martes, 27 de octubre de 2020

ON THE ROCKS Cocktail de aventuras urbanas

USA 2020 95 min.
Guion y dirección
Sofia Coppola Fotografía Philippe Le Sourd Música Phoenix Intérpretes Bill Murray, Rashida Jones, Marlon Wayans, Jessica Henwick, Jenny Slate, Liyanna Muscat, Barbara Bain, Mike Keller Estreno limitado en Estados Unidos  2 octubre 2020; en Internet 23 octubre 2020


Todo lo contrario que la película antes comentada,
Regreso a Hope Gap, la nueva película de Sofia Coppola nos habla también de un matrimonio, y de los posibles peligros que lo acechan, pero con una ligereza, solo superficial, al alcance solo de grandes cineastas, capaces de asimilar la tradición cómica del cine de Hollywood y adaptarla a los gustos e inquietudes actuales. Aquí encontramos una familia definida por la diversidad, con una protagonista ésta sí sensata, madre de familia entregada y volcada por voluntad propia, atascada en sus inquietudes intelectuales y acechada por la sospecha de una infidelidad conyugal.

En este punto aparece la figura del padre, un reencuentro en el que el hombre afronta la vejez con miedo y desconfianza, agarrándose a la vida, la diversión, las mujeres y la vida como si no hubiera un mañana, y dispuesto a convertir esa sospecha de su hija acompañante en pretexto para la aventura y la diversión como lo era para Diane Keaton, Woody Allen, Alan Alda y Anjelica Huston el supuesto asesinato de una vecina en Misterioso asesinato en Manhattan. El equilibrio y la sobriedad con que ella afronta esa posible crisis matrimonial contrasta con el disimulado pavor con que su padre, un espléndido Bill Murray, se enfrenta a la pérdida de la juventud, lo que da motivo también a Coppola para rendir quizás un sentido homenaje al universo de Blake Edwards en 10, la mujer perfecta, con viaje incluido al paraíso mexicano del resort y la buena vida.

Rashida Jones y Bill Murray, posando para el póster de nuevo como en la celebrada Lost in Translation, dan vida a esta singular pareja que nos llevan de la mano por un Nueva York de clubs, hoteles y buenos restaurantes, calles llenas de gente y coches, noches de luces y alegría que a buen seguro contrastan con la realidad que ahora vivimos, lo que nos provoca una inevitable nostalgia. Y todo con enorme ligereza, buen humor, situaciones divertidas y en definitiva buen cine como hacía mucho que no disfrutábamos.

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