Dirección Fernando González Molina Guión Luiso Berdejo, según la novela de Dolores Redondo Fotografía Flavio Martínez Labiano Música Fernando Velázquez Intérpretes Marta Etura, Elvira Mínguez, Carlos Librado, Francesc Orella, Itiar Aizpuru, Miquel Fernández, Pedro Casablanc, Colin McFarlane, Benn Northover, Paco Tous, Manolo Solo, Ramón Barea, Susi Sánchez, Quique Gago, Miren Gaztañaga, Mikel Losada, Patricia López Estreno en salas comerciales 3 marzo 2017
González Molina se especializó en el melodrama romántico (Tres metros sobre el cielo, Tengo ganas de ti, Palmeras en la nieve) después de dirigir la comedia Fuga de cerebros; y ahora se mete de lleno, sin abandonar las adaptaciones literarias, en el thriller con ínfulas fantásticas. El resultado es otro producto técnicamente notable y ambicioso internacionalmente, pero falto de total y absoluta naturalidad, forzado y con un nivel dramático bajo mínimos. Una vez más falla lo esencial, el guión y las interpretaciones. Y eso que está basada en una novela de éxito, la primera que la ganadora del Premio Planeta, Dolores Redondo, dedicó a una trilogía sobre el valle navarro del Baztán, y que ha vendido en el Mundo cerca de un millón de ejemplares. Teniendo en cuenta además que esta trilogía despertó el interés del productor alemán Peter Nadermann, responsable de Millennium, deberemos considerar que es el guión y no la base literaria lo que falla. Sin embargo, son tantos los disparates y sinsentidos en esta malograda película que dudamos también de la dignidad de su soporte. Situaciones tan ridículas como los personajes que las protagonizan, con una Marta Etura que va de mal en peor, caracterizada cual Clarice Starling y metida en episodios descaradamente plagiados de El silencio de los corderos, y el exfutbolista Carlos Librado “Nene” que le da réplica sólo para ejercer de niño bonito, que para eso es una autora quien ha urdido el estrafalario plan. Un argumento tan rocambolesco y falto de naturalidad, tan forzado, que invita a revolcarse en el asiento preguntándose qué te impide salir de la sala y respirar. La intervención del personaje de Susi Sánchez, la irrupción de personajes fantásticos (el Basajaun al que da vida Javier Botet, que al pobre sólo lo contratan para estas cosas), costumbres ancladas en la superchería, y sobre todo el espacio tan reducido en el que se suceden durante más de una década horribles asesinatos en cadena sin que nadie haya sido capaz de resolverlos… todo es tan ridículo y absurdo, sin olvidar que una vez más los personajes hablan sin parar y todo el guión se basa en sus palabrerías, explicaciones y líneas de diálogo tan literarios como faltos de toda naturalidad. Se esfuerza en ser macabra y truculenta, pero ya lo hemos dicho en repetidas ocasiones, sólo es ridícula. Si al menos sirve para exportar las tortas de chanchigorri.
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