USA 2019 108 min.
Dirección Jay Roach Guion Charles Randolph Fotografía Barry Ackroyd Música Theodore Shapiro Intérpretes Charlize Theron, Margot Robbie, Nicole Kidman, John Lithgow, Allison Janney, Kate McKinnon, Malcolm McDowell, Mark Duplass, Connie Britton, Liv Hewson, Brigette Lundy-Paine, Rob Delaney, Robin Weigert, Amy Landecker, Ben Lawson, Josh Lawson Estreno en Estados Unidos 20 diciembre 2019; en España 7 febrero 2020
Charles Randolph, que ganó un Oscar por escribir en colaboración con Adam McKay el guion de La gran apuesta, una celebrada crónica de la especulación bursátil e inmobiliaria que dio lugar a la crisis económica de 2008, parecía la elección ideal para dar vida a esta película que denuncia los acosos sexuales que acabaron con la carrera del magnate de la televisión Roger Ailes en 2016, en plena campaña de Donald Trump por la presidencia de los Estados Unidos, de quien era asesor político. Una influyente periodista de su plantilla, Gretchen Carlson (Kidman) lo denunció, y a ella le siguieron otras importantes colaboradoras de la cadena de noticias Fox News, entre ellas la muy progresista en términos relativos Megyn Kelly. Quien no parece muy adecuado para montar este espectáculo denuncia es Jay Roach, responsable de las franquicias de Austin Powers y Los padres de ella, que probó a redimirse como autor serio hace unos años con Trumbo, una áspera y agria crónica del famoso guionista de Espartaco y Éxodo, Dalton Trumbo, víctima de la terrible Caza de Brujas del senador McCarthy, que brilló especialmente por la sensacional interpretación de Bryan Cranston.
Roach sin embargo parece haber querido mimetizar las hechuras de McKay y ofrecernos una cinta frenética en ritmo, datos, información y personajes, tanto que a ratos resulta difícil de digerir y asimilar. Mucho mejor en los momentos más pausados, cuando deja respirar a sus espléndidos interpretes y se puede apreciar el notable trabajo de maquillaje que hace irreconocibles a John Lithgow (Ailes) y Malcolm McDowell (Rupert Murdoch, el dueño de la cadena). Con tanto empeño en insuflar ritmo y agilidad a la empresa, Roach olvida dotar al conjunto del suficiente grado de interés e indignación que la historia demanda, lo que unido a una puesta en escena peregrina, casi sin entusiasmo, provoca que esta aproximación al Me Too resulte algo descafeinada y fuera de tono, como si no supiera encajar entre la comedia sofisticada y el drama político y social de denuncia al que pertenece.
Estas mujeres explosivas o bombas sexuales a las que hace alusión el título original acaban siendo su mayor atractivo, lo que no deja de ser paradójico. Se redime con secuencias de alto potencial dramático como la que describe el abuso al que es sometido el personaje de Margot Robbie, y con la visibilidad de estas poderosas y valientes mujeres que tanto arriesgaron para probar una lacra mucho más extendida de lo que creemos y durante tanto tiempo normalizada. Y éstas ya estaban establecidas; duele pensar en las que se quedaron en el camino por no sucumbir a los deseos de estos "viejos verdes".
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