Dirección Jaime Azpilicueta Dirección musical Julio Awad Intérpretes Silvia Luchetti, Carlos J. Benito, Noemi Mazoy, Loreto Valverde, Jorge Lucas y Yolanda García
Teatro de la Maestranza. Viernes 29 de junio de 2012
De los once musicales que compusieron Richard Rodgers y Oscar Hammerstein entre 1943 y 1959, incluidos Oklahoma, Carrusel y El rey y yo, The Sound of Music es el último - Hammerstein, el letrista, falleció unos meses tras el estreno - y más popular. Mary Martin impulsó su composición impresionada por las legendarias historias de la familia Von Trapp, austriacos acosados por los nazis, y Julie Andrews la inmortalizó en celuloide, entrando desde entonces en la memoria colectiva. Ahora se ha convertido en el segundo musical clásico, tras My Fair Lady, que se produce en nuestro país; e imitando una práctica frecuente en Estados Unidos, se ha estrenado de gira antes de debutar en la Gran Vía.
El tema central de esta tragicomedia no es sino la misma música, cómo influye en nuestra vida y emociones; música que abre corazones y resuelve conflictos. Estas partituras ya nostálgicas se concebían para gran orquesta, mientras hoy se defienden con pocos músicos y mucho teclado electrónico. El resultado perjudica a las magníficas orquestaciones originales de Richard Rodney Bennett, a pesar de lo cual Julio Awad se las ha ingeniado para respetarlas al máximo con gran solvencia por parte de un excelente equipo de profesionales, a los que la acústica del Maestranza, donde es la primera y quizás única vez que se programa un musical, no ha hecho sino beneficiar. Azpilicueta, quien cuenta ya con amplia experiencia en el sector, ofrece por su parte un espectáculo dinámico y desprejuiciadamente deudor del imaginario creado para la película de Robert Wise. Apuesta por una puesta en escena poco arriesgada y muy conservadora, pero sacando el máximo provecho de todos sus recursos, incluidos los muy eficaces efectos con los que se recrea la tormenta. Quizás en los momentos más dramáticos falte tensión y los aspectos más almibarados estén potenciados, pero la alegría, fundamental en el género, está sobradamente lograda.
Silvia Lucheti, definitivamente afincada en nuestro país tras protagonizar varios musicales, luce una bonita y muy bien modulada voz, además de dar buena cuenta de ese dinamismo escénico, mientras Carlos J. Benito borda el carácter melancólico del capitán pero ofrece registros vocales más bien limitados. Noemi Mazoy sin embargo destaca con una voz de potente emisión y generosa en sobreagudos, algo que estremeció en el conmovedor himno Escala cada montaña (Climb Every Mountain) - Something Wonderful de El rey y yo, y You'll Never Walk Alone de Carrusel son los otros dos grandes himnos del tándem Rodgers y Hammerstein -. El contrapunto cómico lo dieron Loreto Valverde, encasillada en papeles de mujer sofisticada y distante, Jorge Lucas, que potenció la vena gay de Max Detweiler, que en el original sólo se intuía, y la no tan niña María Osuna y su voz pitona. Los niños, entre ellos los sevillanos elegidos para la ocasión, especialmente la pequeña María Ales, hicieron las delicias de un público entregado y participativo; padres que descubrieron la emoción de esta maravillosa historia y su exquisita música cuando eran niños, y que hoy traen a sus hijos para que también ellos descubran la magia.