Dirección Paula Ortiz Guion Eduard Sola y Clara Roquet Fotografía Pedro J. Márquez Música Guille Galván y Juanma Latorre Intérpretes Najwa Nimri, Alba Planas, Aixa Villagrán, Patrick Criado, Pepe Viyuela, Jorge Usón, Pablo Vázquez, Fernando Delgado-Hierro, Pep Ambrós, Jon Viar, Claudia Roset, Summer Rose Churchhouse Estreno en el Festival de San Sebastián 21 septiembre 2024; en salas 27 septiembre 2024
En su nueva película, tras la difícil y pretenciosa Teresa y su particular y poético coqueteo con el cine británico en Al otro lado del río y entre los árboles, Paula Ortiz deja de lado su estilo preciosista y un tanto caprichoso para adoptar un tono más realista y convencional, sin por ello abandonar una puesta en escena meticulosa y en ciertos momentos despampanante. Lo hace para contarnos la historia real de Hildegart Rodríguez Carballeira, una joven concebida y educada por su tiránica madre, heredera involuntaria del mismo patriarcado al que pretende combatir, para cambiar el mundo y dar a la mujer la voz y el protagonismo que merece.
En 1977 Fernando Fernán Gómez y Rafael Azcona convirtieron Mi hija Hildegart, el libro de Eduardo de Guzman que narraba tan insólita y prodigiosa vida, en una película más relacionada con la época del destape en la que se rodó que con su carácter de fábula feminista y nostalgia republicana. Ortiz se fija más en los hechos y, sobre todo, en la tortuosa relación de una madre exigente y castradora con su hija, prodigio intelectual e ideológico, que paulatinamente va tomando conciencia de su situación y mostrando debilidad ante los sentimientos y emociones propios de su edad y condición. La directora afina con una dramaturgia y una puesta en escena clásica y académica, logrando grandes interpretaciones de sus dos aguerridas protagonistas, Najwa Nimri en la mejor interpretación de su carrera, y la joven Alba Planas, que ya coincidieron hace cinco años en la última película estrenada de Julio Medem hasta el momento, El árbol de la sangre. A ellas hay que sumar el excelente trabajo de Aixa Villagrán como criada y Patrick Criado como objeto del deseo de la joven Hildegart.
La película emociona por cuanto muestra aquella España que podría haber progresado e incluso haberse convertido en líder mundial en muchos aspectos relacionados con los derechos y libertades, y cómo el golpe de estado que sobrevendría sólo unos años después, acabó con toda esperanza y sumió en el olvido a gente muy valiosa, especialmente a mujeres valerosas, cultas e intelectuales que podrían haber dado nueva luz al país, pero que la dictadura apagó para el resto, y sólo hoy, tantos años después de la llamada transición, emergen como grandes heroínas y símbolos de una lucha que nunca acaba de terminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario