Francia 2018 140 min.
Guión y dirección Xavier Giannoli Fotografía Eric Gautier Intérpretes Vincent Lindon, Galatéa Bellugi, Patrick D’Assumçao, Anatole Taubman, Elina Löwensohn, Claude Lévèque, Gèrard Dessalles, Bruno Georis, Alina Hava, Candice Bouchet Estreno en Francia 14 febrero 2018; en España 21 septiembre 2018
El director galo Xavier Giannoli parece muy interesado en analizar la figura de presuntos farsantes, una cantante de ópera sin talento a la que todo el mundo respeta por su posición acaudalada en Madame Marguerite, y ahora una joven que dice haber visto a la Virgen en un lugar recóndito de la geografía francesa. Aunque más que la farsa o la suplantación a Giannoli parece interesarle mostrar el circo mediático que inmediatamente se origina en torno al fenómeno, con la habitual peregrina intención de recuperar fieles y generar una mayor tensión religiosa y posible fascinación ante los milagros de la Iglesia. El problema es que utiliza un discurso ambiguo en su contenido y monótono en la forma, sin olvidar un exceso de metraje que provoca hastío y mengua naturalmente el interés. Vincent Lindon interpreta a un reportero de guerra que regresa del infierno provocado por las guerras fanático-religiosas de Oriente Medio, y bajo el trauma que le ha provocado la muerte de un fotógrafo compañero en dicha contienda, es llamado inexplicablemente por el Vaticano para formar parte de una supuesta comisión de investigación que decida si las visiones manifestadas son auténticas o no. Su posición inicial escéptica y agnóstica, en contraposición a la de sus colegas, teólogos y psicólogas, irá previsiblemente cambiando conforme vaya averiguando asuntos que tienen que ver con el pasado de la joven y sus motivaciones para asumir el presunto milagro. Otro fanatismo se adueña de la gente que acude masivamente al lugar de las revelaciones, donde un considerable merchandising está haciendo las delicias de sacerdotes sin escrúpulos y fanáticos del espectáculo mediático. Muy bien todo, pero la información surge con timidez; apenas sabemos nada del protagonista, dudamos de la eficacia de una investigación científica por parte de quienes se apoyan en la fe, y el academicismo y sobriedad con que está tratado el conjunto no acaba de convencernos. Por supuesto no faltan en el popurri de su banda sonora la música de Arvo Pärt (Fratres) ni el misticismo barroco (La Pasión según San Mateo de Bach, Stabat Mater de Pergolesi), a los que se suman composiciones también de corte piadoso de Georges Delerue y el recientemente fallecido Jóhann Jóhannsson.
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