miércoles, 11 de diciembre de 2019

INNOVA ÓPERA, TALLER DE EMOCIONES

Ciclo de Creación de Ópera Contemporánea. Zahir Ensemble. Juan García Rodríguez, dirección musical. Thierry Bruehl, dirección escénica. Sachika Ito, Aurora Galán y Diana Larios, sopranos. David Lagares, barítono. Rémi Page, actor. Programa: Artefacts #2, de Sara Glojnaric; Lazos familiares, de Hüseyin; 9+1 “Una pareja = un muerto”, de Jean-Baptiste Marchand. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, miércoles 10 de diciembre de 2019


Una de las obligaciones irrenunciables de un teatro público es la educación de sus incondicionales y quienes estén por serlo. Ampliar públicos y ofrecerles programas cada vez más eclécticos tiene que estar entre sus prioridades. No olvidemos que no se trata de una empresa para producir ganancias, aunque esto también esté lógicamente entre sus objetivos, sino un espacio sufragado entre todos y todas para progresar en cultura y ampliar horizontes. Por eso celebramos esta nueva iniciativa del Teatro de la Maestranza a impulsos del siempre inquieto y estimulante Zahir Ensemble, de traer a Sevilla óperas breves enmarcadas en música contemporánea, creadas por jóvenes autores y autoras, de carreras incipientes aunque a veces bien asentadas. En esta aventura participa Klang21, una institución de apoyo a la música contemporánea y las artes escénicas, que tiene su sede en Salzburgo y al director escénico Thierry Bruehl como su principal mentor, partiendo del Taschenopernfestival al que se desplazó el director del Maestranza, Javier Menéndez, para supervisar las tres piezas que ayer tarde se interpretaron en la Sala Manuel García.
 
Una combinación de música, ni gritos ni ruidos, sino sonidos armónicamente articulados para provocar sensaciones, interpretación dramática y puesta en escena que aunque no responde al concepto que tradicionalmente tenemos acuñado de ópera, sí se ciñe a su definición más básica en cuanto a simbiosis entre música, drama y escena. Tres piezas cortas concebidas como talleres de composición integraron esta primera incursión de Innova Ópera en la escena hispalense. Introducidas de forma muy intencionada por el niño Julio Figueredo, quizás como un guiño a las nuevas generaciones, con una especial gracia y capacidad para transmitir basada en el artificio y una compostura algo robótica, cada obra dejó su impronta en nuestras emociones, provocando sentimientos muy distintos a partir de sus muy reflexivas notas. Así, la joven croata residente en Stuttgart Sara Glojnaric extrajo complacencia y alegría con su dúo de percusión y voz femenina, presuntamente a partir de breves introducciones de canciones pop de los 80 y los 90, aunque apenas fuimos capaces de vislumbrar el éxito de C+C Music Factory Gonna Make You Sweat, y eso temiendo equivocarnos. La soprano japonesa afincada en Sevilla Sachika Ito dio perfecta réplica a la batería en una obra basada en el ritmo y la ebullición de los afectos, toda una experiencia multisensorial llevada a buen puerto por un dúo en perfecta sintonía.
 
Muy diferente es la pieza del compositor turco y dj de música tecno, dance y electrónica Hüseyin Evirgen, inspirada por graves sucesos ocurridos en Austria y Estados Unidos que demuestran nuestra indiferencia ante la desgracia ajena y cómo llegamos a ser conscientes de ella solo a través de los medios de comunicación. Una pieza que basa su efecto en instrumentos de cuerda convencionales pervertidos y distorsionados, incluso intervenidos como el caso del piano, y va generando una sensación in crescendo de ansiedad y desasosiego, al que se van sumando las voces desesperadas de tres sopranos, extraordinarias Ito, Aurora Galán y Diana Larios, así como el habitual de la casa bajo-barítono David Lagares, que ejerce de siniestro maestro de una ceremonia macabra en la que el bailaor francés Rémi Page pone su cuerpo al servicio del maquillaje de la realidad, ese que permite que sigamos siendo felices frente a la inmundicia que nos rodea.
 
Para finalizar, el autor franco-austriaco Jean-Baptiste Marchand nos habla en otro tono, tan conceptual como los demás pero con cierto aire de displicencia y amargura, sobre la imposibilidad del amor en su obra 9+1 “Una pareja = un muerto”, que bien podría haberse titulado también Lazos familiares, como la de Evirgen. En ella, con cierta influencia de las canciones habladas de Serge Gainsbourg, una pareja se enfrenta al duelo del amor, ese querer y no querer que genera el conflicto de la pareja. Lástima que en esta pieza fallara la megafonía de Rémi Page, de forma que su voz sonara imponente al principio, apagada después. La experiencia, siempre de la mano del inquieto y polifacético Juan García Rodríguez, resultó sumamente gratificante y muy conveniente. Es arte contemporáneo y es duro, pero cuando se tiene acceso a él resulta inquietante y conmovedor.
 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

No hay comentarios:

Publicar un comentario