Guión y dirección Gonzalo Bendala Fotografía Sergi Gallardo Música Pablo Cervantes Intérpretes Julián Villagrán, Ester Expósito, Marián Álvarez, Marisol Membrillo, Adolfo Fernández, Helena Castañeda, Christian Mulas, Ramiro Alonso, Juan Carlos Villanueva, Asia Ortega, Daniel Jumillas Estreno 7 septiembre 2018
El director sevillano Gonzalo Bendala da un salto cualitativo notable tres años después de su debut en el largometraje con Asesinos inocentes, proponiendo una cinta de género, otro thriller, en el que de nuevo unas circunstancias muy particulares ponen a prueba la integridad moral de su protagonista. Los notables problemas de guión que planteaba la anterior película quedan algo superados en esta nueva propuesta, aunque algunos comportamientos y su resolución pueden quedar sujetos a polémica por su falta de convicción. Cuando los ángeles duermen funciona como película de género, con sus protagonistas entregados a una vorágine de violencia y persecución en cierto modo deudora del clásico de William Wyler El coleccionista. En este sentido el film funciona, generando suficiente tensión e intriga que no decae en ningún momento, demostrando la capacidad adquirida por el realizador para mantener el ritmo y el suspense. Lástima que no se conforme con su vocación de mero entretenimiento, como sucede en películas americanas de corte similar, y pensamos en títulos como Carretera al infierno, y se preocupe en exceso en marcar pautas morales y analizar conductas que reflejen la corrupción en una sociedad cada vez más preocupada por valores tan bien vendidos como la familia o el dinero. En este sentido Bendala demuestra que no es ningún genio y que filosofar no se le da tan bien como adaptar a nuestro cine las formas del buen cine de suspense y acción sin más pretensiones. Los protagonistas se esfuerzan en ser creíbles y el resultado les avala, pero en su progreso dramático algunas cuestiones quedan desdibujadas, algo faltas de convicción, y hacen flaco favor al esfuerzo que despliegan nuestras fuerzas del orden cuando se trata de resolver cuestiones como las que plantea el film, entre ellas la desaparición de mujeres o la omisión de socorro. Una vez más en nuestro cine el peso del guión se nota en exceso, sepultando las posibilidades de un film que a pesar de todo cuenta con considerables alicientes técnicos y artísticos.
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