USA 2015 90 min.
Guión y dirección Michael Almereyda Fotografía Ryan Samul Música Bryan Senti Intérpretes Peter Sarsgaard, Winona Ryder, John Palladino, Jim Gaffigan, Anthony Edwrads, Taryn Manning, Kellan Lutz, Anton Yelchin, John Leguizamo, Dennis Haysbert, Ned Eisenberg, Lori Singer, Josh Hamilton Estreno en el Festival de Sundance 25 enero 2015; en Estados Unidos 16 octubre 2015; en España 26 agosto 2016
Con una cartelera plagada de mega éxitos que la promoción se encarga de convertir en imprescindibles, a pesar de que a menudo su calidad deja mucho que desear, no es extraño que una película sencilla e independiente como ésta pase desapercibida, sobre todo si se estrena únicamente en versión original subtitulada, algo que incluso en algunos cines te lo advierten como si fuera un veneno para la taquilla. Es una lástima que este film aguantara tan poco en cartel, porque se trata de una de las propuestas más frescas, interesantes y originales que nos ha deparado la cartelera en mucho tiempo. Las credenciales de su director no son sin embargo para tirar cohetes; de su breve y poco estimulante filmografía apenas destaca un discreto y sui generis Hamlet protagonizado por Ethan Hawke. Ahora bien, sus coqueteos con el documental se notan en el particular estilo de esta película, una biografía del psicólogo social estadounidense Stanley Milgram, autor de experimentos en relaciones sociales tan sobresalientes y reveladores como el fenómeno de los seis grados de separación, la carta perdida, cyranoides, el comportamiento antisocial, y especialmente la obediencia a la autoridad, convirtiendo este último en eje central de un argumento que sirve paralelamente como complemento ideal para otras dos películas estrenadas recientemente, Hannah Arendt y El caso Fritz Bauer. La cinta posee una caligrafía novedosa que parece tomar como referente los famosos seriales fantásticos de principios de los sesenta, como Alfred Hitchcock presenta, incluyendo una puesta en escena austera, continuas explicaciones a la pantalla como hacía el mago del suspense al comienzo de cada capítulo, y una banda sonora clásica y minimalista en la que Bryan Senti parece estar emulando al Herrmann camerístico de aquellas funciones televisivas. En el proceso no deja de analizar ninguno de estos fascinantes experimentos, haciendo hincapié en esa obediencia ciega que nos convierte en borregos, fáciles de dominar por el poder y accesibles incluso para generar el mal ajeno, como ocurre por ejemplo en el controvertido fenómeno del terrorismo o los genocidios que asolan al Mundo de vez en cuando. Fondos falsos, algunos meras fotografías, composiciones teatrales y uso de material documental complementan una propuesta formal novedosa y atrevida, incluido el enigmático y recurrente uso de la canción Some Enchanted Evening, que Rodgers y Hammerstein compusieran para el musical South Pacific, ya sea en versión Mantovani o cantada por el propio protagonista, un Peter Sarsgaard preciso y contenido. Al placer de volver a contemplar a Winona Ryder en pantalla, cuya espléndida madurez invita a reflexionar porqué no se prodiga más en el cine a pesar de su cleptomanía, hay que añadir un elenco excelente, con apariciones estelares en episodios puntuales, como Kellan Luntz dando vida a William Shatner durante el rodaje del telefilm de 1975 The Tenth Level, basado en el experimento de la obediencia a la autoridad, para el que Milgram fue asesor muy a su pesar, o Lori Singer, popular en los ochenta por la serie Fama y la película Footloose, y que aquí es la tradicional y chistosa esposa burguesa del prestigioso psicólogo social Solomon Asch. Sin duda una estupenda invitación a conocer este carismático personaje y los estudios que realizó sobre conductas que a todos nos parecen familiares y muchas veces las hemos cuestionado.
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