Guión y dirección Carmen Blanco Fotografía Jacobo Herrero Música McEnroe Intérpretes Blanca Parés, Ignacio Montes, Anna Coll Miller, Tusti de las Heras, Agustín Otón, David Mora Estreno en el Festival de Málaga 20 abril 2018; en salas comerciales 14 septiembre 2018
Hay cierta voluntad en este primer largometraje de la joven gaditana Carmen Blanco de hacer las cosas bien y con la lección bien aprendida. Estudió Comunicación Audiovisual en Málaga y allí y en el Rincón de la Victoria ambienta esta original y sutil historia de amores no correspondidos, con la delgada línea que separa la amistad del amor entre un hombre y una mujer como leit motiv. Pero el resultado evidencia una alarmante falta de seguridad y talento a la hora de poner en imágenes un guión errático y plagado de imposturas, tanto en los forzados diálogos como en el perfil de sus personajes y sus poco convincentes relaciones con los demás, no digamos ya en las situaciones de mero pose que propone y que dan al conjunto un aire considerablemente mortecino. Fruto de una generación más preocupada en reflejar sus sentimientos y anhelos románticos que en analizar los problemas sociales, políticos y económicos que le acucian, Blanco comete ese craso error que caracteriza a muchos de los nuevos realizadores y realizadoras, que es mantener el pulso y la dinámica de un cortometraje para contar una historia estirada y recurrente que no hace sino dar vueltas sobre sí misma sin hacer verdaderamente progresar la acción ni la trama. Apenas interesa y mucho menos conmueve la experiencia de esta joven aparentemente amargada y hastiada de todo, a la que da vida una poco entregada Blanca Parés, que debutó en Julieta en un breve papel como hija de la protagonista. Un personaje que parece querer progresar y relajarse a medida que profundiza en su relación con un antiguo amigo que hizo mutis para ahora reaparecer y seducirla, con consecuencias que servirán a la protagonista como terapia para tomar decisiones valientes y mejorar su comunicación con una madre y una amiga con la que no tiene química ninguna, ni antes ni después, restando verosimilitud a la propuesta. Nos consta que los encargados de publicidad han trabajado duro para que la película, cuyo título en principio iba a ser El último unicornio, no pasara desapercibida. Pero ni eso ni haber logrado los premios a la mejor directora y el de la crítica en el Festival de Alicante, de temática similar al de Málaga donde se presentó en abril pasado, parecen haber animado a los exhibidores a estrenarla más que en algunas ciudades y en pases reducidos.
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