miércoles, 28 de abril de 2021

TUR BONET Y LA BARROCA DE SEVILLA: ACADEMIA DE LOS SENTIDOS

Temporada de conciertos 2020-2021 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Lina Tur Bonet, violín y dirección. Programa: Concerti Grossi op. 6 nº 3 en do menor y nº 4 en Re mayor, de Corelli; Concerto Grosso op. 6 nº 4 en la menor, de Händel; Concierto para violín en la menor BWV 1041, de Bach. Espacio Turina, martes 27 de abril de 2021

La buena relación forjada entre Lina Tur Bonet y los músicos afincados en Sevilla, tras las excelentes acogidas que la ibicenca ha tenido en eventos como las Noches en los Jardines del Alcázar o el recientemente celebrado Festival de Música Antigua, ha debido propiciar que fuera ella la elegida para sustituir a última hora a la inicialmente convocada violinista japonesa Mayumi Hirasaki tras sufrir una repentina indisposición. Lo cierto es que la capacidad de liderazgo de Bonet y su entrega apasionada a cada proyecto que acomete han debido pesar a la hora de abordar con tanta naturalidad y eficiencia un programa que ni siquiera ha diseñado, le ha venido impuesto y sin embargo se ha adaptado a él como un guante. Apenas ha tenido tiempo para ensayar junto a la orquesta y ni eso ha sido un obstáculo para lograr tan estimulantes resultados.

La inspiración emergió ya en el arranque con un largo sumamente reflexivo seguido de un allegro vertiginoso antes de que el arco le jugara una mala pasada a Mercedes Ruiz y hubiera de interrumpir el Concierto op.6 nº 3 de Corelli, ocasión que Ventura Rico aprovechó para con su habitual amabilidad y encomiable educación agradecer al público su asistencia y a la violinista su buena disposición, quien respondió con igual talante y refulgentes piropos a nuestra ciudad. El programa pretendía demostrar la incombustible influencia del maestro italiano en la escuela europea instrumental, la trascendencia de su legendario opus 6, cómo sirvió de modelo e inspiración al mismo cuerpo orquestal de Händel, y mostrar las habilidades al violín barroco de la invitada con uno de los imperecederos conciertos de Bach. Todos objetivos cumplidos que arrancaron con este nº 3 corelliano, rebosante de resonancias y movimientos rápidos y exuberantes, en el que Bonet y un excelente Leo Rossi, con el apoyo de la siempre espléndida Ruiz, se enfrentaron a un generoso tutti presto a imitaciones y fuertes contrastes, potenciando la robustez del conjunto. Unas prestaciones que se repitieron en el nº 4 con el que terminó el programa, destacando la meditada belleza con la que la violinista atacó el adagio, así como la suntuosidad del vivace y el dinamismo del allegro final, siempre con la orquesta plegándose en óptimas condiciones.

Bonet sorteó con habilidad el sonido habitualmente áspero del instrumento histórico, alcanzando en algunos momentos un timbre sedoso y aterciopelado, y logrando en el Concierto nº 1 de Bach habilidades llenas de inventiva e imaginación. Eso sin hablar de la delicadeza y elegancia que exhibió en un movimiento lento cargado de sentimiento poético. La plantilla incluyó al reciente ganador de la beca de la Asociación de Amigos de la Barroca, el violonchelista José Manuel Ramírez, de cuyos méritos ya hemos dado cuenta en anteriores ocasiones en estas páginas, y con cuyo talento colabora a asegurar el eficiente relevo generacional de la orquesta. También con Bach el conjunto supo estar a la altura, provocando una inequívoca sensación de dinamismo y densidad. Desde el muy elegante larghetto affettuoso del op. 6 nº 4 de Händel, Tur Bonet y la orquesta acertaron a plasmar la majestuosidad del autor y su inagotable imaginación, palpable en el largo e piano que antecede a un vertiginoso allegro final, defendido como lo demás con encomiable sentido del ritmo y una contagiosa vitalidad. En la propina, tanto ella como Alejandro Casal al clave se permitieron unas estimulantes licencias en el célebre Air de la Suite nº 3 de Bach, para que luego digan que la música clásica es rígida y rancia.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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