Dirección Paco Plaza Guion Jorge Guerricaechevarría y Paco Plaza Fotografía Daniel Fernández Abelló Música Mikel Salas Intérpretes Aria Bedmar, Maru Valdivieso, Luisa Merelas, Almudena Amor, Chelo Vivares, Sara Roch, Olimpia Roch, Adriana Camarena, Martina Delgado, Claudia Fernández Arroyo Estreno en el Festival de Sitges 5 octubre 2023; en Internet (Netflix) 27 octubre 2023
Anclado en ese cine de presencias espectrales y malsanas intenciones, que tan buenos réditos artísticos y comerciales le han dado en películas como Verónica o La abuela, Paco Plaza se interna ahora en un convento de posguerra donde la llegada de una novicia con pasado de niña santa y vidente, pone la convivencia entre monjas, niñas de internado y presencias del más allá, patas arriba. Y uno se pregunta qué hacen las monjas de un lugar con tantos secretos por descubrir invitando a una nueva maestra con especialidad en milagrosas apariciones marianas, con lo que ya de entrada la premisa del film se revela un puro disparate.
Lo que sigue es una narración algo morosa, que hace que su hora y media de duración se dilate de forma inconveniente. Muchos aplaudirán que muestre las barbaridades del bando republicano sobre la institución eclesiástica, algo que por supuesto siempre se ha sabido y condenado pero poco enseñado, y es que en una guerra nadie está exento de responsabilidad y salvajismo. Los efectos devastadores, física y psicológicamente, de contemplar un eclipse sin protección, se convierten así en uno de los recursos más interesantes de una película que abusa casi sin pretenderlo de tremendismo y fusión entre fantasía, sueño y realidad que no procura más que despistar. Con todo cabe atribuirle una mayor dignidad que cualquiera de las entregas que de La monja nos llegan del otro lado del Atlántico, y al menos cierta ambición por enlazar los horrores de la guerra con los que provienen de ultratumba.
Entre lo más sorprendente del conjunto destaca que tratándose de una cinta de terror, la mayor parte de su metraje está resuelto de forma muy luminosa. Cabe destacar también la inquietante y creativa banda sonora de Mikel Salas, mientras la interpretación casi inexpresiva, con apenas registros, de Aria Bedmar en su debut en el largometraje cinematográfico, se antoja algo floja y disonante.