en una ciudad donde todos estos elementos conviven pero separados en guetos o secciones, y con una iconografía muy reconocible para quienes estén familiarizados con el universo de la productora, la cinta nos habla de inmigración, de refugiados, de diversidad y de salvaguardar nuestro medio ambiente y toda su riqueza con una lucidez y una ternura fuera de lo común, generando una experiencia tan amable como conmovedora. Cabe reprocharle no cuidar sus secundarios como lo hacen otras producciones del género, pero enamorarse de Nilo y Candela (Wade y Ember en la versión original) se convierte en una opción fácil e irresistible, mientras sus constantes giros de guion nos aportan la frescura y la diversión que una película así exige.

Así hasta llegar a una de sus propuestas más encantadoras y originales, dejar a un lado la familia tradicional y abogar por la independencia, la singularidad y la capacidad para desligarse de ella y echar a volar. Sólo el ingenio de esta inmarchitable factoría puede lograr de manera tan atractiva y conceptual englobar tantos y válidos mensajes sin aturrullar ni resultar insufrible. Se presenta junto al corto La cita de Carl, que recupera al protagonista de Up y su fiel y viejo perro cuando el primero se prepara para una cita romántica con una vieja amiga. Un film dirigido por Bob Peterson, que también pone voz (interior) al perro, mientras a Carl lo dobla el veterano Edward Asner, tan amable en su concepto como en su resolución.

MISIÓN IMPOSIBLE: SENTENCIA MORTAL PARTE 1 Tecnología punta al servicio de acción tradicional

Título original: Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One
USA 2023 163 min.
Dirección
Christopher McQuarrie Guion Christopher McQuarrie y Erik Jendresen Fotografía Fraser Taggart Música Lorne Balfe Intérpretes Tom Cruise, Hayley Atwell, Simon Pegg, Ving Rhames, Rebecca Ferguson, Vanessa Kirby, Esai Morales, Pom Klementieff, Henry Czerny, Shea Whigham, Greg Tarzan Davis, Cary Elwes Estreno en Estados Unidos y España 12 julio 2023


Nos preparábamos para otro más de lo mismo, y encima alargado hasta la náusea y con la amenaza de una segunda parte que la alargue aún más. Y puede que todo eso esté ahí, y sin embargo luce como nunca, se hace corta y te hace disfrutar un montón, al menos a algunos así nos pareció. Su director consolida así definitivamente la fructífera colaboración que disfruta con Tom Cruise, aquí y siempre súper estrella, productor y responsable de todo lo que hace, incluso algunas de sus complicadas secuencias de acción. Al margen de Secuestro infernal, una película que dirigió en 2000 con Benicio del Toro, McQuarrie se ha curtido fundamentalmente en el guion, ganando un Oscar por el de Sospechosos habituales, y escribiendo también para Bryan Singer el de Valkiria, lo que quizás le unió decisivamente a Cruise, para quien escribió Al filo del mañana y más recientemente Top Gun Maverick. El resto de su filmografía a la dirección está indefectiblemente unida a la estrella, y se limita a Jack Reacher y las dos entregas anteriores de Misión Imposible, Nación secreta y Fallout.

La confianza depositada por Cruise en McQuarrie ha dado como resultado un film de acción trepidante, tan imposible como su título indica, o más que nunca, con secuencias adrenalíticas llenas de ritmo y energía en las que todos los recursos digitales parecen poco y generan una imitación de la realidad tan portentosa que prácticamente parece rodada a la antigua usanza, analógicamente. Puede que ahí resida la principal virtud de una película que se consume rápidamente y sin dolor, que todo parezca un homenaje al cine de acción tradicional, pero multiplicado por mil para no defraudar a las nuevas generaciones. Y ahí no queda todo, porque sus creadores se han preocupado porque el producto rezume también épica y leyenda, con ese mcguffin en forma de llave que nos retrotrae al anillo del Nibelungo que Tolkien hizo suyo en la Tierra Media.

Por si fuera poco, la cinta es novedosa en cuanto al villano, en la línea de aquel espeluznante Keyser Söze de Sospechosos habituales, en este caso con la forma indefinida de la inteligencia artificial, invisible e inalcanzable, aunque para dar emoción y no prescindir de persecuciones y giros de guion, tiene emisarios, especialmente un Esai Morales al que nunca antes habíamos visto en mejor forma. Conscientes además de los nuevos tiempos y de que ningún paso atrás es conveniente, el protagonismo femenino es rotundo en una entrega en la que desde ambos lados podemos disfrutar de unas amazonas tan radiantes y activas como sus adversarios masculinos. No falta por supuesto ni el humor, con la pareja integrada por Simon Pegg y Ving Rhames protagonizando momentos de elegante y fina comicidad que ayuda a relajarse de tanta, tantísima acción, imposible sí pero atractiva también.

COSMOS, GHEORGHIU Y KOZENÁ EN GRANADA

72º Festival de Granada

Cuarteto Cosmos: Helena Satué y Bernat Prat, violines; Lara Fernández, viola; Oriol Prat, violonchelo. Programa: Cuarteto nº 2 en la menor Op. 5 nº 2, de Brahms; Cuarteto nº 4 “Los desastres de la guerra”, de Marco; Cuarteto de cuerdas nº 1 “Metamorfosis nocturnas”, de Ligeti. Patio de los Mármoles del Hospital Real de Granada, viernes 14 de julio de 2023

Angela Gheorghiu, soprano; Jeff Cohen, piano. Programa: Lieder, arias y canciones de Giordani, Paisiello, Donizetti, Tosti, Respighi, Schumann, Strauss, Rachmaninov, Rameau, Martini, Massenet, Brediceanu, Stephanescu, Bellini y Satie; piezas para piano de Beethoven, Liszt, Saint-Saëns y Bartók. Auditorio Manuel de Falla, sábado 15 de julio de 2023

Magdalena Kozená, mezzosoprano; La Cetra Basel; Andrea Marcon, clave y dirección. Programa: Selección de arias de “Alcina” de Haendel; Concerto grosso en re menor “La Follia” Op. 5 nº 12, de Geminiani; Andante larghetto del Concerto grosso nº 3 en si menor SF 937 “La Cetra”, de Marcello; Obertura VI en sol menor, de Veracini. Palacio de Carlos V, domingo 16 de julio de 2023


A falta de hoy y mañana para que finalice esta espléndida edición, la número setenta y dos nada más y nada menos, del Festival de Granada, hemos fijado nuestra atención en el último fin de semana. Recuperar el Cuarteto Cosmos, a cuyo concierto en el Espacio Turina el pasado mes de enero no pudimos asistir, y disfrutar con dos de las más mediáticas y rutilantes voces femeninas del panorama lírico actual, nos ha servido de excusa para viajar a una ciudad que nunca necesita de alguna, a pesar de que el calor reinante ha puesto en seria dificultad el disfrute absoluto de la experiencia de pasear por la ciudad del Darro, subir al Albaicín y dejarse embriagar por la belleza de la Alhambra y los jardines del Generalife.


Residentes de categoría

El joven Cuarteto Cosmos surgido en el año 2014, ha ido consolidando en poco tiempo una carrera fulgurante, llena de aciertos, cosechando éxitos y presumiendo de respaldos como el brindado por el legendario Alfred Brendel. Llevan dos temporadas como artistas residentes del Palau de la Música Catalana, y aún les queda otra. En este tiempo han programado la integral de cuartetos de cuerda de Brahms, Schumann y Webern. Del primero dieron buena muestra en esta comparecencia granadina en el evocador Patio de los Mármoles del Hospital Real. El Cuarteto nº 2 de Brahms, a pesar de las reticencias del autor por el género, representa todo un ejercicio de confesión íntima y sombría, pletórica de poesía y singularidad expresiva. El Cosmos lo abordó desde su propia y distinguida personalidad, ahondando en sus aspectos más lúgubres y hasta fantasmagóricos, con un allegro inicial denso y vigoroso, a la vez que delicado y sumido en una espiritualidad absoluta a través de los timbres más sedosos. Limaron los acentos en el andante, menguando contrates, pero no su densidad cromática, cierta debilidad por el misterio y una facilidad para apianar realmente sobrecogedora. Todo esto se mantuvo en un grácil y amable quasi minueto, hasta derivar en un allegro final de ritmo ágil y enérgico pero sin destacar su inspiración folclórica, manteniendo el tono frágil y melancólico que dominó durante toda la interpretación.

Como artista residente de esta edición del festival, Tomás Marco, de quien se han interpretado varias obras, estrenado otra y atendido cursos y lecciones magistrales, estuvo físicamente presente también en el concierto del Cosmos, como testigo de excepción del buen trabajo desplegado por quienes entendieron su Cuarteto nº 4, Los desastres de la guerra en alusión a Goya sólo como inspiración expresiva y estética pero no programática, como un permanente y obsesivo contraste entre la barbarie y la sinrazón representada en fuertes golpes de arco y acordes secos y contundentes, y los pasajes arpegiados en piano que parecen referirse a la mediocridad del ser humano en su conjunto, capaz de aceptar el destino fatal al que se le condena, sin capacidad para la reflexión ni el análisis. Después de esto, el Cuarteto nº 1 de Ligeti, obra de juventud en la que resulta muy fácil apreciar la influencia de Bartók, resultó casi relajante, incidiendo fundamentalmente en su estricto contrapunto imitativo con una intensa presión rítmica, mientras sus distintas secciones encadenadas se caracterizaron por una considerable carga instrumental y esa continua metamorfosis a la que alude el título traducida con una riqueza traslúcida.


Talento lírico con carácter testimonial

Parece mentira que tengamos que considerar a la soprano rumana Angela Gheorghiu ya una veterana, cuando recordamos sus grandes éxitos operísticos como si hubiesen sucedido ayer. Aunque sigue por supuesto convocando afición, sus recitales pueden resultar tan relativamente coyunturales como el que ofreció el pasado sábado en el Auditorio Manuel de Falla. Fue como una experiencia de carácter meramente testimonial, a pesar de lo cual hubo momentos para el regocijo, si bien tenemos que aceptar que lo mayoritario fue una sucesión de canciones seleccionadas para no enfrentarse a grandes dificultades y agradar al público. La brevedad de las piezas hizo que fueran multitud las interpretadas, desde el recurrente Caro mio ben de Giordani y el desenfadado Amor marinaro de Donizetti, a los que faltó una pizca más de desparpajo, a los más melódicos y apasionados Vesenniye vody de Rachmaninov o las dos piezas de autores compatriotas, Bredinceanu y Stephanescu, que interpretó con considerable ímpetu dramático. No muy en estilo encaró canzonettas de Francesco Paolo Tosti o Le grillon de Rameau, mientras los textos blancos sobre los pliegues de las cortinas amarillas se antojaban ininteligibles.


Mejor mantuvo su homogénea línea de canto en el inmenso Zueignung de Strauss, también el brillo de su timbre y sus rutilantes agudos sostenidos, aunque puntualmente perdiera el tono y la intención. Aún así el popular Plaisir d’amour resultó sobradamente sentimental, Vaga luna de Bellini convalidó su talento para el bel canto, y Je te veux de Satie rubricó con emotividad un recital que acabó en tres propinas, O mio babbino caro de Puccini que repetirá con la Orquesta Joven de Andalucía mañana miércoles, Granada de Lara para regocijo del público local asistente, y La spagnola que popularizó Mario Lanza. El pianista americano Jeff Cohen acompañó con máximo respeto, delicadeza y compenetración, mientras en sus intervenciones solistas – unas variaciones de Beethoven sobre el aria Nel cor piú non mi sento de Paisiello que Gheorghiu cantó previamente, la transcripción de Liszt sobre el hermosísimo lied Widmung de Schumann, una paráfrasis de Saint-Saëns sobre la famosa Meditación de Thais de Massenet, y sobre todo las Seis danzas populares rumanas de Bartók – demostró ser un pianista más que competente, capaz de matizar cada acorde, controlar la articulación y exhibir virtuosismo donde se requiere.


El canto expresivo de una malvada sentimental

En el concierto del domingo al calor del Carlos V potenciado por el multitudinario aforo, la mezzosoprano checa Magdalena Kozená acometió el género que mejor conoce y con el que ha edificado su triunfante carrera, la ópera barroca. Bajo el título Alcina: amor embrujado, amor encantado, Kozená cantó todas las arias de la protagonista de la ópera handeliana, primera de las que compuso para el Covent Garden londinense. La desdichada y hasta cierto punto enamoradiza y sentimental hechicera encontró en su voz diamantina y rotunda un vehículo de total lucimiento, destacando la elegancia con la que abordó Dí, cor mio, quanto t’amai, controlando perfectamente los cambios de registro y color y manteniendo una fluidez y un estilo acorde al carácter sentimental de la pieza, atributos que se mantuvieron en Si, son quella para tornarse en misterio e intriga en Ah! Mio cor! Schernito sei! del segundo acto. Apenas unos cambios bruscos de tono y trucos vocales para superar dificultades, no empañaron una interpretación que en lo gestual logró también resultados excelentes. Expresividad que funcionó a la perfección en el enérgico Ah! Ruggiero crudel, y se tornó en control de agilidades y coloratura, sin alardes exagerados, en Ombre pallide. El último bloque estuvo centrado en el tercer y último acto, con la hechicera reconociendo su fracaso y resignación en Mi restano le lagrime tras pretender mantenerse fuerte y decidida en Ma quando tornerai.


Le acompañó en este menester el prestigioso conjunto La Cetra Barockorchester Basel, con dirección precisa y rotunda de Andrea Marcon, también director titular de la Orquesta de Granada. En la plantilla pudimos distinguir entre los primeros violines a Alexis Aguado, tanto tiempo integrante de la Barroca de Sevilla, cuyos solos a buen seguro hubieran resultado más atinados que los del también español Germán Echeverri, de sonido áspero y a menudo crispado. También nos hizo mucha ilusión identificar al clave, apoyando y combinándose con el propio Marcon, a la joven sevillana Irene González Roldán, que está cosechando tantas satisfacciones. El acompañamiento del conjunto fue en todo momento preciso, sin afectaciones ni acentos marcados, siempre desde un ángulo delicado y afectuoso, presente también en las piezas de concierto que interpretaron entre arias. La obertura de la propia Alcina sonó majestuosa, el Concerto grosso que Geminiani compuso a partir de la sonata de Corelli sobre La follía, ofreció compenetración y cierta exuberancia, mientras el andante del Concerto nº 3 de Marcello aportó elegancia, y la Obertura VI de Francesco Maria Veracini permitió apreciar las virtudes de dos espléndidas oboístas, Priska Comploi y Bettina Simon. En las propinas, Kozená abordó con mucho sentimiento el inevitable Lascia ch’io pianga, y con gracia y desparpajo a pesar del malestar manifiesto ocasionado por el calor imperante, Solo quella guancia bella de La veritá in cimento de Vivaldi. Parece ser que su esposo, Simon Rattle, se encontraba entre el público, pero no lo vimos.

Fotos: Fermín Rodríguez (Festival de Granada)
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 14 de julio de 2023

EL EMOCIONANTE LEGADO DEL IRREPETIBLE MORRICONE

Icónica Fest 2023. Ennio Morricone: The Official Concert Celebration. Andrea Morricone, director; Antonello Maio, piano; Rocco Zifarelli, guitarra; Giovanni Civitenga, bajo; Maurizio Dei Lazzaretti, batería; Angela Nisi, soprano. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro Ziryab (Stefano Cucci, director). Plaza de España, jueves 13 de julio de 2023


No estábamos muy de acuerdo con que la Plaza de España se cerrara por segundo año consecutivo al turismo durante más de la mitad de las horas de la jornada, y mucho menos de que sufriera tal agresión para convertirla en escenario de espectáculos musicales y ocio gastronómico. Cabe recordar además que en este mismo espacio se celebraban en tiempos ignominiosos los Festivales de España. Pero a la vista del espectacular resultado que tiene el atrevimiento, la buena organización y el maravilloso juego de luces al que se somete su excelsa arquitectura, hemos claudicado y aplaudido esta iniciativa. Ayer, además, sirvió para fundir en un emocionante abrazo a dos grandes de la cultura y el arte en general, el nunca suficientemente llorado Ennio Morricone y el icónico arquitecto sevillano Aníbal González, adalides del progreso del hombre en la Tierra, tan lejos del espíritu reaccionario que impregna la actualidad y amenaza con enturbiar la pacífica convivencia de todos y todas nosotras.

Andrea Morricone decidió añadir Sevilla a su lista de ciudades donde ha recalado el tour oficial que Ennio Morricone dejó preparado antes de fallecer hace justo tres años. Ha sido la nuestra la única plaza española que ha tenido el privilegio de acoger este homenaje inmenso a un gran genio de la música y el cine, que entre partitura y partitura nos deleitó con sus anécdotas y lecciones, algunas extraídas del film de Giuseppe Tornatore Ennio, estrenado hace un par de temporadas. Pero es aquí donde reside el primer error de este acontecimiento, al no haberse tenido en cuenta el subtitulado en castellano para una mejor comprensión por gran parte del público. Y aunque en la gran pantalla colocada tras la orquesta y coro se podían leer los títulos de las piezas interpretadas sobreimpresas en las secuencias de las películas a las que pertenecían, algo muy de agradecer al no contarse con un programa al uso, cuando lo que veíamos en pantalla era a la propia orquesta en directo, ya no se facilitaba el título, imaginamos que por cuestiones técnicas, por lo que sólo los muy entusiastas del maestro romano podían seguir el programa tema a tema. Seguimos además denunciando que, sea por la acústica del lugar o menos probable por el equipo de amplificación, el sonido no resulta tan brillante como debiera, lo que en el caso de una orquesta sinfónica acrecienta su inconveniente, perdiéndose el relieve, los planos sonoros, matices y detalles, sonando todo como una amalgama.


Destacados estos inconvenientes, nada fue sin embargo suficiente obstáculo para disfrutar emocionados y emocionadas de este paseo nostálgico por la música de Ennio Morricone y el cine al que le puso música durante más de seis décadas. A este menester respondió su hijo Andrea con disciplina y mucha responsabilidad, sin narcisismos, dejando que la música fluyese con sencillez y emotividad, permitiendo entrever sus filias, especialmente ese Tema de Deborah de Érase una vez en América que dirigió con un sobrecogedor vuelo lírico, y en el que indiscutiblemente se inspiró para componer su Tema de Ennio que abrió la segunda parte del concierto con el mediático violonchelista Hauser grabado en imagen en perfecta sincronía con el pianista Antonello Maio. Una coordinación que también sorprendió en clips cinematográficos como los que acompañaron los títulos iniciales y finales de Los intocables de Eliot Ness con los que empezó la noche. Otro momento destacable en este sentido fue la interpretación del tema La última diligencia de Red Rock de Los odiosos ocho con la ROSS en perfecta simbiosis con las imágenes en las que podíamos ver a Morricone dirigiendo en los míticos estudios de Abbey Road.

Siempre vivo

Momentos para el recuerdo y la emoción traducida en lágrimas que fluyeron mientras sonaban acordes de las películas de Sergio Leone, la misma suite interpretada en el Lope de Vega hace treinta y cinco años y en el Maestranza una década después, ampliada con El hombre de la armónica de Hasta que llegó su hora. Suite en la que intervino majestuosamente el coro cordobés Ziryab y la soprano Angela Nisi, de voz amplia y bien proyectada, angelical en el sobrecogedor Tema de Jill, aunque sufrió un desliz en ¡Agáchate, maldito!, quedándose algo rezagada al principio. Especialmente emotivo fue el bloque dedicado a Tornatore, iniciado con La leyenda del pianista, donde abundan las disonancias jazzísticas, y continuada más tarde con el inevitable Cinema Paradiso, aplauso espontáneo incluido para el tema de amor compuesto por el propio Andrea, y Malena, su última nominación al Oscar antes de ganarlo honoríficamente y años después en competición con la película de Tarantino. Muy acertado también combinar El clan de los sicilianos con Imagina que una noche cenando, dos temas muy setenteros que, como tanta música comercial en aquella época, siguen esquemas y estructuras basadas en el barroco bachiano, si bien fue en esta última donde se acusó mayor saturación por los inconvenientes acústicos apuntados.


El bloque político al que tanta atención prestó Morricone nos descubrió a un Gillo Pontecorvo confesando que quería para Queimada la Misa Luba, adaptación de la liturgia en latín a los cantos tradicionales del Congo, pero que el maestro le convenció para sustituirla por su partitura original. Antes de ella sonaron La batalla de Argel, Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha, La clase obrera va al paraíso, la versión instrumental de Sostiene Pereira y, después como propina, el brindis de Sacco y Vanzetti que Joan Baez popularizó a principios de los setenta y el Coro Ziryab acometió con mucho entusiasmo y vehemencia. Otro tema imprescindible de la larguísima filmografía de Morricone, Chi mai, compuesto para el film Maddalena pero aprovechado ampliamente por Belmondo en sus films con Henri Verneuil, disfrutó de la excelente interpretación de la ROSS, con solistas como Morelló, Farré o Iolkicheva destacando en diversos momentos. Ya nos había avanzado Andrea Morricone en la entrevista que le hicimos la pasada semana, que su padre le había hablado muy bien de nuestra orquesta, y él mismo nos lo había hecho saber así cuando la dirigió en 1999. Y así hasta derivar en la monumental La misión, con presentación de Roland Joffé, epílogo de Jeremy Irons, y oboe, orquesta, coro y percusión haciendo las delicias del respetuoso y entregado público que rindió así tributo a quien siempre permanecerá vivo en nuestro corazón.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 13 de julio de 2023

DISCO NOSTALGIA CON NILE RODGERS & CHIC

Icónica Fest 2023. Nile Rodgers & Chic: Russell Graham y Richard Hilton, teclados; Bill Hollomann, trompeta; Dan Moretti, saxo; Ralph Rolle, batería; Jerry Barnes, bajo; Nile Rodgers, guitarra; Kimberly Davis y Audrey Martells, voces. Plaza de España, miércoles 12 de julio de 2023


No resultaba difícil imaginar a una gran parte del público que ayer abarrotaba la acotada Plaza de España del Icónica Fest, con casi cincuenta años menos frecuentando las salas, discotecas o boites que había en Sevilla a finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado. Petrarca en Los Remedios, Don Felipe frente al Parque María Luisa, El Coto en el Hotel Los Lebreros o El Embrujo en el Aljarafe, por citar algunos de estos templos antes de que fueran sustituidos por otros como Groucho en el Arenal o La Recua en las inmediaciones de Tablada, donde también sonaban muchas de las canciones que la varita mágica y el trabajo incansable de Nile Rodgers convirtieron en éxito en las voces más aclamadas del momento. Todas y cada una de las reseñadas en el artículo que le dedicamos en la edición de ayer sonaron en este icónico concierto al que también se sumaron nuevas generaciones por haberse criado con sus padres escuchando estas canciones imperecederas o por no encontrar referentes en ese reguetón que no acaba de extinguirse. Todavía hoy el público que se adentra en el 87 de la Alameda, sea cual sea su edad, conoce bien las canciones que allí se pinchan. Hubo una época en la que bailar era desahogarse, soltar adrenalina y dejarse de tanto paso aprendido y mecánico, y Nile Rodgers y su grupo Chic en continua mutación vinieron para recordárnoslo.


El concierto siguió los mismos derroteros que su artífice viene experimentando desde hace años, un recorrido exhaustivo de canciones que hicieron época en manos de aquel Chic original del que sólo queda Rodgers, y aquellas otras que a lo largo de estos últimos cincuenta años han ido llenando pistas de baile y listas de éxitos en las voces más relevantes de cada momento. Un medley de grandes éxitos de la banda, Le freak, Everybody Dance, Dance Dance Dance y I Want Your Love en versiones reducidas, antes de abordar ese escalofriante recorrido por los grandes de la música a los que Rodgers ha prestado su talento y creatividad, como Diana Ross (I’m Coming Out, Upside Down), Madonna (ella era la jefa cuando grabaron su álbum estrella, Like a Virgin, pero él lo es ahora al frente de su renovada banda y no podía faltar el tema que él consideraba debía titular el disco y salir primero como single, Material Girl), David Bowie con la voz del teclista Russell Graham en Modern Love y la del batería Ralph Rollé, auténtico entertainer de lujo, en Let’s Dance, por supuesto Sister Sledge, proyección natural del propio Chic en esos últimos setenta, con He’s the Greatest Dancer y cómo no We Are Family convulsionándonos, y Thinking of You sirviendo, como viene haciendo Nile Rodgers desde hace mucho, para recordar emocionadamente a Bernard Edwards, el otro alma del grupo original y coescritor junto a Rodgers de todos sus éxitos, que falleció en 1996 justo el día después de dar un concierto en Japón.

Casi dos horas de baile desenfrenado

Spacer de la francesa Sheila & B. Devotion, Notorious de Duran Duran, y por supuesto Daft Punk y ese Get Lucky que nos descubrió a un Nile Rodgers completamente renovado hace una década, así como Beyoncé y el reciente Cuff It con el que el productor ha logrado su sexto Grammy, coronaron un concierto en el que la pericia de la banda fusionó sus originales Soup for One con el Lady de Modjo al que inspiró, así como el imprescindible Good Times con ese pionero del hip hop que fue Rapper’s Delight de Sugarhill Gang. Y en todo momento disfrutamos de una banda en plena forma, como demostró el fascinante My Feet Keep Dancing, todos y todas excelentes en sus cometidos, a pesar de que el emplazamiento y quizás un defectuoso diseño de sonido hizo que éste no fuera todo lo nítido que merecía, sonando saturado, con exceso de graves y algo distorsionado, al menos en esas primeras filas que nos permitieron conectar generosamente con el conjunto, nada de lo cual fue obstáculo para hacernos mover el esqueleto de principio a fin y entusiasmar a un público entregado y entusiasmado.


Es casi un milagro que Rodgers a sus setenta años siga exhibiendo tanta energía y pasión, que sus riffs de guitarra sigan siendo tan icónicos e inconfundibles, sobre todo después de que hace una década se le diagnosticara un cáncer por el que los médicos no daban ninguna esperanza, y que a él le sirvió para reconvertirse, escribir más que nunca, colaborar con más artistas que nunca y dar más conciertos que nunca. El resultado, una curación del cien por cien y seguir en la cresta de la ola, ahora con esta nueva formación que le acompaña desde hace algunos años, en la que brillan Bill Hollomann a la trompeta y Dan Moretti al saxofón, la mayoría de las veces ejerciendo como fondo y continuo, sin desaprovechar sus momentos de lucimiento, como el segundo en Lost in Music de las Sledge. Mención especial para los teclados, resueltos por Graham y el veterano Richard Hilton, así como la batería de esa suerte de maestro de ceremonias que es Ralph Rolle (Tony Thompson, otro de los miembros fundadores, falleció hace veinte años), y el bajo de Jerry Barnes, tan depurado y contundente como lo fue Edwards en su momento. And last but not least, dos voces de lujo, el soul profundo y apasionado de Kimberly Davis y la calidez academicista de Audrey Martells, añadiendo además con su presencia y vestimenta afro esa dosis de glamour y sensualidad que siempre ha ido asociada a Chic y todo lo que Nile Rodgers ha ido iluminando con su brillo y talento. Una versión extendida de Le freak sirvió como propina para poner fin a una fiesta que hoy habrá obligado a sus invitados a usar la lavadora.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 12 de julio de 2023

VESPER La joven alquimista

Bélgica-Francia-Lituania 2022 114 min.
Dirección
Kristina Buozyte y Bruno Samper Guion Kristina Buozyte, Brian Clark y Bruno Samper Fotografía Feliksas Abrukauskas Música Dan Levy Intérpretes Raffiella Chapman, Eddie Marsan, Rosy McEwen, Richard Brake, Melanie Gaydos, Edmund Dehn Estreno en Bélgica 14 agosto 2022; en España 6 julio 2023


No se trata de la Vesper más famosa del cine, la que se apellida Lind y enamora a James Bond en Casino Royale, sino de otra que pretende colarse en las listas de películas de ciencia-ficción de culto de todos los tiempos, gracias a una serie de destacados elementos. Entre ellos, un indiscutible mensaje ecológico, una factura sorprendente a pesar de no contar con un presupuesto holgado que le habría permitido recrear algunos de los mundos y personajes que sólo son apuntados y presumidos en el acabado final, y una atmósfera que si bien no todo lo inquietante que pretende, llega a resultar al menos sugerente y subyugadora.

Con un film de cierto prestigio a sus espaldas, al menos en ambientes de cine fantástico de serie B, Vanihing Waves, que aquí se subtituló Aurora, la directora Kristina Buozyte se alía ahora con el guionista de aquella, Bruno Samper, para dirigir entre los dos esta fábula sobre una adolescente en un futuro distópico en el que las alteraciones medioambientales llevadas a cabo por el hombre han provocado mutaciones en los seres vegetales, la práctica desaparición de animales y una escasez de alimentos a nivel global provocado por cosechas que sólo germinan una vez. Todo ello recurriendo una vez más a ese retroceso medieval al que cineastas de todo el mundo, no sin acierto vistas las derivas rancias y reaccionarias de nuestros gobiernos, nos han abocado.

Como se puede apreciar hay imaginación, denuncia y creatividad en unas premisas que sin embargo naufragan por falta de rigor narrativo que hace que muchos ingredientes y personajes queden desdibujados, como ese Eddie Marsan que no se acierta a saber muy bien por qué es el malo de la función. Por otro lado acusa una lentitud parsimoniosa que no ayuda a digerir con entusiasmo una propuesta en la que la falta de medios deja a un lado detalles de guion que si no se está muy alerta, pasan desapercibidos, con la consiguiente pérdida de hilo narrativo. Sus apuntes sobre inteligencia artificial ayudan a paliar parcialmente estos inconvenientes sin por ello llegar a tratarse de una cinta suficientemente estimulante.

lunes, 10 de julio de 2023

TE ESTOY AMANDO LOCAMENTE La unión hace la fuerza

España 2023 107 min.
Dirección
Alejandro Marín Guion Carmen Garrido Vacas y Alejandro Marín Fotografía Andreu Ortoll Música Nico Casal Intérpretes Ana Wagener, Omar Banana, Alba Flores, Jesús Carroza, Lola Buzón, Álex de la Croix, Carmen Orellana, La Dani, Mari Paz Sayago, Pepa Gracia, Manuel Morón Estreno 6 julio 2023

Con su primer largometraje tras la serie de televisión Maricón perdido y el especial también para la televisión Una Navidad con Samantha Hudson, el realizador malagueño Alejandro Marín se postula como una de las grandes sorpresas del actual panorama, exhibiendo una sensibilidad y una profesionalidad extrema en esta película de recuerdo, reivindicación y educación sobre lo que nunca debería repetirse y tanto sentimos el peligro de hacerlo. Ahora más que nunca manifestaciones como ésta son imprescindibles. Somos conscientes de que al rodarla no imaginábamos que el peligro acechante de la extrema derecha, y la derecha en general que en este país no duda en pactar con el diablo sin escrúpulos ni sentimientos, sería tan latente. Se estrena sin embargo en el momento más oportuno, sólo lacrado por el hecho de que en este país está demostrado que hay más público decidido a dejarse seducir por el siempre lo mismo, conservador y manipulador de Santiago Segura, que por productos como éste, por muy entretenido y agradecido que resulte su visionado.

La película narra hechos que sin ser reales bien pueden trasladarse a biografías y experiencias de gente que vivieron en primera persona la persecución sistemática, la humillación y la maldad imperante en un país bárbaro que aún no se había curado de las heridas del franquismo, y que por lo que podemos observar todavía no lo ha hecho. La historia siempre corre el peligro de repetirse, los Hitler se convierten en Putin, y quienes hemos conquistado derechos podemos de la noche a la mañana perderlos; así están las cosas en este maldito planeta, donde un puñado importante de países todavía condena la elección libre del amor, en algunos incluso con penas de muerte. Somos muchos los que nos encontramos el campo normalizado gracias a la lucha, el dolor y el sacrificio de quienes nos precedieron, y no tuvimos especial dificultad en exhibir nuestra condición y orientación sexual, algunos incluso sellando con el matrimonio nuestra relación de amor, gracias a políticas progresistas de izquierda, que la derecha lo único que hace es aprovecharlas después, sin participar jamás en su generación. Pero ahora es peor, se amenaza con no aprovecharlas y directamente derogarlas, acabar con nuestro derecho a vivir en paz y amor, sin hacer daño a nadie y logrando así ser más felices y que lo sean quienes nos rodean, que debería ser en última instancia el único objetivo de nuestro nefasto y breve paso por un planeta al que cada vez despreciamos y vilipendiamos más, y aquí entran también las políticas anti medioambientales que propugnan los salvadores de la patria.

Te estoy amando locamente es un film de amor y de denuncia. Del amor que se respira cuando la gente se agrupa, se colectiviza y lucha por sus derechos y los del prójimo, colaborando, amándose y respetándose. Y del que siente una madre por su hijo, aún confundida y equivocada por una sociedad que le condiciona y oprime hasta el punto de hacerle pasar un calvario al hijo que tanto ama. Un amor que hace, con la habilidad del director y su extraordinario elenco interpretativo, que los episodios narrados en esta bellísima película se sucedan con naturalidad, que el progreso mental de su protagonista resulte sincero y que la narración fluya con sentido del espectáculo y del entretenimiento sin sacrificar ni un ápice su cometido principal, que es mantener intactas nuestras conciencias y hacernos pensar que no podemos dar ni un solo paso atrás y sólo nos queda seguir luchando y logrando un mundo mejor y más diverso y rico.

Para que todo esto surta efecto, Marín se ha rodeado de un equipo estupendo, empezando por unos actores y actrices a los que dirige con el mismo amor que transmite la película, destacando la siempre espléndida Ana Wagener y el no binario La Dani, auténtico descubrimiento de la película. Contribuyen a obrar el milagro una estupenda dirección artística, precisa en la ambientación sevillana, cuna importante junto a Barcelona de aquel primer orgullo, y en la caracterización de sus personajes, además de una cuidada banda sonora en la que se combinan sin chirriar temas de Las Grecas, Harold Melvin & The Blue Notes o el original de Rigoberta Bandini Yo sólo quiero amor. El resultado de todo este cúmulo de emociones es una película triste y melancólica, a la vez que vitalista y llena de energía, que ni imita nada ni a nadie ni pretende ni ambiciona nada más que entretener mientras desliza verdades inexpugnables… y no hace falta ser del colectivo para disfrutarla.

jueves, 6 de julio de 2023

SEPHARDICA MIRA A SEVILLA DESDE EL GUADALQUIVIR

XXIV Noches en los Jardines del Real Alcázar. Sephardica: Sara Marina, clavicémbalo, percusión y narración; Emilio Villalba, dirección musical, cuerda pulsada, viola; Irene Saura y Patry Cruz, canto. Programa: Sevilla. La música de un reino (música sefardí y andalusí fundamentalmente de los siglos XVI y XVII). Miércoles 5 de julio de 2023


Para un enamorado irredento del Guadalquivir, concretamente de su dársena, cuyas aguas ha recorrido una y mil veces en piragua y remo, y sobre las cuales celebró el día más feliz de su vida, el de su boda, una propuesta como la que ofrecía el
proyecto Sephardica no podía pasar desapercibida. Un espectáculo que aúna música, poesía, canto, historia y narración, en el marco de esas Noches del Alcázar que son ya consustanciales al estío sevillano, cuando cumplen veinticuatro años de ininterrumpida programación veraniega. En este tiempo han surgido muchas propuestas nuevas y diferentes para amenizar el calor inherente a esta ciudad, alguna de las cuales se coló en forma de eco por el Jardín del Cenador de la Alcoba, sin por ello agredir el carácter relajado del concierto y sin que estas alternativas hayan disminuido el interés de propios y extraños por las tan consolidadas Noches del Alcázar que el equipo de Actidea hacen realidad con su esfuerzo y dedicación.

El Guadalquivir fue motivo y testigo de este recorrido por coplas, danzas y música de toda índole que capturaron la esencia de esta ciudad a lo largo de los siglos, como testamento de su pasado árabe y judío, y su proyección hacia las distintas etapas que han ido conformando su historia y su idiosincrasia. Sephardica apareció con una formación nueva, en la que la voz y la sensualidad de Ángeles Núñez ha sido sustituida por las voces cálidas pero intencionadamente menos en estilo de Patry Cruz e Irene Saura, dos devotas de la voz, a la que dedican su esfuerzo como cantantes y actrices. Pero en el corazón del conjunto permanecen sus dos artífices principales, Sara Marina, que con su voz menuda e inocente personificó ese Guadalquivir desde cuyas riberas sonaron los cantos de la época convenientemente transformados para adaptarse a las nuevas sensibilidades. Y Emilio Villalba, que con una maestría indiscutible es capaz de dominar la cuerda pulsada y la frotada haciendo gala de una colección impresionante de instrumentos de época, que poco tiene que envidiar a la que atesora Joaquín Rodero del grupo Caravasar, que tanto estuvo ligado a estas noches del Alcázar en sus primeros años de andadura.

Los poemas de Joaquín Romero Murube en torno al río y la vida alrededor, desde Triana al Arenal pasando por el puente que todo lo sabe, la velá y los barcos que de sus muelles zarparon y a ellos volvieron, sirvieron para conducir este paseo amable y distendido. En él sobresalieron las bellísimas ornamentaciones de Villalba, que ofreció unas gallardas a la sorprendente viola de teclas y una tarantela al rabel pletóricas en ritmo y virtuosismo, con el disciplinado acompañamiento a la percusión de Marina, que también hizo uso de su destreza al clavisimbalum y una nutrida representación de panderos y darbukas, así como un sorprendente adufe que tamborileó con tanta dulzura como delicadeza. La aportación de las voces, en registro grave y agudo combinados y armonizados, nos llevó por un cancionero muy identificable para quienes hemos crecido en esta tierra, siempre desde una sensibilidad modernizada con la que llegar a amplios públicos, traicionando el espíritu original lo justo y dejando claro que se trata de un legado tradicional y popular que como tal admite su transformación según la época. Así pudimos disfrutar del ritmo acentuado y jovial de No me mordas más habibi, la candidez mecida de Por qué lloras blanca niña y muy especialmente el Romance de Gerinaldo, basado en la continua repetición de estrofa con un efecto hipnótico, o el ligero toque aflamencado de la Petenera del niño turco. En el extremo más atrevido abordaron su faceta más comercial con una versión acompasada a través de una suerte de caja de ritmo, del tradicional sefardí Adio Querida, que tanto juego dio a la música popular y tan emparentada está al Addio al passato de La traviata de Verdi.

Foto: Actidea
Artículo publicado en El Correo de Andalucía