India-USA 2021 125 min.
Guion y dirección Ramin Bahrani, según el libro de Aravind Adiga Fotografía Paolo Carnera Música Danny Bensi y Saunder Jurriaans Intérpretes Adarsh Gourav, Rajkummar Rao, Priyanka Chopra, Kamlesh Gill, Vijay Maurya, Swaroop Sampat, Manesh Manjrekar Estreno en Netflix 22 enero 2021
Aunque prácticamente desconocido, del director americano de origen iraní Ramin Bahrani hemos visto algunas películas discretas como A cualquier precio o 99 Holmes, y otras directamente olvidables como la versión para televisión que rodó de Fahrenheit 451 hace un par de años. Ahora, de la mano de una coproducción entre Estados Unidos e India adapta una exitosa historia sobre el vertiginoso y fraudulento ascenso social de un pobre hombre, y cómo gracias a un sistema basado en el crimen y la corrupción logra superar las limitaciones de su casta.
Imposible no referirse a las películas de Danny Boyle (Slumdog Millionaire), Stephen Daldry (Trash, ladrones de esperanza) o Garth Davis (Lion) a la hora de abordar el retrato y el análisis de sociedades tan diferentes a la nuestra y tan difíciles de entender para nosotros, y sin embargo afrontadas desde nuestra particular idiosincrasia y punto de vista, ya se trate de la India o de Brasil, países en continua fase emergente que no acaban de despegar y mantienen unas diferencias de clase y unos niveles de pobreza inaceptables desde todo punto de vista y sensibilidad. En este ambiente se desarrolla la historia entre amable y decididamente trágica a partir de cierto punto de un joven cuyas ambiciones son lastradas por su abuela primero, y por la torpeza de otra mujer después, en este caso curtida en la supuesta libertad y amplitud de miras que le proporciona haberse educado en Estados Unidos pero que en la práctica adopta el mismo comportamiento involuntariamente despótico hacia castas consideradas inferiores.
Un mensaje decididamente misógino para dar motor a esta historia sobre un país que asemeja un gallinero, y en el que solo la escasa estirpe del tigre blanco del título puede sobrevivir y sobresalir del resto. Sobra voz en off y el diseño de los personajes puede parecer tosco, junto a una descripción de ambientes y estereotipos que resultan también bastante artificiales, aunque en conjunto su discurso pueda resultar atractivo y su puesta en escena hábil, a lo que se añade un ritmo constante y, como no podía ser menos, un colorido exótico. Se habla más inglés que hindi, que para eso se trata de una producción Netflix para todo el Mundo… globalizado.
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