Guión y dirección Asghar Farhadi Fotografía José Luis Alcaine Música Javier Limón Intérpretes Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín, Eduard Fernández, Bárbara Lennie, Elvira Mínguez, Ramón Barea, Inma Cuesta, Sara Sálamo, Carla Campra, Sergio Castellanos, Roger Casamajor, José Ángel Egido Estreno en el Festival de Cannes 8 mayo 2018; en España 14 septiembre 2018
Puede que nos encontremos ante el título más flojo de un director con una filmografía tan escueta pero lograda como la suya, dos Oscar a la mejor película de habla no inglesa (Nader y Simin, una separación y El viajante) incluidos, pero no podemos negarle el mérito de profundizar en un universo tan particular y no tan familiar al suyo propio como es el español y la herencia que continúa arrastrando desde que fuera ese imperio prepotente y cruel al que pertenece la figura del hidalgo. Farhadi se enfrenta desde ese rol de autor que se merece, que aúna realización y libretista a partes iguales, a las heridas de un pueblo que ríe y llora, a la vez que es incapaz de deshacerse, cuarenta años después, del estigma que supuso otros cuarenta de dictadura militar, como estamos comprobando actualmente con la resistencia a que el gobierno salde deudas de una vez por todas con quienes lo sufren, como han hecho otros países más decentes que el nuestro con su execrable historia reciente. En la aventura española de este excelente director iraní asistimos a los prolegómenos de una boda de pueblo por todo lo alto. Durante algo más de media hora somos invitados a la fiesta, al jolgorio y el exceso más típicamente español, gamberro y descerebrado... ¡qué bien nos ha cogido el punto! Puede incluso que ese prólogo le dure demasiado, pero sirve para contrastar la tragedia que se viene encima y que hace virar la función hacia la intriga policial más claustrofóbica. Y es en esa misma familia donde se reproducen miserias tan de nuestra tierra, especialmente frente a quienes son incapaces de asumir que su época pasó, que ya no son terratenientes con siervos pobres y desgraciados a su cargo y a su placer, y que por lo tanto les cuesta comulgar con un orden presente y moderno que los iguala a sus antiguos esclavos. El sur, siempre el sur, en América o aquí, da igual; ese sol que ilumina a todos pero que sólo unos cuantos creen tener el privilegio de disfrutar. En ese ambiente que Farhadi capta tan bien, con tanta sutileza, ingenio e inteligencia, se desenvuelven una serie de personajes de una misma familia y aledaños, entre los que existen aún rencillas, envidias y reproches, que irán aflorando a lo largo de una investigación que quizás se dilata también en exceso, más teniendo en cuenta la habilidad del realizador y guionista para dejar claras motivaciones y perfiles sin necesidad de tanto discurso y divagación. Y es ahí donde apreciamos el acierto del título, que tanto influye en nuestra intriga: Quiénes son todos, qué saben... hasta que lo averiguamos y surge el mayor escollo de la función, una resolución apresurada e impostada que impide que nos encontremos ante una obra mayor. Cabe destacar entre los muchos aciertos de una película que se nutre además de una adecuada luz y unas acertadas localizaciones, las estupendas interpretaciones de un elenco cuyos partícipes siempre lucen, pero no en todo caso con el mismo brillo.
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