Guión y dirección John Michael McDonagh Fotografía Larry Smith Música Patrick Cassidy Intérpretes Brendan Gleeson, Chris O'Dowd, Kelly Reilly, Aidan Gillen, Dylan Moran, Isaach De Bankolé, M. Emmet Walsh, Marie-Josée Croze, Domhnall Gleeson, David Wilmot, Pat Shortt, Killian Scott, Orla O'Rourke, Owen Sharpe Estreno en Sundance 19 enero 2014; en Irlanda 11 abril 2014; en España 6 marzo 2015
Vendida como una comedia negra, aunque en realidad más bien se trata de un drama coral con ínfulas de trascendentalidad, la nueva película del realizador de la exitosa El irlandés narra el particular calvario de un sacerdote con ese extraño don de la vocación, que tras sufrir una amenaza de muerte en secreto de confesión, lo que le coloca en la misma incómoda situación que Hitchock planteaba para Montgmomery Clift en Yo confieso, decide poner en orden su Iglesia y el alma de sus feligreses. Realizada en un momento de profunda crisis de fe, McDonagh, con la complicidad de su hasta ahora actor fetiche Brendan Gleeson, estiliza paisaje y figuras para repasar todos y cada uno de los problemas que acucian nuestra amenazada sociedad del bienestar, consecuencias en muchos casos de una rígida e intolerante educación muy condicionada por la Iglesia. Desde los recortes a la violencia doméstica, pasando por la incontinencia sexual, la pederastia, el abandono de los hijos, la depredación de mujeres, la corrupción, y otras lindezas... todos estos temas ocupan su lugar en esta crónica a ratos marciana del mundanal ruido. No importa lo apartado que pueda resultar el idílico paraje al borde del mar que sirve de escenario, sus pobladores parecen sacados conscientemente de una revista de modas, y pasean sus inquietudes y desequilibrios con pasmosa tranquilidad, mientras el protagonista evita juzgarlos a pesar del difícil cometido de redención que le atormenta. Todo apunta a que él no es de este mundo, y en un ejercicio de profunda religiosidad, emulando a "Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz", estará dispuesto a sacrificarse (inútilmente) por el bien de la pequeña representación de la Humanidad que le circunda. Su hermosa fotografía y el atractivo elenco que la puebla, entre quienes podemos encontrar al hijo de Gleeson, Domhnall, irreconocible con el pelo teñido y actor emergente al que podemos ver actualmente protagonizando Ex-Machina y pronto veremos en la nueva entrega de Star Wars, hacen que la cinta se digiera con cierto interés, potenciado por el misterio de descubrir quién desea sacrificar al pobre reverendo. Pero en general su planteamiento resulta demasiado pío, incluso místico, y poco atinado a la hora de mezclar especímenes con problemáticas, en ese afán de batirlo todo y ofrecer una mezcla definitivamente más banal que explosiva.
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