Grecia-Francia-Bélgica 2014 134 min.
Dirección Panos H. Koutras Guión Panagiotis Evangelidis y Panos H. Koutras Fotografía Hélène Louvart y Simos Sarketzis Música Delaney Blue Intérpretes Kostas Nikouli, Nikos Gelia, Yannis Stankoglou, Marissa Triandafyllidou, Aggelos Papadimitriou, Romanna Lobats, Kostis Rampavilas, Electra Leda Koustra, Patty Bravo Estreno en Francia 18 junio 2014; en Grecia 2 octubre 2014; en España 3 julio 2015
La vena petarda del realizador griego Panos H. Koutras le debe venir de sus comienzos, cuando dirigió un título tan sintomático como El ataque de la musaka gigante. Ahora se pone más trascendental para contarnos la larga odisea de dos hermanos aún adolescentes que tras la muerte de su madre deciden buscar a su padre biológico y de paso intentar concursar en el Operación Triunfo del país heleno. La actualidad informativa hará que intentemos ver en la película un retrato de la devastación y desmoralización que sufre el país, y algo de ello se atisba. No muy lejos de la realidad que impera en otros países de nuestro entorno, observamos una juventud desmotivada y desorientada, que busca en concursos y reality shows una oportunidad para prosperar en la vida y sobresalir en un mundo en el que las diferencias entre pobres y ricos son cada vez mayores. Se observa también un auge creciente, aprovechando estas desigualdades y el desencanto general, del fascismo, retratado en el odio al extranjero, lo que en el caso de los protagonistas se traduce en un doble motivo de discriminación y ataque sistemático, ya que a su condición de albaneses nacidos en Creta se une la de homosexual del más joven de los hermanos. Esa vena petarda a la que aludíamos se traduce en una pasión casi descontrolada por la canción ligera italiana vintage, muy especialmente Patty Bravo, que aparece en un cameo en el film. El detalle da pie a un par de números musicales, siendo el más publicitado el de la coreografía de los dos jóvenes en calzoncillos y al ritmo de Rumore de Raffaella Carrà. Pero lo que más debiera seducir al espectador, que es ese viaje de fraternización y búsqueda de unos orígenes inciertos, esa particular nueva odisea griega que le sirve de slogan, no consigue conectar suficientemente, quedando algo deslavazado dentro de un conjunto en el que las imágenes fantásticas y surrealistas no combinan bien con el tratamiento realista del resto, mientras el carácter del joven gay (esa actitud del desafortunado título español) llega a irritar sobremanera, consiguiéndose momentos tan chirriantes como incómodos. Curioso en términos puramente coyunturales, la cinta se pudo ver en la sección Un certain regard del Festival de Cannes del año pasado, y recibió el Premio Especial del Jurado en Gijón de ese mismo año.
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