Imay Kandoussi, Juan Manuel Rubio y Álvaro Garrido |
En los últimos años dos importantes proyectos han revolucionado nuestro panorama musical. Por un lado el de Barenboim, cuyos ecos se han dejado sentir incluso en la reciente Sinfónica Universitaria, y por otro la Orquesta Barroca, alrededor de la cual han surgido numerosas formaciones especializadas en la interpretación con rigor histórico.
De eso saben mucho Juan Manuel Rubio y Álvaro Garrido, que junto a la hermosa y excelente vocalista marroquí Imay Kandoussi forman Zejel, grupo con el que pretenden recuperar parte del acervo cultural de nuestra particular y amada tierra. Van más allá de ofrecer música árabe, o como ellos denominan Sefarabí, en justa referencia a la convivencia que hubo aquí entre árabes y judíos, con lo que volvemos a encontrar paralelismo con ese proyecto gestado en Pilas que nos brinda una oportunidad histórica que no deberíamos despreciar.
Un día antes del único concierto del Diván en nuestro país, Zejel deleitó a nuevos e iniciados con un exquisito programa de música turca, árabe, sefardí y andalusí, en el que destacó la pericia del jerezano con exóticos instrumentos como el santur, el oud (precedente árabe del laúd), el saz (laúd de mástil largo), la zanfoña o el arpa, revelándose además como competente conferenciante; Garrido tuvo sobrada oportunidad para demostrar porqué es hoy uno de los más interesantes percusionistas de música antigua y étnica; e Imay Kandoussi llegó a hipnotizarnos con su sugerente y cálida voz, de sedoso timbre y poderosa proyección. Una suave brisa de viento estival se encargó de transportarnos a unas idílicas mil y una noches en las que el Real Alcázar fue protagonista de toda esta aventura multicultural y racial.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 19 de julio de 2012
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