USA 2017 134 min.
Dirección Joseph Kosinski Guión Ken Nolan y Eric Warren Singer Fotografía Claudio Miranda Música Joseph Trapanese Intérpretes Josh Brolin, Miles Teller, Jennifer Connelly, Jeff Bridges, James Badge Dale, Taylor Kitsch, Andie MacDowell, Scott Haze, Ben Hardy, Alex Russell, Geoff Stults, Michael Love Toliver, Sam Quinn, Rylan Jason Cook, Brandon Bunch, Thad Luckinbill Estreno en Estados Unidos 20 octubre 2017; en España 2 marzo 2018
La trágica muerte de los integrantes de la brigada de élite Granite Mountain Hotshots, del cuerpo de bomberos de Prescott en Arizona, cuando intentaban apagar el fuego que arrasó Yarnell Hill en junio de 2013, sirve de base para esta película erigida en su homenaje adaptándose al formato de cine de catástrofes que tanto proliferó en la década de los setenta del siglo pasado. Aunque el género volvió a desarrollarse en los noventa hasta hoy día, con situaciones apocalípticas que aprovechan las infinitas posibilidades de los efectos digitales actuales, Only the Brave (Sólo los valientes es su título original) se adapta más a la estructura dramática de aquellos éxitos de los setenta encabezados por títulos emblemáticos como La aventura del Poseidón, Terremoto o El coloso en llamas, donde una serie de personajes vivían sus particulares dramas personales, generalmente de índole sentimental, y más tarde se enfrentaban a una situación límite que de alguna manera funcionaba como acicate para resolver sus traumas. Joseph Kosisnki (Tron Legacy, Oblivion) fija su atención en estos hombres que dieron su vida para preservar un orden ecológico en continuo peligro, firmando su película más convencional y clásica hasta la fecha, y prestando especial atención al buen rollo y la camaradería supuestamente imperante entre ellos. Lo malo es que el film se resiente de unas historias anodinas, generalmente despachadas con escaso poder de convicción, como la velocidad a la que el protagonista Miles Teller (Whiplash) se redime de una conducta desordenada y tóxica, con diálogos en general simples y ramplones, frente a los cuales su nutrido reparto hace todo lo posible por resultar convincente. Es ahí y en unos aseados efectos visuales que procuran ceñirse más a la realidad que al puro espectáculo pirotécnico, donde residen las mayores virtudes de una cinta por otro lado demasiado larga, acumulando en sus diez últimos minutos su mayor interés y tensión emocional .
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