Guión y dirección Fernando León de Aranoa, según el libro de Virginia Vallejo Fotografía Álex Catalán Música Federico Jusid Intérpretes Javier Bardem, Penélope Cruz, Peter Sarsgaard, Julieth Restrepo, Óscar Jaenada, David Ojalvo, David Valencia, Lillian Blakenship, Giselle da Silva Nathan Cooper Estreno en el Festival de Venecia 6 septiembre 2017; en salas comerciales 9 marzo 2018
Hay una tendencia generalizada en este país a destrozar sistemáticamente toda obra realizada con gran esfuerzo económico y artístico, valorando sus defectos por encima de sus a menudo tangibles virtudes. Fernando León de Aranoa ha pasado de cultivar un cine de tipo social con películas como Familia, Barrio, Los lunes al sol, Princesas y Amador, a meterse de lleno en cuestiones globales con interés y reparto internacional. Tras introducirse en los conflictos bélicos plagados de cooperantes de Naciones Unidas en Un día perfecto, aborda ahora la trillada historia de Pablo Escobar, cabecilla del narcotráfico colombiano durante casi dos décadas, figura recurrente en el cine y la televisión, en este último caso con el gran éxito cosechado por la serie Narcos. Aranoa opta por fijar su atención en el libro escrito por la amante de Escobar, Virginia Vallejo, periodista estrella de la televisión colombiana cuya vida sufrió un trágico vuelco tras involucrarse sentimentalmente con el criminal, y que a juzgar por las citas presuntamente respetadas en el guión debe tener un escaso valor literario. Habiendo sido rodada en inglés para facilitar su carrera comercial, resulta improcedente que los intérpretes mantengan un fuerte acento latino, por cuanto hablar en inglés sólo es una convención frente al castellano que sin duda hemos de entender utilizan durante toda la trama, excepto cuando se codean con agentes norteamericanos. Por otro lado la mirada casi documentalista de Aranoa, con el fin de no juzgar a sus personajes, provoca falta de profundidad en sus caracteres, especialmente un Bardem que se esfuerza muchísimo, física e intelectualmente, en su papel, salvándolo gracias a su proverbial facilidad para arrimarse al mal, aunque la dirección deje al aire sus aspectos más intimistas y controvertidos. Tampoco convence la atracción y enamoramiento por el sanguinario delincuente que sufre el personaje interpretado, también con gran talento y esfuerzo, por una bellísima Penélope Cruz. Y sin embargo, ¿por qué defendemos esta película? Porque supone un evidente esfuerzo de producción que se ve y se palpa en cada fotograma excelentemente fotografiado por Álex Catalán, cuidado en todos sus detalles, técnicos y artísticos. Cuenta con sensacionales secuencias de acción, estupendas interpretaciones del cuarteto protagonista, y una tendencia didáctica muy de agradecer, además de un sentido loable del entretenimiento que hace que sus dos horas pasen rápidas, sin fatiga. Tiende igualmente a emular al maestro en estas lides que es Scorsese, con cierto sentido jocoso de situaciones a todas luces violentas y dramáticas, especialmente a través del uso de música fiestera en momentos inoportunos; y sin embargo no llega al extremo impúdico y a veces grotesco de su referente, demostrando un mayor nivel de seriedad y gravedad frente a la guerra sin cuartel que ilustra, y un personaje cuya extrema y salvaje crueldad domina sobre su carácter familiar y la supuesta filantropía que a veces se le asigna.
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