martes, 31 de diciembre de 2019

LA VERDAD Memoria, fantasía y problemas familiares sin enjundia

Título original: La verité
Francia-Japón 2019 106 min.
Dirección Hirokazu Koreeda Guion Hirokazu Koreeda y Lea Le Dimna Fotografía Eric Gautier Música Alexei Aigui Intérpretes Catherine Deneuve, Juliette Binoche, Ethan Hawke, Clémentine Grenier, Manon Clavel, Alain Libolt, Christian Crahay, Roger Van Hool, Ludivine Sagnier Estreno en el Festival de Venecia 28 agosto 2019; en Japón 11 octubre 2019; en España 25 diciembre 2019

Con una filmografía que incluye títulos como Nadie sabe, De tal padre tal hijo, Still Walking, Milagro o Asuntos de familia, podemos considerar a Hirokazu Koreeda como el más importante realizador japonés en lo que llevamos de siglo, heredero de una tradición que incluye nombres tan grandes como los de Ozu, Mizoguchi, Naruse, Kobayashi o, en otro plano estilístico y temático, incluso Kurosawa. Pero como todos los grandes de vez en cuando también comete un traspiés, y esta incursión en el cine occidental de la mano de la prolífica y siempre inquieta producción francesa, sinceramente nos lo parece.

Anuncia un drama intergeneracional entre madre famosa y diva y su hija venida a menos y de alguna forma frustrada, en la línea de Sonata de otoño de Bergman o September de Woody Allen; pero lo que acaba resultando es una poco lúcida reflexión sobre el paso del tiempo, la memoria perdida y la pérdida de oportunidades en una vida que se nos presenta breve y demasiado a menudo poco aprovechada. Deneuve es esa estrella distante y fría, o sea para la humanidad ella misma, que mientras rueda un film de ciencia ficción sobre una madre que nunca envejece cual Dorian Gray a quien sus seres queridos acaban sobrepasando en edad, recibe la visita de su hija, guionista en Hollywood, su yerno y su curiosa y bilingüe nieta.

Ni las conversaciones que se entablan entre ellas y el resto del elenco, que incluye manager, esposo, antiguos amantes y esposos y colegas de trabajo, como una Ludivine Sagnier a la que echábamos de menos desde hace mucho tiempo, ni las situaciones expuestas parecen despertar nuestro interés más allá del atractivo de sus protagonistas, mientras el supuesto mensaje de cordialidad entre familiares y recuperación de emociones perdidas, se nos antoja algo maniqueo y sin gracia tal cual está expuesto. Hasta la poesía que según su libreto ha de transmitir toda película se nos escapa.

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