miércoles, 4 de septiembre de 2019

EL HOTEL A ORILLAS DEL RÍO Presunta poesía en blanco y negro

Título original: Gangbyub Hotel
Corea del Sur 2018 96 min.
Guion y dirección Hong Sang-soo Fotografía Kim Hyeong-gyu Intérpretes Gi Ju-bong, Kim Min-hee, Kwon Hae-hyo, Song Seon-mi, Yoo Joon-sang Estreno en el Festival de Locarno 9 agosto 2018; en Corea del Sur 27 marzo 2019; en España 30 agosto 2019

Infatigable desde su debut en 1996, el director coreano Hong Sang-Soo lleva realizadas veintiséis películas; algunos años incluso simultanea el rodaje de hasta tres cintas. Desde que en 2012 llamara la atención de la crítica especializada con su simpático film En otro país, protagonizado por Isabelle Huppert, con quien también contó cinco años después en La cámara de Claire, no ha dejado de cosechar premios y admiración en festivales y círculos intelectuales, que no dudan en ver en sus diálogos, tramas, personajes y ambientes el clímax poético que se le atribuye casi sin derecho a discrepar.
 
Una escalera desencuadrada, una conversación alargada sin apenas información añadida, o un paisaje nevado en blanco y negro como si nadie antes hubiera sido capaz de captarlo, se tilda inmediatamente de poesía visual y conceptual. Seamos francos, es difícil enterarse al cien por cien de qué van las películas del mimado director. Ni aquella En la playa sola de noche ni la algo más convencional Ahora sí antes no arrojan más luz que la que emiten sus intrascendentes diálogos y rutinarias situaciones. Un poeta convoca a sus dos hijos en el hotel del título ante la sospecha de una muerte inminente, mientras una joven que acaba de sufrir un desengaño amoroso recibe el consuelo de una amiga en otra habitación al final del consabido corredor poético del solitario albergue. Fuera hace frío y hay mucha nieve que se combate con comida y bebida, un bodegón conformado por innumerables cuencos y botellas de plástico que presumiblemente contienen alcohol y seguramente también son fruto de una mente sensible invadida por la poesía.
 
Sus vidas se cruzan, a menudo de forma caprichosa, mientras el director hace gala de una inmensa economía en el trabajo contando con sus intérpretes habituales (la joven Kim Min-hee lleva protagonizados con ésta varios títulos consecutivos del director) y un calendario de rodaje de apenas dos semanas, como bien apunta una voz en off al principio relatando los títulos de crédito como si se tratara de Orson Welles en Ciudadano Kane. Mientras tanto se le aplaude y premia, como ocurrió en Gijón, estandarte en nuestro país del cine renovador y de alguna manera experimental, donde fue galardonada en los apartados de mejor película, guion y actor. Encontrar como algunos aseveran una atmósfera de ensoñación en el conjunto, requiere sin duda un esfuerzo adicional.

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