Guion y dirección José Luis López Linares Documental Estreno 15 octubre 2021
En sus veinticinco años de carrera, desde aquel mítico documental Asaltar los cielos que analizaba la figura de Ramón Mercader, el asesino de Trotsky, José Luis López Linares se ha dedicado en cine y televisión a glosar fundamentalmente las glorias de nuestro país, fijando su atención en figuras del arte, la política y la cultura como Lorca, Buñuel, Sorolla, Fraga o Carrillo, así como fenómenos como la selección española de fútbol o instituciones del calibre del Teatro Real o el Museo del Prado, sin olvidar las Cuevas de Altamira, El palo cortado de Jerez o el aceite de oliva de Jaén. No es de extrañar pues que en su último y muy publicitado trabajo aglutine toda esa pasión patria y dedique casi dos horas, con el apoyo de un nutrido conjunto de especialistas en la materia, a reivindicar la grandeza de España y servir así de antídoto a una supuesta corriente reciente que proviene de la izquierda supuestamente radical y autodenominada más progresista, que se dedica parece ser a denigrar la importancia de nuestro legado y ensombrecer nuestra grandeza a partir del daño causado al planeta y sus habitantes.
Cuenta para ello López Linares con historiadoras e historiadores del calibre de Carmen Iglesias, Enriqueta Vila Villar, Adelaida Sagarra, Carlos Martínez-Shaw o incluso personalidades provenientes de otras parcelas como el chef Ferran Adriá, encargado de ensalzar el enriquecimiento de la cocina universal gracias de nuestros descubrimientos transoceánicos. Lástima que no cuente para su relato con opiniones de otro sesgo y signo que ayuden a comprender mejor todas esas gestas apuntadas, logrando así un producto de mayor envergadura, más opinión crítica y por lo tanto mayor poder de convicción. No vale insistir en que otros lo hicieron peor y nadie rechista, argumento mil veces repetido en referencia a horrores como las persecuciones de brujas y herejes en otros países, genocidios de todo carácter o abusos de poder entre la población indígena colonizada. No vale porque también otros países reniegan de sus errores, baste mirar al genocidio nazi, mucho más reciente que nuestra barbarie católica en América.
Justificar la Inquisición como proceso reglamentado frente a otras ejecuciones en el extranjero, es sencillamente impresentable. Que aquello no acabase en aniquilación como sí ocurrió prácticamente en Norteamérica no debe servirnos de pasaporte para sentirnos complacidos y mejores. Hubo grandeza, hubo prodigios y hubo acercamiento entre pueblos hasta entonces desconocidos, para bien y para mucho mal, y de celebrarlo se encargó el aparato propagandístico del régimen franquista anteayer mismo, así que no es tan grave que hoy exista una disidencia social y política acerca de todo ese dolor y toda esa intromisión. Reconocerlo e intentar repararlo nos hace mejores y más nobles, y si otros pueblos no lo hacen, allá ellos.
López Linares no echa mano para su trabajo de artificios ni grandes alardes técnicos, se limita a los testimonios de los convocados, imágenes de archivo y documentación gráfica, todo ello ilustrado con la voz en off del veterano actor Antonio Valero y la música barroca y mestiza de grupos como Todos los Tonos y Ayres y la cuerda pulsada de Aníbal Soriano, así como mucho Jordi Savall. Que la labor propagandística de otros imperios sirva para denigrar el nuestro solo nos convierte en un pueblo poco espabilado.
Don José Luis el documental no lo ha entendido y eso que está hecho para personas de su edad y con una buena formación como la suya. Dele otra oportunidad esta vez y liberarse de prejuicios, de Franco, de leyenda negra, de bonhomía, del mito del buen salvaje...solo abra su mente. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, tomaré nota
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