Italia-España-Croacia 2012 124 min.
Dirección Sergio Castellitto Guión Sergio Castellitto y Margaret Mazzantini, según la novela “La palabra más hermosa” de la segunda Fotografía Gianfilippo Corticelli
Música Eduardo Cruz Intérpretes Penélope Cruz, Emile Hirsch, Adnan Haskovic, Pietro Castellitto, Saadet Aksoy, Luca de Filippo, Sergio Castellitto, Mira Furlan, Jane Birkin, Jovan Diviak Estreno en España 11 enero 2013
El cine italiano hace tiempo que no levanta cabeza, salvo por algunos casos esporádicos y aislados; nadie diría que una vez fue innovador y estuvo a la vanguardia de lo que se hacía en Europa. Ahora se conforman con filmar folletines melodramáticos intragables o comedias bobaliconas. A la primera categoría pertenece este bodrio que supone la segunda colaboración entre el actor y director Sergio Castellitto y la actriz Penélope Cruz, tras el éxito cosechado especialmente por ella en 2004 con No te muevas. Todo queda en casa, Castellitto adapta en esta ocasión una novela de su esposa Margaret Mazzantini, se reserva un papel secundario en la película y contrata a su propio hijo para que interprete a su hijo en acogida, todo un error de cásting porque el chico se parece tanto a su padre que hace difícil creer que en la ficción el suyo sea otro. Con la antigua Yugoslavia como telón de fondo, desde el feliz 1984 de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sarajevo, hasta la actual ciudad herida pasando por el asedio a la misma y la cruel guerra civil que se cebó con miles de civiles asesinados. Y todo para contar una historia de amor que avanza a trompicones y a fuerza de imposturas, que reivindica la paternidad y la maternidad como obsesión y en donde los personajes son tan irritantes como desenfocados. Penélope, que no realiza ni de lejos uno de sus mejores trabajos, resulta simpática cuando interpreta a una jovencita, recordando incluso a su etapa en Tele 5, pero conforme se hace mayor y su personaje más incoherente, deja de convencer y limita sus dotes interpretativas a berreos insoportables, y eso que el maquillaje para aparentar cincuenta años está conseguido, no tanto así la peluquería resuelta como tantas veces con polvo de talco. Ellos, el norteamericano Emile Hirsch (Hacia rutas salvajes, Speed Racer, Mi nombre es Harvey Milk) y el bosnio Adnan Haskovic dan grima desde el principio, sobreactuados e histéricos. Recuperar a Jane Birkin se convierte en un placer efímero y el visionado final de la cinta en un suplicio para el que hay que hacer un enorme esfuerzo.
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