Dirección Pepa San Martín Guión Pepa San Martín y Alicia Scherson Fotografía Enrique Stindt Música Ignacio Pérez Martín Intérpretes Julia Lübbert, Emilia Ossandón, Mariana Loyola, Agustina Muñoz, Daniel Muñoz, Coca Guazzini, Sigrid Alegría, Micaela Cristi Estreno en el Festival de Berlín 13 febrero 2016; en Chile 27 octubre 2016; en España 24 marzo 2017
La ópera prima de la realizadora chilena Pepa San Martín intenta ser una mirada limpia a los prejuicios sociales, a la vez que un retrato certero de esa difícil etapa de la vida que es la adolescencia, a través del punto de vista inocente de una niña de trece años y procurando no caer ni en estereotipos ni lugares comunes. San Martín acierta considerablemente al plantear cuestiones que la sociedad no ha encajado suficientemente, como son por ejemplo los nuevos modelos de familia, con esa mirada que todo lo encaja con naturalidad y sin prejuicios, que ha conocido cierta realidad como cotidiana y ni le perturba ni le condiciona. Otra cosa es que sean los mayores a su alrededor quienes sí encuentren en determinadas situaciones condicionamientos para el sano desarrollo de una chica que empieza a vivir. la directora deja claro que lo que preocupa a la niña son otras cosas propias de su edad, sus relaciones con las amigas, con su hermana pequeña, su primer amor o su aceptación en el entorno en el que vive. Lo malo es que en su empeño por mostrar la situación con la mayor naturalidad posible, sin maniqueísmos ni aspavientos, la realizadora opte por un ejemplo de adolescente taciturna, discreta e incluso algo tristona, que contrasta con la gracia y el desparpajo, aunque sea un poco pava, de su hermana, un soplo de aire fresco frente a la sosería de la niña protagonista. Que los prejuicios y lo socialmente aceptado y establecido se vayan imponiendo sólo será cuestión de tiempo, a la vez que la mirada inocente de la niña vaya siendo contaminada por la dictadura de lo convencional. Pero hasta entonces el espectador se ve sometido a una sucesión de sketches en su mayoría poco estimulantes, sin un discurso progresivo e interesante, y con el inconveniente añadido del idioma… cuesta trabajo entender los diálogos en su integridad.
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