Queremos celebrar el éxito obtenido por el musical Company en los primeros Premios Talía de la Academia de Artes Escénicas de España, con tres reconocimientos al mejor espectáculo, actor y dirección musical en el apartado de teatro musical, reproduciendo la reseña que hicimos en su momento, cuando tuvimos el enorme placer de verlo en Málaga a finales del 2021. Enhorabuena a Antonio Banderas, el Teatro Soho y todo el excelente elenco y equipo técnico y artístico que hicieron posible este milagro del teatro musical hecho en nuestro país, y más concretamente en nuestra comunidad autónoma. La gala de estos primeros premios Talía estuvo estupendamente conducida por Cayetana Guillén Cuervo, que no dudó en protagonizar uno de los momentos más emotivos de la noche cuando abrazó a su madre, Gemma Cuervo, presente entre el público. Antes, en la alfombra roja, Nadia Calviño, ministra de Economía y Hacienda, dio buenas muestras de cultivar la cultura escénica, enumerando una larga serie de espectáculos teatrales recientes a los que dice haber asistido, incluidos un buen número de musicales, de los que confesó ser una adicta. Salvo algunos problemas de ritmo y los sempiternos agradecimientos a toda la familia, amigos, vecinos y mascotas, la gala resultó amena y distendida, al menos para quienes estamos familiarizados con el tema.
Que España se ha convertido en referente europeo en la producción de musicales lo demuestran otros títulos que también obtuvieron premio, como Los chicos del coro (iluminación), La historia interminable (dirección artística) y El tiempo entre costuras (vestuario), estos dos últimos siendo además producciones íntegramente propias, incluida música y letra, precisamente de la empresa andaluza beon.Entertainment, responsable también de El médico y El principito. Además Next to normal, en su versión inmersiva del festival Grec, estuvo nominado a mejor espectáculo musical. Por cierto, su estreno hace cinco años como Casi normales, tuvo como protagonista a Roger Berruezo, que en Barcelona interpretó el papel de Banderas en Company. Kinky Boots tuvo nominado a su protagonista, Tiago Barbosa, y la dirección musical de Matilda también estuvo nominada. La tendencia eminentemente comercial de estos premios llena así el hueco que dejan los Max, centrados en producciones más alternativas y relativamente elitistas.
Nuestro gozo hubiera sido completo si Marta Ribera o Anna Moliner, ambas espléndidas, se hubieran alzado con el premio a la mejor actriz en musical, aunque hemos de reconocer que el trabajo de Mireia Portas en Cantando bajo la lluvia es excelente. Para el recuerdo nos quedará siempre su hilarante "no pido" con la voz de pito que inmortalizó Jean Hagen en la mítica versión cinematográfica. También nos hubiera gustado ver reconocidas a Nancy Fabiola Herrera o Yolanda Ayuanet como mejor intérprete femenina de lírica, por el Roberto Devereux que pudimos disfrutar en el Teatro Maestranza de Sevilla el pasado noviembre, o a Ismael Jordi por Anna Bolena, por aquello de ser de la tierra, por un Lord Percy con el que también pudimos disfrutarlo en Sevilla hace unos años en una producción distinta de la que esta temporada se pudo ver en Les Arts de Valencia, pero con la misma dirección musical de Maurizio Benini. Nuestras felicidades no obstante a Jorge de León y Saioa Hernández, ambos ya con una rutilante carrera internacional en su haber. Así valoramos en su día el musical del Teatro del Soho malagueño.
Banderas nos brinda la mejor versión de Company
Una producción del Teatro del Soho CaixaBank. Música y letra de Stephen Sondheim. Libreto de George Furth. Antonio Banderas, dirección. Arturo Díez-Boscovich, dirección musical. Borja Rueda, coreografía. Ignacio García May y Roser Batalla, traducción. Alejandro Andújar, escenografía. Juan Gómez-Cornejo y Carlos Torrijos, iluminación. Antonio Belart, vestuario. Joan Rodón y Emilio Valenzuela, vídeo. Roc Mateau, sonido. Con Antonio Banderas, María Adamuz, Roger Berruezo, Albert Bolea, Lorena Calero, Lydia Fairén, Dulcinea Juárez, Silvia Luchetti, Anna Moliner, Julia Möller, Paco Morales, Marta Ribera, Carlos Seguí, Rubén Yuste. Teatro Soho CaixaBank de Málaga, función del domingo 26 de diciembre de 2021.
Mucho hablamos en estas páginas el año pasado sobre el musical Company de Stephen Sondheim, a propósito de la celebración del cincuenta aniversario de su estreno en el Alvin Theatre de Nueva York, y del noventa cumpleaños de su autor, celebrado por todo lo alto por las más rutilantes estrellas de Broadway, y algunas del cine, en riguroso streaming pandémico. Después de triunfar con su versión de A Chorus Line, el musical de Marvin Hamlisch que se mantuvo en cartel más de diez años ininterrumpidos antes de que Richard Attemborough lo convirtiera en aseada película, Antonio Banderas vuelve a cumplir en su ciudad natal y el Teatro Soho que él mismo ha impulsado, y que ha convertido la calle Córdoba de la capital de la Costa del Sol en un merecido trocito de Broadway, y logra con Company un hito definitivo del teatro musical hecho en España. La muerte de Sondheim coincidió mientras Company ya estaba en escena en Málaga, un triste punto de conexión con El médico sevillano. Hemos visto y escuchado muchas producciones de este emblemático musical de cámara, como algunos lo bautizaron en su momento, en el que varias parejas de amigos intentan convencer a su amigo soltero de las veleidades del matrimonio, mientras él se dedica a observar en ellos y ellas los pros y los contras de la conservadora institución, y no se me ocurre mejor versión que la que Banderas dirige y protagoniza estos días para gozo de entendidos y profanos. Antonio Banderas es un tipo muy listo y aplicado, y es evidente que ha aprendido mucho en Estados Unidos y sabe aplicarlo a nuestra idiosincrasia. Su Company recupera el original, después de los intentos fallidos de contemporizarlo en 2006 y cambiarle el género al protagonista en 2018. La suya mantiene las espléndidas orquestaciones de Jonathan Tunick, un habitual de Sondheim que también se responsabilizó de su extraordinaria versión en concierto de 2011 con la Filarmónica de Nueva York, que Díez-Boscovich, todo un apasionado de la música para la escena y el cine, ha traducido de maravilla, con una orquesta de algo más de veinte integrantes dándolo todo y añadiendo esa emoción que exige una música de este calibre. El libreto mantiene toda su vigencia gracias a un estupendo trabajo de traducción y adaptación, mientras la moderna y tecnológica puesta en escena, que recupera los andamiajes de la original pero añade proyecciones del skyline neoyorquino y videocreaciones de lo más estimulantes, se apoya en una plataforma giratoria en la que se resuelven magníficamente algunas de las propuestas dramáticas y cómicas de la función.
Del elenco solo se pueden decir maravillas,
todos y todas estupendos comediantes y cantantes. En él podemos distinguir los rostros de Roger Berruezo (
Águila Roja, Cuéntame) o Paco Morales (el grupo musical La Década, la serie andaluza
Arrayán), y disfrutar con la gracia y el desparpajo de
María Adamuz, que curiosamente coincidió con Balzaretti (Rob, el médico) en
La bella y la bestia de la Gran Vía como protagonistas.
Estupendas coreografías bailadas con inmejorable nivel, una dramaturgia clara y envolvente y el acierto de hacerla más hilarante todavía que sus predecesoras, hacen del espectáculo
una experiencia emocionante y deliciosa, a la que resulta imposible abstraerse. Hemos oído cantar a Banderas en su debut hollywoodiense,
Los reyes del mambo, junto a Ana Belén en el bolero
No sé por qué te quiero, con Madonna en
Evita, y los más afortunados en el musical
Nine en Broadway. Pero nunca con
la fuerza y el talento con que hemos podido disfrutar de su voz en el Soho malagueño. Pura adrenalina convertida en rabia a fuerza de sobresalientes agudos e incandescente expresividad. Su
Sentirse vivo (Being Alive) es de auténtica antología, de la misma forma que
Marta Ribera consigue milagrosamente que nos olvidemos de que antes que ella
The Ladies Who Lunch (Las damas que almuerzan) lo cantaron Elaine Stritch o Patti Lupone. Todos y todas hacen un trabajo excelente.
Banderas, que repetimos es un tipo muy listo, ha sabido reunir a lo mejor en su género, acreditados por un amplio currículum en Madrid y Barcelona, las dos vértebras del musical en España antes de que Málaga les desafiara. Todo un detalle facilitar al público un programa con información completa del espectáculo y sus responsables. Company tenía que estar en cartel hasta estas navidades, pero su éxito ha hecho que se prorrogue hasta marzo. Háganse un favor y dediquen un par de días a visitar la preciosa capital malagueña para disfrutar de este espectáculo musical y teatral sin igual en toda la historia del teatro musical hecho en España. Aunque no sean aficionados o aficionadas al género, sin duda lo disfrutarán.
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