Guión y dirección Dan Kwan y Daniel Scheinert Fotografía Larkin Seiple Música Andy Hull y Robert McDowell Intérpretes Paul Dano, Daniel Radcliffe, Mary Elizabeth Winstead, Antonia Roibero, Timothy Eulich, Richard Gross Estreno en el Festivald e Sundance 21 enero 2016; en Estados Unidos 1 julio 2016; en España 24 febrero 2017
Bendecida en Sundance, donde consiguió el premio al mejor director, compartido por dos inseparables amigos que se hacen llamar Daniels, y en Sitges, donde entre otros logró los premios a mejor película y actor para Daniel Radcliffe, no cabe duda de que nos encontramos ante una originalísima y muy personal propuesta destinada o bien a convertirse en película de culto o pasar al olvido más absoluto. Lo cierto es que a algunos nos ha parecido tan insufrible y pretenciosa como esas películas de Spike Jonze, Michel Gondry o Charlie Kaufman que le sirven de referente. Para empezar no parece que sus reconocimientos le hayan abierto las puertas de una taquilla que se resiste al sinfín de disparates y situaciones absurdas en las que consiste una cinta sobre la relación de camaradería y amor entre un náufrago y un cadáver flatulento que sirve como cuerpo multiusos para el primero hasta el punto de generar todo un universo en el que sus realizadores despliegan una enorme capacidad para la imaginación y la inventiva que no trasciende más allá del hastío generalizado. Su desarrollo para colmo está plagado de situaciones y aventuras sumamente desagradables en un tono entre bizarro y cómico. No podemos negar que el diseño de producción, el trabajo de los actores y la dificultad que sin duda alguna debió imperar en su rodaje y postproducción, son realmente excepcionales; pero el resultado final sentimos que naufraga tanto o más que el desdichado y solitario robinson al que da vida el cada vez más marciano Paul Dano.
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