Dirección Asif Kapadia Música Antonio Pinto Documental Estreno en el Festival de Cannes 16 mayo 2015; en Reino Unido 3 julio 2015; en España 17 julio 2015
Tras realizar un par de largometrajes de ficción, la carrera del director británico de origen indio Asif Kapadia dio un giro de ciento ochenta grados cuando se embarcó en la realización del multipremiado documental Senna, sobre el malogrado piloto brasileño de Fórmula 1 Ayrton Senna. Desde entonces no ha dejado el género; el trabajo conjunto Telegramas visuales y ahora Amy son en este sentido sus últimos trabajos. La desgarradora historia de la última diva del soul británico conmueve desde su propia articulación y engranaje, toda vez que al estar totalmente edificada sobre material videográfico auténtico, extraído de películas caseras, reportajes y entrevistas televisivas, testimonios vivos de sus giras, entradas y salidas perseguida por paparazzi, imágenes robadas y otros documentos reales, la sensación de veracidad es absoluta y la capacidad para entrometerse en la vida de la cantante resulta ilimitada. Con el referente de Lady Sings the Blues, título original de la película de 1972 que aquí se tradujo por El ocaso de una estrella, y en la que Diana Ross incorporaba con desgarradora fuerza a otra diva del jazz muerta a consecuencia del alcohol y las drogas, Billie Holiday, la cinta recorre una vida con muchos puntos en común con aquella, degradación psicológica y física y desgraciada vida sentimental incluidas. La gran cantidad de material grabado gracias a las nuevas tecnologías hace innecesario acudir a la ficción y encarar el proyecto como documental, lo que da al conjunto una fuerza susceptible de provocar una enorme conmoción en el espectador o espectadora. Incluso quienes no sucumbimos al talento de Amy Winehouse, influidos por su aspecto soberbio y desaliñado así como por sus problemas con los estupefacientes, hallaremos en el documental material para empatizar con ella, especialmente en su primer tramo, cuando conocemos a una chica joven e ilusionada, apasionada del jazz y de grandes intérpretes como Tony Bennett o Sarah Vaughan, emprendedora y amante de los clásicos, como ese extraordinario Moon River de Mancini que entona junto a la National Youth Jazz Orchestra al inicio del film. El viaje propuesto recorrerá apenas diez años de su vida que parecerán cincuenta, tales son los distintos estados de ánimo y múltiples cambios físicos que experimenta la cantante, sepultada bajo una montaña de desengaños, críticas, persecuciones mediáticas y mortales jugueteos con la droga y el alcohol, todo ello narrado con un excelente sentido de la narrativa y la puesta en escena. Sin embargo Kapadia sucumbe precisamente ante lo que denuncia, el sensacionalismo, pues él mismo busca orientar el interés del público sobre los aspectos más sórdidos de su vida, a la vez que en su afán de mediatizar a la platea insiste en las mismas injerencias criticables a una prensa amarillista que agrietó un espíritu vulnerable y aceleró su triste e inmerecido final. La sensación general es tan desoladora como inconsolable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario