Teatro de la Maestranza, jueves 2 de julio de 2015
Un teatro lleno a rebosar de un público extremadamente entusiasta y entregado debería consolidar definitivamente la recuperación ya con carácter oficial de la música de cine en una ciudad que fue pionera en el género. Esta iniciativa de Media Screen Music, un grupo de aguerridos aficionados a la música cinematográfica, contó por tercer año consecutivo con el apoyo de la Universidad de Sevilla para cerrar su curso académico. La asistencia de la directora del CICUS y el nuevo Delegado de Cultura de la ciudad añadió honores de protocolo a una cita en la que habituales y extraños disfrutaron considerablemente de la espectacular oferta musical puesta sobre los atriles.
Bruce Broughton ha demostrado en repetidas ocasiones, en salas de concierto y grabaciones discográficas, sus amabilidades con la batuta, y ésta no fue la excepción. En pocos días ha logrado extraer de la orquesta las prestaciones justas y apropiadas para llevar a buen puerto un ambicioso programa caracterizado por su exuberancia y su apabullante saturación decibélica. Conseguir con tales planteamientos una interpretación equilibrada, musculosa y homogénea no es tarea fácil y la ROSS lo consiguió gracias al aplomo, la diligencia y la profesionalidad del compositor americano.
Salvo excepciones puntuales, Broughton optó por temas fieles a su concepto general y sin arreglos adicionales, lo que en casos como El primer caballero de Goldsmith evidenció esa habitual redundancia que impera en las bandas sonoras. Una primera parte integrada por piezas de otros compositores, en la que destacaron los finales de la citada película y de Star Trek: Primer Contacto, también de Goldsmith, fue resuelta con brío y puntuales dosis de lirismo. Armonía, efectos exóticos y percusión, que a veces propició cierta tosquedad, tuvieron un fuerte protagonismo. La segunda parte, dedicada por entero al invitado, dejó claras sus habilidades para plegarse a las imágenes, si bien cierta monotonía se adueñó de un programa en el que destacaron la elegancia y alegría de El secreto de la pirámide, las amenazantes atonalidades de Moonwalker y la épica grandilocuente de Silverado, estas dos ofrecidas como propinas. Acertadas estuvieron también las proyecciones de efectos y colores como fondo escénico.
Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 4 de julio de 2015
Personalmente me encantó. Mucho más la segunda parte que me sorprendió por su elegancia y belleza. Una cita para consolidar este hermoso evento en Sevilla.
ResponderEliminarGracias querido amigo.
Muchas gracias a ustedes, que con sus comentarios enriquecen este espacio
ResponderEliminarFue un buen concierto para el aficionado, disfrutamos y quedó clara la necesidad de recuperar para Sevilla este tipo de conciertos. Gracias por tu reseña.
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