Marruecos-Francia-Bélgica-Dinamarca 2022 122 min.
Dirección Maryam Touzani Guion Maryam Touzani y Nabil Ayouch Fotografía Virginie Surdej Música Kristian Eidnes Andersen Intérpretes Lubna Azabal, Saleh Bakri, Ayoub Messioui, Mounia Lamkimel, Abdelhamid Zoughi, Zakaria Atifi Estreno en el Festival de Cannes 26 mayo 2022; en el Festival de Marrakech 14 noviembre 2022; en España 10 marzo 2023
Sensual y seductora desde los propios títulos de inicio, la nueva película de la directora de Adam reitera su tendencia a la crítica social de un país y un sistema por definición represor y censor de las conductas humanas que denoten un mínimo de libertad, sobre todo en lo que a sexualidad se refiere. Cuenta para este precioso cuento moderno con la complicidad de un trío protagonista de excepción, integrado por Lubna Azabal, que repite con la directora tras su aclamado anterior film y que con ésta se ha llevado el premio a la mejor interpretación en Valladolid, el actor palestino Saleh Bakri, que abandona una vez más su habitual imagen sofisticada y a quien hemos visto en películas como La banda nos visita y Costa Brava, Líbano, y el joven debutante Ayoub Missioui.
Los tres dan vida a un particular trío donde solo habita el corazón y la bondad, quedando muy al margen los escasos personajes negativos que pueda tener una cinta donde todo es relajado y sensual y que mira con impecables hechuras a la esperanza de una vida mejor, donde predominen los sentimientos y se destierre el dolor. Touzani no renuncia a un ritmo pausado y un estilo balsámico, sin por ello caer en la falta de tensión dramática, una sensación que resulta especialmente palpable en el deseo que experimentan cada uno de los vértices de este encantador y amable trío romántico. Temas que difícilmente veremos reflejados en películas de la vertiente musulmana y que la directora trata con tanta delicadeza como sus protagonistas tejen el precioso caftán del título.
En su desarrollo, Touzani demuestra un absoluto respeto a las formas, logrando una estética preciosista apoyada en los buenos y holgados recursos que le reporta la inevitable coproducción con países europeos del entorno. Eso posibilita también una sensual y atmosférica banda sonora y una fotografía de claros y oscuros tan sugerente como manifiestamente melancólica. Un film que se disfruta como una caricia, con esa sinceridad que respira y que emociona en los momentos cruciales de un relato cargado de dolor pero también de ironía, y cuyo desenlace podría ser tan contradictoriamente feliz como amargo.
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