USA 2019 98 min.
Dirección Ursula Macfarlane Fotografía Patrick Smith, Neil Harvey y Aniza Muglan Música Anne Nikitin Estreno en el Festival de Sundance 25 enero 2019; en Estados Unidos (Internet) 4 septiembre 2019; en España 13 septiembre 2019
Nos resistimos a ver indicios de criminalidad en las conductas obscenas de los grandes artistas a los que tanto admiramos y tantas satisfacciones nos dan; incluso llegamos a justificarlo como conductas de un pasado en el que todo estaba permitido. Tendemos a pensar que el movimiento Me Too se está yendo de las manos, que es exagerado y hasta contraproducente. Disfrutamos tanto del canto de Plácido Domingo, las películas de Woody Allen y Roman Polanski, las interpretaciones de Kevin Spacey o el meritorio trabajo de producción y rejuvenecimiento de Hollywood que Harvey Weinstein llevó a cabo en la década de los noventa del pasado siglo, que desconfiamos por propio interés del boicot que están sufriendo ellos y su trabajo, quizás porque nos sentimos víctimas colaterales de ese desprecio sistemático.
Es cierto que no nos corresponde ni a nosotros ni nosotras ni a los medios el linchamiento moral de estos sujetos, que merecen juicios justos y una mirada con perspectiva, pero tampoco podemos mirar hacia otro lado y despreciar el sufrimiento que han experimentado estas mujeres que hoy denuncian y buscan remedio y consuelo a sus a menudo traumáticas historias. Nuestra generación creció considerando aceptable que muchas actrices, algunas sin talento aparente, consiguieran potenciar sus carreras gracias a supuestos favores sexuales; pero nunca nos paramos a pensar cuántas de ellas, quizás incluso con considerable talento, perdieron su oportunidad por negarse a satisfacer la voracidad de unos depredadores a quienes el poder acumulado no hizo sino legitimar sus ansias sexuales. Soy el puto sheriff de esta puta ciudad, refiriéndose a Nueva York, llegó a decir Weinstein en una grabación furtivamente realizada cuando era increpado por supuestas agresiones a una profesional de la prensa. Estas palabras resumen la situación de quienes tras acumular tanto poder, y en su creencia de género superior frente a la mujer, no dudaron en ejercerlo cuales capos de la mafia sometiendo a sus víctimas a evidentes sesiones de terror difícilmente olvidables.
Se trata sin duda de una cuestión muy delicada, tratada con elegancia y sobriedad aunque no exenta de cierta manipulación, haciéndose eco solo del testimonio de una parte, las víctimas y antiguos colaboradores agradecidos por la situación económica y las experiencias lúdicas que disfrutaron de la mano de su mentor, que haciendo acopio de fuerza y valentía no dudan en acusarlo. Sin embargo el documental no resuelve un problema, el del linchamiento mediático y la conveniencia de despreciar el trabajo de estos artistas. ¿Acaso debemos dejar de ver Pulp Fiction o El paciente inglés por haber sido producidas por Weinstein? ¿Merece Domingo y su público que lo veten en Estados Unidos? ¿Deja de ser grotesco que borren a Spacey de las últimas películas y series en las que intervino? ¿Es justo que el último film de Allen permanezca en un cajón sin fecha de estreno? ¿No ha sufrido bastante Polanski tras más de cuarenta años de movilidad limitada por una violación que la propia víctima ha perdonado, sin que parezca además asomar la prescripción del delito en la legislación norteamericana? ¿Debemos por esa misma regla de tres dejar de acudir a los museos que exponen cuadros de Caravaggio o escuchar música de Marín o Gesualdo? ¿Podemos abstraernos del hecho de que durante mucho tiempo estas conductas estaban permitidas y justificadas, de forma que hoy combatamos esta situación manifiestamente injusta con educación, ingenio y más inversión en formación, en lugar de buscar la venganza y el escarnio público?
Sin duda se trata cuestiones muy delicadas y discutibles, pero al menos este film, con los testimonios de víctimas hasta hoy anónimas, salvo excepciones como la de una irreconocible Rosanna Arquette, nos invita de forma concienzuda y bien planteada a reflexionar sobre el tema y quizás cambiar algunos de nuestros puntos de vista, y desde luego aporta información suficiente para definir lo que no es sino un monstruo en toda regla.
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