Bélgica 2016 113 min.
Guión y dirección Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne Fotografía Alain Marcoen Intérpretes Adèle Haenel, Jérémie Rennier, Olivier Gourmet, Thomas Doret, Fabrizio Rongione, Christelle Cornil, Olivier Bonnaud, Louka Minnella, Nadège Quedraogo Estreno en el Festival de Cannes 18 mayo 2016; en Bélgica 5 octubre 2016; en España 3 marzo 2017
Fieles a su estilo y temática, los hermanos Dardenne proponen ahora un film aparentemente policíaco o detectivesco, en el que una doctora se convierte en detective a raíz de un desafortunado incidente, volcándose en ambos menesteres las veinticuatro horas del día, especialmente en el segundo, con el que pretende aliviar su mala conciencia procurando restablecer la dignidad de la persona víctima del referido incidente. Los Dardenne apelan de nuevo a nuestra conciencia social, con la novedad de que en esta ocasión no es directamente el sistema el objeto de su crítica, sino la consecuencia del mismo, la sociedad que hemos creado a partir de dicho sistema, y que nos convierte a todos y todas en cómplices del mismo y colaboradores imprescindibles de sus fallos y miserias. La joven protagonista, la un tanto hermética e inexpresiva Adèle Haenel, sospechamos que intencionadamente, realiza un periplo que le lleva a investigar las circunstancias y protagonistas de ese incidente, generando un puzzle en el que varios son los componentes generadores de la tragedia. Se produce así una cadena de comportamientos con los que nos podemos identificar fácilmente, desde el desprecio al extranjero, el recurrente mirar hacia otro lado o el aprovechamiento circunstancial de su situación para provocar una situación de abuso y extorsión que lleva a enriquecernos vilmente de la desgracia ajena. El problema es que, a diferencia de otras ocasiones, los Dardenne se muestran algo fatigados a la hora de poner en pie una historia que por su propia envergadura debería resultar apasionante. Hay una notable falta de tensión y misterio en una película que parece repetir esquemas continuamente, avanzando más a golpe de guión que de auténtico y natural progreso dramático. No funciona satisfactoriamente como cinta de suspense y tampoco como denuncia social; ni es tan directa ni logra captar esa atención que sí acaparaban títulos como Dos días, una noche o El niño de la bicicleta.
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