sábado, 1 de febrero de 2020

WAVES: UN MOMENTO EN EL TIEMPO Histeria e impostura como estilo visual y narrativo

Título original: Waves
USA 2019 135 min.
Guion y dirección Trey Edwrad Shults Fotografía Drew Daniels Música Atticus Ross y Trent Reznor Intérpretes Taylor Russell, Kelvin Harrison jr., Sterling K. Brown, Renée Elise Goldsberry, Lucas Hedges, Alexa Demie, Clifton Collins jr., David Garelick, Elisa Lau, Vivi Pineda Estreno en el Festival de Toronto 10 septiembre 2019; en Estados Unidos 15 noviembre 2019; en España 31 enero 2020

Hasta el momento el joven director norteamericano Trey Edward Shults se había centrado en sus propios problemas y traumas familiares para afrontar sus dos primeras películas, Krisha, donde analizaba el progresivo deterioro mental de su tía, y Llega la noche, una cinta en clave de terror que retrataba el sobreproteccionismo de un padre ante la inminente llegada de una tragedia apocalíptica. Aunque sigue centrando todo su interés en la familia como microuniverso de tragedia y dolor, abraza ahora sin complejos el género del melodrama más desmelenado, desde la perspectiva estética y presuntamente poética de un Barry Jenkins (El blues de Beal Street, Moonlight).

Para ello se vale de un impecable equipo técnico y artístico con el que logra secuencias espectaculares y visualmente impactantes, aunque tan pretenciosas como el resto del conjunto. Así, unos imposibles movimientos de cámara circulares y el uso agresivo de la música habrían de invitarnos a una experiencia inmersiva con la que sufrir en primera persona los vaivenes emocionales de una juventud desbocada que confunde la experiencia romántica y sentimental de pareja con la emoción extrema y la vida al límite, en una primera parte tan opresiva e histérica que pareciera querer ser asfixiante, aunque no consiga más que ser irritante. Todo se suaviza en una segunda parte catárquica, la calma después de la tempestad con mayúsculas, en la que el halo supuestamente poético quiere resolverse con clichés y arquetipos en los que el espíritu y el comportamiento de los protagonistas debieran estar forzosamente justificados por sus traumáticas experiencias.

Todo en fin tan presuntamente intenso como decididamente falso e impuesto en un conjunto en el que solo cabe admirar su factura técnica y el esforzado trabajo de su elenco, destacando sobre todo el de los jóvenes Taylor Russell y Kelvin Harrison jr., que encaran como hermanos en la ficción dos formas distintas de vivir el amor, a lo bruto él, sensible ella, naturalmente.

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