Guión y dirección Matt Ross Fotografía Stéphane Fontaine Música Alex Somers Intérpretes Viggo Mortensen, George MacKay, Frank Langella, Samantha Isler, Annalise Basso, Nicholas Hamilton, Shree Crooks, Charlie Shotwell, Kathryn Hahn, Steve Zahn, Erin Moriarty, Missi Pyle, Ann Dowd, Trin Miller Estreno en el Festival de Sundance 23 enero 2016; en Estados Unidos 29 julio 2016; en España 23 septiembre 2016
Viggo Mortensen interpreta con convicción y profesionalidad (y un publicitado y generoso desnudo frontal) a un idealista, un antisistema, hippy moderno que decide retirar a su familia de la civilización, del capitalismo a ultranza, sometiendo a sus hijos e hijas a adiestramientos extremos, a veces imposibles, y un estudio pormenorizado de las letras y las ciencias que da pie a que si ya en el cine americano los niños son pedantes, aquí lo sean diez veces más. El experimento ha sido ya bendecido en festivales (mejor director en la sección Un certain regard de Cannes) y vitoreado por la crítica. En fin, es como si la familia Von Trapp se hubiera perdido en las montañas y una vez reclamados por sus abuelos, hubieran vuelto a la realidad, con sus más y sus menos. Porque si en algo acierta Matt Ross es en no sentenciar sobre las virtudes y miserias de la civilización moderna ni de la vida en comunión directa con la naturaleza. Sus apuntes sobre la religión están más que superados, no descubren nada nuevo, aunque quizás para la América profunda, donde proliferan tantísimas iglesias rurales de toda confesión (no se pueden hacer una idea), algunas cosas en esta película puedan darles que pensar. Aunque para acercarse a la vida y filosofía de Noam Chomsky, aquí elevado a los altares del agnosticismo frente a la magia católica, sea mejor acercarse al documental Requiem for the American Dream, que previsiblemente se estrenará entre nosotros dentro de poco. Las constantes en este aclamado film son las de siempre, gente guapa, saludable e inteligente, de familia rica y con gustos exquisitamente vulgares (las Variaciones Goldberg de Bach en versión Glenn Gould, todavía a estas alturas). En fin, que se la pueden ahorrar directamente e invertir su tiempo en algo más provechoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario