USA 2018 139 min.
Dirección Francis Lawrence Guión Justin Haythe, según la novela de Jason Matthews Fotografía Jo Willems Música James Newton Howard Intérpretes Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Matthias Schoenaerts, Jeremy Irons, Charlotte Rampling, Joely Richardson, Mary-Louise Parker, Ciarán Hinds, Nicole O’Neill, Sergej Onopko, Sergei Polunin, Kristof Konrad, Douglas Hodge, Simon Szabó, Thekla Reuten, Joel de la Fuente, Sakina Jaffrey Estreno en España y Estados Unidos 2 marzo 2018
Con una irregular carrera en el que se enmarcan películas como Soy Leyenda, Agua para elefantes o las tres últimas entregas de Los juegos del hambre, Francis Lawrence propone con éxito la recuperación de las historias de espías típicas de la guerra fría pero ambientada en época actual, lo que da a la empresa cierto aire anacrónico que no malogra sin embargo sus posibilidades. Jennifer Lawrence es una primera bailarina del Bolshoi que tras sufrir un accidente que le invalida para seguir desarrollando su carrera, es obligada a entrenarse para los servicios secretos rusos si quiere seguir disfrutando de los privilegios sociales y sanitarios que necesita para la recuperación de su madre enferma. Adiestrada para actuar como arma seductora y mortífera, deberá reprimir sentimientos y emociones para poder enfrentarse a las vejaciones sexuales que conlleva descubrir los secretos de sus espiados. La historia de esta joven desgraciada, despojada de sus sueños y de su dignidad, es tratada por el realizador con un acertado aire de melancolía que individualiza este título con respecto a otros con los que inevitablemente será comparado, especialmente los escritos por John le Carré. La suntuosa, etérea y trágica música de James Newton Howard, que firma con ésta su mejor banda sonora en mucho tiempo, contribuye poderosamente a ese ambiente gélido y triste que impera en la película. Jennifer Lawrence, que ya coincidió con Francis Lawrence en la saga de Suzanne Collins, se adapta a su joven personaje como un guante, combinando esa melancolía pegada a su piel con un dominio de la imagen y el movimiento que dan la talla de lo que supone ser una gran estrella. El conjunto se beneficia de una atmósfera malsana, consiguiendo en el camino que personajes como el de Charlotte Rampling, en principio tan esperpéntico, convenzan, y que los villanos de la función luzcan resortes que no les hagan completamente antipáticos y mantengan aspectos que los humanizan. Moscú, Budapest y Londres sirven de escenario a esta historia de traiciones, dobles juegos y relaciones erótico sentimentales en los que Lawrence y Edgerton lucen buena química y su atractivo, elegante y estilizado acabado formal consigue que sus dos horas y cuarto de duración no se hagan pesadas ni interminables. En su lujoso reparto destacan también las presencias de una irreconocible Mary Louise Parker (Tomates verdes fritos) y del bailarín ucraniano Sergei Polunin, objeto de un reciente documental que llevaba por nombre Dancer.
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