USA 2017 120 min.
Dirección Jordan Vogt-Roberts Guión John Gatins, Dan Gilroy, Max Borenstein y Derek Connolly Fotografía Larry Fong Música Henry Jackman Intérpretes Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson, John Goodman, John C. Reilly, Toby Kebbell, Tian Jing, Thomas Mann, Corey Hawkins, Jason Mitchell, Shea Whigham, John Ortiz, Eugene Cordero Estreno en Estados Unidos y España 10 marzo 2017
La intención queda clara justo al final de la película, tras los títulos de crédito: revivir a todos y cada uno de los monstruos que han acaparado las pantallas norteamericanas, y sobre todo japonesas, desde la década de los cincuenta, en pleno pánico nuclear, con el precedente de King Kong, el clásico de 1933, como bandera. De momento tenemos ésta y dentro de un par de años otra revisión de Godzilla. El encargo se le ha hecho a un director refugiado en la televisión desde que hace cuatro años obtuviera cierto éxito con la muy evocadora Los reyes del verano. Jordan Vogt-Roberts da ahora el salto mortal de género pero con red, la que le proporciona un nutrido grupo de guionistas curtidos en aventuras de corte similar, desde la última versión de Godzilla a Jurassic World pasando por Acero puro y El legado de Bourne. Pero lo que en principio se propone, y saluda, simplemente como mero divertimento, una película de aventuras sin más pretensión que entretener, tiene mucho más trasfondo de lo aparente, con una guerra frustrada, la de Vietnam, planeando por un sargento con ínfulas de venganza y un equipo de científicos aprovechando la especulación política en un momento de horas bajas para la moral norteamericana. Pero sobre todo la cinta se erige como alegato, una vez más, del papel destructivo del hombre sobre la tierra. Esta vez ya no es la amenaza nuclear ni el ansia de dinero y poder, sino la más de moda denuncia ecológica, con una expedición que comienza destruyendo todo lo que encuentra a su paso para llamar la atención de los monstruos que habitan una isla perdida. El paisaje apocalíptico en el que se desarrolla la acción tiene, como ya se ha dicho en otras reseñas, reminiscencias claras del Apocalypse Now de Coppola, con personaje llamado Conrad incluido, al que da vida un Tom Hiddleston (High-Rise, La cumbre escarlata) con más pinta de dandy que de auténtico aventurero, mientras el resto del reparto responde a los arquetipos del género, con mujer florero incluida, una Brie Larson oscarizada por La habitación, que de pie a la consabida porción de poesía que la empresa demanda desde los tiempos de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Pero nada de esto sería un inconveniente si no fuera por la enorme carga de violencia que ofrece el producto, donde a la también típica estructura narrativa se une un proceso de aniquilación de los personajes del film según los más cruentos parámetros imaginables. No cabe duda de que su impacto visual y sonoro es considerable, verdaderamente espectacular, con secuencias memorables como la del ataque a los helicópteros y las numerosas luchas de King Kong con otros monstruos gigantescos; pero no escapa de sus pretensiones de estéril denuncia y su ambición de taquillaje que es, en última instancia, la única razón de ser de este más de lo mismo sobre el pobre gorila triste e incomprendido.
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