viernes, 4 de enero de 2013

GREASE EN FIBES: UN FRASCO DE BRILLANTINA PARA REYES

GREASE. EL MUSICAL
Música de Jim Jacobs y Warren Casey. Dirección artística y coreografía: Coco Comín. Dirección musical: Manu Guix. Intérpretes: Jordi Coll, Edurne, Diana Roig, Víctor Gómez, Albert Martínez, David Moreno, Marta Tomasa, Didac Flores, Esther Peñas.
Auditorio FIBES. Jueves 3 de enero de 2013

Greased Lightnin', uno de los números más
aplaudidos del espectáculo
El musical que cautivó a varias generaciones desembarcó en el mastodóntico auditorio de Fibes. Desde su estreno en el Eden Theatre de Off Broadway en 1972 hasta principios de los 80 ya en pleno corazón de Manhattan, Grease batió récord de representaciones. En Londres la protagonizaron unos desconocidos Richard Gere y Patrick Swayze, pero el éxito a nivel mundial llegó en 1978 de la mano de su adaptación al cine, con un John Travolta recién desembarcado de su Fiebre del sábado noche.

Este nuevo montaje estrenado en Barcelona en 2011 se erige en heredero indisimulado de su precedente cinematográfico. Desde el prólogo ya asistimos en una enorme pantalla LED, que luego servirá como sustituta de diversos objetos de atrezzo, a la mimetización del éxito de Travolta y Newton-John. A partir de ahí comienzan a desgranarse sus archiconocidas canciones, incluidas las compuestas expresamente para la película, como Grease de Barry Gibb, o You’re the One that I Want y Hopelesssly Devoted to You de John Farrar. Coco Comín se esfuerza en trasladar a escena las imágenes que se guardan en la memoria colectiva, pero tiende a confundir alegría y vitalidad con histeria y epilepsia eléctrica, afectando al seguimiento de los diálogos y a los textos de las canciones, lastrados por una irregular vocalización y las impresionantes dimensiones del auditorio.

La escultural Edurne con la imagen que creó expresamente
para la película la propia Olivia Newton-John
El montaje logra no obstante transmitir ese reencuentro nostálgico con los años 50 a través de un vestuario también deudor del referente cinematográfico y de una coreografía acertada en composición y vitalidad aunque basada igualmente en las creaciones de Patricia Birch para el montaje original y su adaptación al cine, especialmente en Greased Lightnin’ o el concurso del baile, uno de los momentos más logrados de la función.

La orquesta realiza un trabajo competente pero no genial, mientras cantantes bailan y entonan con profesionalidad pero sin brillantez. Entre las pocas aportaciones originales la insistencia en mostrar traseros o potenciar una supuesta pareja de bufones, mientras un maestro de ceremonias que podría haber dado mucho juego escénico se atreve a destrozar Blue Moon, una canción que no es naturalmente del musical pero sonaba en la película. No obstante resulta una alegre forma de empezar un año que se vaticina duro; un regalo de reyes en forma de frasco de brillantina, que es como se llamó aquí el film cuando se estrenó en los cines Cervantes y Delicias.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 4 de enero de 2013

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